Tras otra histórica epopeya "copera", con clasificación a semifinales incluida, el Deportivo Morón retomaba el torneo de la Primera "B" Nacional, con la necesidad numérica de sumar de a tres, luego del empate en uno de la fecha precedente frente a Nueva Chicago, en el clásico jugado en Mataderos y fundamentalmente para comenzar a salir de esa incómoda posición que significa hallarse entre los seis peores promedios de una temporada que recién transita sus primeras seis jornadas, pero que al final de la misma, allá por junio del año próximo y cuando todos estemos pensando en la Copa Mundial de Rusia 2018, determinará nada menos que seis descensos de categoría.
Enfrente lo aguardaba uno de los equipos que mejor se reforzara para el presente campeonato, pero que hasta el momento no pudiera conciliar los nombres propios de su plantel con la sumatoria de puntos en la tabla de posiciones, dado que si bien se halla invicto, sólo había podido ganar en una sola ocasión (al igual que Morón), empatando los restantes cuatro enfrentamientos.
De entrada, el Gallo evidenciaría esa necesidad de volver al triunfo, asumiendo el protagonismo al que nos tiene gratamente acostumbrados, a partir de las sociedades futbolísticas entre Rodrigo Díaz y Gerardo Martínez, a quienes se les sumaría Leandro Guzmán desde la derecha y Javier Rossi nuevamente como única referencia de punta, para intentar hilvanar algún encuentro que propiciara la apertura del marcador, algo que a poco estuviese de ocurrir, antes del segundo minuto de juego, en una jugada colectiva a un toque y en velocidad, entre los referidos intérpretes.
Sin embargo, del otro lado, San Martín opondría un equipo "ancho", sabiamente dispuesto por Diego Cagna, su director técnico, para aprovechar toda la generosidad en la amplitud del campo de juego del Nuevo Francisco Urbano, con Sebastián Prediger como enclave indispensable en el centro de la cancha, para la recuperación del balón y el primer pase ofensivo, unos metros más adelante la categoría de Walter Busse, para administrar la pelota, con especial hincapié sobre las bandas, donde Matías García sobre la izquierda y en especial, Gonzalo Rodríguez por derecha, habrían de complicar y hacer trabajar a destajo tanto a Maximiliano Paredes como a Nicolás Martínez. en la búsqueda de la peligrosidad latente de Claudio Bieler por el centro del ataque "Santo".
Así las cosas, luego de un comienzo auspicioso del Gallo, los nombres propios de la visita comenzarían a imponerse también en el trámite del partido, con mayor y mejor calidad en la tenencia del balón en el medio, a partir de un buen partido del mencionado Prediger, quien instalado en el círculo central haría jugar al resto de sus compañeros, lo dicho, en especial a un intratable y escurridizo Gonzalo Rodríguez quien durante media hora se convertiría en un verdadero "martirio" para "Nico" Martínez, hasta que Valentín Perales (reemplazante del capitán Emiliano Mayola, desgarrado en el cotejo de copa ante Olimpo) desde la zaga y Emmanuel Giménez desde el medio le dieran una mano, para doblarle la marca a un Rodríguez que llegaba con demasiada facilidad al mano a mano con el "tres" del Gallo, dada la ausencia de un volante de marca que obstruyera su acceso desde el mediocampo.
En el contexto de una primera etapa bien jugada por ambos, pero fundamentalmente con sanas intenciones y vocación ofensiva en uno y otro lado, el cero a cero habría de explicarse a partir de la escasa profundidad del Gallo y el "Santo", a pesar de la búsqueda constante y por momentos, casi "a cara descubierta" y "golpe por golpe", de Morón y San Martín de Tucumán, quienes de este modo regalarían un partido abierto y atractivo, aunque con escasa presencia en los metros finales cercanos al arco de enfrente.
Ya en el complemento, y cuando aún los equipos se estaban acomodando para encarar los '45 finales, a los '3 de la segunda etapa, Nicolás Martínez habilitó a partir de un lateral a Gerardo Martínez, para que el nuevamente "10" de Morón ensayara una diagonal desde la izquierda y hacia el centro y luego de dejar en el camino a dos rivales, en el "slalom" por generarse el espacio necesario de remate, sacara un derechazo impresionante a media altura que, con Ignacio Arce apenas adelantando (como lo estuviese toda la tarde del Oeste), se le colara por encima de la humanidad del arquero tucumano, sobre su palo zurdo, para adelantar en el marcador al Gallo con un auténtico GOLAZO, de esos que un talento como Gerardo nos tiene acostumbrados y ya sin capacidad de asombro, por haberlo visto "clavarla" desde cualquier lado con una categoría única.
A partir del uno a cero del Deportivo Morón, la visita se vería obligada a adelantarse y buscar aún más de lo procurado en el primer tiempo, reaccionando con rapidez desde el banco, con los ingresos de Franco Costa y Sergio González por Walter Busse y Nicolás Benegas.
Luego de quitarle el empate a González, un repentino Franco Racca para enviarla al córner, cuando el recién ingresado se disponía a fusilar a Milton Alvarez, ingresando solo por la izquierda, apenas minutos más tarde, a los '13 de la etapa complementaria, esa "pesadilla" llamada Gonzalo Rodríguez volvería a desbordar por el lateral izquierdo de la defensa del Gallo, para enviar un centro que el mencionado Sergio González, anticipando con velocidad y astucia a Franco Racca, dejara inmóvil y sin resistencia alguna a Milton Alvarez, para estampar rápidamente la igualdad en el partido y a partir de allí, comenzar a generar entre ambos las llegadas que no habían podido producir en los primeros '45.
Así lo tendría Valentín Perales, ingresando por el segundo palo, luego de la "peinada" del "Bicho" Rossi, pero el zaguero centro de Morón la habría de enviar por encima del travesaño, desde una posición inmejorable. Más tarde quien tendría la chance clarísima de inclinar la balanza a su favor sería la visita, cuando Franco Costa desbordaría esta vez a Paredes, por el sector derecho defensivo del Gallito, para casi debajo del arco y ante la salida de Milton, impulsarla al palo y del rebote en la línea se encargaría Emmanuel Giménez, jugada que sin embargo continuaría en una acción que debió haber sido invalidada por un off side evidente, de un Sergio González que volviendo de la acción de referencia, y tras una serie de rebotes, quedaría solo en el área chica para intentar vencer a Alvarez, quien reaccionaría con una tapada formidable para darle justicia a una jugada ilícita, que Bruno Bocca y sus asistentes jamás debieron convalidar.
Por su fuera poco y antes de los '25, en una acción que parecía perderse en el saque desde el arco para el "Santo" tucumano, el "Rengo" Díaz habría de traerla de "vuelta" antes que el balón se perdiera por la línea de fondo y ante la sorpresa de propios y extraños, enviar un centro preciso para el cabezazo goleador de Rossi, que determinaría una atajada fenomenal de Arce, con la duda latente si la pelota fue rechazada a puro reflejo por el arquero visitante, desde más allá de la línea de gol.
Los cambios de Matías Pardo por Leandro Guzmán y de Maximiliano Brito en lugar de Emmanuel Giménez sólo revelarían las intenciones reforzadas del Deportivo Morón por ganar el partido, aunque en ese "palo por palo" que se generaría en buena parte del resto del complemento, como ya había ocurrido en la primera etapa, dejaría mejor parado a una visita que contaría con la chances más claras para llevarse el partido, por fortuna, ninguna de ellas bien resuelta.
Con la lesión de Racca, otra baja importante en la zaga titular, Cristian Broggi ingresaría para colaborar en la contención de un "Santo" que habría de venirse por todo en los minutos finales, aunque el Gallo jamás resignaría la posibilidad de "llevárselo" de contra, como aquél desborde y centro de Nicolás Martínez, desde la izquierda, que recorrería todo el área visitante sin que nadie pudiese "soplarla" para dale el segundo triunfo al Gallito en el campeonato.
Con el pitazo de un flojo Bruno Bocca, el Deportivo Morón se quedaría con las ganas de sumar de a tres, aunque se retiraría íntimamente satisfecho con un punto que suma, aunque parezca escueto dada la necesidad actual, en vistas a la categoría de un rival que pinta sin dudas para pelear el campeonato, cuando se asiente futbolísticamente y logre aprovechar las oportunidades que genera, y en definitiva, en atención a un desarrollo de partido de ida y vuelta permanente, atractivo y hasta generoso en la búsqueda de ambas partes, pero que en el recuento definitivo habría de tener al "Santo" tucumano más cerca del triunfo, en base a las ocasiones desperdiciadas y los méritos evidenciados al cabo de los ´90.
A buscar el triunfo en Villa Raffo y recién luego, pensar en River.
"Pasito a pasito"..., "Santo" empate.
@elgallogustavo.