Esta vez, Morón estuvo a la altura y bien pudo haber ganado en Mataderos, en especial, tras un inteligente primer tiempo, donde fue más que el líder zonal, sacó una diferencia merecida y no pasó mayores sofocones, ante un Nueva Chicago confundido y nervioso ante su gente, “maniatado” por el despliegue de un Gallo que, ojalá hubiese jugado durante todo el año, al igual que en este cotejo clásico.
Por desgracia, la diferencia para no poder ampliar la ventaja y comenzar a cerrar el partido y como contrapartida, para lograr un empate a base de empuje y poco más, estuvo dado en los “9” de uno y otro equipo, puesto que mientras Matías Romero “estrelló” en el palo la posibilidad del 2 a 0, a poco de iniciado el complemento, con un penal a favor de la visita, en otro error defensivo, de los contados en este encuentro, Facundo Castro convirtió su oportunidad, también desde los “doce pasos”, un par de minutos después del fallado por Romero, con una definición fuerte y al medio del arco, como ameritan estos encuentros, para el empate en uno del “Torito”, que pasara en un puñado de segundos, de un posible 0-2 a un “estimulante” 1 a 1, que no supo terminar de capitalizar, para quedarse con un triunfo vital en la búsqueda de la final por el primer ascenso, a falta de dos fechas para el final del certamen.
Con Rodrigo Arciero como lateral diestro, en lugar del lesionado Brian Machuca, el regreso de Fernando Moreyra en lugar de Emilio Lazza y el ingreso de Thiago Lauro por el suspendido Gastón González (qué bien hubiese venido para ejecutar el penal referido, pero el capitán del equipo se perderá lo que resta del torneo, por su expulsión ante Gimnasia de Mendoza y las tres fechas que recibiera del tribunal de disciplina), Morón salió a imponer condiciones ante un Chicago que tenía todo preparado para su fiesta, avisando con un remate de Agustín Gómez, que terminaba siendo un golazo, mal sancionado como off side por el asistente y a los 16’ de juego, con una gran acción colectiva, iniciada en una remate largo desde el arco, de Agustín Rufinetti, dos “peinadas” sucesivas, de Mariano Bracamonte y Matías Romero, el toque de primera de Franco Disanto y la definición precisa, pegada al poste izquierdo, de Gonzalo Berterame, para el 1 a 0 parcial del Gallo y el silencio atroz de todo Mataderos.
Con la ventaja a su favor, el equipo de César Monasterio ganó en tranquilidad, a diferencia de los nervios en aumento del local, y con un despliegue físico digno de un clásico, con Lauro, Bracamonte, Vaquero y Berterame, como “estandartes”, Morón supo controlar al líder de la zona, en su propia casa, imponiéndose en el medio, no pasando sobresaltos en su última línea y preocupando con cada proyección de Iván Vaquero, bien secundado por Berterame, el más “picante” en la tarde del “República de Mataderos”.
Al regreso del entretiempo y con el “karma” de los goles rivales en los primeros minutos de cada tiempo, a los 7’ de reiniciado el juego, parecía que el destino se encaminaba de la manera contraria, con otra buena combinación por derecha, la llegada al fondo y el centro de Bracamonte, que el arquero local evitó con sus pies el segundo en la cuenta personal de Berterame, pero en el rebote no podrían impedir sus defensores, el claro penal contra Disanto, que Marías Romero ejecutaría “abriendo” su botín derecho e impactando su remate en la base del poste, para que la pelota se pierda fuera de la cancha y Morón se pierda la chance inmejorable del 2 a 0.
Esta acción, lógicamente significó una “inyección” anímica en un Chicago perdido y “aturdido”, que supo encontrar el empate, apenas un par de minutos más tarde y a base de empuje pretendió llevarse el partido de arremetida, lapso durante el cual “arrinconó” a Morón contra su arco y contó con algunas chances de ganarlo (como aquél remate al travesaño y al palo, que luego “picara” hacia afuera del arco), pero que con el correr de los minutos no pudiese sostener el desgaste físico, lo cual permitiese que el Gallo lograra recuperar el control del partido, puesto que con el balón en los pies, siempre la visita resultaría superior a su encumbrado rival.
Y hasta tuvo alguna chance para quedarse con el triunfo, en los minutos finales, como en una buena acción individual del ingresado Patricio Núñez, cuyo remate se perdería apenas “ancho” u otro desborde de un Bracamonte físicamente generoso, rápido y sacrificado, que una vez más el arquero se anticipara al intento de Santiago Sala, en el área chica.
Morón pudo ganar en Mataderos y arruinarle la fiesta por completo a Nueva Chicago.
Contra todo pronóstico “racional” y de conformidad a los antecedentes en este torneo, le arrebató un punto y el trámite del partido.
Lástima que en el “duelo” de “9” y la ejecución de sus penales, la jerarquía estuvo del lado local y con eso le alcanzaría para “salvar un punto” (además del cierre tardío y torpe, como todo el torneo, de Rodrigo Arciero, en la acción de la infracción del penal).
Una vez más, a mitad de camino del “batacazo”. Pero, por lo menos, lejos del ridículo.
Y no es poco. En el contexto de este campeonato de pesadilla.
@elgallogustavo.
📷: Deportivo Morón.