domingo, 30 de agosto de 2015

En "dos minutos calentó el ambiente"..., y "cocinó al Calamar".

Una vieja publicidad televisiva, de mediados de los "ochenta", promocionaba las bondades de una conocida marca de calefactores, con un recordado slogan que afirmaba: "En dos minutos calentamos el ambiente".

Y eso fue, precisamente, lo que hizo el Gallo de Blas Armando Giunta, frente al Platense de Fabián Anselmo, puesto que entre los '21 y '23 del primer tiempo, y cuando nada había pasado en el partido, Morón clavó dos "cross" a la "mandíbula" lapidarios, que terminarían por sentenciar la suerte definitiva del encuentro.

En efecto, y en primera instancia, a los '21 de la primera etapa, y tras un lateral a la altura del área visitante, sobre la banda izquierda, Ariel Otermín juega con Adrián Peralta, quien de inmediato se la devuelve al rubio defensor del Gallito, para que éste ensaye un centro con destino al "corazón" del área chica de Platense, pelotazo que sin ser conectado por nadie, pica en "las narices" de Andrés Desábato, arquero "Calamar" y luego de una sorpresiva parábola, quizá por afortunada "complicidad" del viento, supera la humanidad del golero para desatar la "locura" del Nuevo Francisco Urbano, ante la imprevista apertura del marcador.

Hasta allí, ninguno de los dos clásicos rivales, el Gallo y el "Calamar", habían hecho lo suficiente como para inclinar la "balanza" del cotejo a su favor, dentro de un trámite discreto y peleado en el medio, donde Platense había asomado con mayor predominio del balón, aunque sin inquietar en absoluto a Carlos Morel.

Sin embargo, sólo dos minutos más tarde, sobre los '23 de la etapa inicial, el "Kily" Peralta volvería a enviar un muy buen centro, para la llegada por derecha de Cristian Yassogna, cuyo cabezazo generaría un rechazo "in extremis", en el punto penal, para evitar la "embestida" goleadora de Leonel Altobelli, y luego de una "pifiada" defensiva en el borde del área grande, Federico Dominguez sacara un zurdazo fenomenal, para "engancharla" del ángulo superior derecho del arco de Desábato, y poner el 2 a 0, antes de la media hora de juego, merced a un autentico golazo.

A partir de ese momento, y con el "rápido y furioso" 2 a 0, el Gallo concedería el préstamo del balón, en los pies de los medios de Platense, a sabiendas de la falta de ideas y profundidad del visitante, quien con un viejo conocido de la "casa", Cristian "La Pantera" Campozano, como principal referencia de ataque de "Tense", la tarde pintaba tranquila y el partido más que controlado.

De hecho, la jugada más peligrosa de aquellos primeros '45, de allí y hasta el final de la etapa, nuevamente estaría del lado del Gallo, cuando a poco de su cierre y luego de otro envío aéreo milimétrico de Peralta, el incansable Cristian Yassogna volvería a ganar en lo alto, cabezazo goleador que no pudo cristalizarse en el tercer grito de la tarde, en virtud del rebote provindencial en la "testa" de Iván Nadal.

El complemento, prácticamente de principio a fin, estaría de más en el desarrollo del partido, ya que entre la comodidad de un Morón sólido, solidario y dominador psicológico de la acciones, aún resignando el manejo de la pelota, y un Platense absolutamente impotente de generar el más mínimo desequilibrio a la inexpugnable defensa del Gallo, redondearían '45 finales previsibles y sin "desbordes" de ningún lado, donde el once de Giunta justificaría el triunfo y "Tense" abusaría del juego brusco, como consecuencia directa de su nerviosismo "in crescente".

Precisamente, de ese estado de impotencia y nerviosismo futbolístico, sobrevendrían las expulsiones del encuentro, primero del lado de la visita, a partir de un "patadón" descalificador de Walter Ortíz, en perjuicio de Junior Leandro Mendieta, y minutos más tarde, del propio "once" del Gallito, quien procedente de una sanción, por su expulsión ante Defensores, volvería a incurrir en el mismo error, para hacerse "acreedor" de su segunda "roja" directa consecutiva, por una entrada fortísima e innecesaria en mitad de cancha, en un cotejo absolutamente dominado en el trámite y clausurado en el resultado.

Ya en el descuento, mientras el encuentro se extinguía en el cuarto minuto adicionado, un muy flojo arbitraje de Hernán Mastrángelo, le concedería a la visita un dudoso penal, tras una supuesta mano de Carlos Alberto Ramos (quien había ingresado, minutos antes, por Cristian Jesús Broggi, nuevamente de gran partido, como el resto de sus compañeros de defensa), en el intento por "resistir" el último "bochazo" con destino a Cristian Campozano.

Sanción que Daniel Vega cambiaría por gol, a pesar del buen instinto de Carlos David Morel, quien adivinaría el palo del impacto, pero no podría contrarrestar la correcta y esquinada ejecución del inoxidable "Trapito".

Sin tiempo para más, luego de la reposición del balón desde el centro del campo, el equipo de Blas Armando Giunta se alzaría con una importante y merecida victoria, nada menos que la cuarta consecutiva, para estirar a nueve los encuentros sin derrotas y afianzarse en puestos de Reducido (hoy se halla quinto), pero fundamentalmente, consolidar su notable levantada anímica y futbolística, que a poco más de una decena de jornadas para el final, lo llevan a ilusionar (e ilusionarse) de pleno derecho, con un futuro aún mejor y un cierre soñado y "a toda orquesta".

Por lo pronto, gana sus partidos, los justifica en el trámite y evidencia una fortaleza de conjunto admirable, donde todos (absolutamente TODOS), defienden cada pelota como la última, se prodigan los '90, y de ser necesario, "traban con la cabeza", en el contexto de un equipo compacto, sólido, equilibrado y, principalmente, SOLIDARIO.

Sin grandes figuras para el "destaque", sobresale la actualidad de un EQUIPO que sabe lo que quiere y por estos días, se siente confiado en sus fortalezas y consciente de sus limitaciones, minimizadas al máximo, por el sacrificio, la concentración y la solidaridad como emblemas.

Por eso, frente a rivales históricamente "chivos", como Platense, es capaz de, en sólo "dos minutos, calentar el ambiente"..., y "cocinar al Calamar".


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                          Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).

Las imágenes del "noveno" al hilo, escrito con "tinta" de "Calamares".



















El telón y, de "yapa", el golazo de Federico Domínguez.


sábado, 29 de agosto de 2015

Con la vuelta de Mendieta, el Gallo busca "escribir" la "novena" de su invicto, con "tinta de Calamares".

Morón pretende seguir de racha y, para ello, deberá sortear a un rival siempre complicado e históricamente incómodo, como lo es el Platense de Fabián Anselmo, cuando lo reciba en el Nuevo Francisco Urbano, este domingo, desde las 15.30, con el arbitraje de Hernán Mastrángelo y la televisación en vivo de "Pacífico TV Morón", a través de su canal exclusivo de YouTube.

Con un solo cambio, respecto del once inicial que proviene de vencer a Villa San Carlos, en el "Genacio Sálice", el pasado viernes, tal el regreso de Junior Leandro Mendieta, tras cumplir con la fecha de suspensión, a consecuencia de su expulsión frente a Defensores de Belgrano, quien volverá a la titularidad, en reemplazo de Diego Alfonso Barrios Suárez, los titulares de Blas Armando Giunta, que intentarán prolongar a nueve la seguidilla de encuentros sin perder, serán los siguientes: Carlos David Morel; Cristian Jesús Broggi, Nicolás Miguel Gásperi, Emiliano Jonathan Iván Mayola (capitán y con cuatro amarillas), Ariel Otermín (cuatro amonestaciones); Cristian Román Yassogna, Cristian Damián Lillo, Federico Domínguez, Adrián Maximiliano Peralta; Junior Leandro Mendieta, Víctor Leonel Altobelli.

Completan el listado de convocados, quienes se reunirán en el estadio, un rato antes del mediodía: Lisandro Daniel Mendoza, Carlos Alberto Ramos, Rodrigo Nahuel Lemos Argañaraz, Mauro Emiliano Montenegro, Kevin López Arroyo, Santiago De Ossa Tobón y Diego Alfonso Barrios Suárez.

Por la cuarta victoria consecutiva, y la consolidación en puestos de Reducido, el Gallo procurará disfrutar de un agradable domingo, en el Nuevo Francisco Urbano, ocasión inmejorable para degustar y agasajarse con una deliciosa "cazuela de Calamares".

Y que la "tinta" la use el equipo de Blas Giunta, para escribir otro capítulo de esta actualidad que hoy ilusiona a todo el Oeste.

¡¡Bon apetit, Gallito!!.


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                        Foto: gentileza, Eduardo Fabián Acuña.

viernes, 28 de agosto de 2015

No sólo de fútbol "vive" Morón... Repaso institucional.

Suele afirmarse, dentro de este fútbol verdaderamente "histérico", en el que estamos todos inmersos y de igual modo, del que todos formamos parte responsable, en la generación de esa "histeria" compartida, que "si la pelotita entra en el arco", los demás males quedan en segundo plano, o directamente ingresan en el olvido colectivo.

Y no deja de resultar cierto, máxime en el contexto de un club como el nuestro, que proviene de cumplir nada menos que 25 años continuados, dentro de los cuales la "pelotita" no se ha rehusado sistemáticamente a ingresar en el arco, pero sí a brindarnos alguna mínina sonrisa perdurable, de aquellas inolvidables alegrías que permanecen en el corazón, la memoria y las retinas.

Por estos días, desde lo estrictamente futbolístico, sin dudas que el cuerpo técnico, encabezado por Blas Armando Giunta, ha sabido encontrar el "equipo", que durante treinta fechas anduviera "a los tumbos" en el actual torneo, generando una expectativa y alegría en todo el "Mundo Morón", que gratifica vivirla y compartirla en el día a día, con todos aquellos que integran esa "realidad paralela" (desde dirigentes, cuerpo técnico y jugadores, pasando por periodistas partidarios y, por supuesto, socios e hinchas), pero que al mismo tiempo obliga a conservar una necesaria mesura y prudente calma, por imperio de tanto sinsabor repetido a lo largo de un cuarto de siglo.

Sin embargo, en el plano institucional, justo es decir que las cosas no han variado demasiado, a pesar de algunos avances significativos desde lo formal, como la inauguración de la primera filial oficial del club, puesto que en materia económica, por ejemplo, y más allá de una importante reducción del presupuesto mensual (alrededor de 400 mil pesos, incluidas rescisiones y el ahorro en costosas concentraciones), el dinero sigue sin aparecer, más que "a cuenta gotas", a fin de acompañar desde lo dirigencial, la mejora sustancial de un plantel profesional que, por estos días, asistiera a la cancelación de abril (en su totalidad o en parte, de acuerdo al rango salarial), en espera del inicio del pago de haberes correspondientes a mayo del corriente.

En el mismo sentido, con referencia a la mora mantenida con el cuerpo médico del club, el doctor Mario Del Persio recién percibió el sueldo de enero, mientras que los kinesiólogos del club acumulan ya dos meses de atraso. Asimismo, y a pesar de hacer frente a haberes adeudados de fines del año pasado, los técnicos y profesores de inferiores continúan con una deuda importante, a pesar de sus bajos sueldos, lo que ha llevado a los dirigentes del área a organizar una peña folklórica, con los hermanos Carabajal a la cabeza, el próximo sábado 5 de septiembre en el "Rafael Grosso", a fin de generar los recursos suficientes como para intentar poner al día los haberes en falta, de quienes vienen realizando un trabajo encomiable, que hoy también ve sus frutos la primera división de fútbol, con siete juveniles debutantes en el presente campeonato.

Más allá de las deudas, otro de los temas institucionales que preocupa y mucho, aunque sin embargo, no genera movilización manifiesta entre los socios, ni mucho menos respuesta alguna de la dirigencia, es el estado de "obra" de la segunda etapa de construcción del Nuevo Francisco Urbano, cuyo plazo máximo de entrega venciera hace casi tres meses y pese a ello, existieran pequeños avances "espasmódicos" en la construcción de los vestuarios o la pileta, y desde lo institucional, incomprensibles "pases de facturas" con destino a la tarea realizada por los miembros de la Comisión Ad Hoc, responsabilizándolos pública e innecesariamente, por la demora en las obras y la postergación de alguna reunión protocolar entre las partes intervinientes, ahora resumidas al municipio y sus "socios" inversores.

En rigor de verdad, y como publicáramos meses atrás, en este mismo espacio, las fechas originales han variado en los hechos, en el marco de algún entendimiento de "partes", evidentemente inconsulto y a espaldas del fideicomiso, tanto es así que desde hace ya un buen tiempo, se viene negociando y "acordando" por fuera de la "letra" del mismo, con sujeción a tiempos políticos-electorales, más que a los plazos contractuales rubricados oportunamente, dentro del proyecto de traslado del estadio.

Así las cosas, en la actualidad, dentro del "Grupo Desarrollador Morón", que se hiciera cargo alguna vez de las obras, el único "inversor" que en la práctica subsiste activo, es el empresario supermercadista, ex dueño de los terrenos de la vieja "Textil Castelar", razón que explica los por qué de la única construcción en marcha, dentro de todo el "entramado" que vincula ambos enclaves (es decir, Brown y La Roche y el Nuevo Francisco Urbano), hipermercado de grandes dimensiones, mucho mayores que el local de la misma cadena, emplazado en Santa Rosa y Alem, en Castelar, y con fecha próxima y acelerada de inauguración para fines de septiembre.

Como contrapartida, y a su finalización, las maquinarias y obreros de la empresa constructora "Bautec", regresarán con nuevos "bríos" en procura de la finalización de la segunda etapa pendiente, la que se calcula estará completa hacia finales de noviembre, momento a partir del cual comenzarán a correr los dieciocho meses restantes, fijados para la edificación de la tercera y última parte de la obra, que incluye las canchas de tenis y el microestadio. A pesar que, de este modo, el plazo máximo para la conclusión del emprendimiento en su totalidad, habría de prolongarse durante no menos de seis meses, más allá de lo oportunamente firmado, en el marco de un contrato de fideicomiso que vencerá inexorablemente en diciembre de 2016.

¿Y los resarcimientos diarios por las moras?, se preguntará Ud., amigo lector..., pues bien, será el mismo empresario supermercadista, quien finalmente habrá de compensar al club, en "agradecimiento" por la espera y la "deferencia" de comprender y permitir las urgencias comerciales y edilicias de su renovados intereses distritales, a través de una millonaria cifra económica, que hoy representa no menos de tres meses completos de sueldos del plantel profesional.

Al mismo tiempo, y luego de varias promesas incumplidas, en este mismo sentido, desde 2005 a nuestros días, este vez sí, el mismo empresario hipermercadista habrá de convertirse en uno de los principales sponsors del club (que, dicho sea de paso, también incorporará en su camiseta, a una cadena de electrodomésticos, con hincapié en el "audio"), adelantándole para ello, un monto similar a año y medio de "sponsoreo".

Porque, que "la pelotita ingrese en el arco", sin dudas que es importante y retempla los ánimos, máxime en ausencia de alegrías trascendentes, durante los últimos y aciagos veinticinco años.

Pero que "el árbol no nos tape el bosque"..., y en especial un "bosque" tan "tupido", como la actualidad institucional del Deportivo Morón.


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                          Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).

viernes, 21 de agosto de 2015

"Sostiene, Morón"...

"Sostiene, Morón"..., que llegaba al "Genacio Sálice", difícil reducto del "Villero" de Berisso (donde, hasta esta tarde, marchaba invicto, a pesar de su pobre campeonato en general), precedido de la mejor producción en lo que va del actual torneo, donde derrotara con autoridad y merecimientos al líder de la "B" Metro, Defensores de Belgrano, para arribar a Villa San Carlos con un invicto de siete fechas (cuatro triunfos y tres empates, en el desglose).

"Sostiene, Morón"..., que al inicio del encuentro y en especial durante la primera media hora de juego, el equipo distaría bastante del aquél que ganara algunos encuentros con justicia, en condición de visitante (Flandria, Almirante, Barracas Central), y que por el contrario, en esos minutos iniciales, el dominador de las acciones resultaría el conjunto de Osvaldo Ingrao, lapso durante el cual el local se convertiría en protagonista excluyente del encuentro, merced al predominio territorial y en el manejo del balón (bastante criterioso y atildado, por cierto).

"Sostiene, Morón"..., que durante aquella primera media hora, a los volantes del Gallo les costaría muchísimo "hacer pie" en el mediocampo, tal vez porque Cristian Lillo (en su regreso al equipo, tras la fecha de suspensión), pagaría caro "tributo" al "descanso" obligado por alcanzar el límites de tarjetas amarillas, puesto que se lo notaría errático en el quite y sin timming para el anticipo, lo que originaría, a su vez, que Federico Domínguez (su compañero del "doble cinco"), deberiera trajinar físicamente más de la cuenta, en función de contención, resignando de este modo, su rol primordial de generador de juego y primer pase ofensivo.

"Sostiene, Morón"..., que asimismo, habría de notarse la ausencia también obligada, por su expulsión ante el "Dragón", del sorprendente Junior Mendieta, pieza fundamental para provocar desequilibrios ofensivos, en base a su habilidad, velocidad y verticalidad, moviéndose por los flancos y apareciendo por sorpresa en los espacios vacíos. Por el contrario, ante San Carlos, la dupla de ataque conformada por Leonel Altobelli y Diego Barrios Suárez, hubieron de correr mucho, aunque de manera improductiva, al transitar ambos por idénticos caminos, con características demasiado similares, como para pretender complementarse eficientemente.

"Sostiene, Morón"..., que más allá de los '30 del primer tiempo, los medios visitante comenzarían progresivamente a "hacerse del balón", a partir de las "sociedades" por la banda izquierda, promovidos por Federico Domínguez y Adrián Peralta, que determinarían el emparejamiento del trámite y la igualdad en el número de llegadas con cierto peligro, para dentro de un partido de trámite discreto y entretenido, el Gallo se retirara al vestuario con una mejor imagen de conjunto.

"Sostiene, Morón"..., que ya en el complemento, de entrada nomás, el equipo de Blas Giunta demostraría una mayor vocación y ambición por llevarse el partido, a partir de una presión asfixiante sobre su rival, para generar el error y mantenerlo bien cerca de su propio arco, modificación actitudinal que vería sus "frutos", más temprano que tarde en el período, cuando sobre los siete minutos, y tras un centro preciso del "Kily" Peralta, el balón fuera desviado por la rubia "testa" de Ariel Otermín, para alcanzar la ventaja inicial, dentro de un cotejo cuyo trámite, fiel a las características distintivas de la categoría, parecía indicar que, quien convirtiera el desnivel, habría de llevarse los tres puntos.

"Sostiene, Morón"..., que el único gol del encuentro se iniciaría en un remate largo de Cristian Yassogna, ensayado de derecha a izquierda, que si bien, en un primer momento se asemejaría más a un rechazo sin destino cierto, terminaría en una muy buena habilitación, gracias a un inteligente pique al vacío protagonizado por Peralta, quien en gran maniobra individual habría de eliminar la marca de Federico Slezack, y cuando hubo de encarar en diagonal hacia el arco local, terminaría por generar la infracción previa al gol, la amonestación de su infractor (a la sazón, la única tarjeta de un cotejo jugado con mucha "limpieza", de ambos lados) y el centro milimétrico, de su propia autoría, para el cabezazo contundente y goleador de Ariel Otermín.

"Sostiene, Morón"..., que minutos más tarde de la apertura del marcador, el arquero local, Francisco Del Riego, habría de ahogarle el segundo grito a Barrios Suárez (otra vez, de buen partido, confirmando su mejoría de los últimos tiempos), pero que sin embargo, y a partir de allí, entre el empuje lógico de Villa San Carlos y el cansancio progresivo y generalizado del once de Giunta, el Gallo hubo de resignar nuevamente "la batalla (esta vez perdida) del medio", para abocarse a defender la mínima diferencia, primero en su campo y con el correr del reloj y por efecto del desgaste físico, hacerlo más tarde decididamente dentro del área propia, al igual que ocurriera en los minutos finales del triunfo con Defensores.

"Sostiene, Morón"..., que en esos nerviosos instantes de cierre, afloraría una vez más, la seguridad de Carlos Morel, para "descolgar" algunos de los varios centros ensayados por el rival, además de la solidez de una última línea que, no por casualidad ha soportado sólo dos goles en contra, en los últimos ocho encuentros, y acumula algo más de 360 minutos con la valla decididamente invicta.

"Sostiene, Morón"..., que en este sentido, Morel hubo de responder en las dos o tres ocasiones, a lo largo del encuentro, en que lo exigieran los puntas rivales, y en la que no llegó a hacerlo, sería el retornado capitán, Emiliano Mayola, quien hubo de salvar providencialmente su arco, con un oportuno despeje sobre la línea, en el primer tiempo.

Asimismo, "Sostiene, Morón"..., habría de registrarse otra sólida actuación de Nicolás Gásperi, quien hubo de "repeler" todos los intentos aéreos de Villa San Carlos, además de otro muy buen rendimiento de Cristian Broggi, quien a pesar de tener que "bailar con las más fea" y padecer al principio, los desbordes de Emmanuel Barboza, la "pieza" ofensiva más peligrosa del local, más tarde y con el correr de los minutos, terminaría por "tomarle el tiempo" y anular sus intentos por completo.

"Sostiene, Morón"..., que finalmente, y pese al gol increíble que habría de despercidiar sobre la hora, el recién ingresado Mauro Montenegro, el Gallo habría de "resistir" los embates desesperados del local, a pesar de una evidente "falta de piernas", que obligarían a un retroceso compartido y no deseado, pero sólido en su respuesta individual y de conjunto.

En definitiva, "Sostiene, Morón"..., invicto, rendimiento en alza, pasajes de buen fútbol, solidaridad de conjunto y solidez como equipo. La verdadera "figura" determinante del triunfo, en el difícil reducto del "Genacio Sálice", más allá de algunos puntos altos particulares.

Porque, cuando no se puede doblegar al rival, en el juego, lo importante es aprovechar las oportunidades y luego "sostenerlas" en defensa.

Y así, "Sostiene, Morón"..., que lo hizo frente a Villa San Carlos, en la tarde de Berisso... O mejor dicho...

... "Sostuvo, Morón".


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.


                         Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).

jueves, 20 de agosto de 2015

#PermisoParaSoñar.

Tras el triunfo en gran forma, frente al líder, Defensores de Belgrano, con el sorprendente gol de su arquero, Carlos David Morel, para este Gallo en racha (lleva siete sin perder, con cuatro triunfos y tres empates), no existe demasiado tiempo ni para el festejo, ni mucho menos para el descanso, ya que este viernes, a partir de las 15, deberá revalidar su buen momento ante Villa San Carlos, de opaco desempeño en el campeonato, pero mejor rendimiento en el "Genacio Sálice", con el arbitraje de Martín Gonaldi y la televisación en vivo de "Pacífico TV Morón", a través de su canal exclusivo de YouTube, en el marco de la 30° fecha de la Primera "B".

Con tres modificaciones, respecto del once inicial frente al "Dragón", a partir de los regresos del capitán, Emiliano Mayola, ausente a último momento el pasado sábado, a consecuencia de una molestia muscular registrada durante el calentamiento, y de Leonel Altobelli, aquejado de un fuerte estado gripal y febril, en las horas previas al choque con el único líder, en lugar de Carlos Ramos y Junior Mendieta, respectivamente, éste último expulsado por Ignacio Lupani, la jornada pasada; a quienes deberá sumarse el regreso de Cristian Lillo (en reemplazo de Mauro Montenegro), luego de cumplir la fecha de suspensión, por arribar ante Barracas, al límite reglamentario permitido de cinco tarjetas amarillas, los titulares del Gallo que intentarán traerse los tres puntos de Berisso, serán los siguientes: Carlos David Morel; Cristian Jesús Broggi, Nicolás Miguel Gásperi, Emiliano Jonathan Iván Mayola (cuatro amonestaciones), Ariel Otermín (cuatro amarillas); Cristian Román Yassogna, Cristian Damián Lillo, Federico Domínguez, Adrián Maximiliano Peralta; Víctor Leonel Altobelli, Diego Alfonso Barrios Suárez.

Completan el listado de convocados por Blas Armando Giunta, quienes habrán de reunirse en el Nuevo Francisco Urbano, a media mañana: Cristian Pelozo, Carlos Alberto Ramos, Rodrigo Nahuel Lemos Argañaraz, Mauro Emiliano Montenegro, Jorge Ferrero, Lucas Sebastián Nanía, Imanol Varela y Santiago De Ossa Tobón, uno de los cuales quedará afuera de los dieciocho.

En Berisso, frente a la "Villa", por un nuevo triunfo que confirme rumbos, consolide rendimientos y "alimente" ilusiones.

Y para que el Oeste siga de fiesta y vaya patentando un hashtag... #PermisoParaSoñar.


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.


                         Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).

sábado, 15 de agosto de 2015

El Gallo se "fumó" un "Dragón"..., y que pase el que sigue.

Y Morón fue fiel a su historia, lejana y reciente, aquella que marca que, tanto en el Viejo como en el Nuevo Francisco Urbano, siempre se caracterizó por "bajar" punteros y "desmoronar" rachas ajenas.

En este caso, y tras la salida de un bellísimo sol de invierno, tan necesario luego de una semana de muchísima agua y inundaciones en cuarenta distritos de la provincia de Buenos Aires, el mismo brillo del deseado "Febo" hubo de trasladarse al campo de juego, para que este sorprendente Morón de Blas Armando Giunta, confirme y profundice todo lo bueno evidenciado en las últimas fechas, prolongando su actual invicto a siete pleitos sin derrotas, merced a un "triunfazo" sin atenuantes ante el líder del torneo, al cual superó en todos los aspectos del juego, para por momentos "pasarlo por encima", y sin embargo terminar sufriendo de manera injusta, una victoria que mereció concretarse mucho antes y por un margen más amplio que la mínima diferencia.

Es que este Gallo renovado de las últimas diez fechas (desde la derrota en casa, con el "karma" de Villa Crespo), ha sabido recuperarse semana tras semana, más allá de los resultados finales circunstanciales, para ir erigiéndose en un equipo sólido, compacto, ordenado, equilibrado y fundamentalmente, solidario, factores que lo fueron llevando a un crecimiento progresivo y exponencial, en lo individual y también lo colectivo, algo realmente impensado, hace tan sólo una decena de encuentros mediante.

Y ocurre que Morón recibía al cómodo puntero del campeonato, Defensores de Belgrano, con la impronta propia de un elenco visitante deslucido aunque muy efectivo, de indudable trabajo táctico en las últimas tres temporadas, lapso durante el cual han venido solidificando como conjunto, una idea de juego amarreta pero pródiga en resultados, de basal fortaleza en materia de "pelota parada" y una eficacia casi perfecta a la hora de cerrarse en defensa, ante la mínima diferencia.

Pues ante ese conjunto de Rodolfo Della Picca, que hasta este soleado sábado en el Nuevo Francisco Urbano, sólo había caído en un par de oportunidades, un Gallo diezmado desde la previa, con las vitales ausencias de Cristian Lillo (suspendido), Jonatan Páez (lesionado), Leonel Altobelli (engripado) y hasta de su capitán, Emiliano Mayola, excluido minutos antes del comienzo del partido, debido a una molestia registrada en el calentamiento; sin embargo supo sobreponerse a este auténtico "mal de ausencias", y suplir con temple, corazón y la dosis de fútbol más convincente vista hasta el momento, para redondear la mejor actuación en todo el campeonato (y eso que provenía en escala ascendente, desde hace un puñado de fechas a esta parte), y de esta forma, alcanzar un triunfo determinante, merecido y hasta exiguo, dada la superioridad sin atenuantes de un Morón, que redujo a la mínima expresión al único líder, y que debió plasmar ese predominio en un resultado mucho más amplio, de no mediar las intervenciones de Albano Anconetani, el travesaño y la escasa contundencia de la "remendada" delantera local, como para mantener "en partido" al Dragón, hasta el pitazo final.

Y es que este ambiocioso Morón, nada tiene que ver con aquél conjunto timorato y mezquino de la primera parte del actual campeonato, porque hoy afortunadamente sale a buscar su destino desde el minuto cero, tanto de local como de visitante, y aunque enfrente se halle el único líder del certamen, al que habría de "atorar" bien arriba, en procura del yerro ajeno y, al mismo tiempo, le cortaría todos los circuitos futbolísticos en el medio, venciéndolo sin atenuantes también en la "batalla del doble cinco".

En efecto, en otro gran partido de Junior Mendieta, quien habría de "cargarse al hombro" el desequilibrio ofensivo, la búsqueda "implacable" del Gallo le reportaría dividendos a pocos instantes de iniciado el cotejo, merced a un par de buenas intervenciones de Diego Barrios Suárez, en su mejor cotejo por escándalo, desde su opaca vuelta para la presente temporada de la "B" Metro.

Así las cosas, antes de la media hora inicial de juego, el Deportivo Morón ya le había generado al "Dragón" no menos de tres o cuatro situaciones clarísimas de gol, no concretadas por un mix de razones combinadas, entre las manos del inoxidable Anconetani, la intervención provindecial del travesaño y la falta de puntería propia, en el mejor lapso del equipo de Giunta en toda la presente temporada, durante el cual habría de apabullar y "barrer" literalmente a la visita del Nuevo Francisco Urbano, al tiempo de asfixiarlo contra su arquero (que agotó los recursos lícitos y no tanto, a fin de perder minutos y "enfriar" el partido ante el aluvión local), mientras sus compañeros se dedicaban a recurrir al juego brusco (con la llamativa complacencia de Ignacio Lupani, de irritante y tendencioso arbitraje) y a "revolearla" lo más alto y lejos posible.

Es que, para que ello ocurra, Morón habría de derrotar a Defensores de Belgrano, en su terreno más propicio, esto mes, la supremacía en las "pelotas paradas" y en la "cancha de arriba", cabeceando mucho y bien en ambas áreas, donde se destacarían Barrios Suárez y Cristian Yassogna en ataque, así como Cristian Broggi, Nicolás Gásperi y Ariel Otermín en defensa, sobresaliendo en la acertada tarea de este último (dentro de una sólida, concentrada e impecable labor de toda la última línea, incluido Carlos Ramos, el reemplazante de emergencia de Mayola), la renovada certidumbre que su "lugar en el mundo" es la zaga, y no el lateral izquierdo, función que cumple por disciplina colectiva y en ausencia de un marcador de punta natural de perfil zurdo.

Asimismo, el Gallo se impondría claramente en la "batalla de los medios", a partir de un solidario y parejo encuentro de su línea de volantes completa, con el despliegue generoso de siempre de Yassogna (esta vez, más ordenado y prolijo tácticamente), una nueva demostración del sacrificio y el potencial del "Rolfi" Mauro Montenegro, que en combinación con el encomiable desdoblamiento defensivo-ofensivo de Federico Domínguez, en el rol y lugar del terreno que mejor le sientan, para explotar sus notables condiciones futbolísticas (ahora potenciadas por una gran cuota de entrega), entre estos últimos habrían de "borrar" a Juan Manuel Sosa y Nahuel Fioretto, con el aporte por izquierda del "Kily" Peralta, de buen desempeño en su regreso.

Aunque pudo, debió y mereció largamente retirarse al entretiempo, con dos y hasta tres goles arriba, el cero a cero parcial marcaba la fortuna de un líder del torneo impotente, superado claramente en lo individual y de conjunto, y en las evidentes falencias ofensivas de un Gallito, que genera las ocasiones, pero pocas veces las resuelve acertadamente, máxime sin su goleador, Leonel Altobelli, en cancha.

Ya en el complemento, y cuando más de uno de los asistentes al encuentro, comenzaba a añorar las múltiples oportunidades perdidas, antes de los diez del segundo tiempo, una clara mano en el área, luego de un remate al arco de Barrios Suárez, determinarían la inapelable sanción de un penal a favor del Gallo que, a la sazón, resultaría la única determinación para el local, de un Lupani que de allí y hasta el final, se dedicaría descaradamente a "inclinar" la cancha para la visita.

Sin Toledo ni Páez disponibles, Carlos David Morel, el nuevo arquero goleador del Gallo, habría de cruzarse toda la extensión del terreno para cobrar la falta, bien definida sobre palo derecho de su colega, que prefirió jugársela por el izquierdo. Gol de Morón, para una demorada y largamente justificada ventaja parcial, y también para el desahogo hecho grito de todo el público de Morón.

Tan sólo un par de minutos más tarde, Mendieta contaría con la chance inmejorable de liquidar el cotejo, pero entre una floja definición del chajariense y la virtud de Anconetani, habrían de mantener en partido a Defensores de Belgrano, que intentó revertir la historia, de allí en adelante, a partir de su mayor virtud y su arma ofensiva favorita: el centro para la calva cabeza de ese molesto, pero interesante delantero, llamado Lucas Buono.

De hecho, de una pelota peinada por el propio Buono, el recién ingresado Ezequiel Aguirre, desperdiciaría la ocasión más clara de empate para la visita, con un remate mordido y esquinado, sobre palo derecho de Morel, que hubo de parar algunos corazones en el Nuevo Francisco Urbano.

De allí y hasta el final, máxime a partir de la expulsión de Junior Mendieta, por agresión mutua con Martín Iglesias, el Gallo sólo atinaría a replegarse y a "resistir" la ventaja mínima dentro de su área grande, mientras arreciaban los envíos aéreos de Defensores, en una búsqueda desesperada, encabezada por Lucas Buono, Nahuel Fioretto y hasta el árbitro del encuentro.

Con el pitazo final, se desataría el festejo y volverían a su ritmo normal los miles de corazones presentes en el Oeste, testigos de la mejor demostración futbolística y de carácter de este Morón que, con absoluta justicia y hasta suficiencia (salvo en el resultado), bajó al líder del torneo y lo redujo a "escombros", desde lo táctico, individual y colectivo.

Quién lo hubiera dicho..., hace sólo un par de meses.

Que pase el que sigue (Villa San Carlos, en Berisso).


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.


                         Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).

El gol de Carlos Morel, para el grito bien fuerte del Pueblo del Gallo.

viernes, 14 de agosto de 2015

...Y que se vuelvan "chamuscados" al Bajo Belgrano.

Luego del receso de quince días, en virtud de la realización de las PASO, el último domingo, vuelve el fútbol oficial de AFA y con él, se renuevan las expectativas por un Morón en levantada y un encuentro crucial para sus aspiraciones, nada menos que ante el líder del torneo, el deslucido aunque muy efectivo, Defensores de Belgrano.

En efecto, este próximo sábado, a partir de las 15.30, el Gallo recibirá al "Dragón" del Bajo Belgrano, en el Nuevo Francisco Urbano, con el arbitraje de Ignacio Lupani y la televisación en vivo de "Pacífico TV Morón", a través de su canal exclusivo de YouTube, por la 29° fecha del campeonato 2015 de la Primera "B", en un partido sin dudas vital para confirmar la actual remontada del equipo, que acumula una racha positiva de seis sin perder, pero además ofrecerá un parámetro más ajustado, para conocer dónde estamos situados y para qué estamos, en materia de objetivos y aspiraciones.

Con un cambio obligado y una duda de último momento (por el estado gripal y febril de Leonel Altobelli), respecto del once inicial que venciera en gran partido a Barracas Central, a partir de la ausencia significativa de Cristian Lillo, quien ante el "Camionero" llegara a la quinta amarilla acumulada, y que será reemplazado por Adrián "Kily" Peralta (para desempeñarse por izquierda, conformando el "doble cinco", Mauro "Rolfi" Montenegro y Federico Domínguez, ante otro partido ausente de Jonatan Páez), los titulares del Deportivo Morón que intentarán "bajar" al puntero, fiel a la costumbre histórica del Gallito, serán: Carlos David Morel; Cristian Jesús Broggi, Nicolás Miguel Gásperi, Emiliano Jonathan Iván Mayola (capitán, cuatro amonestaciones), Ariel Otermín (cuatro amarillas); Cristian Román Yassogna, Mauro Emiliano Montenegro, Federico Domínguez, Adrián Maximiliano Peralta; Junior Leandro Mendieta, Víctor Leonel Altobelli ó Diego Alfonso Barrios Suárez.

Completan el listado de convocados, quienes se reunirán en el estadio, poco antes del mediodía, a la espera del cotejo frente al duro conjunto de Rodolfo Della Picca: Cristian Pelozo, Carlos Alberto Ramos, Rodrigo Nahuel Lemos Argañaraz, Leonardo Martín Celín, Lucas Sebastián Nanía, Imanol Varela, Santiago De Ossa Tobón y Diego Alfonso Barrios Suárez ó Víctor Leonel Altobelli.

A "extinguir" al "Dragón", con el peso de la historia (la misma que marca que Morón, en dos ocasiones, condenó a Defensores de Belgrano a la Primera "C") y el "fuego sagrado" del Gallo, en materia de "bajar" líderes, máxime en el Oeste.

... Y que se vuelvan con la cola "chamuscada" al Bajo Belgrano.


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                         Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).

miércoles, 12 de agosto de 2015

"Del amor y otros demonios"..., una reflexión sobre la pasión que nos une.

En la vida de cualquier individuo, sin dudas que existen muchos y variados tipos de amores. En efecto, el amor filial remite tal vez al primer amor y a uno de los más duraderos en el tiempo, ya que identifica el amor de un padre a su hijo y viceversa.

Asimismo, el amor fraternal se emparenta con uno de los amores quizá más nobles, como lo es aquél que se manifiesta entre hermanos, ya sean biológicos o del "corazón". De igual modo, el amor parental es el que nos acerca a los afectos familiares más entrañables, dentro del cual, tanto el paternal como el maternal, ocupan lugares destacados y de privilegio en nuestras vidas, en especial, durante los primeros años de existencia.

Más allá en el tiempo, todos hemos siquiera alguna vez, experimentado esas clases de amores relacionados con nuestra vida adulta, como el amor sensual y el amor romántico, los cuales muchas veces han de conducir al amor conyugal, y en varias otras ocasiones, también al amor extra-matrimonial o "pirata" y, eventualmente, a la separación de bienes y al divorcio vincular.

Sin embargo, dentro de este pequeño universo de amores humanos mal reseñados y sin rigor científico alguno, existe sin dudas otra clase de amor, tal vez aún no debidamente analizado por la psicología moderna, como lo constituye el amor incondicional a una camiseta, un club y unos colores.

Y es que, en este sentido, quién no ha sido culpable a lo largo de los años, de algún acto de renunciamiento, olvido, negligencia, abandono, desamor, engaño y hasta traición, en muchos de los tipos de amores reseñados anteriormente, con la única salvedad de ese otro amor aún no estudiado debidamente por la ciencia moderna, que en los hechos, constituye el más fiel de todos ellos, y del mismo modo, el más duradero e inalterable en y a pesar del tiempo.

En efecto, y por citar sólo un ejemplo, no habría amor posible de naturaleza e índole alguna, capaz de soportar más de veinticinco años sin "alegrías", y sin embargo, en el caso particular de este amor por una camiseta, un club y unos colores, esa relación amorosa sin par, no sólo que resulta la única en condiciones de resistirlo sin engaños ni renuncio alguno, sino que además, lejos de esmerilar o desgastar dicho amor, lo afirma, profundiza y potencia de manera exponencial, generando un vínculo excepcional, aunque los sinsabores perdurasen hasta el fin de los días, en coincidencia con nuestro último suspiro vital.

Tanto es así, que en materia conyugal, un matrimonio de estas características extraordinarias, hasta podría ser invalidado de manera legal, en la propia justicia, invocando causales de disolución marital efectivas, devenidas de la falta evidente de consumación del vínculo elemental entre esposos. Por el contrario, dentro de este amor sin igual, ni pasible de análisis cientificista posible, cualquiera de nosotros ha sido capaz de consumar ese amor, desde mucho tiempo antes de cualquier alegría circunstancial, en el marco de un "metejón" a primera vista e irracional, nacido de las propias "tripas" y atesorado en el refugio más recóndito y entrañable del mismísimo corazón humano.

Y es que, en materia de "amores", quién más, quién menos..., todos hemos sido capaces, alguna vez en nuestras vidas, de generar desamores, engaños y hasta traiciones, salvo cuando se trata de ese sentimiento excepcional e inalterable, que sin ninguna duda, a la luz de los hechos, máxime durante los últimos veinticinco años de existencia, constituye el único de los "verdaderos" amores, capaz de mantenerse incondicional y fiel, sin importar los sinsabores, las lágrimas e incluso los desengaños y frustraciones repetidas.

Porque "amores", a lo largo de nuestras vidas, podrán existir muchos y de las más diversas naturalezas y variadas formas, aunque solo uno, tal vez el menos atendido por la ciencia moderna, será el único que resista al tiempo, los fracasos compartidos y hasta a nosotros mismos: el sentimiento más puro y noble que exista, nacido del desprendimiento y el desinterés absoluto y colectivo.

Y ese amor genuino y eterno, en nuestro caso, tiene la forma de un Gallo. Y ese amor inconmensurable y de por vida, lleva los colores rojo y blanco.

El Deportivo Morón, señores..., de los más grandes amores de nuestras vidas.

Por más que "vengan degollando" y aunque nunca salgas campeón..., "yo te quiero, che Morón"... "A vos te sigo, vos sos mi vida".


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.

sábado, 1 de agosto de 2015

En búsqueda de su "destino"..., un paso adelante.

Hasta este mediodía, en la previa de su visita a Olavarría y Luna, el Gallo no perdía, puesto que provenía de cinco partidos sin derrotas, pero tampoco ganaba, ya que luego de los dos triunfos iniciales (ante la UAI Urquiza y nada menos que Almirante Brown, en Isidro Casanova), hilvanaba tres igualdades consecutivas (Estudiantes de Caseros, Riestra y Acassuso), con igual cantidad de goles a favor y en contra, en esos '270 efectivos: esto es, sólo UNO.

En el marco de una "levantada" innegable, que en rigor de verdad, venía dando indicios desde partidos previos al final de la primera rueda, a excepción de la derrota dolorosa (en el trámite, más que en el resultado) frente al humilde Deportivo Merlo, y anclado en un rendimiento colectivo in crescente, con algunos puntos individuales destacados, pero solventado en una progresiva mejora de conjunto, este equipo de Blas Armando Giunta ha ido reconstituyéndose a sí mismo, prácticamente desde cero, hasta ir adquiriendo una fisonomía más parecida a aquél EQUIPO de comienzos del "ciclo Giunta", a mediados de la temporada precedente, que sin brillar ni muchísimo menos, se caracterizaba por su orden, solidaridad, sacrificio y contundencia para ganar sus partidos con autoridad y merecimientos suficientes.

Sin embargo, en las últimas jornadas, habíamos ya subrayado este crecimiento en el rendimiento colectivo, aunque de manera despareja en todas sus líneas, dada la consolidación de una defensa otrora vulnerable, y ahora sólida y concentrada los '90, comenzando por la seguridad irradiada desde el propio arco por Carlos Morel, y prolongada en una última línea de cuatro centrales, que supo combinar la regularidad de Emiliano Mayola, con la sobriedad de Nicolás Gásperi y la grata sorpresa de Cristian Broggi, más allá de los altibajos de Ariel Otermín, cada partido más "contagiado" por la efectividad de sus compañeros.

En el medio, en igual lapso y más allá de eventuales triunfos, empates o incluso derrotas, ha resultado más que evidente el crecimiento exponencial de Cristian Lillo, primer defensor a la hora del repliegue y también el primer atacante, al momento de recuperar el balón y dar el pase inicial ofensivo, siempre bien secundado por Jonatan Páez (ausente por lesión, frente a Barracas), pero de indudable importancia, en cada cotejo en cancha, además de la prodigalidad y sacrificio táctico habituales en Cristian Yassogna, y el inesperado pero afortunado regreso a la consideración de Mauro Montenegro, convertido en la "rueda de auxilio" y el suplente "número uno", toda vez que en los últimos partidos, el mediocampo del Gallito se ha podido ver resentido por la ausencia obligada de los antedichos y, sin embargo, no ha ocurrido por el "reestreno" de Montenegro en este equipo.

Y tal vez allí, comenzarían los mayores déficits de este conjunto de Blas Giunta, que básicamente se hallan centrados en la generación de juego asociado en el medio y de claridad y contundencia en los últimos metros, a pesar de otra irrupción impensada hace tan sólo una decena de cotejos, y que tiene que ver con la inclusión y consolidación en el primer equipo, de esa auténtica "bocanada de aire fresco", llamada Junior Mendieta, erigido por absoluto mérito propio y "prepotencia de talento", en la pieza ofensiva más desequilibrante de este momento del Deportivo Morón.

Claro que, la falta de fútbol en este equipo, muchas veces ha tenido que ver con la ausencia de variedad de interlocutores válidos, claro está, pero también es cierto que en otras tantas ocasiones, ha estado emparentada con decisiones tácticas erróneas o necesidades prosaicas circunstanciales, dentro de un plantel antes numeroso y ahora no tanto, pero siempre escaso de variantes de calidad para la generación de juego y la efectividad en el arco contrario.

Así y todo, con mayores momentos de lucidez o "lagunas" de irregularidad mediante, el único protagonista capaz de "hacer jugar" a sus compañeros, ha sido y seguramente lo seguirá siendo, hasta el final del presente torneo, el cordobés Federico Domínguez, demasiadas veces restringido por decisiones tácticas, a transitar la franja izquierda del mediocampo, cuando lo mejor de su repertorio, sin dudas, ha sido visto partiendo desde el centro, con libertad para "flotar" por delante del "doble cinco" e hilvanar sociedades con los puntas o encarar en intentos individuales, en base a una admirable y desusada habilidad para la gambeta en velocidad (algunas veces, y como todo talentoso, pagando el pecado venial de "hacer una de más").

De hecho, y en el triunfo por dos a cero frente a Barracas, en Olavarría y Luna, "Fede" Domínguez, un auténtico "Kung Fu" en materia de generación de fútbol, dentro de este austero aunque solidario Deportivo Morón, habría de salirse varias veces del "libreto" técnico, para explotar mejor sus potencialidades y manejar los "hilos" de una visita que, a la vieja usanza de los primeros tiempos del "ciclo Giunta", ejercería una presión bien alta sobre su rival para, una vez conseguido el balón, administrarlo en base a la ductilidad del "David Carradine" del Oeste, para generar a su vez, virtuosos encuentros futbolísticos con Leonel Altobelli, Mendieta y hasta Yassogna, y de ellos propiciar las mejores ocasiones ofensivas del primer tiempo.

Por ello, y luego de haber tenido dos muy claras ante Elías Gómez, arquero del local, la ventaja parcial del Gallo no habría de sorprender a propios y extraños, cuando de un preciso centro de Cristian Yassogna, desde la derecha, el propio Domínguez habría de capturar el envío por izquierda, para abrir el marcador con un zurdazo letal y darle justicia en el resultado, a un Morón que, en esos '45 iniciales y al igual que frente a Flandria y Almirante, había sido mucho más que su rival, en todas las líneas.

Tan evidente habría de constituir la superioridad territorial y futbolística del Gallo, en ese primer tiempo, que la impotencia creciente de este buen equipo de Barracas, con varios nombres importantes para la categoría, originaría una durísima entrada de César Leguizamón Arce, en perjuicio de un visiblemente recuperado Altobelli, y como lógica y justa consecuencia, su correcta roja directa, a cargo de Eduardo Gutiérrez, a falta de cinco minutos para el final de la etapa.

En el complemento, y para sorpresa de todos, el "Camionero" generaría mayores zozobras a la última línea del Gallito, con diez hombres en el terreno, más que otrora con once (algo parecido a lo que ocurriese en el "Guillermo Laza", frente a Riestra), con un siempre desequilibrante Alfredo Abalos, como abanderado de la obligación "barraqueña", instantes donde volvería a aparecer Carlos Morel, para conjurar los intentos locales y tranquilizar a sus compañeros de defensa, que por entonces evidenciarían los únicos momentos de confusión en todo el partido.

Ajustadas algunas marcas y a partir del intento de volver a defenderse con la tenencia y circulación de la pelota, para asimismo, hacer valer en la práctica el hombre de más, máxime con el ingreso de Lucas Nanía, Morón retomaría el contralor de las "riendas" del encuentro y apostaría a una contra que defina definitivamente el pleito a su favor, siempre desde los pies de Domínguez o Lillo, y en dirección a Mendieta y Altobelli (los tres primeros, junto a Morel y Gásperi, los puntos más altos de un conjunto que volvió a sobresalir como EQUIPO).

Por culpa de la falta de claridad en los últimos metros y de contundencia a la hora de la definición (la misma que lo privara, en cotejos anteriores, de unos cuantos puntos más), el Gallo debería sufrir hasta el minuto 42 del complemento para sentenciar el resultado, "sufrimiento" derivado de la escasez númerica de la victoria parcial por la mínima, más que por las virtudes de un rival controlado y casi abatido, por ese entonces, y sin embargo, siempre peligroso.

Con el segundo tanto de Morón, a cargo de Leonel Altobelli, y luego de un lindo encuentro entre Domínguez y Nanía, y además de la "buena nueva" extra, del regreso al gol del máximo artillero de este equipo (el noveno en el torneo), de flojas actuaciones en los últimos tiempos, el Gallo se alzaría con tres puntos merecidos, ganados con absoluta autoridad y justicia, en virtud de una superioridad absoluta y manifiesta durante los 90 minutos, frente a uno de los mejores (por lo menos, potencialmente) de la categoría, en un terreno siempre difícil, para consolidar su puesto de Reducido, estirar a seis su actual invicto y, fundamentalmente, confirmar una "levantada" progresiva e innegable en su rendimiento.

Y lo que es más importante, este Morón de Blas Giunta redondearía una de sus mejores actuaciones de visitante, sinó la mejor de todas, debido a la ambición de una búsqueda desde el minuto cero, algo que, indudablemente, constituye una virtud emanada de una decisión del propio cuerpo técnico.

Es que, así como en su momento, durante el presente campeonato, criticamos duramente la mezquindad táctica de entonces, hoy reconocemos y resaltamos un saludable cambio de actitud, que nada tiene que ver con resultados circunstanciales y sí mucho, con la actual mejora del equipo, en procura de una identidad y de un equilibrio, que por estos días parece paulatina y afortunadamente "en progreso".

Pero siempre con mesura y la necesaria tranquilidad, porque ni antes éramos los "peores", ni ahora somos los "mejores".

Se trata de un EQUIPO "en proceso de", y como tal, en búsqueda de su "destino".

Seguramente, "en el camino"..., a pesar de eventuales e inevitables "tumbos".


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                          Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).