Luego de tres fechas sin sumar, con dos derrotas (ambas de local, en una auténtica "rareza" para la "media" de rendimiento de esta temporada) y un empate en San Juan, el Gallo necesitaba imperiosamente volver a sumar de a tres, para no seguir perdiendo terreno en su lucha a múltiples frentes: el liderazgo de la zona, que otorga el acceso a la final y dos chances de ascenso (la más compleja y remota de todas, pero no por ello, imposible), la clasificación entre los cuatro primeros, que asegura un "boleto" en el Reducido por el segundo ascenso y, finalmente, la ubicación dentro de los primeros siete de la tabla de la zona "B", a fin de asegurar su participación en la próxima edición de la "Copa Argentina", certamen que a Morón le trae recuerdos imborrables, pero que, sin embargo, hace ya tres años que no califica para su disputa.
Por ello, el equipo de Lucas Bovaglio, acostumbrado a "caer y levantarse", casi como una "resiliente" constante, en una campaña notoriamente irregular y sin embargo, provechosa en puntos pese a lo desparejo de su transcurso, supo "hacerse fuerte" en el "Osvaldo Baletto", en la "mítica" Isla Maciel, "hogar" del siempre complicado San Telmo, de gran campaña en el presente torneo y también en la precitada "Copa Argentina".
Con el regreso de Leonel Bontempo, luego de su fecha de suspensión por cinco amarillas, en lugar de Cristian Paz, y con la modificación táctica de dos "referencias de área", por primera vez en toda la competencia, con el ingreso desde el inicio de Mateo Levato, en lugar de Santiago Nagüel, el Gallito intentaría "volver a las fuentes" y presionar bien alto a su rival, desde el minuto cero, procurando asimismo hacerse protagonista del trámite, ante un buen equipo "Candombero", que al igual que Morón, hace de la tenencia del balón, su principal "arma" futbolística, tanto en ataque como en defensa.
Así las cosas, antes de los '10 de juego, la visita avisaría con un tiro de esquina desde la izquierda, ejecutado por Brian Orosco, de buen partido, pese a sus intermitencias, cuyo centro bajo resultaría impactado de manera defectuosa por Franco Verón (para destacar, su permanente vocación ofensiva y su "olfato" casi de delantero, para "estar" en el lugar del área donde acude la pelota), pero su remate resultaría rechazado por un defensor, antes que pudiera intervenir Alan González, el arquero local, hijo del recordado "Nacho" González.
Sin desplegar un gran fútbol, ni mucho menos, pero con un buen encuentro de sus medios, con Cristian Lillo "bancando la "parada" como único "cinco" enteramente de marca, Gastón González desdoblándose entre la ayuda en el quite y la "escalada" ofensiva, más el aporte de claridad de Orosco y la velocidad de Alan Schönfeld, en esa primera mitad, el Gallo contaría con un puñado de muy buenas oportunidades para abrir el marcador, pero entre Alan González y algunas deficiencias en las "puntada final", le negarían a Morón una ventaja parcial, que no habría estado mal, al término de los '45 iniciales.
En este sentido, las más claras del Gallito estarían en los botines de Tobías Zárate, pero el "1" local respondería con acierto, tanto en un gran tiro libre con destino de gol, como en el mano a mano por derecha, tal vez el perfil menos beneficioso para un incisivo "heredero", sin fortuna ni resolución para el "pase a la red".
Pese a ello, San Telmo también contaría con algunas ocasiones para poner en "apuros" a Bruno Galván, en este caso, más que por aciertos ajenos, por las debilidades que evidenciaría una última línea de Morón, que sin dudas extraña la mejor versión de su capitán, Cristian Broggi, y que no termina de ensamblar una zaga central confiable, pese al correcto partido de Lucas Abascia y Franco Verón, con una mejora ostensible en el rendimiento de Abascia, de flojo partido una semana atrás, frente a Dálmine en el Oeste, en posición de lateral zurdo.
De esta manera, un par de despejes cortos y en la "medialuna", generarían peligrosos remates desde fuera del área, de los volantes de "Telmo", con el buen pie y la claridad conocidas de dos ex Morón, como Damián Toledo y Ramiro López, o los desbordes por la puntas y los centros al "corazón" del área visitante, en procura del siempre peligroso Javier Velázquez y la habilidad y potencia de Thomas Amilivia, ese joven gran delantero que tiene el "Candombero".
En el complemento, el trámite se tornaría más discreto y peor jugado que en el primer tiempo, con demasiado apuro en unos y otros, por torcer un empate que servía de poco a ambos, en la lucha por mantenerse en los puestos de arriba, en el caso del Gallo, y acercarse un poco más a los mismos, en las "urgencias" del dueño de "casa".
En ese contexto, Nahuel Viñas, árbitro del encuentro, invalidaría un gol, entendemos que legítimo de Cristian Broggi, y minutos más tarde, Franco Verón, otra vez imponiéndose en ataque, cabecearía al centro del área, para el ingreso de Lucas Abascia, mano a mano con Alan González, aunque el brazo del arquero resultaría unos milímetros más largo que la pierna del zaguero del Gallo, para evitar lo que parecía la ventaja del visitante.
Como contrapartida, San Telmo continuaría preocupando a la defensa de Morón, a partir de la mayor velocidad o repentización de los volantes para ganar las "segundas pelotas", cerca del área visitante, como en los desbordes laterales, para que el mejor del local, Amilivia, intentara tanto de arriba, pese a tu estatura, como por abajo, merced a su gambeta, por momentos, indescifrable.
Cuando el partido parecía encaminarse a un reparto de puntos, con "sabor a poco" para ambos, Guillermo Villalba, que había ingresado algunos minutos antes, en reemplazo de Tobías Zárate, intentó ganar de cabeza en el área, "comiéndose" un terrible "botinazo" en la cara, producto de la torpeza y la desesperación en la marca local, jugada con riesgo para la integridad física del delantero de Morón, que con buen tino, Nahuel Viñas sancionara con penal para los de Bovaglio.
Luego de un par de minutos, de reclamos y conciliábulos, y los infructuosos intentos de Alan González por "hablarle" a su homónimo del Gallo, para ponerlo nervioso, el talentoso volante del Gallo le "respondería" con una exquisita definición, casi "picando" la pelota sobre su palo izquierdo, bien arriba y no tan violento, para dejar en "ridículo" al arquero y poner el festejado uno a cero para la visita, a los '37 del complemento.
Para colmo de "males", en el caso de "Telmo" o de "bienes" para el Gallo, un rato más tarde, Javier Velázquez reaccionaría de manera incompresible contra Franco Verón, en mitad de cancha y en una jugada intrascendente, aplicándole un codazo en el rostro, para dejar al local con "diez", en la muestra más lapidaria de la impotencia del local.
Pero como en Morón, "si no se sufre, no vale", en el descuento y en la última "bola" de la tarde, en la Isla Maciel, tras un par de tiros de esquina, el rebote le quedaría fuera del área al ingresado, Rodrigo Depetris, cuyo remate se iría apenas "ancho" sobre el "caño" zurdo del arco de Galván.
El pitazo final de Viñas, de correcto arbitraje traería el "desahogo" esperado para Morón, que lograba cortar la racha negativa de tres partidos sin ganar y al sumar de a tres, volvía a acomodarse en los puestos de vanguardia, con 44 unidades, quinto por diferencia de gol, pero igualando los puntos con el tercero (Ferro, aunque con un encuentro menos) y con el cuarto, Independiente Rivadavia de Mendoza, "propietario" hasta hoy del último "pasaje" con derecho al Reducido por el segundo ascenso.
Ahora, es tiempo de Defensores de Belgrano, en el Nuevo Francisco Urbano, el venidero sábado a las 17, a falta de cuatro "duelos" para el final de la fase de clasificación.
A "recuperar la memoria" de local.
@elgallogustavo.
📸 : Deportivo Morón.
No se jugó bien pero lo importante son los 3 puntos. A seguir soñando. Aguante Gallo 🐓
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