miércoles, 23 de junio de 2021

"Prueba superada"

Morón volvió al triunfo frente a San Telmo y de esta manera, se recuperó rápidamente de la "excursión" con caída en Campana, con una victoria trabajada y laboriosa ante el "Candombero", similar a la obtenida también en el Oeste, dos semanas atrás, ante San Martín de San Juan, "alegrías" consecutivas de local, que parecerían evidenciar que desde un par de fechas a esta parte, el cuerpo técnico del Gallo, "capitaneado" por Lucas Bovaglio, parece haber asimilado un concepto futbolístico (y también "vital"), tan elemental como necesario: si no se cuenta con los "elementos" justos para "jugar a lo que se quiere", se debe adaptar la "receta" y "jugar a los que se puede".

Y es que Morón, ya no es el mismo equipo de las primeras fechas, de presión asfixiante y atildado trato del balón, ante cualquier rival, escenario y circunstancia, pero de escasos resultados positivos, sino que parecería haberse "puesto el overol" y adaptado a una "versión" intermedia de la idea primigenia, no tan rígida y "fundamentalista", "moldeando" el concepto primordial a la naturaleza de los jugadores propios, de los oponentes y hasta de la medianía (por no decir mediocridad) de un torneo de la Primera Nacional que en la mayoría de sus protagonistas, partidos y estrategias, se asemeja más al juego deslucido y "luchado" prototípico de la "B" Metro y cada día menos a la otrora competitiva segunda categoría del fútbol local, hoy indudablemente emparejada hacia abajo, seguramente por los dislates a la hora de la cantidad de participantes y las ascensos "masivos", propiciados en los últimos años desde la presidencia de la AFA.

Y aunque parezca mentira, lo antedicho no se trata de una crítica, sino todo lo contrario, del "destaque" de una nueva capacidad descubierta en el cuerpo técnico del Gallo y por extensión, en su dirigidos, puesto que parecería hablar de la "inteligencia práctica" para reconocer los límites propios y ajenos, flexibilizando conceptos e ideas, para plasmarlos con mayor acierto y probabilidad de éxito, sin por ello resignar la idea general del protagonismo (mientras se pueda), del juego asociado (cuando se tiene el balón) y la presión asfixiante, siempre y cuando la misma no implique la pérdida del equilibrio y por consiguiente, el desorden en lo colectivo.

Así las cosas, en la previa de la visita de "Telmo", un rival siempre duro y de buen presente, aún en la transición de juego entre la "Metro" y el "Nacional", como todo equipo recién ascendido, Bovaglio debió renovarle la confianza al joven Juan Martín Rojas, en el arco, ante la partida intempestiva, aunque no sorpresiva, de Matías Mansilla, cedido a préstamo a Patronato de Paraná, y en definitiva, una buena manera de "descomprimir" una relación de compleja a "rota", entre el "Payo" y buena parte de la gente del Gallo, ante los errores reiterados y costosos en puntos, del ahora ex "1" de Morón, que comenzaran en Jujuy y la última semana, ante Villa Dálmine, tuvieran su "capítulo" definitivo, para forzar este adiós anticipado.

Por otro lado, la nueva ausencia de Leonel Bontempo, recuperándose de covid, a diferencia del cotejo en Campana, donde lo sustituyera Maximiliano Bonanno (de correcto desempeño), en esta oportunidad el técnico del Gallito optaría por el ingreso de Mariano Bracamonte (uno de los puntos altos con el "Candombero") como lateral por derecha, pese a su dorsal "3", corriendo a Cristian Broggi hacia la banda opuesta, adaptándose bastante bien al perfil cambiado, de un "capitán" del equipo, que indudablemente rinde y "responde" con acierto donde lo ubiquen, desde hace un buen tiempo a esta parte.

El comienzo del encuentro encontraría a un San Telmo mejor asentado en el campo de juego, que el propio Gallito, ofreciendo unos primeros minutos distintos a los acostumbrados por este Morón, que suele sentirse más cómodo con la pelota en los pies y dominador de las acciones, en campo ajeno.

Sin embargo, en la destemplada y más tarde lluviosa tarde del Oeste, el predominio del balón en la visita, no redundaría en situaciones de peligro para el arco de Rojas, y en contraste, de contra con Santiago Sala por izquierda, Tobías Zárate en el centro y Alan Schönfeld desde la derecha, Morón se mostraría mucho más incisivo que San Telmo, generando opciones de gol, en esta ocasión, con menos minutos de tenencia y bastante más aceleración en ofensiva, en comparación con partidos anteriores.

Y es así como Morón llegaría a la primera ventaja, a los '40 de juego, luego de un par de "avisos" (en los pies de Sala y la cabeza de Zárate), a partir de una buena combinación entre Santiago Sala, "atacando" el terreno rival con "verticalidad", y cuando podría haber probado la individual, ceder por el medio a Tobías Zárate, quien luego del control y de un buen enganche, para dejar en el camino a su marcador, sacar un derechazo rasante junto al poste derecho de Alan González, el buen arquero visitante", hijo del recordado "Nacho" y "héroe" en los penales que le dieran el ascenso al viejo "Telmo".

Con la merecida diferencia parcial, sustentada más en el "picante" local a la hora de atacar, que al "dominio" territorial y de la pelota, ejercida de manera estéril por la visita, ya en el complemento, el Gallo se retrasaría unos metros, más por imperio del "empuje" y la necesitada búsqueda "Candombera", que por la decisión táctica de resignar protagonismo.

En un segundo tiempo deslucido y con un trámite que se iría "rompiendo" paulatinamente, con el paso de los minutos, el efecto de la lluvia y el cansancio progresivo, Morón comenzaría a jugar cada vez más cerca de su arco, "resistiendo" los embates de San Telmo, sin demasiadas ideas, pero con la peligrosidad de los centros aéreos, algo que siempre complica a la última línea del Gallo, y más en presencia de delanteros peligrosos, como Javier Velázquez, quien tuviera la más clara, con un anticipo de cabeza, entre Cristian Paz y la salida fallida de Rojas, que se iría apenas "ancho" sobre el poste derecho del arco local.

De contra, Morón tuvo ocasiones para correr el campo rival, incluso con superioridad numérica, pero jamás pudo finalizarlas con acierto, perdiéndose un gol increíble, minutos antes del segundo tanto, con una llegada por izquierda de Gastón González (incansable, presente en toda la cancha, para jugar, quitar o presionar), cuyo centro atrás, le quedaría en los "talones" al recién ingresado Damián Akerman.

Ya en el descuento de seis minutos, decidido por el buen arbitraje de Mariano Negrete, y cuando Morón decididamente "sufría" el desarrollo, por el agotamiento propio y el "ir" incansable de su rival, una gran acción individual de Alan Schönfeld por derecha, en el podio de los mejores de la tarde en el Oeste, terminaría con el desborde del "11" del Gallo, la pausa justa para esperar la llegada de un compañero libre y de frente al arco, y el pase justo a otro reemplazo, Luciano Guaycochea, quien con un zurdazo furibundo le "rompería" el arco a González, para el definitivo 2 a 0, en el minuto '47 del segundo tiempo.

Ganó Morón y volvió al triunfo, para sumar 18 unidades y volver a prenderse en la lucha por ingresar al Reducido, en una Zona "B" tan pareja, que entre el tercero (Defensores de Belgrano) y el décimo por diferencia de gol (Deportivo Morón), sólo median dos puntos, con Santamarina en el cuarto puesto, que suma 19 unidades, a la fecha el último en clasificar al mini torneo por el segundo ascenso.

Un Defensores de Belgrano que, precisamente, constituye el próximo "desafío" del Gallito, el martes 29 a las 15, en el Bajo Núñez, en una prueba interesante para comprobar dónde estamos "parados" y si el equipo de Bovaglio es capaz de sumar regularidad, a sus nuevas virtudes de equilibrio y adaptabilidad táctica.

Mientras tanto, Morón debía ganar y lo hizo. "Prueba superada".


@elgallogustavo.


 

                             📸: Deportivo Morón.

1 comentario:

  1. Victoria después del partido en Campana. Levanta el ánimo. Vamos Gallo!!

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