En un verdadero partidazo, Morón y Quilmes empataron 2 a 2, por el cotejo de ida de los cuartos de final, del Reducido de la Primera Nacional, en un "duelo" que tuvo todos los "condimentos" de una auténtica final: dos penales sancionados, uno ignorado (a Mateo Levato) por un pésimo árbitro como Darío Herrera (y eso que se trata de uno, "clase" Liga Profesional y con "categoría" de internacional), un expulsado (la primera amarilla a Brian Orosco, con diferencia de cinco minutos, con respecto a la segunda y definitiva, por una "infracción" tan inusual como ridícula) y un "expulsado" que debió ser y no fue, porque el mismo Herrera se "confundió" de infractor, en la primera amonestación, y Lautaro Pons, de él se trata, "zafó" de una roja bien ganada.
Con el retorno de Lucas Abascia, tras purgar la fecha de suspensión, debido a su expulsión ante Almagro, en el mismo escenario, por Cristian Paz, sumado a la ausencia obligada de Cristian Lillo, que viera la roja en Santiago y fuese reemplazado por Norberto Palmieri, y el cambio táctico del ingreso como titular, luego de largo tiempo, de Guillermo Villalba (autor del segundo tanto ante Güemes) por Tobías Zárate, en los primeros minutos, ante una multitud, en el Nuevo Francisco Urbano, al equipo de Lucas Bovaglio le costó controlar las acciones, tanto es así que, antes de los cinco minutos de juego, Bruno Galván tuvo que desbaratar las telarañas del ángulo superior derecho, del arco que da espaldas a la cabecera visitante, para sacar un tiro libre de gol, desde la izquierda del ataque "Cervecero", a cargo de Julián Bonetto.
Diez minutos más tarde, y en su segunda llegada al área local, Facundo Pons "peinó" un pelotazo largo, con destino a Emanuel Moreno, que en su intento por desbordar a Cristian Broggi, por la derecha de la defensa de Morón, envió un centro que fue a dar en la mano zurda del capitán del Gallo, previo a apoyar en el piso, y en una acción tan "fina" como discutible, Darío Herrera no dudó y sancionó el penal para Quilmes, que un rato más tarde, Facundo Pons, el "10" visitante, con un remate seco y al medio del arco, adelantara 1 a 0 al conjunto de Facundo Sava.
Con el correr de los minutos, Morón comenzó a dominar las acciones, a partir de la claridad habitual de Gastón González, la "verticalidad" y el desequilibrio de Brian Orosco, la velocidad de Alan Schönfeld y el buen complemento ofensivo, que demostrara la dupla de Mateo Levato y Guillermo Villalba.
Precisamente, una recuperación en el medio y posterior "corrida" por derecha de Schönfeld, se prolongaría en una centro largo, más allá del punto penal del área visitante, que Rodrigo Saracho, arquero de Quilmes, trataría de repeler, saliendo lejos de su arco e impactando contra el físico de Levato, en una infracción evidente, que Herrera no pudo soslayar y determinó el segundo tiro penal de la noche, en este caso para el local. A los '36, con un remate a media altura, al centro de la red, Gastón González le daría algo más de justicia al resultado, con el 1 a 1 parcial, anotando su noveno gol en el torneo, el cuarto desde los "doce pasos".
Antes del cierre del primer tiempo, y para corroborar que el Gallo merecía más que el "Cervecero", primero lo tendría Villalba, con una volea a metros del arco, que se iría por sobre el travesaño y un par de minutos más tarde, una buena jugada colectiva, terminaría con González otra vez en situación de gol, y cuando se aprestaba a sacar el derechazo para el 2 a 1, Pier Barrios pondría justo, la punta de su botín derecho, para mandarla al tiro de esquina, en un esfuerzo encomiable del primer zaguero central visitante.
El complemento resultaría una continuidad del final de la primera parte, con un Morón apretando a Quilmes cerca de su arco, para propiciar el error "forzado", que primero tendría un remate de Villalba, desde el sector derecho, que impactaría en el ángulo superior izquierdo, del arco de un Saracho ya vencido y, minutos más tarde, un nuevo penal no cobrado, en perjuicio de Mateo Levato, cuando intentaba deshacerse de su marca, ingresando al área, para empujar otra buena "trepada" y centro de Alan Schönfeld.
Sin embargo, a los '10 de la segunda etapa, Mateo Levato tendría su "revancha", cuando de un centro desde la izquierda de Leonel Bontempo, la pelota le quedara por el sector opuesto a Schönfeld, para probar el remate al arco, y del rebote en un defensor, el balón quedara "suelto" a merced de Facundo Pons (el mejor de la visita), pero en ese momento, Norberto Palmieri (de buen partido), recuperara dos veces la pelota, yendo al piso con el "alma", primero ante el referido Pons y enseguida, anticipando a Pier Barrios, para que Mateo Levato la recibiera dentro del área, sólo sobre la izquierda, y sacara un "latigazo" de derecha inapelable, para el merecido 2 a 1 del Gallito y el tercer tanto en la temporada del oriundo de Pergamino, una gratísima realidad desde su llegada, con algunas "pinceladas" viniendo desde el banco, consolidándose luego, en los tramos finales de la fase regular, como titular con el dorsal "7" en la espalda.
Cuando el partido estaba "a pedir de Morón", en el resultado, como en el desarrollo, la vehemencia que llevara al piso a Palmieri, para recuperar dos veces la pelota, en el gol de Levato, a los '26 del complemento, le jugaría en contra, porque llegaría a destiempo contra Pons y le "regalaría" a la visita, un tiro libre, sobre la derecha, a primera vista, lejos para probar al arco, pero Facundo Silva (había ingresado un par de minutos antes, por Brandon Obregón), con un gol "de otro partido", sorprendería a todos, incluido a Galván, para ubicarla por fuera de la barrera, sobre el poste zurdo del "1" de Morón, aprovechando su adelantamiento, seguramente pensando en ir a cortar el centro, que nunca fue.
En esa jugada, muy costosa para el equipo de Lucas Bovaglio, más allá del segundo gol de la visita, para el 2 a 2, Brian Orosco correría la pelota del lugar decidido por el ejecutante del tiro libre, ganándose una amonestación "infantil", entre la acción evitable del "10" de Morón y la extrema "rigurosidad" de Darío Herrera.
La misma "rigurosidad" que no tuvo, tras una pelota al tiro de esquina con empujón a Abascia incluido, y en el área local, Facundo Pons le arrojara un cabezazo a Franco Verón y como consecuencia del mismo, unos minutos después, sancionara con amonestación al "6" del Gallo (que llegó a la quinta y se pierde la vuelta, el sábado próximo) y confundiese a Tomás Blanco con Facundo Pons, sacándole la amarilla al jugador equivocado en la visita... un auténtico mamarracho, en el mejor de los casos y el más "naif" de los supuestos.
Por si fuera poco, menos de cinco minutos después, una pelota recuperada por Abascia en el medio, la impulsara hacia adelante, con destino a Brian Orosco, quien extendiera la pierna para hacerse del balón, al mismo tiempo que Pier Barios salía con la cabeza para rechazar, y entre el mínimo roce entre ambos, con Barrios en el piso, como si hubiese sufrido un ACV, Herrera le sacaría la segunda amarilla a Orosco, sacándolo del juego y también de la "revancha" en el "Centenario".
De allí y hasta el final, con diez hombres por tercer partido consecutivo (tras las expulsiones de Lucas Abascia con Almagro, Cristian Lillo ante Güemes y este domingo, Orosco frente a Quilmes), el equipo de Bovaglio entendería que este "duelo" de 180 minutos, no se define, ni mucho menos en los primeros '90, procurando buscar el triunfo, puesto que está en el ADN de este plantel y cuerpo técnico, pero sin desesperarse ni descuidarse en defensa.
En definitiva, si bien el empate final podía sonar a poco "premio", para los merecimientos de uno y otro, máxime con aquél gol increíble de Quilmes, cuando el Gallo lo diera vuelta, lo justificaba en el resultado y lo dominaba en el desarrollo, Morón dejó una muy grata impresión, de cara a la definición en cancha del "Cervecero", siendo superior al equipo de Sava, por juego y temperamento.
La serie está "abierta" y Morón pretende seguir haciendo historia.
@elgallogustavo.
📸 : Deportivo Morón.
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