Morón jugó el mejor partido de la temporada, con rendimientos superlativos individuales y un juego de conjunto sólido y consistente, tuvo asimismo la contundencia de la que adoleciera en 25 fechas previas del torneo y con todo ello, "demolió" a uno de los animadores del certamen, como Almagro, goleándolo 3 a 0, con absoluta justicia y en un resultado que pudo ser aún más abultado, de haber estado más "finos" frente al arco "Tricolor".
Al aparecer, los signos de recuperación esgrimidos en Mar del Plata, frente a Alvarado, pero fundamentalmente, la cosecha de un triunfo tan apretado como necesario, generó un desahogo en los protagonistas, que permitió no sólo tomar distancia de la cercanía preocupante con los puestos de descenso, apenas dos jornadas mediante, sino también retemplar el ánimo, recuperar la "vertical" colectiva y tomar confianza en los rendimientos individuales, en un proceso de mejora que comenzó a esbozarse en el empate a dos ante Estudiantes de Río IV, en el Oeste, pero que evidentemente, precisaba de sumar de a tres para consolidar lo bueno y empezar a desterrar temores e inseguridades.
Repitiendo equipo, respecto de los once que iniciaran el partido en el "José María Minella", desde el comienzo del pleito con el "Tricolor" de Villa Raffo, se notó un mejor manejo del balón, por parte de la visita, quien necesitaba de la tenencia paciente como puntapié inicial para generar espacios en terreno local, mientras que en el caso de Morón, por el contrario, la búsqueda era más frontal y vertical, sin tanta transición en el mediocampo, procurando salir rápido de contra, cada vez que se recuperaba la pelota, generando desequilibrio desde la bandas, tanto por sus extremos, como por la permanente vocación ofensiva de sus laterales.
En este sentido, Damián Adín, por segundo partido consecutivo, titular en el lateral diestro, ofrecería la mejor versión futbolística a la fecha, con un partido impecable en la marca y de sobresaliente criterio a la hora de encarar con decisión en terreno rival, siendo determinante en la ruptura de líneas desde el fondo y coronando su mejor noche con un gran gol, en el complemento, en una acción ofensiva que él mismo iniciara, erigiéndose en la figura del partido, dentro de un rendimiento de conjunto, en el caso del Gallo, con muchos puntos altos, algunos repetidos y otros, por suerte, "contagiados" de este sendero de renovada confianza.
Así las cosas, con Adín al tope de los destacados, una vez más, la dupla central de Cristian Paz y Lucas Abascia, volverían a ubicarse apenas por debajo, con altísimos rendimientos y una inmejorable complementación, en especial en el segundo tiempo, cuando Almagro se viniera con todo (y todos) en búsqueda del descuento y de a poco, progresiva e inexorablemente, la solidez sin fisuras de la última línea local, lo fueran desanimando y "desinflando" de tal manera, hasta extinguir cualquier atisbo e intención de volver a "meterse en partido".
Del mismo modo, las buenas respuestas de Juan Martín Rojas, en las dos o tres que le tocara intervenir, en particular en la primera mitad, se completaría con otra buena presentación de Lucas Angelini, por el carril zurdo, autor además de un golazo antológico, para la apertura del marcador, cuando recibiera una asistencia de lateral de Damián Adín y con un zurdazo impresionante, por potencia y dirección, hiciera estéril cualquier esfuerzo del arquero visitante, por evitar que la pelota "explotara" en la red, junto al vértice diestro del arco de Almagro, a los 13 minutos. GOLAZO #1.
En el mediocampo, en la noche del Oeste se vería un andar más equilibrado, en los rendimientos individuales de los cuatro, que suelen formar una suerte de "rombo": con Santiago Ubeda, más cerca de sus línea de fondo, Gastón González retemplado en el juego y la "pegada", con Alan Schönfeld por derecha, mucho más parecido al "tractor" imparable del torneo pasado y Gonzalo Salega por izquierda, en un gran momento del "10" del Gallo, con velocidad y habilidad, para encarar hacia adelante y ganar a fuerza de gambetas, como incansable para retroceder y "dar una mano" en la marca, cuando se pierde la pelota.
Precisamente, a los 31 minutos del primer tiempo, de otra pelota "boyando" en la puerta del área grande visitante, Gastón González la "tomaría de lleno", a puro empeine de su botín diestro, para colocarla junto al poste, esta vez zurdo del arco visitante, para el segundo de Morón y el GOLAZO #2 de la noche.
Antes y después, hasta la finalización de la etapa, bien pudo Almagro llegar al descuento, en un par de ocasiones bien conjuradas por Rojas y la defensa, como Morón "liquidar" la contienda en los primeros 45', en un par de contras que no fueron gol de "milagro" o mala puntería.
En el complemento y antes de los primeros 10 minutos, el Gallo ya había generado méritos y situaciones suficientes como para ganar por tres goles (con mucha participación de Mateo Levato), pero malas decisiones en la "puntada final" lo privarían de sentenciar el resultado en el amanecer mismo del segundo tiempo.
Tomándose un "respiro", dentro de un trámite vertiginoso y vibrante, Morón le cedería el dominio del balón y el terreno a la visita, aflorando la solidez de su defensa y en cada contra, la sensación de "partido liquidado", una vez que se "calibrara la mira" o se acertara en la toma de decisiones, frente al arco "Tricolor".
Y sobre los 28' de la etapa complementaria, una muy buena acción iniciada por Damián Adín, por el centro, buscaría en Leonardo Ramos la "pared" justa, algo que el "7" de Morón, más participativo que en los cotejos precedentes, aunque no estuviera "fino" en las definiciones que le quedaran, se la devolviera de "taco", dentro del área, para que Adín se anticipara con repentización al arquero, para impulsarla desde el piso al tres a cero. GOLAZO #3.
Hasta el final, Morón resistiría la embates de Almagro, por alcanzar cuanto menos el descuento, y de paso, "limpiar" de tarjetas a los titulares que se hallaban al límite y, como tal, con el riesgo cierto de resultar amonestados el próximo miércoles, en Puerto Madryn (en el postergado de la fecha 25) y por lo tanto, perderse nada menos que el clásico ante Nueva Chicago, en Mataderos, del venidero lunes 15 del corriente.
Con el pitazo final de Juan Pablo Loustau, de muy correcto arbitraje, Morón hilvanaría por segunda vez en el torneo, dos triunfos en fila, algo que no conseguía desde las jornadas séptima y octava, en sus primeras victorias, en tiempos de Alejandro Orfila, frente a Rafaela de local y Santamarina en Tandil.
Ganó, goleó y gustó, en una suerte de "vuelta al mundo", en apenas dos partidos.
Y lo que es aún mejor, pareció por primera vez en lo que va del torneo, tomar confianza en sus propias fuerzas, para imponerse a un rival de talla, con absoluta justicia y contundencia, potenciando virtudes colectivas como rendimientos individuales, y aventando miedos e inseguridades.
Ojalá sea sólo el comienzo, de un proceso de mejora continua, que nos lleve al lugar que nos merecemos, dentro y fuera de la cancha.
@elgallogustavo.
📸: Deportivo Morón.
Por fin un poco de alegría. Morón hizo 5 goles en dos partidos, es para festejar. Sigamos así. Dale Gallo 🐓
ResponderEliminarBuen triunfo. por lo menos tenemos defensores goleadores.
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