Un Deportivo Morón que jamás había ganado en Caballito, pero que necesitaba sumar de a tres para mantener la esperanza de clasificación al Reducido, supo revertir un flojo primer tiempo y la desventaja parcial y en una auténtica prueba de carácter y convicción, derrotar a Ferro por 2 a 1, justificando la victoria con un gran complemento, en el que la ambición, el carácter y la actitud de los dirigidos por Migliardi e Iturrería, permitirían al Gallo cortar una racha funesta en un escenario siempre esquivo, para quedar en zona de "Copa Argentina" y a apenas tres puntos de los 13 que al final del torneo, pugnarán por quedarse con el segundo ascenso a la Liga Profesional.
Con Cristian Lillo de entrada, en un "doble cinco" más aguerrido, junto a Santiago Ubeda, y Javier Bayk como extremo, respecto del once inicial del empate frente a Independiente Rivadavia de Mendoza, en una primera mitad intensa y con buenas intenciones de ambos lados, Ferro impondría condiciones, generando las pocas acciones ofensivas de un partido con escasas emociones, en el que Morón controlaría a su rival, aunque sin "lastimarlo" en su zona defensiva.
A falta de cinco minutos para el final de los 45' iniciales, el "inoxidable" Hernán Grana, de lo más destacado del local, le ganaría la "cuerda" a Lucas Angelini, enviando un centro rasante, al primer palo, para que Enzo Díaz anticipase a todos, y con un toque venciera a Juan Martín Rojas, para adelantar a Ferro en el resultado, casi en el epílogo de la primera parte.
De esta manera, el local se iría al descanso con una ventaja mínima, aunque justificada, algo que cambiaría de forma radical en los 15' del entretiempo, ya sin el capitán Lillo, lesionado y reemplazado por Tobías Zárate y antes de iniciar la segunda mitad, con el ingreso de Santiago Coronel en lugar de un inexpresivo Bayk.
Y es que Morón, que no había ensayado más que un remate al arco, en el primer tiempo, desde el inicio del complemento, evidenciaría una ambición y una convicción ausentes en los 45' iniciales, manejando el balón y "apretando" al local contra su arco, tanto que a los 5' de iniciada la etapa final y luego de un cabezazo de Lucas Abascia (una vez mas, de lo mejor del partido), el rebote largo de Miño, arquero del "Verdolaga", le quedaría a Damián Adín para impulsarla con fuerza dentro del arco de Ferro y poner el partido uno a uno, con final abierto y apasionante.
El gol de la igualdad, sin dudas que retemplaría el ánimo de la visita, tanto es así que pasaría a dominar las acciones, con un protagonismo exclusivo, generando no menos de tres o cuatro chances clarísimas para anotar el segundo, pero la repetida falta de contundencia del Gallo, lo privarían de llegar al desnivel, y permitiarían a un desbordado y confundido Ferro, mantenerse en partido, pese a ser claramente superado por un renovado Morón.
Con el trámite ya "quebrado" por la necesidad de ambos en ir a buscar el triunfo, Juan Martín Rojas se convertiría en otra de las figuras, a parir de un par de atajadas fenomenales, que podrían haber puesto nuevamente al frente, a Ferro, pese a no merecerlo, al contrario de lo sucedido en el primer tiempo.
Y cuando el partido se extinguía, con un empate a uno que no le servía demasiado a ninguno de los dos, de un tiro de esquina con mucha "rosca" de Santiago Coronel, desde la derecha, Leonardo Ramos (que había sustituído a Mateo Levato), anticiparía a toda la defensa de Ferro, para "cachetearla" al gol, pese a estar incómodo y sujeto por un defensor, que bien podría haber sido sancionado con penal, de no transformarse en el merecido 2 a 1 del Gallito en Caballito.
De allí y hasta el final, el local se jugaría con todo por alcanzar el empate, pero el buen rendimiento de la defensa de Morón, la solidaridad de sus compañeros del medio y hasta la ofensiva y en especial, la gran noche de Rojas, que ahogaría el grito del empate en tiempo cumplido, le permitirían al Gallo alcanzar un triunfo histórico, que además lo mantiene expectante e ilusionado en la lucha por clasificar a "Copa Argentina " y a meterse en el Reducido.
Con actitud, ambición y convicción, Morón se traería por primer vez, los tres puntos de Caballito, para contradecir a la historia y alimentar el sueño de la clasificación por el segundo ascenso.
En otra prueba de carácter, Morón confirmó que dará lucha hasta el final, en las cuatro jornadas que faltan, para ilusionar a todo el Oeste, con una clasificación que hasta hace diez fechas atrás, parecía menos que una utopía.
Ganó Morón y cree.
@elgallogustavo.
gran alegria en una cancha totalmente esquiva. Si los delanteros se mantienen en buen nivel y el equipo tambien podemos clasificar. arriba GALLO
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