jueves, 30 de diciembre de 2021

De la "T", con "escala" en Campana y acento cordobés: Bersano

En las últimas horas, el Deportivo Morón concretó su séptimo refuerzo (que se suma a Damián Adín, lateral derecho de Dock Sud; Santiago Ubeda, volante central a préstamo de Sol de América de Paraguay; Gonzalo Salega, volante externo diestro, ex Los Andes; Lucas Angelini, lateral izquierdo, de Argentino de Merlo; Rodrigo Sayavedra, volante externo zurdo, que procede de Mitre de Santiago del Estero y Santiago Coronel, enganche de la Reserva de Vélez), de último paso en Villa Dálmine, con mucha presencia y nada menos que seis goles, una muy buena cifra, tratándose de un volante  (interno o externo) o lateral zurdo.

En efecto, en la fecha fue anunciada oficialmente la llegada de Fernando Luis Bersano, nacido hace 23 años (más precisamente, el 3 de enero de 1998) en Arroyito, provincia de Córdoba, y que arriba a préstamo (sin opción de compra) de Talleres de Córdoba, dueño de su pase, hasta el 31 de diciembre de 2022.

De esta manera, Fernando Bersano es un "producto" de la inferiores "Tallarines", a donde arribara con tan sólo 13 años, para realizar toda su recorrido formativo en la popular entidad de "Barrio Jardín". 

Bicampeón con la Reserva de la "T", en 2017 y 2018, Bersano firmó su primer contrato profesional en 2016, para debutar de manera oficial en enero de 2019, frente a Independiente. En la temporada 2018/2019 disputó ocho encuentros, todos como titular, con 627 minutos efectivos en cancha, sin anotar goles ni recibir tarjetas.

A comienzos de la temporada 2019, Fernando Bersano sufre una dura lesión ligamentaria, siendo operado y recuperándose seis meses más tarde, para tomar parte de la pretemporada "Albiazul", en diciembre del mismo año.

El 27 de febrero de 2021, Talleres cede a Fernando Bersano, hasta final de temporada, a Villa Dálmine, donde con continuidad, redondea un gran rendimiento, a partir de 27 presencias, 25 de ellas como titular, con 2073 minutos efectivos de juego, convirtiendo nada menos que seis tantos, además de recibir una amonestación, sin expulsiones.

Su serie goleadora comenzó precisamente ante Morón, en Campana, en el primer triunfo de un Villa Dálmine, que por entonces "deambulaba" por el fondo de la tabla, abriendo el camino de la victoria local a los '75, para el 2 a 0 final del "Violeta", el 17 de junio del presente.

Diez días más tarde, el 27 de junio, pone en ventaja a Dálmine, también en el "Coliseo de Mitre y Puccini", a los '18, en el empate 1 a 1 ante Tristán Suárez. El 12 de julio, nuevamente en Campana, se anota en la derrota 2 a 1 frente a Instituto, abriendo la cuenta a los '41.

El 18 de septiembre de 2021, en tiempo cumplido, le da una agónica victoria a Dálmine por la mínima, otra vez en Campana, ante Santamarina. El 1° de octubre de este año, convierte el segundo tanto del "Violeta", siempre de local, a los '49, para la victoria 2-1 frente a Güemes de Santiago del Estero. 

Finalmente, su sexto y último gol en la campaña, Fernando Bersano lo convierte el pasado 30 de octubre, (¿dónde sinó, que en Campana?), para el empate en uno ante Gimnasia y Esgrima de Jujuy, "empardando" el marcador a los 39 minutos.

En definitiva, Fernando Luis Bersano, volante o lateral zurdo cordobés, de último paso por Dálmine y que llega a préstamo de Talleres de Córdoba (dueño de su pase hasta diciembre de 2023), hasta fines de 2022, registra un total de 37 partidos oficiales (ocho con la "T" por Liga Profesional, dos más por Copa Libertadores 2019, sumados a los 27 de la última temporada en Villa Dálmine), con seis tantos convertidos como profesional, todos en Campana (literal).


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            📸: Infografía, Deportivo Morón.




miércoles, 29 de diciembre de 2021

Santiago Coronel, de la "cantera" de Vélez, tras los pasos de Tobías Zárate

El Gallo sigue en la búsqueda de conformar su plantel 2022, de cara al regreso a la actividad, pautado para el próximo 3 de enero, bajo la conducción técnica de Alejandro Orfila, y unos días más tarde, con la etapa más dura de la pretemporada, en el predio de Gabriel Calderón, en Mariano Acosta.

Tras la exitosa experiencia de acudir a jóvenes valores de Vélez Sarsfield, tal el reciente caso de Tobías Zárate, de gran temporada 2021 y autor de nueve tantos en la pasada campaña (la gran mayoría de jugada, convirtiéndose en el goleador del equipo, junto a Gastón González y hoy con destino de fútbol chileno, más precisamente en Coquimbo Unido), Orfila y la secretaría técnica del club volvieron a "posar sus ojos" en otra "joya" de la inagotable cantera "Fortinera": en este caso, se trata de Santiago Agustín Coronel, de apenas 21 años.

Nacido el 12 de julio de 2000 y "vecino" de Ituzaingó, el "Topo" es un volante diestro, que puede desempeñarse tanto como volante ofensivo (por derecha o por izquierda), como en rol de segundo  delantero, habiendo convertido algunos goles en la Reserva de la entidad de Liniers, algunos de los cuales, merced a su buena pegada desde afuera.

Con contrato firmado recientemente, más precisamente el 11 de noviembre de 2021, hasta el 31 de diciembre de 2024, Santiago Agustín Coronel llega a préstamo al Deportivo Morón, sin cargo ni opción de compra, por el plazo de un año, hasta la finalización del próximo torneo de la Primera Nacional, allá por diciembre de 2022.

Sin haber tenido la oportunidad de debutar como profesional con la casaca de Vélez, el "Topo" Coronel arriba al Gallito para ganar minutos en cancha, experiencia y a cambio, retribuir su calidad dentro del rectángulo de juego.


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            📸: Universo Vélez.

martes, 28 de diciembre de 2021

Rodrigo Sayavedra, de Santiago a Morón

Con el objetivo de conformar un equipo competitivo, que vuelva a "pelear" por cosas importantes, como en la última temporada, el plantel ahora conducido por Alejandro "Chano" Orfila cerró a un refuerzo de buenos antecedentes y características interesantes: nos referimos a Rodrigo David Sayavedra, extremo izquierdo de 26 años, de último paso por Atlético Mitre de Santiago del Estero.

Nacido el 21 de julio de 1995, en Quilmes, provincia de Buenos Aires, Rodrigo Sayavedra se inició futbolísticamente en Argentino de Quilmes, siendo cedido por el "Mate" a Estudiantes de Buenos Aires, el 30 de junio de 2017.

En su primera temporada en el "Pincha" de Caseros, durante la campaña 2017/2018, Sayavedra disputaría 36 partidos, 35 de ellos como titular, con 2953 minutos en cancha, además de convertir tres goles y recibir seis amonestaciones, sin tarjetas rojas.

Para la siguiente campaña, la 2018/2019, aún en Caseros, Rodrigo Sayavedra repite números importantes, con 35 encuentros disputados, 29 desde el inicio, con un total de 2568 minutos efectivos de juego, y nada menos que siete tantos convertidos, con siete amonestaciones y ninguna expulsión.

Finalizados sus préstamos en Estudiantes de Buenos Aires, Sayavedra se "muda" a Mitre de Santiago del Estero, el 1° de agosto de 2019, disputando la segunda mitad de la temporada 2019/2020, interviniendo en seis cotejos, dos de ellos como titular, con 217 minutos en cancha, sin goles ni tarjetas rojas, con una sola amonestación.

Para la temporada 2020/2021, siempre en Santiago del Estero, Rodrigo Sayavedra toma parte en cinco partidos, todos en el equipo inicial, con un tanto convertido y una tarjeta amarilla.

Finalmente, durante la última campaña 2021, Sayavedra recupera sus mejores números, con 21 presencias, 18 como titular, además de totalizar 1437 minutos efectivos de juego, convirtiendo dos goles y siendo amonestado en dos oportunidades, sin expulsiones.

Sus goles en la pasada temporada, fueron en el triunfo por 1 a 0 frente a Nueva Chicago, en Santiago,  el 25 de julio (a los '19 de iniciado el cotejo) y tres jornadas más tarde, el 15 de agosto de 2021, en la caída 2 a 1 ante Belgrano, en Córdoba, convirtiendo el descuento santiagueño, a los '30 del segundo tiempo.

En definitiva, Rodrigo David Sayavedra, (que llega a préstamo hasta diciembre de 2022), extremo izquierdo de 26 años, de último paso por Atlético Mitre de Santiago del Estero, registra un total de 103 partidos oficiales, con 13 goles convertidos de manera profesional.


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            📸: Deportivo Morón.

viernes, 24 de diciembre de 2021

Lucas Angelini, alternativa para el lateral izquierdo

Con Leonel Bontempo como único lateral izquierdo, tras la salida a mitad de campeonato de Maximiliano Bonanno, una de las prioridades de Alejandro Orfila, pasaba por tener una alternativa defensiva por la banda zurda. 

Así las cosas, en la jornada, se produjo el arribo (hasta el 31 de diciembre de 2022) de Lucas Emanuel Angelini, marcador de punta por izquierda, de 26 años, que proviene de caer en la final, por el segundo ascenso a la Primera "B", frente a Ituzaingó, defendiendo la camiseta de "La Academia" de Merlo Norte, es decir, Argentino de Merlo.

Nacido el 28 de enero de 1995, Lucas Angelini debutó profesionalmente en San Martín de Burzaco, en la Primera "C", en 2015, permaneciendo hasta 2019, con 62 encuentros disputados y sus primeros dos goles oficiales.

El 1° de agosto de 2019, Lucas Angelini da un gran "salto", además de cumplir su "anhelo" futbolero de fichar por el club del que es hincha, "mudándose" a Turdera, para jugar en Temperley, en la Primera Nacional.

Sin embargo, sin minutos ni rodaje en cancha, su "sueño" se convierte en "pesadilla" profesional, lo cual obliga a tomar la decisión de abandonar el "Gasolero", para recuperar continuidad y "terreno" en Colegiales, en la Primera "B", "poniendo proa" rumbo a Munro, poco más de un año más tarde, el 10 de agosto de 2020.

Con el "Tricolor" de Munro disputa tres cotejos, el 6 de diciembre, en la derrota 3 a 1 ante Argentino de Quilmes, en cancha del "Mate"; luego, el 13 de diciembre, en el empate a dos, de local, frente a UAI Urquiza y finalmente, el 20 de diciembre de 2020, en la caída 2 a 1 con Sacachispas, en Villa Soldati.

El 3 de febrero de 2021, Lucas Emanuel Angelini busca recuperar continuidad, en Merlo Norte, donde se convierte en titular indiscutido y termina disputando 38 partidos, todos desde el arranque, con ocho goles y nueve amonestaciones, sin tarjetas rojas.

En la reciente temporada, Lucas Angelini no podría festejar el ascenso, vía Reducido, a la Primera "B", frente a Ituzaingó, perdiéndose incluso la final de vuelta, por llegar a las cinco amonestaciones acumuladas. A pesar de la victoria 2 a 0, en el cotejo decisivo de ida, en Merlo Norte, el equipo de Néstor Ferraresi vería frustrado su sueño de ascenso en la revancha, en el "Carlos Sacaan", donde caería 2-0, en los '15 finales del tiempo regular y luego, en los penales, resignar por 4 a 2 el "boleto" a la Primera "B", que quedaría en manos del local, el sábado 18 de diciembre, en Ituzaingó.

En definitiva, Lucas Emanuel Angelini, lateral zurdo de 26 años, de último paso por Argentino de Merlo, y pasado en San Martín de Burzaco, Temperley y Colegiales, registra un total del 103 partidos oficiales, con 10 goles como profesional.


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             📸 Infografía: Deportivo Morón.

miércoles, 22 de diciembre de 2021

Gonzalo Salega, el tercer refuerzo de la "era Orfila"

Con el arribo de Alejandro Orfila como nuevo entrenador, comienza a perfilarse el Deportivo Morón, "modelo 2022", que procurará mejorar la muy buena campaña de su antecesor, Lucas Bovaglio, en la temporada precedente, para lo cual, el Gallo concretó su tercera incorporación: se trata del joven extremo derecho o media punta, Gonzalo Matías Salega, de gran rendimiento en Los Andes, donde se erigiera en titular indiscutido y figura, de un "Mil Rayitas" que "peleó" el Reducido hasta semifinales, cayendo recién en los penales ante Colegiales.

De tan sólo 22 años, nacido el 2 de julio de 1999, en Luján, Gonzalo Salega es un "producto" de las inferiores de San Lorenzo de Almagro, que llegara a Lomas de Zamora en agosto de 2019, disputando 11 partidos en la temporada 2019/2020 de la Primera "B", 8 de ellos como titular, con 616 minutos en cancha, sin goles y dos tarjetas amarillas.

Con la partida de Germán Cavallieri y la asunción de Sebastián Salomón como director técnico, en la temporada 2021, Gonzalo Salega se convierte en pieza fundamental de Los Andes, disputando un total de 19 encuentros, todos ellos como titular, con 1545 minutos efectivos de juego y sus primeros dos goles como profesional, además de recibir tres amonestaciones, sin expulsiones.

Sus goles con la camiseta del "Mil Rayitas", se registraron el 8 de mayo del corriente, en el triunfo 3 a 0, frente a Talleres de Remedios de Escalada, en el "Eduardo Gallardón" (anotando el tercero y definitivo, a los '79) y tres jornadas más tarde, en el "Carlos V", en la victoria 2 a 0 ante Flandria, el 15 de junio de 2021, abriendo la cuenta a los '62 de juego.

Compañero de Mateo Levato, en Los Andes, en agosto de 2021 debió sobrellevar una situación similar a la que también viviese el hoy delantero del Gallo, puesto que ante la falta de acuerdo para la renovación del vínculo contractual, Gonzalo Salega fue apartado del plantel de primera, por parte de la dirigencia de Lomas y "castigado" a entrenar con la reserva, en Villa Albertina.

En definitiva, desde la fecha, el Morón del "Chano" Orfila cuenta con su tercera "cara nueva" y se trata de Gonzalo Matías Salega, volante ofensivo diestro de 22 años, de gran actualidad y mejor proyección, que firmara su vínculo hasta el 31 de diciembre de 2023.


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           📸 Infografía: Deportivo Morón.

martes, 21 de diciembre de 2021

Santiago Ubeda, juventud y experiencia para el medio

En la continuidad del armado, del Morón de la "era Orfila", la dirigencia del Gallo concretó su segundo refuerzo, que combina juventud y experiencia: hablamos de Santiago Ubeda, volante central de 25 años, que procede de Sol de América, en Paraguay, donde fuese compañero de Matías "Pichin" Pardo y arriba a préstamo, hasta el 31 de diciembre de 2022.

Nacido el 4 de julio de 1996, en Mendoza, Santiago Ubeda, previo a su reciente paso por el fútbol paraguayo, desarrolló toda su carrera en Independiente Rivadavia de Mendoza (fue compañero de Gastón González, el talentoso volante del Gallo), debutando en la temporada 2017/2018, tomando parte en ocho encuentros, todos como titular, con sus primeros 720 minutos oficiales en cancha.

Luego, para la temporada 2018/2019, sus números en "La Lepra" mendocina suben exponencialmente, puesto que disputa un total de 28 partidos, todos desde el inicio, con 2498 minutos efectivos de juego, sin goles y cuatro tarjetas amarillas, sin expulsiones.

En la campaña 2019/2020 de Independiente Rivadavia de Mendoza, Santiago Ubeda registra otros 20 cotejos, todos como titular, sin goles ni expulsiones y una sola amonestación.

El 6 de octubre de 2020, emigra con destino a la máxima categoría del fútbol paraguayo, más precisamente al Sol de América, donde comparte equipo con Matías "Pichin" Pardo y en su primera temporada, interviene en seis partidos, tres de ellos como titular, con 289 minutos en cancha, sin goles ni tarjetas. 

Ya en 2021, toma parte en siete encuentros, cuatro desde el inicio, con 394 minutos efectivos de juego, además de anotar su primer y a la fecha único gol oficial, además de recibir tres tarjetas amarillas, sin expulsiones.

El 17 de abril de 2021 convierte su primer tanto como profesional, en la victoria 2 a 0 de Sol de América, en su visita a River Plate de Asunción, a los '35 de juego.

Asimismo, Santiago Ubeda registra un encuentro continental, con la camiseta de Sol de América, en 2020, por la "Copa Sudamericana" del mismo año.

En definitiva, Santiago Ubeda, volante central mendocino de 25 años, y desde la fecha el segundo refuerzo del Gallo, totaliza 69 partidos oficiales, 55 en Independiente Rivadavia de Mendoza, 13 en Sol de América de Paraguay y el cotejo restante por la referida "Sudamericana" 2020, con un tanto convertido hasta el momento, en abril último, por la División Profesional del fútbol paraguayo.


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         📸 Infografía: Deportivo Morón.

lunes, 13 de diciembre de 2021

Damián Adín, lateral diestro, desde "El León del Imperio", el primer refuerzo

Con Cristian Broggi en la consideración del nuevo DT,  Alejandro Orfila, como primer marcador central, en lugar de su habitual puesto de lateral derecho, no sólo se potencian las posibilidades de Mariano Bracamonte, de lograr la continuidad tan buscada desde su debut en primera, sino que también se imponía la necesidad de contar con otro marcador de punta diestro, que pueda "pelear" el lugar con Bracamonte. 

De este modo, en las últimas horas, la secretaría técnica del club, con el visto bueno del "Chano" Orfila, "abrochó" a su primer refuerzo, que se desempeña habitualmente como lateral diestro: se trata de Damián Rubén Adín, de 24 años y último paso por Estudiantes de Río Cuarto.

Nacido el 9 de marzo de 1997, en Berazategui, provincia de Buenos Aires, Damián Adín realizó inferiores en Estudiantes de La Plata, llegando hasta la Reserva del "León" platense, "mudándose" luego a Defensa y Justicia, en enero de 2018, donde integraría el plantel superior, aunque sin la posibilidad de debutar profesionalmente.

Un año más tarde, a principios de 2019, Damián Adín es cedido a Sportivo Dock Sud, donde se convierte en una pieza fundamental, en la gran campaña que dejaría al "Docke" a las puertas del regreso a la Primera "B" (algo que finalmente lograría, el pasado domingo 28 del corriente, con el triunfo 2 a 0 ante Berazategui, y la apertura del marcador, a cargo de Iván "Pachu" Alvarez, juvenil del Gallo a préstamo), cayendo por entonces 2 a 1 frente a Deportivo Merlo, en el "Libertadores de América", en la final del Reducido de la Primera "C", del domingo 31 de enero de 2021, y que pese a la desazón de principios de año, tuviera su "premio" diez meses más tarde, aunque ya sin Adín en el plantel.

Durante su "estadía" en "Los Inundados", Damián Adín disputó un total de 33 encuentros entre 2019 y enero de 2021, sin convertir goles. El 10 de febrero de 2021 "pega" el gran "salto" de categoría, siendo cedido por Dock Sud a Estudiantes de Río Cuarto, donde se adapta rápidamente y disputa 29 partidos, todos ellos como titular, con 2389 minutos efectivos en cancha, además de anotar su primeros dos goles oficiales, con 9 tarjetas amarillas, sin expulsiones.

Sus tantos en la pasada temporada de la Primera Nacional, con la casaca del "León del Imperio", tuvieron lugar el 16 de junio de 2021, en la visita con derrota 2 a 1, frente a San Martín en Tucumán (Adín estableció el empate transitorio, a los '62) y apenas dos fechas más tarde, el 28 de junio de 2021, en el triunfo por la mínima, de visitante ante Deportivo Riestra, en el "Guillermo Laza", marcando la única diferencia a los '75 de juego.

En definitiva, Damián Rubén Adín, lateral diestro de 24 años, con pasado en Dock Sud y último paso en Estudiantes de Río Cuarto, y desde la fecha, primer refuerzo del Gallo, a préstamo hasta el 31 de diciembre de 2022, registra un total de 65 cotejos oficiales, con dos tantos convertidos como profesional.


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         ✅ Infografía: Deportivo Morón.

lunes, 6 de diciembre de 2021

El "Chano" Orfila, el nuevo DT

Luego del alejamiento de Lucas Bovaglio como entrenador del Deportivo Morón, oficializado el martes 30 de noviembre, por motivos personales, pese a algunas versiones, incluso periodísticas, que pretendieron innecesariamente, dotar de una controversia evitable, a un "adiós" que no lo tuvo y que respondió a razones estrictamente familiares, esgrimidas por el ex DT del Gallo, durante varias entrevistas, en "Corazón de Gallo", a lo largo de la pasada temporada, la secretaría técnica debió abocarse rápidamente a la búsqueda de un reemplazante, que coincida con la idea de juego que sostiene la propia secretaría, coincidente con el estilo esgrimido por el equipo, durante la gran campaña de 2021, que lo clasificara a "Copa Argentina", luego de dos años de ausencia y a cuartos de final del Reducido por el segundo ascenso a la Liga Profesional, en una serie ante Quilmes, que se definiera recién en los penales y le negara a Morón lo que mereciera con creces, al cabo de los '180 de juego.

De esta manera, y en la jornada, fue presentado como nuevo director técnico del Gallito, de cara a la próxima temporada 2022 de la Primera Nacional, Alejandro Miguel Orfila Colmenares, nacido el 18 de mayo de 1976 (45 años), en Montevideo, Uruguay, y que en su etapa de futbolista, vistiera la casaca del Deportivo Morón en 2009.

El "Chano" Orfila, temperamental volante central, como todo uruguayo que se precie de tal, inició su carrera futbolística en 1998, en Miramar Misiones, siendo cedido al año siguiente a Cerrito, ambos de la primera división de Uruguay. Luego arriba a nuestro país, para desempeñarse en Tigre, hasta 2003, en el inicio de una extensa trayectoria en el ascenso argentino, que incluye: Sportivo Italiano (2003 y 2004-2005), Temperley (2003-2004 y 2009), Almirante Brown (2005-2007), Tristán Suárez (2007-2008), Deportivo Morón (2009, disputó 10 partidos, sin convertir goles), Villa San Carlos (2010), Barracas Central (2011-2012), Colegiales (2012-2013), Talleres de Remedios de Escalada (2013-2014), San Telmo (2014), Sacachispas (2015) y San Miguel (2015), retirándose con la casaca del "Trueno Verde", con un total de 571 encuentros disputados (515 en nuestro medio y 56 en el fútbol uruguayo,  además de anotar 13 tantos, 10 de ellos en nuestro país).

Ya como entrenador, debutó en Comunicaciones, en enero de 2017, disputando 38 partidos, con 15 triunfos, 12 empates y 11 derrotas, además de 45 goles a favor y 39 en contra, para totalizar 57 unidades, es decir, el 50 por ciento de los puntos en juego. En diciembre de 2017 se aleja de Agronomía y se "muda" a Caballito, consiguiendo 35 unidades en 29 cotejos (poco más del 40 por ciento), producto de 10 victorias, 5 empates y 14 caídas, con 32 goles a favor y 40 en contra.

En marzo de 2019 asume en Atlanta, consiguiendo a la fecha, su único logro como entrenador, al obtener al mando del "Bohemio", el torneo de la Primera "B" Metropolitana, al cabo de una brillante campaña, con 28 encuentros, 16 triunfos, 8 igualdades y tan sólo 4 traspiés, además de 45 goles a favor y 22 en contra, para cosechar el 66,66 por ciento de los puntos y darle a la entidad de Villa Crespo, el anhelado regreso al Nacional "B".

Sus buenos resultados en Argentina, lo llevan de regreso a su tierra natal, en esta ocasión como técnico, para hacerse cargo nada menos que de Defensor Sporting, hasta noviembre de 2020, donde en 19 cotejos, obtiene 6 victorias, 7 empates y 6 derrotas, con 19 tantos a favor y 27 en contra, totalizando casi el 44 por ciento de los puntos. 

En febrero de 2021 retorna a la Argentina, para calzarse el "buzo" de Belgrano de Córdoba, hasta mayo del corriente año, donde dirigiera 9 partidos, con tres victorias, dos igualdades y cuatro reveses, además de 6 goles a favor y 8 en contra, obteniendo poco más del 40 por ciento de los puntos, hasta ser sustituido en el cargo por Guillermo Farré.

El 17 de mayo de 2021, Alejandro Orfila es anunciado oficialmente como nuevo director técnico de San Luis de Quillota, de la segunda división del fútbol chileno, aunque algunos días más tarde, el 1° de junio del presente año, el elenco trasandino desiste de su contratación, debido a las complicaciones para salir del país, en virtud de las restricciones emergentes de la pandemia de covid-19.

En definitiva, Alejandro "Chano" Orfila, desde la fecha, nuevo entrenador del Deportivo Morón (quien vendrá acompañado, como ayudante de campo, de otro ex Morón, en 2009, Guillermo Almada Flores) registra como director técnico un total de 123 partidos dirigidos, con 50 triunfos, 34 empates y 39 derrotas, además de 147 goles a favor y 136 en contra, para un total de 184 puntos obtenidos, es decir, el 49,86 % de efectividad.

Un "Chano" que "conduce"... y no "choca". 


@elgallogustavo.



sábado, 27 de noviembre de 2021

Cuando prevalece el orgullo, más allá de un resultado

Una pena.

Morón mereció ganar los dos partidos, pero le faltó contundencia.

El Gallo fue mucho más en el global de los '180, de hecho, fue el único que propuso, jugó al fútbol y generó las situaciones y los méritos suficientes, en ambos partidos, pero no pudo trasladarlo al resultado, que es lo que "vale" para pasar de fase.

Pero nada para reprochar, ni reprocharse... Se estuvo a la altura, se dejó todo, se mereció mucho más, al cabo de un gran torneo, de un plantel y cuerpo técnico para el aplauso, reivindicados en una propuesta futbolera y un sacrificio innegociable, ambos generosos por igual, pese a muchas críticas durante la temporada, algunas razonables y respetuosas, y otras tantas desmedidas y destempladas en las formas, los modos y los tonos.

Con el tiempo y los años, se aprende que en este mundo, donde todo se mide en términos de "éxito" y "fracaso", existen sin embargo, "derrotas" que enorgullecen y por el contrario, "triunfos" transitorios que sólo dejan eso... el "resultado".

Por ello, GRACIAS... Jugadores, cuerpo técnico, cuerpo médico, utileros, cancheros, colaboradores, empleados, dirigentes y secretaría técnica, por "regalarnos" una ilusión de Primera, nada menos, pero por sobre todas las cosas, una propuesta futbolística y un sacrificio como "bandera", que nos representara dentro de la cancha y nos hiciera sentir orgullosos como hinchas y socios, a lo largo de una exigente y agotadora temporada, mucho más allá de cualquier "resultado" circunstancial.

Una vez más... GRACIAS a TODOS... Y no existe otro análisis posible, más que éste mismo, con el "Corazón de Gallo" en la mano y el pecho inflado por nuestro "Orgullo Mayor".

Para la estadística, Quilmes pasó a semifinales del Reducido, tras imponerse 5 a 4 en los penales, luego de igualar 2 a 2 en el Nuevo Francisco Urbano y 1 a 1 en el "Centenario" (con el empate de Guillermo Villalba, otro que el fútbol y los goles importantes supieron "reivindicar" a tiempo).

Pero para nosotros, en este momento, no queda más que "romperse" las manos, en un aplauso cerrado que llegue al alma y al corazón de cada uno de nuestros protagonistas.

 "Alma y corazón" que dejaran en la cancha, cada fecha, superando obstáculos, madurando en la adversidad y ganándose por derecho propio, el respeto y la consideración de propios y extraños.

No hay nada más lindo que ser de Morón.

SIEMPRE!.


@elgallogustavo.



           📸: Deportivo Morón.

lunes, 22 de noviembre de 2021

Partidazo, empate y serie "abierta"

En un verdadero partidazo, Morón y Quilmes empataron 2 a 2, por el cotejo de ida de los cuartos de final, del Reducido de la Primera Nacional, en un "duelo" que tuvo todos los "condimentos" de una auténtica final: dos penales sancionados, uno ignorado (a Mateo Levato) por un pésimo árbitro como Darío Herrera (y eso que se trata de uno, "clase" Liga Profesional y con "categoría" de internacional), un expulsado (la primera amarilla a Brian Orosco, con diferencia de cinco minutos, con respecto a la segunda y definitiva, por una "infracción" tan inusual como ridícula) y un "expulsado" que debió ser y no fue, porque el mismo Herrera se "confundió" de infractor, en la primera amonestación, y Lautaro Pons, de él se trata, "zafó" de una roja bien ganada.

Con el retorno de Lucas Abascia, tras purgar la fecha de suspensión, debido a su expulsión ante Almagro, en el mismo escenario, por Cristian Paz, sumado a la ausencia obligada de Cristian Lillo, que viera la roja en Santiago y fuese reemplazado por Norberto Palmieri, y el cambio táctico del ingreso como titular, luego de largo tiempo, de Guillermo Villalba (autor del segundo tanto ante Güemes) por Tobías Zárate, en los primeros minutos, ante una multitud, en el Nuevo Francisco Urbano, al equipo de Lucas Bovaglio le costó controlar las acciones, tanto es así que, antes de los cinco minutos de juego, Bruno Galván tuvo que desbaratar las telarañas del ángulo superior derecho, del arco que da espaldas a la cabecera visitante, para sacar un tiro libre de gol, desde la izquierda del ataque "Cervecero", a cargo de Julián Bonetto.

Diez minutos más tarde, y en su segunda llegada al área local, Facundo Pons "peinó" un pelotazo largo, con destino a Emanuel Moreno, que en su intento por desbordar a Cristian Broggi, por la derecha de la defensa de Morón, envió un centro que fue a dar en la mano zurda del capitán del Gallo, previo a apoyar en el piso, y en una acción tan "fina" como discutible, Darío Herrera no dudó y sancionó el penal para Quilmes, que un rato más tarde, Facundo Pons, el "10" visitante, con un remate seco y al medio del arco, adelantara 1 a 0 al conjunto de Facundo Sava.

Con el correr de los minutos, Morón comenzó a dominar las acciones, a partir de la claridad habitual de Gastón González, la "verticalidad" y el desequilibrio de Brian Orosco, la velocidad de Alan Schönfeld y el buen complemento ofensivo, que demostrara la dupla de Mateo Levato y Guillermo Villalba.

Precisamente, una recuperación en el medio y posterior "corrida" por derecha de Schönfeld, se prolongaría en una centro largo, más allá del punto penal del área visitante, que Rodrigo Saracho, arquero de Quilmes, trataría de repeler, saliendo lejos de su arco e impactando contra el físico de Levato, en una infracción evidente, que Herrera no pudo soslayar y determinó el segundo tiro penal de la noche, en este caso para el local. A los '36, con un remate a media altura, al centro de la red, Gastón González le daría algo más de justicia al resultado, con el 1 a 1 parcial, anotando su noveno gol en el torneo, el cuarto desde los "doce pasos".

Antes del cierre del primer tiempo, y para corroborar que el Gallo merecía más que el "Cervecero", primero lo tendría Villalba, con una volea a metros del arco, que se iría por sobre el travesaño y un par de minutos más tarde, una buena jugada colectiva, terminaría con González otra vez en situación de gol, y cuando se aprestaba a sacar el derechazo para el 2 a 1, Pier Barrios pondría justo, la punta de su botín derecho, para mandarla al tiro de esquina, en un esfuerzo encomiable del primer zaguero central visitante.

El complemento resultaría una continuidad del final de la primera parte, con un Morón apretando a Quilmes cerca de su arco, para propiciar el error "forzado", que primero tendría un remate de Villalba, desde el sector derecho, que impactaría en el ángulo superior izquierdo, del arco de un Saracho ya vencido y, minutos más tarde, un nuevo penal no cobrado, en perjuicio de Mateo Levato, cuando intentaba deshacerse de su marca, ingresando al área, para empujar otra buena "trepada" y centro de Alan Schönfeld. 

Sin embargo, a los '10 de la segunda etapa, Mateo Levato tendría su "revancha", cuando de un centro desde la izquierda de Leonel Bontempo, la pelota le quedara por el sector opuesto a Schönfeld, para probar el remate al arco, y del rebote en un defensor, el balón quedara "suelto" a merced de Facundo Pons (el mejor de la visita), pero en ese momento, Norberto Palmieri (de buen partido), recuperara dos veces la pelota, yendo al piso con el "alma", primero ante el referido Pons y enseguida, anticipando a Pier Barrios, para que Mateo Levato la recibiera dentro del área, sólo sobre la izquierda, y sacara un "latigazo" de derecha inapelable, para el merecido 2 a 1 del Gallito y el tercer tanto en la temporada del oriundo de Pergamino, una gratísima realidad desde su llegada, con algunas "pinceladas" viniendo desde el banco, consolidándose luego, en los tramos finales de la fase regular, como titular con el dorsal "7" en la espalda.

Cuando el partido estaba "a pedir de Morón", en el resultado, como en el desarrollo, la vehemencia que llevara al piso a Palmieri, para recuperar dos veces la pelota, en el gol de Levato, a los '26 del complemento, le jugaría en contra, porque llegaría a destiempo contra Pons y le "regalaría" a la visita, un tiro libre, sobre la derecha, a primera vista, lejos para probar al arco, pero Facundo Silva (había ingresado un par de minutos antes, por Brandon Obregón), con un gol "de otro partido", sorprendería a todos, incluido a Galván, para ubicarla por fuera de la barrera, sobre el poste zurdo del "1" de  Morón, aprovechando su adelantamiento, seguramente pensando en ir a cortar el centro, que nunca fue.

En esa jugada, muy costosa para el equipo de Lucas Bovaglio, más allá del segundo gol de la visita, para el 2 a 2, Brian Orosco correría la pelota del lugar decidido por el ejecutante del tiro libre, ganándose una amonestación "infantil", entre la acción evitable del "10" de Morón y la extrema "rigurosidad" de Darío Herrera. 

La misma "rigurosidad" que no tuvo, tras una pelota al tiro de esquina con empujón a Abascia incluido, y en el área local, Facundo Pons le arrojara un cabezazo a Franco Verón y como consecuencia del mismo, unos minutos después, sancionara con amonestación al "6" del Gallo (que llegó a la quinta y se pierde la vuelta, el sábado próximo) y confundiese a Tomás Blanco con Facundo Pons, sacándole la amarilla al jugador equivocado en la visita... un auténtico mamarracho, en el mejor de los casos y el más "naif" de los supuestos.

Por si fuera poco, menos de cinco minutos después, una pelota recuperada por Abascia en el medio, la impulsara hacia adelante, con destino a Brian Orosco, quien extendiera la pierna para hacerse del balón, al mismo tiempo que Pier Barios salía con la cabeza para rechazar, y entre el mínimo roce entre ambos, con Barrios en el piso, como si hubiese sufrido un ACV, Herrera le sacaría la segunda amarilla a Orosco, sacándolo del juego y también de la "revancha" en el "Centenario".

De allí y hasta el final, con diez hombres por tercer partido consecutivo (tras las expulsiones de Lucas Abascia con Almagro, Cristian Lillo ante Güemes y este domingo, Orosco frente a Quilmes), el equipo de Bovaglio entendería que este "duelo" de 180 minutos, no se define, ni mucho menos en los primeros '90, procurando buscar el triunfo, puesto que está en el ADN de este plantel y cuerpo técnico, pero sin desesperarse ni descuidarse en defensa.

En definitiva, si bien el empate final podía sonar a poco "premio", para los merecimientos de uno y otro, máxime con aquél gol increíble de Quilmes, cuando el Gallo lo diera vuelta, lo justificaba en el resultado y lo dominaba en el desarrollo, Morón dejó una muy grata impresión, de cara a la definición en cancha del "Cervecero", siendo superior al equipo de Sava, por juego y temperamento.

La serie está "abierta" y Morón pretende seguir haciendo historia.


@elgallogustavo.



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martes, 16 de noviembre de 2021

Triunfo y clasificación, con el "corazón" y mucho de hazaña

Contra todos y a pesar de todo (los vaivenes propios y los factores de poder externos, que jugaran un rol preponderante durante toda la temporada), el Gallo llegó a Santiago del Estero, para enfrentar a Güemes, con la premisa de un único resultado posible, para clasificar al torneo Reducido: ganar. Y habría de conseguirlo, en uno de esos partidos que quedarán en el recuerdo de los hinchas y la historia del club, por acceder al objetivo con mucho de "sabor" a hazaña.

Y es que Morón enfrentaba a varios "rivales" en simultáneo, como el agobiante calor santiagueño, en un cotejo programado para las cinco de la tarde, un estadio absolutamente adverso, con miles de "almas" "Gauchas", expectantes por la posibilidad de acceder a la final por el primer ascenso, siempre y cuando venciera a su visita y se dieran una serie de resultados, comenzando por la derrota de Barracas, ambas variables ausentes en la tarde del lunes, tanto en Campana (en el duelo entre Dálmine y el "Guapo"), como en la propia ciudad capital de Santiago del Estero.

Y el equipo de Lucas Bovaglio se sobrepondría a todo y a todos, fuesen sospechas o realidades, para derrotar con justicia a Güemes, que lejos de "soñar" con disputar la final, con el 2 a 1 en favor del visitante, se quedaría afuera del Reducido, y eso que con el empate le alcanzaba para clasificar y postergar las ilusiones del Gallito.

Pero Deportivo Morón, en una continuidad del muy buen nivel demostrado en las fechas de cierre, aún en la caída sorpresiva ante Santamarina, con aquél primer tiempo brillante y contundente ante Defensores de Belgrano, en el Oeste, los '45 iniciales en la noche de Tandil, donde debería haberse ido al descanso con ventaja de dos y hasta tres goles, pero su falta de puntería, lo privara de un resultado positivo, en un segundo tiempo para el olvido, hasta la victoria trabajada y laboriosa con Almagro, en el Nuevo Francisco Urbano, donde el Gallo justificara con fútbol el triunfo parcial y al quedarse con diez, "resistiera" con solvencia en el complemento, dando señales de todo lo bueno que evidenciara en Santiago, con pasajes de buen fútbol, a la hora de la búsqueda necesaria y con mucho temperamento y aplomo para "bancar" los últimos '20, otra vez con uno menos, sin Cristian Lillo y Bruno Galván, el primero expulsado y el segundo lesionado, ya con el descuento local, en el contexto de un "hervidero" por estadio, adentro y afuera, sea por el intenso calor y la obligación de empatar que "bajaba" de la numerosa parcialidad local.

Así las cosas, con la cuota de tranquilidad e inteligencia para manejar la pelota y presionar a su rival, en todos los sectores de la cancha, y al mismo tiempo, de carácter para salir a buscar el triunfo necesario en "terreno hostil", jugando el encuentro en campo local, a partir del criterio y el despliegue del "cerebro" de este equipo, Gastón González, bien secundado por un Brian Orosco que, cada vez que encara rumbo al arco rival, desequilibra por velocidad y gambeta, Morón desde el inicio se convertiría en protagonista exclusivo de las acciones, obligando al buen equipo de Güemes a oficiar de "partenaire" en su propia "casa".

Con el correr de los minutos, Morón iría acumulando momentos de buen juego asociado y méritos suficientes para estar en ventaja, pero la falta de precisión en el último pase, le impedían contabilizar situaciones de gol, más allá de un tanto bien anulado a Mateo Levato (otra vez, de gran partido, "punzante" en ataque y solidario en el repliegue defensivo), por posición adelantada.

Sobre los '28 del primer tiempo, Gastón González impulsó la pelota por izquierda, para que de primera, Tobías Zárate buscase a Mateo Levato por el centro del área, que controlado por su marca no pudo tomar contacto con el balón, pero sí Cristian Broggi, en posición de delantero diestro, para asistir de gran manera a Brian Orosco, que llegando a la carrera, de frente al arco, y cara a cara con Julio Salvá, la pusiera a contra pierna del ex "1" del Gallo, sobre su palo zurdo, cuando Julio comenzaba a jugarse por el remate cruzado sobre el palo derecho y más lejano. Golazo, segundo consecutivo de Orosco, para poner el merecido uno a cero en favor de la visita, que era mucho más en el juego que el "Gaucho".

Sin sobresaltos hasta el cierre de la primera etapa, Morón justificaba la ventaja parcial y quedaba la sensación que, de hilvanar una contra con acierto, podía comenzar a cerrar el resultado, "jugando" con el nerviosismo y la ansiedad de un Güemes que no encontraba los caminos al arco de Galván.

En el complemento, Lucas Bovaglio decidiría la inclusión de Guillermo Villalba por Tobías Zárate, y la "suerte" le daría un guiño, algunos minutos más tarde, porque más allá de un tiro libre de mucho peligro, en el borde del área, que Nicolás Barrientos, el "10" local, la "colgara" apenas ancha sobre el poste derecho de Galván, un Morón que seguía siendo más, "enarbolaría" un gran réplica, con Alan Schönfeld como "abanderado" (nuevamente, de los más destacados de la tarde santiagueña), haciendo la "pausa" justa para esperar la llegada a su espalda de Levato, que luego de avanzar unos metros, sin oposición (porque la marca se la había "llevado" Schönfeld), ensayara un centro preciso para la cabeza de Guillermo Villalba, que ganando en el salto, metiera un "frentazo" de pique al piso, junto al "caño" izquierdo de Salvá, para dejarlo sin reacción y desatar la euforia del 2 a 0, a los '20 del segundo tiempo.

Seis minutos más tarde, Bruno Galván debería abandonar el terreno, por una molestia en la cintura, ingresando Juan Martín Rojas en su lugar, sin acción desde hacía un largo rato, y obligado a mostrar todo su temple, nada menos que en semejante final. Para colmo, en la primera que le tocara intervenir, debió salir a cortar un peligroso avance del ingresado, Matías Pato, arrojándose a los pies del "18", en el límite de la falta, y cuyo rebote lo aprovechara otro sustituto (autor de uno de los tantos, en el cotejo entre ambos, en el Oeste), Diego Diellos, para rematar al arco sin "golero" de Morón, con Cristian Lillo junto al poste izquierdo, que no tendría más remedio que "meter la mano", para evitar el descuento local. Conclusión: penal para Güemes, expulsión para otro de las baluartes de la tarde santiagueña, como el "capitán sin cinta", Cristian Lillo, y la ejecución posterior de Federico Boasso (también autor de un gol, en el 0-2 de la ida, en Morón), sobre palo derecho de Rojas, cuando el joven arquero del Gallo se había "jugado" sobre su poste zurdo.

Con el descuento local, y 19 minutos por delante, sin el agregado, además del hombre de menos, el equipo de Bovaglio sacaría a relucir, una vez más, el "corazón" que lo distingue, y que en varios encuentros ha disimulado otras carencias técnicas, que sumado a una personalidad para el aplauso, le permitirían "resistir" los embates sin ideas, pero repetidos del local, respondiendo la defensa en gran nivel, y destacándose Juan Martín Rojas en un par de situaciones peligrosas, como un remate que tenía destino irreversible de red, sobre el vértice del travesaño y el "caño" izquierdo, pero la "volada" espectacular" del "12" visitante, dejara "atragantado" el grito de gol fallido de los "Gauchos".

En este punto, es importante destacar que, pese al jugador de menos y el empuje local, Morón jamás resignaría su vocación ofensiva, contando con alguna chance para ampliar el marcador, pero fundamentalmente, para defenderse con la pelota y jugar los últimos seis minutos del tiempo agregado, en terreno rival, bien lejos de su arco.

El "pitazo" final de Pablo Echavarría, de correcto arbitraje, resultaría un desahogo, para los protagonistas dentro del campo de juego, y para miles de corazones emocionados a la distancia, frente a la pc, el televisor, la tablet o el celular, al consumarse uno de los triunfos más trascendentes de los últimos tiempos, con mucho de hazaña y de épica.

Pese a todos y a todo (los vaivenes propios y los factores de poder ajenos), el Gallo cumplió con su parte, se impuso 2 a 1 en Santiago del Estero, y a pesar de los contratiempos del penal y la expulsión, le sobró personalidad y carácter, para acompañar el fútbol que justificaran su clasificación al torneo Reducido.

Ahora, es tiempo de pensar en Quilmes, el domingo 21 en el Oeste (19:15), y el sábado 27 en el "Estadio Centenario".

Y lo mejor de todo... con el "corazón" de este Morón, todo, pero absolutamente todo, es posible.

Aplauso de pie por una alegría, de esas que se atesoran para siempre, pero con la convicción y la fe renovadas de ir por todo.

Vamos Gallo!.


@elgallogustavo.



           📸: Deportivo Morón.

miércoles, 10 de noviembre de 2021

El lunes serán uds...

El lunes serán uds… Pero jamás estarán solos, siempre estaremos acompañándolos y alentándolos, porque el corazón no sabe de distancias, ni la pasión se puede medir en kilómetros.

El lunes serán uds… Once contra once y el público en contra. Y aunque sean doce, trece o catorce, jamás serán más fuertes que los titulares y suplentes que salgan a la cancha, más el cuerpo técnico, médico y auxiliares, porque ninguno de ellos tendrá lo que nosotros tenemos en el pecho, que es el escudo y los colores, por los que dejamos hasta el último jirón de vida.

El lunes serán uds… Con la cabeza fría, aunque la temperatura agobie, porque más caliente que el clima, tendrán el “Corazón de Gallo", dispuesto a dejarlo todo en cada pelota.

El lunes serán uds… Y estarán respaldados por el amor incondicional de la familia, que los bancaron en todas, durante el transcurso del año, y nadie más que ellos, merecen un final con lágrimas de emoción y gritos de festejo, luego de tantas amarguras compartidas en silencio.

El lunes serán uds… Y van a “vender cara la derrota”, porque el sacrificio jamás se negocia, y más allá del éxito deportivo, lo que está en juego, en definitiva, es la dignidad propia y el orgullo de equipo.

El lunes serán uds… Y que al final del día, sólo se hable del corazón de Morón, por encima de cualquier resultado.

El lunes serán uds… Más las familias, y nosotros, sin importar la distancia. Y entre todos, no hay dudas, tenemos la fortaleza suficiente para hacer realidad cualquiera de nuestros sueños.

El lunes serán uds… Y nosotros. 

No podemos perder.


@elgallogustavo.



domingo, 7 de noviembre de 2021

Con el "Corazón de Gallo" en la mano

Luego de la inesperada derrota en Tandil, de una semana atrás, el Gallo recibía a Almagro, en el Nuevo Francisco Urbano, con la premisa de ganar o ganar, a fin de conservar chances matemáticas de clasificar al torneo Reducido por el segundo ascenso, hasta la jornada de cierre del certamen, que implicará nada menos que la visita a Santiago del Estero, para visitar a Güemes, entre el calor de la tarde santiagueña, las urgencias y los nervios de un duelo entre rivales directos y los arbitrajes vergonzosos, máxime en "territorio" de Pablo Toviggino, "mano derecha" del presidente de AFA (que en cualquier momento, puede terminar con un "muñón", en lugar de "mano  diestra", por el "juego propio" que viene evidenciando el presidente de la Liga Santiagueña y tesorero del Comité Ejecutivo, en una "Casa Madre" del fútbol argentino, donde las "lealtades" resultan tan confiables como los "hombres de negro" de Federico Beligoy).

Y Morón cumplió con su parte, porque elaboró una trabajada y laboriosa victoria frente al siempre complicado, "Tricolor" de Villa Raffo, con un comienzo mejor de la visita, en los primeros minutos de juego, una mejoría notoria del Gallo, a partir del primer cuarto de hora, que "arrinconaría" a su rival contra el arco defendido por Horacio Ramírez, que le negaría una golazo de "chilena" a Gastón González, y algunos minutos más tarde, la "perla negra" de cada encuentro, con otro penal inaudito no sancionado en favor del equipo de Bovaglio, ante una mano indisimulada de un defensor, lejos de su cuerpo y con el único fin de evitar el derrotero del balón rumbo a la red (luego del lateral largo de Bontempo y el cabezazo de Abascia en el área grande), frente a la mirada atenta y en inmejorable posición de Yael Falcón Pérez, que prefirió como muchos de sus colegas, a lo largo de 33 fechas, acatar sin rubores la "bajada de línea" del poder de AFA, que transformara al presente campeonato de la Primera Nacional, en el más bochornoso y vergonzante de nuestra historia.

Por eso tampoco sorprendería la apertura del marcador, a los 33 minutos de la etapa inicial, en momentos en que Morón era mucho más que su rival y no se hallaba en ventaja sencillamente por un acierto fenomenal del "1" visitante y los "errores dolosos" repetidos de un arbitraje local, reducido a la "servidumbre" del presidente de AFA y su séquito de obsecuentes "cortesanos", cuando de un lateral/centro al área, desde la banda zurda, a cargo de Leonel Bontempo (de enorme partido y en el "podio" de los más destacados de la tarde-noche, desdoblándose en defensa y ataque, cuando el equipo  se quedara con diez hombres), el balón fuera "peinado" por Mateo Levato (otro de los puntos altos, "punzante" en ofensiva, bancándose un segundo tiempo de "llanero solitario" y "generoso" para bajar a cubrir en inferioridad numérica), para que Tobías Zárate recibiera el pase y lo prolongara hacia Brian Orosco, que ingresando en diagonal, del centro a la izquierda, definiera con clase y precisión, con un remate bajo al segundo palo de un Ramírez que nada pudo hacer.

En los minutos subsiguientes a la apertura del marcador, bajo el incesante aliento de su gente, Morón contaría con alguna oportunidad más para ampliar el marcador, pero además controlaría los tiempos, el balón y el terreno, ante un equipo de Walter Perazzo que no lograría hacer pie, ni mucho menos poner en peligro una tranquila diferencia parcial de Morón, salvo por aquella "excursión" inicial de Braian Cuello, ganándole la espalda a Cristian Broggi y rematando cruzado apenas desviado, sobre el poste más lejano de Bruno Galván, a los '6 de iniciada la contienda.

Sin embargo, algunos desajustes en el retroceso de un "equipo" corto, que procuraría presionar constantemente a su rival, encenderían las "alarmas" de un Morón que transcurría con solvencia el  primer tiempo, hasta que en el primer minuto agregado, una vez cumplidos los '45 iniciales, de un rechazo largo desde la defensiva visitante, Walter Rueda, el "10" de la visita, aprovecharía un "quedo" inexplicable en terreno local, para ganar la "espalda", en este caso por la derecha y a Lucas Abascia, que debería recurrir a la infracción como último recurso, a centímetros de cometerle penal y para evitar que quedara "cara a cara" con Galván. Conclusión: Abascia resultaría correctamente expulsado por el árbitro y si bien el tiro libre posterior, al borde del área, no traería consecuencias para el arco del Gallo, el quedarse con un hombre de menos modificaría el rumbo y la tónica general del segundo tiempo, con un local condicionado por la expulsión y obligado a cederle la pelota y la iniciativa a su rival. 

Con el ingreso previsible de Cristian Paz, para rearmar la línea de cuatro defensiva, en lugar de Tobías Zárate, Morón procuraría en los primeros minutos del complemento, continuar "apretando" en terreno visitante, y pese a generarle nuevas zozobras a la defensa de Almagro, con el correr de los minutos debió retroceder unos metros, para esperar a su rival en campo propio, algo que el "Tricolor" aprovecharía para monopolizar el trámite de la etapa, aunque sin generarle situaciones de riesgo a Galván, excepto en un par de ocasiones, con centros desde los laterales, siempre bien resueltos por la última línea del Gallo, con Franco Verón de notable y eficaz tarea, "emblema" de la "resistencia" de Morón, a los embates sin ideas, aunque potencialmente peligrosos de los visitantes.

Con poca gente en ofensiva, para acompañar a Mateo Levato, crecería el aporte de Leonel Bontempo (autor de una gran jugada por izquierda, para ganarle la posición por oficio y decisión al lateral derecho y sacar un centro que, de no mediar un despeje providencial, esperaba por la cabeza goleadora de Levato), el sacrifico de Alan Schönfeld por derecha, para correr, "aguantar" y generar alguna jugada de riesgo, y fundamentalmente, del mejor de la cancha, Gastón González, quien además del criterio y el talento al que nos tiene gratamente acostumbrados, también le agregaría un sacrificio generoso, para tener la pelota "arriba", abastecer al punta y los volantes que llegaran, pero en especial, generar "pausas" e infracciones que resultaran auténticos "oasis", para el "descanso" de un Morón con diez hombres durante todo un tiempo y pocas "piernas", en medio de un trámite, por momentos "frenético", de ida y vuelta constante.

Del otro lado, Cristian Lillo, de regreso como titular, luego de su ausencia a último momento en Tandil, por una dolencia en la espalda, se convertiría en un defensor más, para ayudar en la "resistencia" de un Morón que sostuvo con "corazón", diez contra once, lo que supo ganar con fútbol, once contra once, y pese a los "latrocinios" reiterados de nuestro incalificable referato.

En los instante finales, Cristian Broggi tuvo el segundo, tras un tiro de esquina desde la derecha de González, pero Horacio Ramírez, arrojándose sobre su palo derecho, quiso poner a prueba la tolerancia cardíaca de los hinchas de Morón, en el estadio y frente al televisor.

En la quinta posición, con 50 unidades y +1 de diferencia de gol, el equipo de Lucas Bovaglio se jugará su clasificación, a todo o nada, en la fecha de cierre, ante Güemes en Santiago del Estero... Y todo lo demás, que viene por lamentable añadidura.
Mientras tanto, el Gallo ya aseguró su participación en la "Copa Argentina" de 2022, en la que llegara a octavos en 2016 y accediera a semifinales en 2017, pero estuviese ausente en las últimas dos ediciones.

A todo o nada, con el "Corazón de Gallo" en la mano. Hasta el final.


@elgallogustavo.



              📸  : Fabián Acuña.


sábado, 30 de octubre de 2021

"Dr. Jeckyll y Mr. Hyde"

La irregularidad de Morón, a lo largo del presente torneo de la Primera Nacional, no es novedad. 

Más allá de las estadísticas, que lo marcan con claridad, como el equipo que más partidos ganó dentro de la Zona "B" (14) y al mismo tiempo, el conjunto que más perdió (13), en 32 jornadas, durante el transcurso de la actual temporada, el Gallo alternó pequeñas rachas de dos o tres victorias consecutivas, en varias ocasiones, con otras tantas caídas, también en reiteradas oportunidades, tanto es así, que en materia de goles, hoy registra una diferencia "neutra", de 33 tantos a favor como en contra.

Del mismo modo, tampoco resultado ninguna novedad que, en su derrotero desparejo de "buenas, regulares y malas", a la fecha, siempre le costó enfrentar a los equipos que "habitan" de la mitad de tabla hacia abajo, desde aquella derrota con los "bloopers" de Matías Mansilla, en Jujuy, cuando el "Lobo" norteño aún no había sumado triunfo alguno, en las fechas iniciales, pasando por el empate en cero de local, ante Brown de Puerto Madryn, en el Oeste, cuando el equipo de la Patagonia apenas había podido cosechar un par de unidades, promediando la primera rueda, o el traspié sin atenuantes ante Villa Dálmine en Campana, en momentos que el conjunto "Violeta" no podía salir del fondo de la tabla y no conocía lo que era sumar de a tres, en la presente campaña, casi en el cierre de la primera ronda.

Lo que sí constituyó una dura "novedad", en su reciente "excursión" a Tandil, para enfrentar a un "colista" Ramón Santamarina, que venía de prescindir de los servicios de Héctor Arzubialde y generar su tercer cambio de cuerpo técnico en el certamen, es que aquella notable irregularidad, evidenciada a lo largo de toda la temporada, fuese capaz de producirse dentro de un mismo partido, entretiempo de por medio, en una suerte de "Dr. Jeckyll y Mr. Hyde", en 15 minutos de descanso.

Y es que Morón jugó un gran primer tiempo, con muy buena circulación de pelota, recuperación pronta en el medio para salir rápido de contragolpe y una presión permanente en todos los sectores, dentro de un equipo "corto" entre líneas, al igual que sucediera en la primera mitad de partido, hace casi una semana, en el contundente 3 a 0 a Defensores de Belgrano, en el Nuevo Francisco Urbano.

En este contexto, donde el Gallo asumiría el rol de protagonista excluyente desde el "minuto cero" de juego y con buenos arranques de Brian Orosco, desequilibrando con su velocidad y gambeta a los volantes locales, para asociarse con Gastón González, por el medio, Alan Schönfeld en la derecha y los puntas, Mateo Levato y Tobías Zárate, alternándose en el frente de ataque, tras unos primeros minutos de dominio sin profundidad, comenzarían a gestar situaciones clarísimas de gol, como para que Morón se fuese al descanso en ventaja, incluso por más de un tanto de diferencia.

Claro que, para irse al descanso con una ventaja de dos o tres a cero, primera hubiese sido necesario abrir el marcador con el primero, y es allí donde todo lo muy bueno edificado por la visita en la gestación, se iría desdibujando a medida que fuese dilapidando, una tras otra, ocasiones inmejorables frente al arco de Santamarina.

De los '15 en adelante, podríamos contabilizar una media vuelta en el área de Tobías Zárate, tras un tiro de esquina de Gastón González, que parecía tener destino irremediable de red y sin embargo, se perdería apenas ancha... O la más clara, el mano a mano que supiera generarse Mateo Levato, en base a potencia y habilidad, para "picarla" por encima del pronto "achique" de Nicolás Avellaneda, arquero local, para "colgarla" en el "techo" del arco, después de una definición bárbara... o el mano a mano que tendría Gastón González, ingresando por derecha, luego de una "guapeada" de Schönfeld, pero el remate bajo y esquinado del talentoso volante del Gallo, hallaría la punta del botín del mismo Avellaneda, para sacarla al córner... o el remate "a quemarropa" de Alan Schönfeld, que el eterno "Pucho" Barsottini impediría arrojándose con "timming" al piso... U otro derechazo del mismo Schönfeld, que prefirió rematar al arco, cuando quizá  tenía mejores opciones con Levato en el primer palo y Zárate en el segundo... Y hasta el claro penal no sancionado por Diego Abal, en perjuicio del propio Tobías, sujetado y tirado al piso de espaldas, dentro del área, por un defensor local, pero de frente a los ojos de un árbitro que decidió ignorar una infracción indubitable.

Al término de un muy buen primer tiempo del Gallo, que sólo explicaba la "chapa" parcial de 0 a 0, por la ausencia de precisión en la definición de la visita, pese a las situaciones repetidas y al domino del desarrollo, en todas las líneas, que por momentos se convirtiera en un auténtico "monólogo" de Morón, la sensación imperante era saber hasta cuándo podría sostener el elenco local, el asedio sobre su arco, y al mismo tiempo, que el equipo de Bovaglio en una tendría que "acertar", para comenzar a inclinar en el resultado, una "balanza" claramente a su favor en el juego, durante los '45 iniciales.

Sin embargo, la "metamorfosis" que sufriría el equipo en el entretiempo, resultaría tan evidente como incomprensible, permitiéndole a Santamarina adelantarse unos metros en el campo de juego, primero para contrarrestar la presión visitante y luego, para animarse a "desnudar" algunas debilidades defensivas, que el "monopolio" del terreno y el balón, en la primera parte, no fueran posibles de advertir por "culpa" del propio Morón.

Y así, entre la baja de "tensión" en el visitante y el mayor atrevimiento del local, a los '12 del complemento, Bruno Galván sacaría largo con el pie, desde su área, mientras la defensa del Gallo se adelantaba para "achicar" espacios, sin percatarse que el rechazo rápido de los medios de Santamarina, hallaría mal parada a la última línea de Morón, situación que aprovecharía otro "inoxidable" como Martín Michel, para ganarle la "espalda" a Lucas Abascia, sin Cristian Broggi ni Franco Verón, cerca para la cobertura, definiendo con la calidad que lo caracteriza, en el mano a mano con Galván, para el 1 a 0 sorprendente de Santamaría en su segunda situación en el partido (la primera, había resultado un "aviso", minutos antes, en un centro que Guillermo Vernetti, solo por el segundo palo no supo capitalizar), y que a "contramano" del balance general del trámite, en '45 más '12, no se condecía con los merecimientos de uno y otro.

Así las cosas, este Morón "frágil de mandíbula", ante el primer "puñetazo", como en la mayor parte del torneo, en especial de visitante, no podría recuperarse más del "golpe" de "nocaut" local,  tanto es así que demoraría no menos de 20 minutos en recuperar la "vertical", sin el desequilibrio de Brian Orosco, ni la claridad de Gastón González, ni el aporte de Alan Schönfeld, con Mateo Levato y Tobías Zárate "aislados" en ataque, en una visita que habría de perder por completo su volumen de juego, y para colmo, el buen andar en el medio de Norberto Palmieri, reemplazante a último momento de un lesionado Cristian Lillo, también se desdibujaría con el correr de los minutos, sumados a la permeabilidad de una defensa, que sin la contención de antes en el medio, y con el apuro de "empujar" el equipo hacia adelante, comenzaría a ofrecerle al local, tantas dudas como espacios para la contra.

Por si fuera poco, cuando superada la media hora del segundo tiempo, la visita esbozara una leve reacción,  Diego Abal volvería a resultar determinante en el resultado final del partido, con otra acción de penal no sancionado en favor de Morón, en este caso, aún más evidente y flagrante que la jugada de la primera parte: en un centro al "corazón" del área, Nicolás Avellaneda saldría lejos a "romper", con Mateo Levato ingresando a la carrera, para conectar el cabezazo... En definitiva, el único que terminaría "roto" resultaría el "7" de Morón (por un violento "rodillazo" del arquero), aunque para el árbitro, la jugada determinaría un tiro libre para el local, por falta del hombre de Morón... sencillamente vergonzoso.

Y entre bajones de "tensión" repentinos, despropósitos arbitrales y tal vez, la reedición de aquél eterno "apotegma" futbolero que advierte, "que los goles que se no se convierten en el arco contrario; se terminan padeciendo en el propio", en otro "quedo" defensivo inexplicable, Santiago Sayago, recién ingresado en Santamarina, hallaría demasiadas ventajas para cabecear, entre los centrales y Mariano Bracamonte (reemplazante de Broggi), para poner el 2 a 0 a los '37 de la segunda mitad, con la contundencia que debió tener Morón en el primer tiempo y al final, terminó sufriendo de su rival en el complemento.

Con el "pitazo" definitivo y las "manos vacías", Morón se bajaría de la lucha por el primer puesto de la zona y la final, mientras que ahora dependerá de resultados ajenos, en las próximas dos fechas, para saber si concreta su clasificación a "Copa Argentina" y "calculadora en mano", si le alcanzan los puntos para ingresar al Reducido, con Almagro de local y Güemes en Santiago de Estero, nada menos, en los últimos duelos de la temporada.

Pero lo más importante... sin pretender regularidad, donde no la hubo en 32 jornadas, por lo menos evitar que esos vaivenes tan marcados se den dentro de un mismo partido, para poder aspirar a que "sobreviva" algo del "sueño".

"Dr. Jeckyll y Mr. Hyde", versión Morón.


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sábado, 23 de octubre de 2021

El "fuego" del Gallo "consumió" al "Dragón", en '45

En tan sólo 45 minutos, frente a Defensores de Belgrano, en la tarde de sábado del Nuevo Francisco Urbano, este Morón desparejo e irregular, como todos sus adversarios y el propio torneo de la "B" Nacional, recuperó la "memoria" individual y colectiva, "compendiando" en apenas un tiempo de juego, los mejores argumentos que esgrimiera a lo largo de la temporada, en cada momento del certamen en que ganó o perdió, pero gustó desde la propuesta y la intensidad: la saludable intención de monopolizar la pelota, el manejo del balón a uno o dos toques, la presión alta para quitar y salir rápido de contra y la "voracidad" para buscar siempre el arco de enfrente, aunque gane por una diferencia "tranquilizadora" para cualquier otro equipo.

Y es que Morón, después de la "pálida" imagen del último cotejo de local, en el regreso del público al estadio, frente a Villa Dálmine, y un triunfo necesario como visitante, en la Isla Maciel, ante San Telmo, para no perder "terreno" en la "lucha a tres frentes" en el torneo (ascenso directo, clasificación al Reducido y "boleto" a la próxima edición de la "Copa Argentina"), aunque sin jugar bien, procuraba "reconciliar" su imagen con la gente del Gallo, y como extensión, volver a ganar en el Oeste, una "fortaleza" durante gran parte de la actual campaña, que se había desdibujado en los fechas pasadas.

Y así las cosas, en apenas '45 minutos, Morón sacó tanta diferencia en el juego, individual y colectivo, a un siempre complicado Defensores de Belgrano, que llegaba al Oeste con apenas tres unidades menos que el Gallo, que el 3 a 0 parcial en el entretiempo, bien podría haber sido un 5 a 0, como en el balance final del encuentro, el segundo tiempo, a excepción de los primeros '10, prácticamente estuvo demás, y aún así el equipo de Lucas Bovaglio pudo y mereció estirar la ventaja, por lo menos un gol más, y si hubieran sido dos o tres, también hubiese estado acorde a las diferencias siderales entre un equipo y otro.

Con el mismo once que iniciara el pasado cotejo ante el "Candombero", desde el pitazo inicial de Mario Ejarque, Morón intentaría "acorralar" a su rival, apretándolo bien cerca de su zona defensiva, para forzar el error adversario y procurando el desequilibrio con la fórmula repetida y no por ello, menos exitosa, del desborde por la bandas, a partir de una defensa sólida y adelantada algunos metros, "punta de lanza" de los intentos que se prolongarían en el muy buen partido de Brian Orosco, el criterio habitual e imprescindible de Gastón González, la solvencia de Cristian Lillo para hacerse "patrón" del círculo central y dos delanteros bien "picantes", como Mateo Levato y Tobías Zárate, siempre bien acompañados por la "polenta" de Alan Schönfeld.

Por eso, no sería de extrañar que Morón hallara una pronta ventaja, apenas superado el primer cuarto de hora de juego, a partir de una recuperación de Levato en "tres cuartos", la habilitación para la corrida vertical de Orosco, prolongando por derecha hacia la posición de Schönfeld, para que el "tractor" del Gallo llegara al fondo, tal su costumbre, y con ojos "bien abiertos" metiera el centro preciso al "corazón del área", donde esperaba Zárate y la llegada de Gastón González, este último mejor perfilado para pegarle el derechazo justo y poner al Gallo merecidamente 1 a 0, a los '16. 

Apenas un par de minutos antes, Brian Orosco había "desnudado" las facilidades de la última línea visitante, en especial por el medio, con una habilitación a un toque, para dejarlo "cara a cara" con Ignacio Pietrobono, pero su remate se iría demasiado alto sobre el travesaño del arco de "Defe".

Lejos de conformarse con la ventaja mínima, y consciente de las diferencias marcadas en el juego, entre el Gallo y el "Dragón", seis minutos más tarde, de un tiro de esquina desde la derecha a cargo de González, el envío corto terminaría en los pies de Orosco, para hacer el "2-1" a la marca solitaria de Iván Nadal, un Orosco que habilitaría otra vez a Gastón González, y el centro del "8" de Morón buscaría la cabeza de Mateo Levato, en el área, cabezazo que apenas podría contener Pietrobono con las "uñas" sobre poste diestro y del rebote, sobre el lado puesto del ataque, Zárate remataría al travesaño y Levato, con "olfato" goleador, daría la vuelta del centro a la derecha del área chica, para impulsar el "pase" del "larguero" al fondo de la red, con un derechazo "seco" para el 2 a 0 de Morón, a los '22 de juego.

Sin espacio para la mínima reacción de la visita, el Deportivo Morón, como un boxeador que ya había colocado dos "manos" de nocaut, a los '38 terminaría por derribar a su oponente, derecho a la "lona" y por toda la "cuenta", cuando de un rechazo/habilitación larga de Leonel Bontempo, por izquierda, Tobías Zárate le ganara la "espalda" al lateral diestro visitante, Nicolás Alvarez, y puesto a "correr" frente a Luciano Goux, le sacara "varios cuerpos", y enviar un centro preciso rumbo al "punto penal", para que Mateo Levato convirtiera su segundo tanto con la camiseta del Gallo y el tercero en el partido, con todo el arco a su disposición, Pietrobono indefenso y Gonzalo Mottes, segundo marcador central del "Dragón", como un "espectador de lujo" del 3 a 0 local.

Hasta el final de la primera etapa, Morón podría haber convertido alguna ocasión más, mientras Bruno Galván no pasaría sobresalto alguno, salvo en una acción en que Ejarque debió sancionar empujón conta el "1" de Morón, pero la visita no supo aprovechar el "siga siga" para descontar antes del cierre.

El complemento, con la "chapa" 3 a 0 a favor de Morón y una superioridad también contundente en el juego, prácticamente estaría demás, a excepción de los primeros '10 de la segunda mitad, en la que Morón contaría con no menos de tres ocasiones manifiestas de gol, para estirar aún más su ventaja, en los pies de Zárate, Orosco y Levato, que por muy poco no se "llevara la pelota", en su segundo partido como titular y el primero con el dorsal "7" ante el público del Gallo.

Más allá de un penal en favor de Defensores (sobre Gonzalo Aquilino y a falta de diez minutos para el final del encuentro), no sancionado por Ejarque, pese a ello, de buen arbitraje, al equipo de Lucas Bovaglio le sobraría el segundo tiempo, en un contundente 3 a 0, que bien podría haber sido cinco o seis a nada, porque la visita jamás inquietó a la sólida defensa del Gallito.

En la mejor versión de toda la campaña, incluso por encima del triunfo frente a Barracas Central , en tan sólo '45 de juego, Morón lograría un "compendio" de todos aquellos atributos individuales y colectivos, que nos ilusionaran en varios partidos, pese a la irregularidad de su campaña y lo desparejo de su rendimiento, a lo largo de 31 jornadas.

A dos del líder de la zona (Barracas), a uno del escolta (Güemes) e igualando la tercera ubicación en 47  puntos, con Independiente Rivadavia de Mendoza, pero con dos goles menos a favor, razón para ocupar el cuarto "escalón" de la tabla, el viernes tocará revalidar todo o parte de lo bueno evidenciado ante "Defe", cuando visite por la noche, la bella Tandil, para enfrentar al "colista", Ramón Santamarina.

A falta de tres fechas para el cierre del torneo, una contundente "inyección" a la ilusión de Morón.

"Crucemos los dedos", por un poco de regularidad, de aquí y hasta el final, que nos depare una alegría que ni siquiera nos animamos a mencionar en voz alta. 

El "fuego" del Gallo "consumió" al "Dragón" y va por todo.


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lunes, 18 de octubre de 2021

"Desahogo", a ritmo de "Candombe"

Luego de tres fechas sin sumar, con dos derrotas (ambas de local, en una auténtica "rareza" para la "media" de rendimiento de esta temporada) y un empate en San Juan, el Gallo necesitaba imperiosamente volver a sumar de a tres, para no seguir perdiendo terreno en su lucha a múltiples frentes: el liderazgo de la zona, que otorga el acceso a la final y dos chances de ascenso (la más compleja y remota de todas, pero no por ello, imposible), la clasificación entre los cuatro primeros, que asegura un "boleto" en el Reducido por el segundo ascenso y, finalmente, la ubicación dentro de los primeros siete de la tabla de la zona "B", a fin de asegurar su participación en la próxima edición de la "Copa Argentina", certamen que a Morón le trae recuerdos imborrables, pero que, sin embargo, hace ya tres años que no califica para su disputa.

Por ello, el equipo de Lucas Bovaglio, acostumbrado a "caer y levantarse", casi como una "resiliente" constante, en una campaña notoriamente irregular y sin embargo, provechosa en puntos pese a lo desparejo de su transcurso, supo "hacerse fuerte" en el "Osvaldo Baletto", en la "mítica" Isla Maciel, "hogar" del siempre complicado San Telmo, de gran campaña en el presente torneo y también en la precitada "Copa Argentina".

Con el regreso de Leonel Bontempo, luego de su fecha de suspensión por cinco amarillas, en lugar de Cristian Paz, y con la modificación táctica de dos "referencias de área", por primera vez en toda la competencia, con el ingreso desde el inicio de Mateo Levato, en lugar de Santiago Nagüel, el Gallito intentaría "volver a las fuentes" y presionar bien alto a su rival, desde el minuto cero, procurando asimismo hacerse protagonista del trámite, ante un buen equipo "Candombero", que al igual que Morón, hace de la tenencia del balón, su principal "arma" futbolística, tanto en ataque como en defensa.

Así las cosas, antes de los '10 de juego, la visita avisaría con un tiro de esquina desde la izquierda, ejecutado por Brian Orosco, de buen partido, pese a sus intermitencias, cuyo centro bajo resultaría impactado de manera defectuosa por Franco Verón (para destacar, su permanente vocación ofensiva y su "olfato" casi de delantero, para "estar" en el lugar del área donde acude la pelota), pero su remate resultaría rechazado por un defensor, antes que pudiera intervenir Alan González, el arquero local, hijo del recordado "Nacho" González.

Sin desplegar un gran fútbol, ni mucho menos, pero con un buen encuentro de sus medios, con Cristian Lillo "bancando la "parada" como único "cinco" enteramente de marca, Gastón González desdoblándose entre la ayuda en el quite y la "escalada" ofensiva, más el aporte de claridad de Orosco y la velocidad de Alan Schönfeld, en esa primera mitad, el Gallo contaría con un puñado de muy buenas oportunidades para abrir el marcador, pero entre Alan González y algunas deficiencias en las "puntada final", le negarían a Morón una ventaja parcial, que no habría estado mal, al término de los '45 iniciales.

En este sentido, las más claras del Gallito estarían en los botines de Tobías Zárate, pero el "1" local respondería con acierto, tanto en un gran tiro libre con destino de gol, como en el mano a mano por derecha, tal vez el perfil menos beneficioso para un incisivo "heredero", sin fortuna ni resolución para el "pase a la red". 

Pese a ello, San Telmo también contaría con algunas ocasiones para poner en "apuros" a Bruno Galván, en este caso, más que por aciertos ajenos, por las debilidades que evidenciaría una última línea de Morón, que sin dudas extraña la mejor versión de su capitán, Cristian Broggi, y que no termina de ensamblar una zaga central confiable, pese al correcto partido de Lucas Abascia y Franco Verón, con una mejora ostensible en el rendimiento de Abascia, de flojo partido una semana atrás, frente a Dálmine en el Oeste, en posición de lateral zurdo.

De esta manera, un par de despejes cortos y en la "medialuna", generarían peligrosos remates desde fuera del área, de los volantes de "Telmo", con el buen pie y la claridad conocidas de dos ex Morón, como Damián Toledo y Ramiro López, o los desbordes por la puntas y los centros al "corazón" del área visitante, en procura del siempre peligroso Javier Velázquez y la habilidad y potencia de Thomas Amilivia, ese joven gran delantero que tiene el "Candombero".

En el complemento, el trámite se tornaría más discreto y peor jugado que en el primer tiempo, con demasiado apuro en unos y otros, por torcer un empate que servía de poco a ambos, en la lucha por mantenerse en los puestos de arriba, en el caso del Gallo, y acercarse un poco más a los mismos, en las "urgencias" del dueño de "casa".

En ese contexto, Nahuel Viñas, árbitro del encuentro, invalidaría un gol, entendemos que legítimo de Cristian Broggi, y minutos más tarde, Franco Verón, otra vez imponiéndose en ataque, cabecearía al centro del área, para el ingreso de Lucas Abascia, mano a mano con Alan González, aunque el brazo del arquero resultaría unos milímetros más largo que la pierna del zaguero del Gallo, para evitar lo que parecía la ventaja del visitante.

Como contrapartida, San Telmo continuaría preocupando a la defensa de Morón, a partir de la mayor velocidad o repentización de los volantes para ganar las "segundas pelotas", cerca del área visitante, como en los desbordes laterales, para que el mejor del local, Amilivia, intentara tanto de arriba, pese a tu estatura, como por abajo, merced a su gambeta, por momentos, indescifrable.

Cuando el partido parecía encaminarse a un reparto de puntos, con "sabor a poco" para ambos, Guillermo Villalba, que había ingresado algunos minutos antes, en reemplazo de Tobías Zárate, intentó ganar de cabeza en el área, "comiéndose" un terrible "botinazo" en la cara, producto de la torpeza y la desesperación en la marca local, jugada con riesgo para la integridad física del delantero de Morón, que con buen tino, Nahuel Viñas sancionara con penal para los de Bovaglio.

Luego de un par de minutos, de reclamos y conciliábulos, y los infructuosos intentos de Alan González por "hablarle" a su homónimo del Gallo, para ponerlo nervioso, el talentoso volante del Gallo le "respondería" con una exquisita definición, casi "picando" la pelota sobre su palo izquierdo, bien arriba y no tan violento, para dejar en "ridículo" al arquero y poner el festejado uno a cero para la visita, a los '37 del complemento.

Para colmo de "males", en el caso de "Telmo" o de "bienes" para el Gallo, un rato más tarde, Javier Velázquez reaccionaría de manera incompresible contra Franco Verón, en mitad de cancha y en una jugada intrascendente, aplicándole un codazo en el rostro, para dejar al local con "diez", en la muestra más lapidaria de la impotencia del local.

Pero como en Morón, "si no se sufre, no vale", en el descuento y en la última "bola" de la tarde, en la Isla Maciel, tras un par de tiros de esquina, el rebote le quedaría fuera del área al ingresado, Rodrigo Depetris, cuyo remate se iría apenas "ancho" sobre el "caño" zurdo del arco de Galván.

El pitazo final de Viñas, de correcto arbitraje traería el "desahogo" esperado para Morón, que lograba cortar la racha negativa de tres partidos sin ganar y al sumar de a tres, volvía a acomodarse en los puestos de vanguardia, con 44 unidades, quinto por diferencia de gol, pero igualando los puntos con el tercero (Ferro, aunque con un encuentro menos) y con el cuarto, Independiente Rivadavia de Mendoza, "propietario" hasta hoy del último "pasaje" con derecho al Reducido por el segundo ascenso.

Ahora, es tiempo de Defensores de Belgrano, en el Nuevo Francisco Urbano, el venidero sábado a las 17, a falta de cuatro "duelos" para el final de la fase de clasificación.

A "recuperar la memoria" de local.


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lunes, 11 de octubre de 2021

"Deseo y decepción"

Morón jugó mal (otra vez) y perdió bien (una vez más).

Frente a Villa Dálmine, uno de los equipos de peor rendimiento en la zona “B”, pese a su “levantada” de las últimas fechas, el equipo de Lucas Bovaglio decepcionó dentro de la cancha, cuando fuera de ella, el deseo del volver al Nuevo Francisco Urbano, resultó el tópico más hablado, desde la confirmación oficial del público en los estadios.

Y es que (parte) del Pueblo de Morón regresó a su “casa”, tras 18 meses de obligada ausencia por la pandemia, demasiado tiempo de ausencia y de esfuerzo en los días previos, para ponerse al día a pesar de los apremios económicos, para que en el rectángulo de juego, al cabo de '90 minutos para el “bostezo” y un piadoso olvido, los protagonistas le devuelvan tan poco, incluso más allá del resultado adverso.

Y es que este Morón, en “caída libre” desde hace varias fechas a esta parte, volvería a perder con un equipo mediocre, que no casualmente deambula por el fondo de la tabla, quien lo superaría con muy poco, a partir de una cuota mínima de “oficio”, combinada con oportunismo, contundencia e inteligencia táctica para detectar y explotar al máximo las debilidades y “licencias” de su rival.

Y es que a Villa Dálmine lo “agrandó” el propio Morón, “invitándolo” a atacarlo y “lastimarlo”, cuando la visita se dio cuenta que esta versión “desdibujada” del Gallo, resultaba incapaz de incomodar una tarde tranquila de Emanuel Bilbao, arquero de la visita, y que con sólo proponérselo, podía aprovechar las inconsistencias de un medio local sin quite ni juego, y una defensa permeable en el “mano a mano”, en velocidad o “pelota parada”.

Y es que Morón se debatió en '90 minutos contra su propia impotencia, carente de ideas y de fútbol asociado, tanto es así que, en términos recientes de Gerard Piqué, respecto del Barcelona “post Messi”, este devaluado Gallo podría haber jugado dos horas más, el último sábado, y no ser capaz de generarle una sola opción seria de gol a su rival.

En ese contexto, Alan Schönfeld y Gastón González serían los únicos capaces de utilizar adecuadamente el “salvavidas”, ante el evidente “naufragio” individual y colectivo del equipo, pero los arrestos personales de uno y el criterio para manejar el balón del otro, no hallarían eco en sus compañeros, y muchos menos en el propio Bovaglio, que reemplazara a González pasados del '15 del complemento, en una modificación que terminaría por “sepultar” las escasas chances reales de dar vuelta el partido, tanto en el trámite como en el resultado.

En un primer tiempo “soporífero”, con mejor juego de la visita y buenas intenciones del local, aunque sin ideas ni precisión, Villa Dálmine hallaría la primera ventaja a los “44 de la etapa inicial, usufructuando los tres “detalles” que terminarían siendo determinantes para la “chapa final” del encuentro: la mayor velocidad o repentización para ganar los duelos individuales en el medio, en primera o segunda pelota, la facilidad para ganar la espalda de los laterales y la lentitud para recuperar posiciones, lo que le permitiría a Santiago Moyano (volante diestro), recuperar el balón y “ponerlo a correr” por derecha a Lautaro Díaz (delantero por afuera), y ensayar un centro a contrapierna de una defensa ausente, ante la llegada solitaria y goleadora de Alejandro Gagliardi (centrodelantero, que aún visiblemente excedido de peso, hiciera lo que quisiera con sus marcadores, durante toda la tarde).

El complemento no traería más que la cruda confirmación de la impotencia de Morón para generar juego y zozobra en la defensa visitante, sumándose a la imprecisión alarmante del primer tiempo, la necesidad y el apuro lógicos de hallarse en desventaja. Y ante su público, luego de 18 meses de ausencia.

Sólo Gastón González, en un par de oportunidades, una en cada tiempo y Mateo Levato, minutos después de su ingreso, harían “despertar” de su “letargo” al golero visitante, con remates desviados desde afuera del área y siempre por arrestos individuales.

A los '30 de la etapa final, un rechazo largo desde campo visitante, generaría una buena corrida por izquierda de Alejandro Gagliardi, quien luego de superar con facilidad a Cristian Broggi y evitar el repliegue tardío de Cristian Paz, ensayaría un centro al “corazón” del área, superado Franco Verón (desde el inicio, por Leonel Bontempo, suspendido por cinco amarillas) y con Lucas Abascia (de lateral por izquierda) fuera de escena, para que el ingresado Laureano Tello y sin oposición de los volantes, llegara solo de frente al arco, para hacer estéril el esfuerzo de Bruno Galván y “sentenciar” en el resultado con el 2 a 0, un duelo que estaba resuelto desde mucho antes, desde el juego y la incapacidad manifiesta de Morón en su peor tarde.

El pitazo final de Andrés Gariano, de regular desempeño, pero sin decisiones polémica que incidieran directamente en el resultado adverso, “dibujaría” un tono gris de decepción dentro de la cancha, en contraposición al deseo y “color” del regreso de la gente al Nuevo Francisco Urbano.

Una decepción que se prolongaría aún afuera del campo de juego y que agregaría un episodio vergonzoso, en la puerta de los vestuarios, con la agresión de un miembro de la secretaría técnica, ante los insultos y desbordes de un socio, pasado de “revoluciones” y de “copas”. Como sea, más allá del “estado alterado” de un socio, jamás un allegado a la comisión directiva, con responsabilidades institucionales, puede permitirse responder al agravio con un acto de agresión verbal o física. Ese tipo de comportamientos, separan a los hinchas comunes de los verdaderos dirigentes. Cuando no se está a la altura, no hay excusa que lo justifique.

Como sea, del deseo en las tribunas, a la decepción dentro de la cancha.

Y cinco fechas por delante, para profundizar la debacle u operar el “milagro”.

 

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