martes, 29 de diciembre de 2020

El "tiro del final"

Y el Gallo se "regaló" y le "obsequió" a su gente una amplia sonrisa para despedir este 2020 lleno de amarguras y contratiempos, con su único triunfo a la fecha en el actual "Torneo Transición", y por si fuera poco en tiempo de descuento, para acrecentar el nivel de "grito" dentro de la cancha y en cada casa donde hubiera un hincha de Morón frente a la tele.

Y es que este Deportivo Morón, que tan bien había finalizado su participación en el certamen regular de la Primera Nacional, hasta su abrupta suspensión debido a la pandemia de covid, allá por mediados de marzo del corriente, y que ocho meses más tarde, con el regreso de la actividad oficial, evidenciara un muy buen nivel, en los primeros dos encuentros, pese a no cosechar de a tres por imperio de su falta de efectividad en el arco contrario, provenía de ver recortadas sus ilusiones de pelear por el primer ascenso a la "Liga Profesional", en el  marco de la Zona Campeonato "A", luego de la dura derrota de local, ante Ferro Carril Oeste, quizá el rival más flojo de un grupo muy parejo y en la jornada precedente, volver a caer en Carlos Casares, en un discreto partido, pero definido tan sólo por el gol en clarísimo off side convalidado por la terna arbitral ante Agropecuario.

Con los ingresos desde el inicio, tanto de Agustín Mansilla como de Alan Salvador, en lugar de Mariano Bracamonte y Guillermo Villalba, un Morón necesitado de ganar por primera vez en este "petit torneo", pero fundamentalmente urgido de cambiar su imagen y retemplar el ánimo, de cara a la segunda chance de ascenso en la Reválida, recibía a Estudiantes de Buenos Aires, un "Pincha" con urgencias diferentes al Gallito, puesto que de ganar en el Nuevo Francisco Urbano, los de Caseros se "trepaban" a la punta de la Zona "A", a falta de dos fechas para el cierre de esta primera instancia.

Así las cosas, el comienzo del encuentro se tornaría impreciso, con un mejor manejo del balón por parte de la visita y las ganas de un Morón que empujaba, pese a sus limitaciones y su falta de ideas. 

Poco y nada había pasado en el juego, hasta que a los '22 de la etapa inicial, Agustín Mansilla habilitaría a Alan Salvador, sobre el centro del ataque, para que el ex Argentino de Merlo le ganase en velocidad a su marcador y ante la salida de Rodrigo Saracho, tocarla con precisión al fondo del arco, bien lejos del alcance del arquero visitante.

Con Francisco González Metilli como "abanderado", Estudiantes de Buenos Aires se adelantaría unos metros, ante la imposibilidad del Gallo de "defenderse" con la pelota, y rápidamente, apenas ocho minutos más tarde de la apertura del marcador, hallar el empate a partir de un centro desde la izquierda, a cargo de Juan Pablo Ruiz Gómez, que terminaría en la cabeza de Nery Bandiera, ingresando por sorpresa a espaldas de Emiliano Mayola y sin que Nicolás Martínez ni Julio Salvá pudiesen impedir el uno a uno sobre los '30 del primer tiempo.

De allí y hasta el final de la etapa de inicio, el "Pincha" de Caseros intentaría aprovechar el "cimbronazo" de la pronta igualdad, manejando la pelota en el medio con criterio y acechando el área del local, aunque sin generar verdadero peligro al arco de Salvá.

En el complemento, ya sin Matías Cortave ni Kevin Gissi, sustituidos en el primer tiempo, ambos por molestias musculares, el elenco de la "dupla" se rearmaría con Mariano Bracamonte como lateral diestro, pasando Cristian Broggi como primer marcador central, un "Chucky" nuevamente de gran partido y en un nivel destacado, como viene sucediendo desde antes del "parate" por la cuarentena y en especial, en estos cinco cotejos desde la vuelta del fútbol.

En un desarrollo con supremacía territorial y mejor manejo del balón, por parte de la visita, a lo que el Gallo le opondría la voluntad, la solidaridad y la prodigalidad de todos sus protagonistas, sobre los '17 de la segunda parte, el recién ingresado Alexis Domínguez, con menos de cinco minutos en cancha aplicaría dos codazos inexplicables, el primero en perjuicio de "Nico" Martínez, en la primera pelota que intentara "jugar" y apenas un rato después, otro en el círculo central, en detrimento del físico de Emiliano Mayola, que ante la vista del árbitro, determinaría la justificada expulsión del punta de relevo del "Pincha".

A pesar del jugador de más, a Morón le costaría demasiado generar situaciones de riesgo frente al arco de Saracho, mientras que Estudiantes de Caseros se "pararía" mejor con diez, que con once, llevando peligro a Julio Salvá, en especial con un remate franco, dentro del área y sin marcas de Ruiz Gómez, que se iría apenas "ancho" sobre el poste derecho del "uno" de Morón.

En los minutos finales, con Matías Ledesma, Damián Akerman y Alan Schonfeld en el terreno, el Gallito se jugaría el resto pese al cansancio, y en el segundo minuto de descuento, de los tres agregados por Lucas Comesaña, árbitro del cotejo, Cristian Lillo en posición de delantero por izquierda, enviaría un centro controlado en primera instancia por un defensor visitante, pero que todo el oficio de "animal de área" y la concentración de Damián Akerman, le devolverían la tenencia del balón al propio Lillo, que esta vez lanzaría un centro "venenoso" a escasos metros de la línea de gol visitante, que ingresando con decisión por el centro del área, Alan Schonfeld cabecearía al gol del triunfo del Morón, para desatar el delirio de los protagonistas en el campo de juego y de miles de hinchas frente a sus televisores.

Sin mucho más por jugar, aunque sí destacar el esfuerzo de Alan Salvador, en el "podio" de los mejores, para bajar a colaborar en su zona defensiva y rechazar el último envío de Estudiantes de Buenos Aires, pese a hallarse agotado y acalambrado desde hacía varios minutos, pero en cancha por un local que había agotado sus cambios, el silbato de Comesaña significó un auténtico "desahogo" para los jugadores y el cuerpo técnico del Gallo, luego de semanas complicadas, sin resultados dentro de la cancha y rumores para todos los gustos, en el afuera.

Ganó Morón y amargó al "Pincha" de Caseros, con la "ultima bola de la noche".

¡Feliz Año Nuevo!.


@elgallogustavo.


                                        Foto: gentileza, Prensa Deportivo Morón.

miércoles, 23 de diciembre de 2020

Morón "perdió la memoria", "Agro" no "las mañas"

En un partido "chato", sin brillo ni ideas, con escaso fútbol asociado y mucho menos situaciones de peligro frente a los arcos, Morón se volvió de Carlos Casares con las "manos vacías", apenas por un detalle que lo diferenció de Agropecuario: el gol del local... en evidente off side, que convalidó el árbitro del encuentro, Rodrigo Rivero, a instancias de su asistente número dos, Mariano Ascenzi.

Y es que entre el nuevo líder de la Zona Campeonato "A", Agropecuario, y el ultimo de la misma tabla, el Gallo, no hubo diferencias sustanciales en el juego, que justificaran el triunfo de uno o la derrota de otro, de no mediar la flagrante infracción cometida por Gonzalo Urquijo, a los '15 del complemento y que a la postre la diera los tres puntos al conjunto "Sojero".

Con el regreso de Cristian Lillo en el mediocampo, reestablecido del covid-19, por Matías Ledesma y la innovación táctica de Mariano Bracamonte sobre la banda derecha, en la línea de volantes, en reemplazo de Alan Schonfeld, el "once" de la "dupla" acusaría" recibo del "mazazo" que le propinara Ferro, en el Nuevo Francisco Urbano, el pasado sábado, tanto en el rendimiento colectivo como en la propuesta desde el minuto cero, con muchas más previsiones defensivas y menos protagonismo que en cotejos anteriores, a la par de una merma significativa en las labores individuales, más allá del orden que suele caracterizar al equipo.

En un primer tiempo sin matices, el local asumiría el rol "protagónico", ante la posibilidad de quedar como único líder zonal, con una victoria, monopolizando el balón, aunque sin ideas y repitiéndose en posesiones prolongadas, previsibles y anodinas, salvo cuando aparecía la cuota de calidad proporcionada por Mariano Miño, su talentoso enganche, "filtrando" algún que otro pase a espaldas de los volantes del Gallito, con destino a Gonzalo Urquijo o Brian Blando, sus delanteros.

Del lado de Morón, no sufriría esa primer mitad, más allá de un cabezazo de Urquijo, entre Cristian Broggi y Mariano Bracamonte, bien parado en el fondo, pero con escasa posesión y menos ideas del medio en adelante, como para intentar preocupar a la defensa local.

Sin embargo, en los pies de Mariano Bracamonte, la visita contaría con la chance más clara de los '45 iniciales,  luego de una "trepada" por su lateral y un remate que parecía centro al área, pero que terminaría forzando una gran reacción de Martín Perafán, el arquero local, para evitar la apertura del marcador, sobre su palo izquierdo.

Ya en el complemento, antes de los dos minutos del segundo tiempo, Julio Salvá se subiría al "podio" de los mejores de Morón y del partido, en un encuentro complicado para hallar figuras destacadas, cuando evitara el "grito" local, en dos ocasiones consecutivas, a puro reflejo y repentización.

Luego de aquél "sofocón" del inicio de los segundos '45, Luciano Guaycochea ensayaría una habilitación formidable para dejar a Mariano Bracamonte, sobre el sector opuesto, cara a cara con Martín Perafán, pero su remate se iría apenas desviado por el poste zurdo de un arquero casi "resignado".

Hasta que llegaría el minuto de "quiebre", el que significaría la única diferencia real, entre el líder zonal y el "colista" del grupo "A", cuando a los '15 de la etapa complementaria y tras un centro desde la izquierda, Gonzalo Urquijo "adelantara" a Agropecuario en el  marcador, como "adelantada" era su posición respecto de los defensores del Gallo, de manera casi "obscena", salvo para el árbitro asistente,  Mariano Ascenzi.

Con la ventaja parcial "viciada de nulidad", se invertirían los roles y recién allí, con la necesidad a cuestas, el Gallo asumiría el control de las acciones, a diferencia de lo que ocurriera en los primeros partidos, donde tanto en Río Cuarto como en Vicente López, aún de visitante, Morón impondría condiciones y asumiría el protagonismo desde el minuto cero, más allá de la falta de triunfos finales, en buena medida consecuencia de la "anemia" ofensiva que el Gallo viene padeciendo desde su regreso. 

Con más ganas que fútbol y con empuje a falta de ideas, la visita "apretaría" contra su arco a un rival con diez, por la correcta expulsión de Fernando Juárez, abusando del centro, como una semana antes, en la derrota ante Ferro, pero sin Kevin Gissi en cancha (acalambrado, tal vez por jugar demasiado lejos del área rival y demasiado cerca de su línea de medios) y con "bajitos" en cancha, como Damián Akerman y Alan Salvador.

Casi sobre el final, Salvá volvería a mantener a Morón en partido, "jugándose la ropa" ante la embestida solitario de Alejandro Gagliardi, luego de un pase corto hacia atrás de un agotado Matías Cortave (pese al error, en el segundo escalón del "podio" imaginario, completado por Mariano Bracamonte), y minutos más tarde, en la "última bola de la  noche", de un centro desde la derecha del ingresado Alan Schonfeld, el propio Cortave ganaría por "amor propio" en el área de Agropecuario, cabeceando apenas por encima del travesaño.

Sin tiempo para más, el "pitazo" final de Rodrigo Rivero, de correcta actuación, aunque "salpicado" por el grosero y grave error de su asistente dos, en el gol del triunfo local, Morón volvería a perder en esta instancia del "petit torneo" de Transición, resignando sus chances de pelear por el primer ascenso a la "Liga Profesional" (quedó a siete puntos del puntero, con nueve unidades en juego), para comenzar a pensar en mejorar muchos aspectos y volver a soñar con la ilusión de Primera, en la opción que la "reválida" otorgará luego de la primera final, entre los líderes de los zonas campeonato.

En definitiva, un Morón que "perdió la memoria", cayó en su "excursión" a Carlos Casares, ante un Agropecuario que "no perdió las mañas".


@elgallogustavo.


                                                 Imagen: captura de TyC Sports.

martes, 22 de diciembre de 2020

Gabriel "Conejo" Mansilla, presidente electo del Deportivo Morón

El pasado domingo 20, al cabo de una jornada electoral ejemplar, con récord histórico de asistencia (nada menos que 2250 socios y socias), Gabriel "Conejo" Mansilla se convirtió en el presidente electo del Deportivo Morón (hasta diciembre de 2023), al imponerse con el "Frente Morón Unido" por sobre "Nuevo Gallo", encabezado por el actual presidente Roque Labbozzetta y el "Frente Morón Para Todos", con Matías Milocco a la cabeza, en un comicio parejo, con escasas diferencias entre las tres expresiones electorales, de acuerdo al siguiente detalle:

Resultados finales del escrutinio
Frente Morón Unido: 831 votos
Agrupación Nuevo Gallo: 763 votos
Frente Morón Para Todos: 646 votos
Votos en blanco: 6
Votos nulos: 4
Le deseamos la mayor de las suertes al nuevo presidente del Gallo, en su venidera gestión, abogando al mismo tiempo por un club sin "grietas" ni enfrentamiento de ninguna clase.

domingo, 13 de diciembre de 2020

Derrota que complica y obliga

Y en la tercera "final", Morón jugó su peor partido en lo que va del "Transición 2020" y perdió, frente al mejor rendimiento (por lejos) de un Ferro Carril Oeste que venía de dos derrotas en fila y sin convertir goles.

En efecto, en la tarde del sábado, en el Nuevo Francisco Urbano, y al término de un emotivo homenaje a Diego Armando Maradona, el Gallo saltaba al campo de juego "Carlos Castellón", por primera vez en el actual "petit" certamen, con la ausencia repetida y obligada de Cristian Lillo, quien el viernes diera nuevamente positivo de covid-19, al igual que el "Chino" Sergio Lara, y el cambio táctico de Guillermo Villalba, en ofensiva, en lugar del "histórico", Damián Emilio Akerman.

Luego de un comienzo auspicioso del conjunto de Sebastián Sibelli, en los primeros movimientos, a partir de la saludable intención de presionar bien arriba a su rival y buscar desde el minuto cero el arco de enfrente, tras el penal no cobrado en perjuicio de Luciano Guaycochea, en el "amanecer" del encuentro, de a poco la visita, con los buenos movimientos de Matías Ramírez, su número "11", bien secundado en el medio por el volante diestro, Tomás Asprea y el punta zurdo, Nicolás Gómez, comenzaría a "desnudar" que la defensa del Gallo se presentaba con una vulnerabilidad nada habitual hasta la fecha, sumado a un mediocampo que no lograría hacer pie, como en cotejos anteriores, pre y post pandemia, tanto en la recuperación como en la distribución del balón.

De los '15 en adelante, el conjunto de Jorge Cordon se aproximaría con creciente peligro al arco defendido por Julio Salvá, hasta que en la tercera chance clara de gol, el "Verde" de Caballito obtendría la primera ventaja parcial, cuando sobre los '20, de un tiro de esquina desde la derecha, Sebastián Olivarez, uno de los zagueros visitantes, cabecearía a "quemarropa", provocando una gran reacción de Salvá, pero de cuyo rebote y en su desesperado intento por despejar casi en la línea, "apurado" por Cristian Bordacahar, Alan Schonfeld no haría otra cosa que empujar la pelota al fondo de su propio arco.

Si con el resultado en cero, lo de Ferro era bueno y lo del Gallo "pintaba" para una jornada complicada, con la desventaja parcial, el local perdería por completo la "brújula" del cotejo, permitiendo el lucimiento de su rival y exponiéndose a nuevas contras, cada vez mas peligrosas, para sorpresa de propios y extraños en el Nuevo Francisco Urbano, de acuerdo a los antecedentes que precedían a unos y otros.

Por si fuera poco, con el Gallo "groggy" y Ferro cada vez más confiado, una buena "triangulación" ofensiva de la visita, en el borde del área local, finalizaría con una gran definición de Nicolás Gómez, sólo siete minutos más tarde de la apertura del marcador, para que el "Verde" sacara diferencia de dos, que a decir verdad, bastante tenía que ver con el trámite del partido, en ese primer tiempo para el olvido del equipo de Sibelli.

Y hasta pudo conseguir el tercero, la sorprendente visita, en esa "ráfaga" de muy buena producción propia y confusión generalizada de Morón, que de a poco iría poniéndose lentamente de pie, con más amor propio que fútbol, intentando acorralar a la visita, a fuerza a centros para la cabeza de Kevin Gissi o la llegada de algún volante en el rebote ofensivo.

De esta manera, a los '42 del primer tiempo, de un buen centro desde la derecha de Cristian Broggi (nuevamente en el podio de lo mejores, junto a Matías Cortave, pese a la mala tarde de conjunto), Dylan Glaby la volvería a impulsar contra el área chica, por el sector opuesto, para que Guillermo Villalba, de cabeza y a escasos metros de la línea de gol, acercara al Gallo en el marcador, pese a hallarse muy lejos en el desarrollo y los merecimientos.

El final de la primera parte, con el 2 a 1 abajo, asomaba como un buen "precio" para permitir la remontada del Deportivo Morón, que debía jugarse el "resto" en los segundos '45 e intentar la "heroica".

En el complemento, la visita cedería terreno y balón a las necesidades del Gallo y por momentos, siempre con actitud, en una tarde carente de fútbol e ideas, Morón "apretaría" a Ferro cerca del arco, abusando del recurso del centro cruzado, en ausencia del juego asociado de las tardes anteriores, frente a Estudiantes en Río Cuarto y Platense en Vicente López.

Aún así, el Gallito contaría con un par de ocasiones claras para empatar el partido, por lo menos en el marcador, como en la "trepada" ofensiva de Broggi, que por poco no conectara Gissi de cabeza o la buena acción individual y el remate cruzado, apenas alto de Santiago Sala.

Con Ezequiel D'Angelo, Santiago Sala, Alan Salvador y Damián Akerman, junto a Luciano Guaycochea y Kevin Gissi en cancha, en los minutos finales el Gallo se jugaría a "matar o morir", en cada intento ofensivo y respuesta de contra, hasta que sobre los '43 del complemento, Nahuel Maidana, ingresado minutos antes, en una hábil acción individual, en la medialuna del área local, dejaría en el camino a su marcador, para sacar un remate seco y angulado, imposible de contener por Salvá, para el 3 a 1 de Ferro Carril Oeste.

Ya en el segundo minuto de descuento, una mano apenas perceptible en el área visitante, determinaría que Fabricio Llobet, de flojo arbitraje, ingresara en la "historia" reciente de Morón, al sancionarle un penal a favor tras 48 partidos, desde aquella lejana última fecha del torneo Nacional 2017/2018, en el mismo escenario, pero frente a Gimnasia y Esgrima de Jujuy.

Cambiado por gol, por Damián Akerman, para seguir cimentando su "leyenda", con el "grito" 160 del "súper héroe", en 402 partidos disputados con la camiseta que mejor le sienta, el 3 a 2 no podría modificarse hasta el pitazo final, más allá de la incidencia de la correcta expulsión de Lucas Souto en la visita, ante un incomprensible e innecesario codazo en perjuicio de Emiliano Mayola.

En un mal partido del Gallo y una muy buena producción colectiva de la visita, Morón cayó sin atenuantes frente a Ferro y complicó sus chances de luchar por el primer puesto de la Zona Campeonato "A", dependiendo de resultados ajenos para soñar con una final por el primer ascenso, y con la obligación de sumar todo lo más posible, durante las próximas cuatro fechas que restan.

Por lo pronto, el martes 22 en Carlos Casares, tendrá la chance de recuperar rápidamente la "memoria", para procurar seguir en carrera por el sueño de "Liga Profesional".


@elgallogustavo.




domingo, 6 de diciembre de 2020

En el camino

Tras el empate en cero con Estudiantes, en Río Cuarto, el Gallo debía revalidar todo lo bueno desarrollado en el Sur cordobés, donde mereciera quedarse con los tres puntos, nuevamente de visita, en este caso quizá, frente al equipo de mejor actualidad en la Zona "A" Campeonato, como lo es Platense, que provenía de una gran triunfo en el debut, frente a Atlanta en Villa Crespo, marcando claras diferencias con uno de los animadores del torneo regular, hasta su abrupta finalización, junto a San Martín de Tucumán.

Y apenas cinco días más tarde del gran partido jugado en el debut, el Deportivo Morón volvería a demostrar que está para "pelearle" mano a mano a cualquiera de sus rivales de la zona, imponiendo condiciones durante varios pasajes del cotejo en Vicente López, tanto es así de obligar al dueño de casa a jugar de contragolpe, ante una visita que asumiría el control de las acciones, desde el minuto cero.

Con algunas bajas significativas en la previa, por la lesión de Ezequiel D'Angelo y la ausencia obligada a último momento de Cristian Lillo (nada menos), uno de los positivos por covid en los testeos del viernes último, junto al "Chino" Sergio Lara y "Luisito" Martínez, compensadas con los regresos de Dylan Glaby y Guillermo Villalba (este último desde el banco de los suplentes), sumados al ingreso como titular de Matías Ledesma, en su segundo encuentro profesional, quien terminaría erigiéndose en una de las figuras del partido, confirmando una vez más las expectativas que genera este "pichón" de Lillo, de apenas 21 años de edad.

En un escenario particularmente esquivo para el Gallo y donde el historial marca una diferencia significativa en favor del "Calamar", el once de Sebastián Sibelli en cancha y de Sergio Lara desde su casa, volvería a sorprender al local, de la misma manera que ocurriera el lunes en Río IV, con un planteo táctico tan inteligente como efectivo, que le permitiera al Deportivo Morón controlar las acciones en el primer tiempo y generar las mejores ocasiones de gol, en un encuentro vibrante y de resultado incierto.

Ya al minuto de juego, Yamil Possi, árbitro del partido, se haría el "desentendido" con un claro penal en perjuicio de Kevin Gissi, que elevaría el "acumulado" del Gallo a 47 cotejos sin que le sancionen un penal, desde aquél lejano tiro desde los doce pasos marrado por Emmanuel Giménez, en la última jornada del certamen del Nacional 2017/2018, frente a Gimnasia de Jujuy, en el Nuevo Francisco Urbano.

En esa primera etapa, sin demasiadas llegadas a los arcos, pero con una intensidad admirable de ambos lados, el Gallito dominaría las acciones, ante un Platense sorprendido que atinaría a salir rápido de contragolpe en su propio estadio, contado con una posibilidad inmejorable para abrir el marcador, casi sobre el cierre de la etapa inicial, luego de un tiro de esquina ejecutado por Luciano Guaycochea, el mejor en la noche de Vicente López, cuyo rebote habría de quedarle a Matías Cortave, justo para la zurda, y su remate a "quemarropa" se perdería apenas ancho por el palo izquierdo de De Olivera.

En el complemento, y luego que Julio Salvá le "ahogara" el gol a Matías Tissera, en el amanecer del segundo período, una contra letal del Gallo, enarbolada por Cristian Broggi por derecha, una vez más de excelente partido, terminaría con un centro "precioso" para el ingreso de Luciano Guaycochea, por el segundo palo, y el remate alto y contundente del habilidoso volante del Gallito, para abrir merecidamente el marcador en favor de la visita, a partir de los dos mejores jugadores de Morón, en un podio completado por un Matías Ledesma, en un nivel que ilusiona, por juego y carácter.

A partir del gol del Gallo y en un partido absolutamente abierto, donde de uno y otro lado nos "regalaran" un desarrollo vibrante y emotivo, el ingreso de Guillermo Villalba le daría más dinámica a la ofensiva visitante, mientras Platense apostaba a ir una y otra vez, utilizando como recurso predilecto el centro y la "cancha de arriba".

En ese "ida y vuelta", por momentos frenético de ambos, a los '38 del complemento, el "enésimo" centro enviado desde la derecha, hallaría solo a Ignacio Schor, que con un cabezazo "bombeado" dejaría sin reacción a Julio Salvá, para el empate en uno, premio a la insistencia de una Platense sin ideas, pero con empuje y quizá "castigo" al retroceso territorial de un Morón, que parecía comenzar a acusar recibo del vértigo del partido, cinco días después del cotejo en Río Cuarto, con viaje incluido.

En los minutos finales, Jorge De Olivera le "negaría" el segundo a Morón, ante un cabezazo franco de Kevin Gissi, que hubiese estado más acorde a los merecimientos de uno y otro en la fresca noche de Vicente López.

Con el segundo empate a cuestas, en dos muy buenas presentaciones de visitante, ante rivales complicados y candidatos zonales, el Deportivo Morón volvió a demostrar que mereció mejor suerte, en otra partido encomiable desde lo táctico, con muchos puntos altos en los rendimientos individuales.

Ahora será tiempo de sumar de a tres, el próximo sábado 12 del corriente, cuando el Gallo reciba a Ferro, por primera vez en su estadio, en el actual Torneo Transición, para revalidar la importancia de estos dos empates de visitante, en escenarios más que "chivos", y seguir soñando de pleno derecho con un 2021 en la "Liga Profesional".

Con "sabor a poco" desde el resultado, una vez más, pero con la íntima convicción que por este camino, el sueño mayor es más que posible.

Con cinco "finales" por delante, a todo o nada.


@elgallogustavo.


                                             Foto: Prensa Deportivo Morón.

martes, 1 de diciembre de 2020

Sólo faltó el gol

Y finalmente un agradable día de diciembre, de un 2020 para el olvido, volvió el fútbol de la Primera Nacional, de manera oficial, nada menos que nueve meses más tarde, desde aquella también soleada tarde de marzo del corriente, cuando el Gallo se despedía de un campeonato que luego, el 28 de abril, el Comité Ejecutivo de la AFA se apresuraría en dar por "finalizado", a falta de nueve jornadas para su conclusión, de acuerdo al reglamento de juego.

Y es que pasaron exactamente 260 días, desde aquél triunfo sin atenuantes del Deportivo Morón en San Juan, menos de una semana antes que la pandemia nos llevara obligadamente a la "cuarentena", con seis meses de entrenamientos vía Zoom, la plataforma que vino para quedarse en la coyuntura de crisis sanitaria, y más tarde dos meses de prácticas presenciales, con protocolos para todos los gustos, test de covid de todas las clases y varias fechas de vuelta a la actividad, que resultarían tan erráticas como la decisión de finalizar el torneo regular en todas la categorías de nuestro medio, en un contexto en el cual siempre se correría detrás de una situación claramente excepcional, pero que también dejaría en meridiana evidencia la "pobreza" de sentido común, coherencia e iniciativa política, de una gran mayoría de la dirigencia futbolística argentina, a la cual la "pilcha" le quedaría enorme, transitando continuamente por el "desfiladero" intelectual del bochorno propio y la vergüenza ajena.

Y es que este lunes 30 de noviembre, precisamente a 52 años de la máxima hazaña en materia futbolística y desde algunos años, adicionalmente, el "Día del Hincha de Morón", en conmemoración de aquél hito único en nuestra historia, con el ascenso a la Primera División, el Deportivo Morón, dirigido por la "dupla", Sebastián Sibelli y Sergio "Chino" Lara, retomaría la actividad formal con un duro partido en Río Cuarto, ante Estudiantes, uno de los mejores del malogrado torneo anterior y uno de los que mejor habría de reforzarse para este "Torneo Transición 2020", cuanto menos desde los nombres, demostrando a lo largo de noventa y pico de minutos, que ni la pandemia, ni la cuarentena, ni la incertidumbre repetida, ni la extenuante espera, habrían de hacer mella alguna en un equipo que sabe perfectamente a lo que juega, y que ilusiona desde la claridad conceptual de sus protagonistas, dentro y fuera de la cancha, como por la humildad, la actitud y la solidaridad de un grupo que demuestra "hambre" de gloria y de conseguir logros trascendentes.

Y es que casi nueve meses más tarde, 260 días exactos desde su último encuentro oficial, con el triunfazo en San Juan, el Gallo demostraría hallarse en el "mismo lugar", desde el nivel futbolístico, jugando un gran partido durante todo su desarrollo, ante uno de los mejores rivales de su zona, y tal vez de la categoría, en su "patio trasero", con un cero a cero final demasiado amarrete para un Morón que pudo y debió ganar, de no mediar la mala puntería, la buenas intervenciones de Luis Ardente, arquero local, y cuando no fueron ambos, hasta el poste derecho del arco de Estudiantes de Río Cuarto, para "ahogarle" de manera increíble el gol a Luciano Guaycochea, con un disparo desde afuera del área, que no podría tener otro destino que el fondo de la red.

Y del mismo modo lo tuvo Damián Akerman, en el primer tiempo, con un tiro cruzado desde buena posición, o Kevin Gissi con un remate a la carrera que se iría "besando" el poste derecho, o un centro de Cristian Broggi, que no pudiera alcanzar Kevin y ante la llegada de Damián, la desviaran al tiro de esquina, o un "precioso" envío desde el borde del área de Cristian Lillo, apenas por encima del travesaño de un Ardente que sólo podía atinar a mirar y "rezar", o el referido remate desde afuera de Guaycochea en el palo, ya en el complemento, o en la jugada siguiente, el centro y la espléndida "chilena" de Alan Schonfeld que merecía ser el mejor gol de la semana, pero Ardente evitó con las "uñas" de su guante diestro.

Es que Morón jugó un gran partido, con solidez en el fondo, buena circulación y precisión en los pases en el medio, sector del campo de juego que sólo resultó una zona de paso, y "picante" arriba, a partir de las "pinceladas" de talento del "Mago", Ezequiel D'Angelo.

Para destacar como "figura", todo el equipo, con auspiciosas apariciones de los refuerzos para este torneo, como Alan Schonfeld, de muy buen partido por el sector derecho y el mejor rendimiento de Luciano Guaycochea, desde que está en el club, por el sector opuesto, pasando por un Cristian Lillo que "eclipsó" a la figura local de Néstor Ortigoza, o la solidez del capitán Emiliano Mayola y Matías Cortave (ahora "semi platinado") en la zaga, al igual que Cristian Broggi y "Nico" Martínez por las bandas, o Julio Salvá, las pocas veces que debió intervenir y lo hizo con solvencia, o Damián mientras tuvo "aire", jugando primero para el equipo y luego en faz ofensiva, y los buenos ingresos y debuts absolutos de esos dos interesantísimos "productos" genuinos de la cantera, Santiago Sala y Matías Ledesma, como la presentación con esta camiseta de otras dos de las incorporaciones, como Leonel Bontempo y Alan Salvador.

Y es que Morón fue superior en todos los sectores de la cancha, durante casi la totalidad del encuentro, cortando los "circuitos" de su rival y potenciando los propios, ganando cada rebote y "segunda jugada", con una atención y concentración permanentes, para recuperar la pelota, distribuirla con criterio y buscar en D'Angelo la "pincelada" que dejara a alguno de sus compañeros "cara a cara" con la última línea, de un Estudiantes de Río Cuarto que jamás podría imponer condiciones ni descifrar el "jeroglífico" táctico que le propusiera con inteligencia la dupla técnica del Gallo.

Faltó el gol, y sólo por eso el partido finalizó con reparto de puntos. Pero Morón demostró estar "entero", casi nueve meses más tarde de su última presentación oficial, lo que no hace otra cosa que "alimentar" el sueño trunco allá por marzo.

Ahora viene Platense, en Vicente López, sin dudas otra buena medida para saber dónde estamos parados y una inmejorable oportunidad para confirmar todo lo bueno evidenciado en el "chivo" debut.

Ilusionados, 260 días después, de pleno derecho.


@elgallogustavo.


                                          Foto:  Prensa Deportivo Morón.