El pasado lunes 8 de diciembre, aquellos socios que contaban con la chance laboral de poder gozar del feriado, debieron postergar el tradicional armado en familia del árbol de Navidad, para asistir a la reunión informativa pautada para ese día, en el bajo platea de la "Lorenzo Capelli", y convocados por una preocupación inicial y generalizada: conocer, a ciencia cierta y de boca de la dirigencia, la naturaleza y destino de las controvertidas obras, ya en curso, en el propio ámbito del cónclave societario.
Ante una asistencia aproximada de 150 socios (prácticamente la "media" de activos, que suelen dar el "presente" en la mayoría de las últimas asambleas), en primer término, el presidente Diego Spina, flanqueado por un puñado de integrantes de Comisión Directiva, comenzó su alocución reseñando las características de las obras, aunque sin documentación alguna que ratifique dichas especificaciones generales, hecho que resultara subrayado por una socia, a la hora de las preguntas.
En lo argumental, sin planos de obra a la vista, el presidente de la institución advirtió que se trata de una "obra propia", razón por la cual no requiere de la aprobación de la masa societaria, vía Asamblea, puesto que se encuadraría dentro de las facultades delegadas estatutariamente, en materia de administración de bienes sociales.
En este punto, varios socios subrayaron la necesidad de convocar y hacer pasar dicha decisión por el propio ámbito de democracia participativa interna, que es la Asamblea de socios, por tratarse de una obra de infraestructura física de gran envergadura y que involucra una inversión privada, cercana a los dos millones de pesos.
Acto seguido, y tras admitir que no existe contrato o precontrato suscripto con el inversor, por lo cual la obra se halla abierta a modificaciones y reformas, e incluso a su suspensión definitiva, en cuyo caso el club debería devolverle la inversión ya comprometida en obras, al grupo inversor, Spina insistió en que el objetivo de dicho "cerramiento" es propiciar un ámbito de mayor comodidad a las diferentes actividades, que hoy desarrollan sus tareas sometidos a las inclemencias climáticas, lo que habría originado, asimismo, la diáspora de varios socios y socias.
Sobre el mismo, varios socios coincidieron en que, por lo menos la gran mayoría de la masa societaria, jamás se opuso ni opondría a un "cerramiento" con esos fines, aunque criticaron la manera inconsulta de llevarlo a cabo, hecho que originara infinidad de interrogantes y temores, dada la reacción tardía e insuficiente en materia de comunicación al asociado, a través de los canales oficiales habituales.
Asumiendo el error comunicacional, Spina retomó su tono confrontativo de costumbre, al advertir que jamás se pensó en la instalación de una "bailanta", "mentira" que atribuyera a particulares malintencionados y "mala leches", que de acuerdo al presidente, se encargan de difamar a la Comisión Directiva, a través de las redes sociales, "manchando el buen nombre y honor" de sus miembros, en el marco de campañas "desestabilizadoras" encaradas por sectores interesados, según las teorías conspirativas sostenidas desde la presidencia de la institución.
Sin embargo, y casi a renglón seguido, Spina admitiría que el único grupo que se interesó en financiar las obras, es el nucleamiento comercial que explota la tradicional disco de Villa Sarmiento, "Pinar de Rocha", y que dicha decisión no se sometió a un proceso de licitación, puesto que "nadie más se hubiera presentado" (sic).
Aventadas las "mentiras malintencionadas y desestabilizadoras", sobre la explotación de una "bailanta o boliche bailable" (si bien no fuera debidamente aclarado, además de los "eventos musicales y recitales", quizá también el grupo "Pinar de Rocha", tuviera la intención de instalar un centro cultural, taller literario o escuela de arte dramático...), sin embargo, los socios alzarían la voz para reclamar sobre los antecedentes comerciales y criminales de dicho inversor privado, cuyo titular histórico y fundador, hoy se halla detenido, condenado por el crimer de su esposa, además de contar con un frondoso historial delictivo, con no menos de nueve causas abiertas, entre las que se cuentan la falsificación de dólares y el narcotráfico.
Entre comparaciones con otras instituciones, verdaderos "lavaderos" futbolísticos de activos financieros manchados de sangre, provenientes de cárteles mexicanos de la droga, y hasta algún socio que sostuviera no importarle de dónde procedan los dineros, mientras las obras queden como propiedad del club, a través de los años, el presidente admitiría que el principal problema que hoy atraviesa la institución, es el "rojo" de caja, que ya adelantó que generará, en las venideras fiestas, que muchos técnicos de inferiores no vean un peso (en promedio, se les adeuda entre cuatro y seis meses de sueldos), billetes que irán a parar a los bolsillos de aquellos jugadores profesionales que no quiera Blas Giunta, y con los cuales deberá negociarse una rescisión del actual vínculo con el club (todo el plantel tiene contrato vigente hasta diciembre de 2015, pero con cláusulas de disolución anticipada, durante este mes).
Finalmente, y luego de algunas explicaciones de Pablo Sauro (presidente de la subcomisión de fútbol profesional), sobre el manejo de los fondos, presupuestos y contratos del plantel superior, Spina concedería la "revisión" de la obra (no su desestimación, por lo menos, por el momento), dadas las objeciones planteadas por los socios presentes, invitándolos a colaborar y acercar ideas alternativas y superadoras.
Porque en definitiva, y tras el cierre de la reunión informativa, en todos y cada uno de los socios asistentes, perduraría una inmensa preocupacion subyacente: el nivel de deuda (no aclarado por el presidente), y de gasto corriente (mensurado en dos millones de pesos mensuales, de los cuales, 900 mil corresponden al fútbol profesional), que comienzan a erigir a nuestro hermoso y moderno nuevo estadio, es un incipiente "elefante blanco", para las posibilidades de respuesta económica de un club, inmerso en una grave crisis de crecimiento, por la disparidad previsible entre infraestructura actual y reales capacidades operativas y de gestión.
"PREOCUPADOS. CDM".
Gustavo Adrián Requelme
@elgallogustavo.
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