lunes, 17 de octubre de 2022

Eliminados, pero no derrotados

Tras empatar 1 a 1 en Mendoza, y por la ventaja deportiva que favorecía a Gimnasia y Esgrima, en caso de igualdad en los 90', Morón quedó eliminado del torneo Reducido, por el segundo ascenso a la Liga Profesional, al cabo de un partido parejo, disputado y "caliente" en el final, en el que pudo "golpear" primero y ponerse en ventaja, pero luego no supo sostener esa diferencia parcial (conseguida ante de los 15 minutos), se replegó demasiado y dejó venir a su rival, que con su necesidad a cuestas, encontró una mano de penal, a poco del cierre de la etapa inicial, para volver a trasladarle la responsabilidad del triunfo a un Morón, que careció de profundidad en el complemento para conseguir el gol que le diera la clasificación.

Con el regreso de los "ausentes" en Carlos Casares, algunos por hallarse al límite de las amonestaciones y en otros casos, para darles una semana de descanso, luego de un maratónico y extenuante torneo de 37 fechas, el Gallo llegaba al "Víctor Legrotaglie" con la obligación de ganar, como único resultado posible, para poder clasificar a cuartos de final, puesto que la ventaja deportiva que favorecía al "Lobo" mendocino, por su mejor ubicación en la temporada regular, no sólo consistía en la localía, sino también en la posibilidad de pasar de ronda aún con el empate.

En los primeros minutos, Gimnasia intentó imponer condiciones desde el manejo del balón en el mediocampo, pero de a poco, Morón pudo emparejar las acciones, de un local con buenas intenciones, pero carente de ideas, para "avisar" en dos ocasiones, frente al arco local: en la primera, con un remate peligroso desde afuera, de Santiago Coronel y en la segunda, con un ingreso por sopresa, a cargo de Damián Adín, en posición de "9", cuyo cabezazo imperfecto se perdiera lejos del poste derecho.

Aunque a los 12 de juego, una mala salida desde el fondo, de la defensa del "Lobo", sumado a una efectiva presión alta, que le permitiría al Gallo recuperar el balón rápido y cerca del área rival, el centro le quedaría a Leonardo Ramos, que ensayaría una "media vuelta" imprecisa, rechazada a medias por el ex Morón, Fernando Bersano, "obsequio" que aprovecharía Tobías Zárate, para poner en ventaja a la visita, con un derechazo rasante y potente, junto al palo zurdo, y de esta manera anotar el primer gol desde su regreso, durante el mercado de pases de invierno 2022.

Con el resultado a su favor, antes del primer cuarto de hora, Morón podría haberse "defendido" con la pelota, pero sin embargo, tal vez por la inercia habitual del equipo que se pone en ventaja, más de visitante, o quizá por la presión que intensificara el local, a partir de su necesidad de llegar al empate, Gimnasia comenzó a "merodear" el área de Juan Martín Rojas, en particular a través de su franja izquierda, con los "encuentros" de Leandro Ciccolini y Santiago Solari, los más destacados del conjunto mendocino, generando buenas reacciones de la defensa visitante, en especial de la zaga central (con otro gran partido de Cristian Paz y Lucas Abascia), pero siempre al límite del error propio o la virtud ajena, o del imponderable, como en el caso del penal, a los 42' del primer tiempo.

Y es que, de tanto ir e ir, sobre el área de Morón y de ejercer tamaña presión sobre la última línea visitante, en una cobertura de Paz sobre izquierda, la pelota la rebotaría en el brazo separado de su cuerpo, otorgándole a Gastón Monzón Brizuela, el árbitro del encuentro, la excusa justa para sancionar penal en favor del local, que Leandro Ciccolini, un par de minutos después, "cambiaría" por gol, con una buena definición sobre poste izquierdo, cuando Rojas se había "jugado" sobre el derecho.

Si bien el penal estuvo bien cobrado, aunque reflota la polémica sobre la regla en este punto, puesto que a futuro, pareciera que los clubes deberían contratar defensores sin brazos, para evitar penales como el referido, el cierre del primer tiempo comenzaría a marcar el rumbo final de un partido que habría de desnaturalizarse, por un mal y tendencioso arbitraje de Monzón Brizuela, que demostraría dos "varas" diferentes para sancionar infracciones y sacar amarillas, tanto es así que Morón se iría al entretiempo con Paz y Angelini amonestados (el primero, por la mano del penal), mientras que el local llegaría al descanso sin tarjetas, y eso que Matías Villarreal, su volante central, cometió dos infracciones fortísimas (una en cada tiempo), que en condiciones normales, hubiesen determinado su expulsión en el complemento.

Todo ello, sin contar el "muñequeo" que utilizan este tipo de arbitrajes, cobrando todas las divididas para el mismo lado, alterando los ánimos, en un partido que ya había tomado "temperatura", y se profundizaría en los 45' restantes, con el tiempo que harían los jugadores locales, en cada fricción o balón detenido, algo que, en rigor de verdad, también había empezado a hacer el propio Morón, con el resultado a su favor y apenas 15' de juego en el reloj

Ya en el complemento, Gimnasia ganaría en confianza y tranquilidad, plantándose de manera inteligente en el terreno de juego, trasladándole a Morón el nerviosismo y la responsabilidad de ir en búsqueda del "gol salvador", algo que al Gallo le costaría mucho asumir, en su intento de progresar con prolijidad y sin perder el orden.

Con el correr de los minutos, el "Lobo" mendocino, luego de dilapidar un par de contras inmejorables para "liquidar" el partido, plantaría dos líneas de cinco y sin "ruborizarse" frente a su público, esperaría a Morón en su campo, pero el Gallo, con un flojo rendimiento de sus mejores hombres de desequilibrio, casi no generaría acciones de peligro en el área local, más allá de un puñado de zozobras en el área local, más por errores defensivos que aciertos de los volantes lanzadores o delanteros visitantes.

Ya en el tiempo adicionado, un Morón apurado, jugado en ataque y con las "pulsaciones" a mil, caería en la "trampa" de Monzón Brizuela, y se quedaría con diez, por la expulsión de Lucas Abascia (que debió ser roja directa y no doble amarilla), por aplicarle un cabezazo a un rival (reacción ante una fuerte infracción del ingresado Joan Juncos), acción que derivaría en un tumulto generalizado entre los protagonistas, dentro del campo de juego, que consumiría casi por completo los 5 +3 de agregado y que luego se prolongaría de manera lamentable, en la manga e incluso fuera del estadio, con particulares locales y allegados/miembros de la secretaría técnica visitantes (algo para revisar puesto que no es la primera reacción), cuando la comitiva de Morón emprendía la "retirada" del "Legrotaglie".

Y hasta se irradiría aún más lejos, con la desacertada publicación en las redes oficiales de Morón, de un posteo final del encuentro, y la referencia a un "bochornoso partido" de Monzón Brizuela, inadecuada adjetivación para quienes están a cargo de la comunicación del club y por lo tanto lo representan, perjudicando la imagen institucional, por un exabrupto que puede entenderse al influjo del nerviosismo general, pero jamás justificarse desde las responsabilidades de la representación formal y mucho menos, desde la labor profesional en materia de comunicación institucional.

En definitiva, de regreso al fútbol, el Gallo no pudo aprovechar su momento, habiéndose puesto rápidamente en ventaja, para trasladarle la responsabilidad y el nerviosismo a un Gimnasia de Mendoza, que sí supo hacerlo en el complemento, con el partido empatado y la necesidad del lado visitante.

A modo de "balance" final, destacar la notable campaña de un Deportivo Morón, que bajo la dirección técnica de "Chiche" Migliardi y Joaquín Iturrería, pasó de inquietarse por el descenso, a obtener el 66,6 por ciento de los puntos, en los últimas quince fechas, para clasificar al Reducido, en una remontada futbolística brillante.

Y en Mendoza se dejó todo, como en cada partido del campeonato, pero no alcanzó con el empate, por la ventana deportiva en favor de su rival, que terminó "aferrada" a la misma, casi como único argumento para seguir con "vida".

Por todo ello, no existe nada para reprochar y mucho por valorar y agradecer a los protagonistas, confiando en la continuidad de un proceso, que seguramente seguirá dando más y mejores resultados en el futuro inmediato.

Eliminados, pero no derrotados.

La próxima temporada, hay revancha.


@elgallogustavo.



        📸: Deportivo Morón.


domingo, 9 de octubre de 2022

Por el sueño, a ganar o ganar

Morón, ya clasificado al Reducido, visitó en Carlos Casares, a un Agropecuario que no jugaba por nada, buscando un nuevo triunfo que le permitiera una mejor posición final en la tabla y con ello, la posibilidad de disputar alguna instancia de local y con ventaja deportiva, en el caso de ir clasificando en los cruces iniciales.

Por la misma razón,  con el objetivo de llegar con todos los "soldados" disponibles y en óptimas condiciones al petit torneo que ofrece un lugar en la próxima edición de la Liga Profesional de Fútbol, la "dupla" Migliardi e Iturrería decidieron (con buen tino) resguardar a aquellos futbolistas al límite de amarillas (a sabiendas que las mismas se "limpian" en las próximas instancias decisivas) y darle "descanso" a jugadores fundamentales, con el rodaje extenuante de un campeonato insólito de 37 interminables fechas.

De esta manera, en la desapacible tarde de Carlos Casares, ingresarían Cristian Broggi, Leonel Bontempo, Alan Schönfeld, Pablo Ferreira y Javier Bayk, en lugar de Cristian Paz, Lucas Angelini, Gastón González, Santiago Ubeda y Santiago Coronel, ofreciendo la misma solvencia de costumbre, pese a los cambios, hasta que la expulsión de Leonel Bontempo, al final del primer tiempo, lo condicionara en el complemento, "agrandara" a su rival y pese a ello, estuviese a punto de ganarlo, en la última acción de juego del encuentro.

En efecto, el primer tiempo comenzó con un Morón agresivo, fiel a su costumbre, buscando el arco de enfrente con mucha gente, con un buen partido del juvenil Pablo Ferreira en el círculo central, generando la primera ocasión de gol, a poco de iniciado el partido, con un remate cruzado de Alan Schönfeld, que se perdería apenas ancho sobre el poste derecho.

Con el correr de los minutos, Agropecuario se acomodaría mejor en el terreno y comenzaría a ejercer el domino territorial y el monopolio del balón, valiéndose de la complicidad de un protagonista inesperado: el fuerte viento que cruzaba el campo de juego y que, a favor del local, en aquél primer tiempo, tornaba casi imposible la tarea de pasar la mitad del campo, con un remate desde los "arrabales" del arco del Gallo.

Con la complicación referida, de un factor meteorológico impensado, pero decisivo a la hora de intentar dominar la pelota, Morón extrañaría la ausencia de Coronel, máxime con un Bayk que entraría muy poco en juego, de manera tal, que la única forma en que la visita podía manejar el desarrollo del partido, sería a partir de las intervenciones del "Pony" Gonzalo Salega, en especial, durante los primeros 45 minutos.

Sin zozobras en el arco propio y poco y nada de peligro generado en el ajeno, el primer tiempo se extinguía sin demasiadas emociones, hasta que la repetición de dos infracciones evitables de Leonel Bontempo, lo dejaran afuera del encuentro por doble amarilla y con ello, el Gallo se viera condicionado en el complemento, por un hombre de menos, ante un rival que once contra once, daba la impresión de resultar absolutamente "ganable", con la carga antojadiza y contrafáctica de cualquier aseveración a priori.

En el segundo tiempo, Agropecuario se "agrandaría" en superioridad numérica y procurando cerrar con una mejor imagen, una pobre temporada en el certamen, más allá de su mejor performance en "Copa Argentina", apretaría a la visita contra su arco, usufructuando el lateral derecho de su ataque, a partir del retroceso de Alejandro Melo, para habilitar a Alejo Montero (complicando a Damián Adín, obligado a cubrir la banda diestra, con la expulsión de Bontempo), con centros para un Emanuel Dening siempre peligroso.

Y allí, una vez más, surgiría la figura de Juan Martín Rojas, cuando lo convocaran a intervenir, como la solvencia habitual de Lucas Abascia, sumado a la confirmación de la escasa efectividad de la ofensiva local, que no por casualidad convirtiera 25 goles en 37 partidos.

Y es que Agropecuario contaría con tres o cuatro chances claras de gol, algunas conjuradas ente Rojas y la defensa de Morón, pero la mayoría mal definidas por los puntas locales, pese al buen manejo del balón y la búsqueda constante, desde el comienzo y hasta los '30 del complemento.

Hasta que, entre el cansancio y la frustración del local y el adelantamiento visitante, Morón hallaría algunos "huecos" para intentar llevarse los tres puntos de "arrebato", sobre el final, como en el gol bien anulado por posición apenas adelantada de Matías Córdoba, y en la más clara del segundo tiempo, la ocasión que desperdiciaría Mariano Bracamonte, ingresanso solo del centro hacia la izquierda, en la última acción de juego del partido.

En definitiva, once contra once, Morón dio la sensación de poder llevarse los tres puntos, en algún momento propicio, pero la prematura expulsión lo condicionaría, mucho más que las ausencias, a tal punto que bien pudo perder el encuentro en el complemento.

Ahora, a pensar en el Reducido, siempre de visitante y con desventaja deportiva, algo que lo obligará a salir a ganar ante cualquier rival y en cualquier escenario, nada nuevo ni extraño para un Morón que viene disputando "finales", desde hace no menos de diez fechas a esta parte.

Porque, a veces, el jugar con dos resultados posibles puede convertirse en un "boomerang", y el especular con el empate, en la manera más efectiva de quedar eliminado.

Morón estará obligado a salir a ganar en todas las canchas, en cualquier instancia del inminente Reducido, y si nos guiamos por los enfrentamientos con todos los posibles rivales, en la fase regular, nadie fue superior en el juego al equipo de la "dupla", más allá del eventual resultado final.

A "suerte o verdad", por el sueño compartido y el "premio" máximo del "boleto" a la Liga Profesional.

Vamos Gallo, CARAJO!!.


@elgallogustavo.



         📸: Prensa, Deportivo Morón.


martes, 4 de octubre de 2022

La clasificación de un Morón resiliente

Si hace diez fechas atrás, nos hubieran asegurado que manteníamos la categoría sin sufrimiento y clasificábamos a "Copa Argentina", sin dudas que hubiésemos "firmado" con ambas manos.

Pero, si hace tan sólo diez fechas atrás, nos hubieran confirmado que clasificábamos al Torneo Reducido por el segundo ascenso y que habríamos de lograrlo una jornada antes del cierre del campeonato, seguramente que lo hubiésemos refrendado, firmando con ambas manos y ambos pies, de ser necesario.

Y es que, desde la llegada de la "dupla", Alejandro "Chiche" Migliardi y Joaquín Iturrería, luego de los fracasos de Alejandro Orfila y Gastón Coyette, el Gallo hallaría en "casa", la "receta" para cambiar una campaña complicada, por un "sprint" final de nueve triunfos en 20 partidos, con ocho empates y apenas tres derrotas, para devolvernos la ilusión a todos y de "yapa", regalarnos una esperanza de ascenso a Primera, francamente impensada, ni para el optimista de los fanáticos, y no por imperio de la casualidad, sino de un proceso de mejora progresiva y continua, mental primero y futbolística después, para que hoy Morón ya pueda respirar aliviado, sabiendo que la clasificación está en el "bolsillo", con 34 unidades obtenidas en las últimas 17 fechas, es decir, el 66,6 por ciento de los puntos, desde la primera victoria con la "dupla" en el banco, en el Oeste y ante Villa Dálmine, allá por la fecha 19.

Y es que Morón, frente a Instituto de Córdoba, tenía la ocasión inmejorable de meterse de lleno en el Reducido, sin depender de nadie y a falta de una jornada para el final del torneo, claro que para ello, debía superar a un buen equipo de Lucas Bovaglio, que fue el único capaz de oponerle cierta resistencia al andar demoledor de su coterráneo, Belgrano, y hoy se halla pugnando por finalizar el certamen como escolta, para evitar dos fases del Reducido, ingresando recién en etapa de semifinales y con ventaja deportiva, ante cualquiera de los rivales que llegase hasta dicha instancia.

Y Morón ganó un partido más que "chivo", de manera absolutamente merecida, con un primer tiempo en el que supo quitarle la pelota a "La Gloria"(tarea nada sencilla, frente a uno de los equipos que mejor fútbol desplegara durante todo el torneo) y con muy buena circulación de balón, siempre a ras de piso y con destino cierto, hasta cortar los "circuitos" de su rival, que dependería de su calidad individual, para intentar generar peligro al arco de Juan Martín Rojas.

Así las cosas, desde lo colectivo, tanto en el juego prolijo y atildado, como en el sacrificio a la hora del retroceso defensivo y la marca en toda la cancha, el Gallo iría imponiéndose en el desarrollo, para minutos después trasladarlo al marcador, cuando a los 14 del primer tiempo, una excelente "trepada" ofensiva de Damián Adín, por derecha, derivaría en el intento de remate al arco de Tobías Zárate, y en el rebote, la "embestida" goleadora de Gastón González (por fortuna, desde hace un tiempo a esta parte,  mucho más parecido a aquél jugador cerebral y desequilibrante que no puede faltar), para "fusilar" a Jorge Carranza, con un derechazo potente y a media altura, para "romperle al arco" al "1" visitante y hacer delirar a la multitud que colmara el Nuevo Francisco Urbano.

Con la ventaja, Morón cedería la iniciativa a la necesidad de la visita, pero sin resignar la consigna de la salida prolija desde el fondo y las "triangulaciones", superada la línea de ventaja de Instituto, hasta que menos de diez minutos más tarde, en una doble" "salvada" en el arco de Rojas, Diego Ceballos, árbitro del encuentro, sin haber visto absolutamente nada de "primera mano", pero "a pedido" de los jugadores visitantes, le regalaría a "La Gloria" la posibilidad pronta del empate, con un penal inexistente, que Juan Martín Rojas evitaría, con una enorme atajada sobre su palo izquierdo, para "atragantarle" el grito a Gabriel Graciani y darle justicia a un fallo arbitral vergonzoso.

En un trámite de ida y vuelta, casi sin transiciones en el mediocampo, pese al buen trabajo, una vez más, de Santiago Ubeda, Morón defendería con acierto, a partir del gran nivel sostenido de su línea defensiva y procuraría "lastimar" de contra, con la velocidad de Gonzalo Salega, el desborde de Zárate, la presencia siempre intimidante de Leo Ramos y, fundamentalmente, el criterio y capacidad futboleras de Santiago Coronel, otro de los principales responsables, de este crecimiento futbolístico del equipo, en la última decena de jornadas.

Ya en el complemento, Instituto saldría decidido a "pagar cara" la derrota, procurante arrinconar al Gallo contra su área, para lo cual contaría con la colaboración inestimable del árbitro, que cobraría de manera sistémica, cada pelota dividida en favor de la visita, aunque la labor sólida, solvente y reiteradamente consistente de la defensa local, eximirían a Juan Martín Rojas de mayores "sofocones", salvo alguna "pelota parada" o un centro al segundo palo, despejado "in extremis", por un brillante Cristian Paz.

Con algunas chances, no muchas, de contragolpe, para liquidar el "pleito", a diferencia de la primera etapa, en el segundo tiempo, el equipo de Migliardi e Iturrería apostaría a sostener el resultado, más cerca de su arco y convencido de su reconocida capacidad defensiva, no por ello resignando su consigna de circulación de la pelota, cada vez que la recuperaba e intentaba progresar en el campo, ya sea para buscar con decisión el arco de enfrente, o bien para descansar del dominio territorial ajeno (pero casi sin situaciones de riesgo) con el balón debajo de la "suela" propia.

El final desataría el delirio en la multitud del Gallo, que un rato después, con el triunfo de Belgrano sobre Chacarita, confirmaría aquello que, hace diez fechas atrás, hubiésemos firmado con los ojos cerrados: la clasificación a "Copa Argentina" 2023 y al inminente torneo Reducido por el segundo ascenso a la Liga Profesional, a falta de una jornada para el cierre de la (extenuante) fase regular de la Primera Nacional.

El próximo sábado por la tarde, de hilvanar su quinta victoria en fila, frente a Agropecuario, en Carlos Casares y sumados a otros resultados, Morón hasta podría finalizar el certamen en la séptima posición.

Que me "pellizquen", pero no me dejen "despertar" hasta Primera.

La clasificación de un Morón resiliente. Enhorabuena.


@elgallogustavo.