En la previa de su viaje a Santiago del Estero, para enfrentar a Güemes de aquella provincia, dos constituían las premisas fundamentales del "desafío" en ciernes: como primera medida, sumar en un escenario siempre difícil, pese a la pobre actualidad del "dueño de casa" y en segunda instancia, procurar mejorar los rendimientos individuales "en falta" y en definitiva, el andar "colectivo" de un equipo en "deuda" consigo mismo y con su público.
A la luz del empate final en cero, al cabo de un partido discreto, parejo y con muy escasas emociones por ambos lados, con supremacías alternadas y momentos para el "bostezo" (en la tierra de la "siesta", precisamente), en el primero de los ítems, el conjunto de Gastón Coyette se trajo de Santiago un punto que suma en las posiciones y ante un "rival directo" en la "tabla de abajo", resulta importante para mantenerse a una distancia prudencial, de ocho y siete puntos, respecto de Santamarina y Tristán Suárez, hoy por hoy, quienes estarían perdiendo la categoría, a dos fechas de cumplimentar la mitad exacta del campeonato de la Primera Nacional.
Sin embargo, la segunda de las "búsquedas", en la antesala de la "excursión" santiagueña, se cumpliría a medias, con algunos rendimientos individuales para destacar, como el nivel en sostenido crecimiento de Santiago Ubeda en el mediocampo (el mejor frente a Güemes, en Morón y del partido), la consolidación de Juan Martín Rojas en el arco y la solidez de una defensa que no pasó mayores sobresaltos, más allá de la modestia de su rival de turno y pese a las ausencias de Leonel Bontempo (reemplazado por Lucas Angelini, que no "desentonó") y Lucas Abascia (sustituido por Cristian Broggi, de correcto desempeño como central por izquierda), con el siempre regular y "rendidor" aporte de Cristian Paz, sumados a la voluntad de Damián Adín, a veces con su "desorden" a cuestas.
Y es que, una vez más, los problemas ya "endémicos" de este Morón, comenzarían "un paso por delante" de Santiago Ubeda, con un Gastón González "desconocido", que se extraña y se necesita para aportar la "claridad" del torneo pasado, de acuerdo a su reconocida categoría, la alternancia de "buenas y malas" de Alan Schönfeld (que necesita de ese "asistidor" criterioso y oportuno, para poder ganar con su velocidad y potencia), la reiteración de una versión "devaluada" de Rodrigo Sayavedra, que sigue "ausente sin aviso" y en "deuda" con las expectativas que lo trajeran a Morón, y en ofensiva, un Fernando Bersano que no logra regularidad en su rendimiento, y a un partido bueno y desequilibrante, le sigue otro intrascendente, hasta llegar a Mateo Levato, de innegable calidad y voluntad para "buscar" y generar espacios, pero demasiado solo y lejos del arco rival, como para pretender que defina con precisión, alguna de las pocas que tiene, cuando rara vez le llega la pelota al área.
Es decir, Morón repitió en Santiago del Estero, los déficits de conjunto que lo aquejan y por el momento, no logra solucionar, pese a tener momentos de control del terreno y balón, como al inicio del partido y en el cierre del mismo, con un manejo de la pelota paciente y criterioso, pero que al carecer del cambio de ritmo para sorprender en "tres cuartos" o de la precisión para ensayar un "pase filtrado", que deje a un delantero o volante, "cara a cara" con el arquero rival, ese dominio discontinuo se vuelve improductivo, por la repetido, previsible y por momentos, hasta monótono.
Sólo un tiro desde lejos, de Gastón González, a los 8' de iniciado el juego, más tarde un cabezazo desviado de Mateo Levato, también en el primer tiempo, y una llegada profunda pero mal definida, de Mariano Bracamonte (otra vez, de interesante ingreso e innegable vocación ofensiva) en el descuento, resultarían demasiado poco para un Morón que necesitaría de una justeza y una eficacia de las que adolece, para poder ganar un partido, prácticamente sin "pisar el área" ni patear al arco (es verdad que, en tiempo cumplido, pudo haber un penal a González, no cobrado por Gastón Monzón Brizuela, de correcto arbitraje, pese a sus "antecedentes" y esta jugada del epílogo).
También es cierto, que del otro lado, Güemes no complicaría una tarde-noche "tranquila" de Juan Martín Rojas y de renovada solvencia de la última línea del Gallo, con un par de buenas atajadas del "1" visitante, cuando fuera "llamado" a intervenir y una defensa del Deportivo Morón que jamás pasó sobresaltos, ante la modestia de un "Gaucho" sin ideas ni capacidad individual o colectiva para el desequilibrio.
En definitiva, el 0 a 0 en Santiago, resultaría un claro reflejo de la pobre actualidad de ambos, en la tabla de posiciones y, en especial, de la ausencia de contundencia en el arco contrario, de un local con 8 goles en 15 partidos (y sólo dos victorias) y un Morón con 9 tantos en 16 encuentros (con dos igualdades a cero consecutivas y apenas tres triunfos).
Empate a cero y "punto".
@elgallogustavo.
📸: Alejandra Busto.
Se fue Nardozza de Almirante. Sres. dirigentes, es el momento, llamenlo, es el Dt que necesitamos. Rodo.
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