domingo, 25 de junio de 2023

"Cacareó" en Madryn y sigue a paso firme

Morón viajó a Puerto Madryn, para enfrentar a Guillermo Brown de aquella ciudad, en un escenario que le resulta "amigable", en el breve historial registrado entre ambos y esta vez no fue la excepción, ya que se trajo un gran triunfo, el tercero consecutivo, alcanzado con absoluta autoridad y merecimiento, tanto que debió alcanzar la primera diferencia en el primer tiempo, cerrar el resultado mucho antes y tal vez, traerse al Oeste algún gol más.

En otra actuación colectiva sólida, de un equipo de Fabián Nardozza que partido tras partido, va adquiriendo una madurez, de la que careciera en las primera diez u once fechas, cuando deambulaba por la cancha y en el fondo de la tabla, y con varios puntos individuales altos, que respaldan y potencian ese juego de conjunto cada vez más "aceitado" y eficaz, hoy Morón sabe perfectamente a lo que juega y cómo conseguir lo que pretende, marcando diferencias desde lo actitudinal, pero también desde la vocación de protagonismo, sin importar el rival o la condición de local  o visitante, convencido de sus argumentos futbolísticos y con mucha paciencia y solidaridad, como bases fundamentales de su idea de juego.

Con la baja importante de Pablo Ferreira, que ante Agropecuario llegara al límite de las tarjetas amarillas,  reemplazado con el oficio y la prodigalidad de Santiago Ubeda, en la gélida tarde de Puerto Madryn, casi desde el inicio del partido, el Gallo insinuó mejores atributos individuales y de conjunto para imponer sus condiciones, ante un Guillermo Brown permeable en su última línea, pero con el peligro latente de su "nueve" de área, Martín Pino, un punta interesante, de buenos movimientos y ductilidad, pese a su estatura.

Una vez más, sin sobresaltos en su defensa y con buenas "sociedades" en el mediocampo, en esta ocasión, con un Brian Orosco más participativo que Santiago Coronel, la clave del desequilibrio visitante se hallaría en el costado derecho, con las subidas permanentes y "punzantes" de Damián Adín, que no deja de sorprender con su "desdoble" (bien cubierto por Maxi Coronel, llegado el caso) y su criterio y velocidad para desbordar y buscar el área contraria, recurso insoluble para la ultima línea local y que, de no ser por la escasa contundencia de su compañeros en el área, ya sea en el primera jugada o el rebote, Morón pudo y debió ponerse en ventaja mucho tiempo antes y no irse al entretiempo con un cero a cero, demasiado escaso para lo generado en aquella primera mitad.

En el complemento, de un partido "crispado", por otro previsible mal arbitraje de Rodrigo Rivero (que ignoró un penal en favor de Morón, o más de uno), a los 10 del segundo tiempo, Arnaldo González le entraría muy fuerte a Ubeda, determinando la acertada expulsión del "Pitu", nervioso desde el primer tiempo, en el que ya se había ganado la tarjeta amarilla, de un Rivero que hasta ese momento, parecía que se las hubiese olvidado en el vestuario.

En la jugada siguiente y de un tiro de esquina desde la derecha, ejecutado por Orosco, Ezequiel Rescaldani ganaría de cabeza en el segundo palo, para impulsar el balón pegado al poste, bien lejos del alcance de Roberto Ramírez, para que el "9" del Gallo anote su cuarto tanto en la temporada y comenzara a darle algo más de justicia a la "chapa" parcial del partido, a los 11' de la etapa final.

Apenas un par de minutos más tarde, con un local desesperado y confundido, Franco García tendría una ocasión inmejorable para aplicar la "piña" de nocaut, encarando absolutamente solo rumbo al arco rival, con la sola oposición del arquero local, pero al ingresar al área, sin marca a la vista, su remate de derecha daría en el "caño" zurdo, para perderse un gol (casi) imposible.

Con el correr de los minutos, la propia inercia de la necesidad de uno y la comodidad en el juego del otro, pese a que la diferencia en el resultado era mínima, permitió que Guillermo Brown se adelantara en el campo, pese a contar con un jugador de menos y Morón a cederle el balón y esperarlo más cerca de su área, "respiro" que no le trajera sobresaltos importantes a la defensa visitante, pero que bien pudo complicarse con algún acierto aislado ajeno o error o distracción propia.

A falta de 15' para el final del encuentro, Nardozza dispondría el ingreso de Ezequiel Schelotto por Gonzalo Berterame, de buen primer tiempo y sin aportes significativos en el complemento, y tan sólo tres minutos más tarde, una pelota en "cortada", de la "galera" inagotable del "Topo" Coronel, habilitaría el ingreso por izquierda, dentro del área, de Brian Orosco y el "10" del  Gallito, con "ojos bien abiertos" y sin apuro, cedería por el palo opuesto al "Galgo" Schelotto,  para que con su jerarquía la parase, se tomara un tiempo más y ubicase la pelota junto al poste izquierdo, para "liquidar" el pleito 2 a 0, a los 33' de la segunda etapa.

De allí y hasta el pitazo final de Rivero, Morón podría haber convertido algún gol más, ante un Brown de Madryn desdibujado y entregado a la superioridad visitante, pero la escasa contundencia que demostraría a lo largo de los 90 y pico de juego, lo privarían de una victoria mucho más amplia, con cifras de goleada que no hubiesen estado a contramano del desarrollo del encuentro.

Morón "cacareó" fuerte en el Sur y la ilusión se agiganta, fecha tras fecha, con la autoridad de un equipo que sabe a lo que juega y tiene los argumentos futbolísticos para llevarlo a cabo e imponerse a cualquier rival.

Ahora, el CADU en el Oeste. 

Ahora, vamos por más.


@elgallogustavo.



      📸: Deportivo Morón.


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