Y en otra prueba de carácter, el Morón de Walter Otta hilvanó su tercer triunfo en fila, con una gran victoria frente a un rival siempre difícil, como Estudiantes de Buenos Aires, en un reducto históricamente complicado, como lo es el "Ciudad de Caseros", donde no se imponía desde hacía 17 años, más precisamente desde el 10 de octubre de 2008, en el triunfo también por la mínima, con gol de (quién otro podría ser?), el eterno Damián Emilio Akerman.
En un partido donde no pudo repetir la brillante exhibición del primer tiempo frente a Nueva Chicago, de hace una semana, en el "República de Mataderos", por la diferencia de jerarquía entre rivales, pero fundamentalmente porque Estudiantes de Buenos Aires le "robó" la pelota al Gallo y Morón debió resignar tenencia, pero no protagonismo y ganas de quedarse con los tres puntos, el Gallo supo cerrarse bien en su campo y aprovechar el contragolpe para "lastimar" a su rival, tal como ocurriría en la gran acción que definiría el rumbo final de un encuentro parejo y disputado, como cada vez que se encuentran Morón y el "Pincha" de Caseros.
Con la única modificación obligada de Lautaro Disanto en lugar del suspendido Yair González, expulsado en Mataderos, el Gallo se plantó mejor en los minutos iniciales del cotejo, procurando repetir la presión alta que tan buenos dividendos le diera ante el "Torito", pero en este caso, se encontraría con un Estudiantes bien trabajado por el "Lobo" Andrés Montenegro y sin fisuras en la salida de su última línea.
Con el paso de los minutos, el "Pincha" comenzaría a manejar el balón en el medio y a ganar la "batalla" de los rebotes y las "segundas pelotas" en el mediocampo, con una labor despareja de los medios visitantes: a otro muy buen partido de Pablo Ferreira, en franco crecimiento y retorno a su mejor nivel, como contrapartida, un Santiago Kubiszyn sacrificado, pero nuevamente errático e impreciso en algunos pases, pese a mejorar sustancialmente en el segundo tiempo de un encuentro "caliente", cuando había que poner la pelota bajo la "suela" y defender el resultado a favor, desde la tenencia y si es posible, mejor en campo ajeno.
En un primer tiempo casi sin situaciones frente a los arcos, los más peligroso del local sería su centrodelantero, Darío Rostagno, de interesantes movimientos y difícil de marcar, por contextura física y dotes técnicas, tanto es así que además de provocar la amonestación de casi toda la defensa del Gallo (en esa primera etapa, ya habían quedado condicionados Franco Lorenzón y Nahuel Zárate, a quienes se sumaría el capitán, Mariano Bíttolo) y generar la acción individual más peligrosa de los 45' iniciales, con una media vuelta y una remate al arco, bien contenido por Leandro Finochietto, una vez más, sólido cada vez que los llamaran a intervenir.
Por el lado de Morón, apenas un desborde de Fabricio Sanguinetti por izquierda, que Ivo Costantino estuviese a centímetros de conectar, en el área chica, puede contabilizarse como la jugada visitante de mayor riesgo, dentro de un desarrollo más peleado que jugado.
Ya en el complemento, Estudiantes sorprendería con otra acción peligrosa, en el amanecer de la etapa final y pese a mantener el control de las acciones, a partir del monopolio de la pelota, no preocuparía demasiado a la segura defensa del Gallo, más allá de algún centro cruzado, que generara de las pocas dudas evidenciadas por la última línea visitante, con un parejo nivel de sus laterales y zagueros (Juan Manuel Cabrera sacó todo, de arriba y de abajo), pero con el destacado de Nahuel Zárate, precisamente un ex "Pincha" de Caseros.
Hasta que a los 17 minutos del segundo tiempo, de un ataque local bien controlado, en la "medialuna" del área de Morón, Mariano Bíttolo sacaría un pase fenomenal, propio de un jugador de su jerarquía, para que la categoría de otro, como Fabricio Damián Sanguinetti, hiciera el resto, con una corrida implacable para dejar atrás a su marca y ante la salida apresurada de Matías Budiño, la "picara" por encima del arquero, con enorme clase desde afuera del área, para enviarla de "emboquillada" y con precisión "quirúrgica" rumbo al golazo de Morón, una auténtica "obra de arte" en dos toques magistrales.
Con la diferencia a su favor, Morón permitió que la desesperación de Estudiantes manejara el balón, acercando alguna acción de peligro, más en lo potencial que en lo real, mientras que el Gallo tuvo dos muy claras, con diferencia de un par de minutos, primero con un desborde de Costantino por izquierda, que un defensor local, apenas alcanzara a "puntear" el centro, cuando el uruguayo Sanguinetti se aprestaba a gritar el segundo gol y luego, con una buena jugada de la misma banda zurda hacia adentro, a partir de otro bien partido de Iván Vaquero, que finalizaría con un remate apenas desviado de Kubiszyn.
A los 25' de la etapa complementaria, primero el "Pincha" se quedaría con diez, por un "patadón" de Santiago Briñole, el "cinco" de Caseros en perjuicio de Pablo Ferreira y después, a los 34' del segundo tiempo, una vez más el Gallo terminaría con uno menos, en esta ocasión por la expulsión por doble amonestación de Franco Lorenzón, que debió sujetar con sus brazos al "9" local, intratable cada vez que recibió de espaldas y pretendió darse vuelta rumbo al arco de Morón.
Más allá de alguna pelota parada, el equipo de Walter Otta no sufriría el final del partido, con el pitazo final de Ariel Penel, de correcto arbitraje, para que los tres puntos viajaran a Morón, luego de 17 años sin alegrías en el "Ciudad de Caseros".
Al cabo de un "raid" futbolero harto complicado, por lo menos en la previa, con dos cotejos de visitante, nada menos que en Mataderos y Caseros, el Gallo consolidó la evolución demostrada en la goleada precedente ante Talleres de Remedios de Escalada, para sumar tres triunfo al hilo, acomodarse en zona de Reducido y lo más importante, aún con tanto torneo por delante: demostrar y demostrarse que, jugando un partido brillante y otro regular, cuenta con el rendimiento colectivo y la calidad individual para pelear e ilusionarse.
En la "batalla de Caseros", el Gallo hizo historia.
@elgallogustavo.
📸: Deportivo Morón.