En una jornada para un rápido olvido, Morón nunca pudo “hacer pie” frente a uno de los máximos candidatos al ascenso, y no sólo por la incesante lluvia y el consecuente barro de una noche impiadosa de tormenta, sino por la jerarquía individual y colectiva que impondría durante los 90’, un Colón de Santa Fe que resolvería el pleito, en apenas un tiempo, para luego administrar ventaja y juego, por momentos, casi a voluntad.
Con el regreso de Rodrigo Arciero a la banda derecha de la
defensa, en reemplazo del suspendido Facundo López, expulsado hace una semana
en Isidro Casanova, el equipo de Fabián Nardozza jamás encontró el rumbo de un desafío
complicado desde el a priori, pero que se iría haciendo aún más “cuesta
arriba”, con el correr de los minutos, en un campo de juego imposible por las
condiciones climáticas y un rival también, paulatinamente imposible, pero por
las condiciones de sus nombres propios.
Así las cosas, mientras el barro y la lluvia conspiraban
contra la posibilidad que los de “mejor pie” del local, pudiesen hacerse del
balón para intentar progresar desde el juego asociado, obligando a Morón a
cambiar su “libreto”, por un estilo más directo, de menos traslado y más pelotazos,
la mayor parte del tiempo sin destino cierto, el “Sabalero”, desde la categoría
de Sebastián Prediger para hacerse dueño del mediocampo, bien secundado por
Alexis Sabella y Federico Joudan, comenzaría a encontrar los mejores sectores
para “lastimar” al Gallo, en especial, por la franja derecha de su ataque, a
espaldas de Nicolás Henry y el cierre forzado de Agustín Gómez.
Y precisamente en ese “hueco”, tras un par de intentos previos
(con una gran atajada de Juan Martín Rojas), Colón hallaría la primera ventaja,
a los 20’ de juego, en una acción muy similar al gol del empate de Almirante
Brown, la fecha pasada: Henry que rechaza de cabeza y queda adelantado, lo que
posibilita la habilitación de Jourdan por derecha, con destino a un solitario
Braian Guille (intratable e incontenible durante toda la destemplada noche del
Oeste), que aprovecharía el “señuelo” que el propio Jourdan ensayaría con su
diagonal hacia el centro, para atraer la atención de los centrales del Gallo y
permitir que Guille llegase casi debajo del arco, sólo perseguido por Juan
Manuel Olivares, desde atrás y con temor de cruzarlo y cometerle penal, para
que el “falso 9” de Colón (a la postre, el mejor del partido y de una visita
con varios puntos altos), para definir entre las piernas de Rojas, en su
intento de “achique”.
Si el desarrollo del encuentro ya le resultaba esquivo a Morón
en el 0 a 0, con los problemas de siempre en el fondo, sin poder dominar la
pelota en el medio y con envíos frontales sin destino en ofensiva, en ventaja
la visita iría ganando en confianza y asentándose mejor que Morón en su propio
campo de juego, por cuanto no seria de extrañar que llegara al 2 a 0, a los 43’
del primer tiempo, luego de un desborde por izquierda, el posterior centro que
no podría ser rechazado en el área del Gallo, “pifia” mediante, para que
Ignacio Lagos aprovechara tantas ventajas juntas, para llevarse la pelota y someter
por segunda vez a Rojas, con un remate potente y alto, contra el poste de mano
diestra del arquero de Morón.
Mientras tanto, la única que generaría el local en aquella
primera etapa, sería un cabezazo de Gonzalo Berterame (bien contenido por
Manuel Vicentini), ingresando al área, como
siempre en diagonal, tras un centro desde la izquierda de Nicolás Henry.
Ya en el complemento, bajo una “cortina” de agua y un
terreno decididamente intransitable, Colón manejaría terreno y balón, por
momentos casi a voluntad, con chances claras para aumentar la cuenta, un par de
ellas resueltas “in extremis” por Juan Martín Rojas.
Recién en el último cuarto de hora, cuando las reservas
físicas visitantes parecieron comenzar a escasear, Morón pudo llevar algo de
peligro a un muy cómodo Vicentini, más a fuerza de voluntad que de lucidez
ofensiva.
Entre la impiadosa lluvia, el barro y la impotencia local,
el partido se extinguiría con el triunfo 2 a 0 del “Sabalero”, que bien pudo
ser incluso más amplio, por la jerarquía individual y colectiva de un Colón,
que resultó demasiado para las limitaciones de Morón, que ante uno de los
grandes candidatos “hizo agua” y no dio la medida.
Ahora, a visitar Río Cuarto.
@elgallogustavo.
Evidentemente estamos en otro año de equipo para mitad de tabla. Que se podia esperar de un consejo de futbol que erra año atras año la incorporación de jugadores y una dirigencia que nos dice que quieren ascender y luego arman planteles muy limitados. A los errores del Consejo y la Dirigencia, este año se sumo los errores de Fabian Nardozza en la conformación del plantel. En fin, a mitad de año habrá posibilidad de traer 4 refuerzos, habrá que ver que hace la dirigencia, seguramente la plancha, no traeran a nadie y nos quedaremos en la B-Nacional si dios quiere, y con la venta de humo que que queremos ir a primera. Volve Meyer, sos el unico que puede hacernos mas grandes !!!
ResponderEliminarEvidentemente se notó la diferencia de jerarquía, igualmente hay que revisar este equipo, en los dos últimos partidos nos entran por la banda de Henry- Olivares como si nada, tampoco funciona el tandem Arciero-Berterame que con San Telmo y otros no pararon una. El medio no tiene 5, el 6 está muy bajo. Se extraño López mal expulsado. No hay goleador.
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