Luego de la derrota en Caballito, que “desnudara” algunos desacoples entre líneas y “desequilibrios” colectivos, el Gallo se presentaba por primera vez de local, en la actual temporada, en el “Estadio Ciudad de Caseros”, en virtud de los trabajos de reacondicionamiento del campo de juego del Nuevo Francisco Urbano, tras la disputa de la “Copa Libertadores” femenina.
Con el mismo once de inicio que en la jornada pasada, y algunas
bajas en el banco de los suplentes, dadas las ausencias de Lucas Abascia, en defensa,
de Cristian Lillo y Matías Ledesma en el mediocampo y de Damián Akerman y Germán
Pacheco en la ofensiva, el equipo de Lucas Bovaglio se enfrentaba al rival más “chivo”
en las primeras tres fechas, no por la jerarquía individual de Tristán Suárez, sino
por su esquema de juego cerrado y de escasos espacios, propio de la “B” Metro.
Y así se plantearía el encuentro, desde el “silbato” inicial
de Yamil Possi, lo que derivaría en un partido “chato”, luchado y sin relieve, con
la pelota más en el “cielo” de Caseros” que a ras de suelo, adecuándose el planteo
habitual de Lucas Bovaglio, al “desafío” futbolístico propuesto por el conjunto
de Aníbal Biggeri, “feo” a los ojos, pero efectivo a las necesidades de uno de los
recién ascendidos.
Con muchos menos espacios que en los cotejos anteriores, de igual
forma, Morón intentaría hacerse “dueño” de las acciones, con el mediocampo como
escenario determinante en la “pelea” táctica y una línea de fondo más compacta y
segura, atenta a los previsibles arrestos colectivos de los de Ezeiza y lejos del
“dilema” que planteara el último fin de semana, la jerarquía de algunas individualidades
del Ferro de Diego Osella.
Tras algunos minutos de mucha disputa en el medio y poca claridad
en las acciones, la prevalencia del mejor “pie” en los intérpretes locales, generaría
la más clara de un flojo primer tiempo, con el desborde por derecha de Alan
Salvador y el cabezazo por el lado opuesto de Luciano Guaycochea, que impactaría
de lleno en el palo derecho, en una acción similar al primer gol del torneo, frente
a All Boys en Floresta.
Entre la mayor ductilidad de Morón y el empuje de la visita,
el partido parecía encaminarse a un cero a cero parcial, hasta que a los '31 de
juego, de un tiro de esquina desde la izquierda del ataque del Gallo, Cristian Broggi
intentara conectar el envío bajo sobre el primer palo y fuese torpemente derribado
en el área, para la sanción de una “rareza” en favor del Gallo: penal inapelable,
que un minuto más tarde Gastón González “cambiaría” por el gol del triunfo, con
un derechazo fuerte y seco, a media altura, bien pegado al poste diestro de Rodrigo Lugo,
para evitar su reacción, pese a adivinar el perfil del remate.
De allí y hasta el epílogo de la etapa, Tristán intentaría arrimar
peligro pese a sus limitaciones, mientas que Morón propondría defenderse con la
pelota, procurando “afinar” una contra que comenzara a liquidar” el pleito.
Ya en el complemento, Tristán se adelantaría unos metros en el
campo, obligando a Morón a retroceder contra su arco, aunque sin inquietar demasiado
a un “tranquilo” Mansilla, en esta ocasión mejor respaldado por una versión mejorada
de la última línea del Gallo, a comparación del pobre partido de los centrales,
en la derrota frente a Ferro.
Más allá de algún envío de “pelota parada” o un remate desde
afuera del área, la defensiva local controlaría casi sin sobresaltos al empuje de
Tristán, aunque como contrapartida, tampoco generaría riesgo en el arco de enfrente,
con escasa lucidez en los metros finales para “cerrar” el duelo.
Con los debuts de Mateo Broglia y Tobías Zárate, más los relevos
de Mariano Bracamonte (de muy buen ingreso y lo más peligroso del complemento),
Alan Schonfeld y Santiago Sala, en lugar de Gastón González (de lo mejor del encuentro,
más allá del gol de la victoria), Guillermo Villalba, Luciano Guaycochea, Alan
Salvador y Matías Gómez, el Morón de Bovaglio buscaría asegurar un triunfo por la
mínima, tan necesario como “trabajado” y de escasos brillo.
El “pitazo” final de un correcto Yamil Possi, le daría otra “alegría””
a un Gallo que aún persigue su “identidad” definitiva, a mitad de camino entre las
virtudes mostradas en Floresta, los errores de Caballito y el “overol” de Caseros.
El domingo de Pascuas, a Jujuy, por tres puntos de “altura”.
@elgallogustavo.
📸: Deportivo Morón
Sin brillar sacamos 3 puntos. Y una victoria llama a otra victoria según Bianchi. Ojalá se dé. Vamos Gallo!
ResponderEliminarGimnasia de jujuy es horrible y lo que llama la atencion es que lo es tanto de local como de visitante.Hay que atacarlo desde el 1er minuto y presionarlo hasta lograr que sus fallas aparezcan.Seria un error ir a defenderse
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