Morón le ganaba 1 a 0 a Defensores Unidos de
Zárate, de manera merecida, al cabo de un buen primer tiempo, volviendo a
gritar un gol, con el penal convertido por Gastón González, hasta que en el
complemento recuperara su mala memoria habitual, que le costara tantos puntos
en el presente torneo, permitiendo el empate de la visita, en un contragolpe, a
partir de una historia repetida: una pérdida de balón en el medio, sumada
a un retroceso defensivo defectuoso, para propiciar el 1 a 1 final, antes del
primer cuarto de hora del segundo tiempo.
Con el ingreso de Agustín Curruhinca como titular
(en su mejor partido desde su arribo, desequilibrante por la banda izquierda y
sacrificado en la “vuelta”, para dar una mano en la marca a Nicolás Henry) en lugar
de Mariano Bracamonte y de Matías Castro por Matías Romero, desde el pitazo inicial
de Jorge Broggi, Morón salió decidido a imponer condiciones, a partir de los buenos
rendimientos del referido Curruhinca, de un recuperado (futbolísticamente) Gastón
González y un más participativo e incisivo Lautaro Disanto, sumados al de rendimiento
más regular desde hace varias fechas: Julián Vitale, pieza indispensable en el
círculo central.
Tras un par de buenos intentos a distancia de
Disanto, bien conjurados por Fabricio Henricot, el “1” visitante, un buen
desborde e ingreso al área de Curruhinca, por izquierda, sería detenido con infracción
por Fernando Arebálo, para el penal bien sancionado por Broggi y mejor ejecutado
por González, alto y al centro, con el arquero jugado sobre su poste zurdo,
para el justificado 1 a 0 de Morón, a los 15 minutos del primer tiempo.
Pese a no demostrar la solidez defensiva de
cotejos anteriores, con un cabezazo apenas desviado, en plena área chica y un remate
bien contenido con los pies, por Juan Martín Rojas, el Gallo se iría al descanso
con una ventaja merecida, que incluso podría haber sido más amplia, de haber
tenido mejor puntería, un luego lesionado Gonzalo Berterame, que elevara su remate por
sobre el travesaño, ingresando solo por el segundo palo, en una inmejorable
chance de gol, tras otro buen desborde y centro de Agustín Curruhinca.
Ya en el complemento, la necesidad obligaría al CADU
a adelantarse unos metros en el campo de juego, permitiéndole a Morón apostar a
recuperar la pelota e intentar manejarla con criterio, en la búsqueda de los
espacios que le permitieran liquidar el pleito.
Por desgracia, una pelota perdida en mitad del
campo, por uno de los mejores valores en la tarde del Oeste, como Disanto, un mal retroceso y una defensa estática le permitirían al CADU armar su
mejor jugada del partido, con Rodrigo Juárez por izquierda, cuyo centro pasado
encontraría a Maximiliano Ortigoza, sin oposición por el lado opuesto para
habilitar a Martín Giménez en el área chica, con tiempo y sin marca para impulsar
la pelota al gol y su innecesario festejo desafiante, de cara a la tribuna
local.
Con el 1 a 1 impensado, a los 12’ de la segunda
mitad, Morón acusaría recibo del golpe y paulatinamente, con el correr de los
minutos, volvería a convertirse en la peor versión de sí mismo, esa que tantas veces
se repitiera a lo largo del campeonato, con voluntad, aunque sin fútbol y absolutamente
impotente en ofensiva, sin importar los nombres propios (fue tan pobre lo de Matías
Castro de entrada, como lo de Matías Romero o Pablo Cáceres y Mauro Schönfeld viniendo
desde el banco).
Sin ideas ni chances claras para ganar el
partido, el CADU con demasiado poco se llevaría un punto del Nuevo Francisco
Urbano, que no le serviría demasiado a ninguno, pero fundamentalmente a Morón, que
lleva ocho fechas sin derrotas, pero con siete empates y una victoria, con
cuatro empates 0 a 0 y apenas cuatro goles.
Y, en definitiva, la sensación de una clasificación
de chances e ilusiones cada vez más “reducidas”.
@elgallogustavo.
📸: Deportivo Morón.
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