domingo, 28 de abril de 2024

Vuelta al triunfo y (bastante) más

En un primer tiempo que parecía "más de lo mismo", es decir, una continuidad indeseada de los últimos dos pobres partidos de Morón, máxime a partir de la apertura del marcador visitante, usufructuando una vez más, la amplia gama de facilidades que ha demostrado y sufrido la última línea del Gallo, casi en el cierre de unos 45' iniciales parejos, el equipo de Fabián Nardozza está vez supo "cambiar el chip" en el entretiempo, para dar vuelta un resultado después de bastante tiempo y quedarse con tres puntos tan necesarios como "agua en el desierto".

Y es que Morón no merecía irse al descanso en desventaja, frente a Aldosivi, dentro de un trámite equilibrado y con escasas emociones frente a los arcos, pero la capacidad de algunos intérpretes en la visita, sumados a los insolubles problema que Morón continúa evidenciando en el retroceso defensivo, "matizados" (para mal) con facilidades para perder las marcas en el medio, ser superados en velocidad y perder muchos cruces y "segundas pelotas", a los 39' de aquella primera mitad, el "Tiburón" marplatense hallaría todas esas "licencias" en una sola acción de contra, aprovechando el adelantamiento de Brian Machuca y la espalda de Facundo López, para dejar "mano a mano" a Agustín Colazo, el "9" visitante, con Juan Martín Rojas, y definir fuerte y arriba, junto al primer palo, para marcar el 1 a 0 de Aldosivi que se insinuaba mejor y más profundo en sus movimientos ofensivos, pero que no había podido plasmarlo hasta ese momento.

En el entretiempo de un partido discreto, con remates desde afuera y errores en las áreas como las mayores "usinas" de riesgo potencial de gol, por ambos lados, ya en el complemento, Morón sacaría a relucir esa 'rebeldía" tantas veces reclamada en los últimos tiempos y comprendiendo que, más allá de la necesidad de "torcer" el resultado, lo mejor que puede proponer este equipo es instalarse en terreno rival, donde su juego es comparativamente más eficiente que del medio hacia atrás, y a partir de la búsqueda de buenas asociaciones entre los que mejor manejan la pelota, buscar el arco de enfrente y "cuidar" al mismo tiempo el propio, planteando el partido lo más lejos posible de su defensa.

Asimismo, como en varias oportunidades anteriores se ha puesto en duda el beneficio comparativo de los cambios propuestos desde el banco, para modificar resultados adversos, en este ocasión, es de destacar que las modificaciones propuestas por Nardozza, dieron los "frutos" esperados seguramente por el cuerpo técnico, en especial a partir de la voluntad y búsqueda de Matías Romero en ataque y algunos minutos más tarde, el desequilibrio recuperado por Patricio Núñez (en lugar de Mauro Schönfeld, titular por primera vez), de bajos rendimientos en sus últimos ingresos, pero que frente a Aldosivi, resultaría fundamental para cambiar la historia y no sólo por su gol del triunfo.

Por eso, no sería de extrañar que a los 10' de reiniciado el juego, un centro de Nicolás Henry fuese interceptado en el área visitante por una mano inválida, bien sancionada con penal por el árbitro Jorge Broggi, para que un rato después, toda la categoría de Gastón González la cambiase por el tanto del empate con un remate alto y al palo zurdo, de un arquero jugado al sector opuesto, en la jornada en que el "8" del Gallo fuese homenajeado por haber superado los cien partidos con la casaca del Gallito.

Y si la actitud posicional del local (con Juan Manuel Olivares preponderante, más "suelto" en el medio y con menos obligaciones de retroceso) había sido otra desde el entretiempo, con el "envión" anímico del 1 a 1, el trámite del partido se instalaría definitivamente en la mitad del terreno visitante, sin demasiada profundidad pero "empujando" con convicción y desgaste, hasta que a los 29' del segundo tiempo, de un buen encuentro entre los medios de mejor "pie", Patricia Núñez se adentraría con pelota dominada rumbo al área de Aldosivi y su remate al arco, con el "guiño cómplice" de un desvío defensivo, terminaría junto al poste izquierdo de Jorge Carranza, "1" visitante, para el merecido 2 a 1 del Gallo y el"delirio" y desahogo tan ansiado por todo Morón, fuera y dentro de la cancha.

De allí y hasta el final, Aldosivi intentó reaccionar, pero más allá de algún intento a distancia, por esas mismas facilidades que Morón siempre concede a sus oponentes, con Emilio Lazza, Rodrigo Arciero y el regreso luego de largo tiempo, de Pablo Ferreira, asomó mejor parado, para no tener que padecer el final de una victoria tan necesaria como el "oxígeno".

Ganó Morón y es noticia, pero además dio vuelta un resultado, tras muchos partidos y ante un rival que llegaba invicto de visitante, sin derrotas en seis meses en dicha condición y que no perdía desde la primera fecha del torneo (de local, frente a Rafaela).

Ahora, de cara a la "excursión" a Santiago del Estero, para visitar a Mitre, habrá que ver qué Morón predominará durante la mayor parte del próximo partido, entre aquél impreciso e intrascendente de los 45' iniciales o el que entendiera, más allá de la necesidad, que la mejor manera de "defender" su arco, es "atacar" el ajeno e instalarse del medio hacia adelante.

Sensaciones positivas que habrá que consolidar y confirmar, para convertir a Aldosivi en una suerte de punto de partida.

Ese, sin dudas, es el desafío.


@elgallogustavo.



        📸: Deportivo Morón.


lunes, 22 de abril de 2024

"Desmoronados"

Un Morón sin respuestas futbolísticas ni anímicas, "deambuló" sin rumbo por Río Cuarto y volvió a perder, casi sobre el final de otro pobre partido de los dirigidos por Fabián Nardozza, para "hivanar" su segunda derrota consecutiva, con apenas un punto de los ultimos nueve en disputa.

Otra vez, cometiendo errores decisivos para el resultado, en su extrema defensa, con un mediocampo sin ideas y una ofensiva ausente, el Gallo prolongó su pálida imagen de hace una semana atrás, en la caída frente a Colón de Santa Fe, en el Oeste, claro está que esta vez, se vio superado por un equipo muy inferior al "Sabalero", que más allá de la buena racha que atraviesa de momento, demostró ser un conjunto "ordinario" y de escasos recursos, pero aún así, mejor que un Morón para el olvido y de lo más pobre visto en los últimos tiempos.

Con el regreso de Facundo López, al once inicial, en lugar de Rodrigo Arciero y por consiguiente, con el corrimiento de Brian Machuca, una vez más, como lateral diestro, en el primer tiempo y tras algunos minutos de dominio local, Morón supo acomodarse mejor al partido, por lo menos desde lo territorial, pero con un manejo del balón  intrascendente, tanto es así que apenas lograría inquietar al arquero local, con un par de remates de larga distancia, a cargo de Juan Manuel Olivares y en una "trepada" ofensiva de Agustín Gómez, en la única acción sorpresiva, de una visita repetida, previsible y hasta podría decirse que temerosa en sus movimientos, para no cometer algún yerro que le cueste el partido (como finalmente sucedería, pese a tanto recaudo táctico).

Cierto es que, por el lado de Estudiantes de Río Cuarto, la cosa no resultaría muy diferente, puesto que también llegaría hasta el arco de Juan Martín Rojas, con remates desde afuera del área, con un modestia de conjunto similar a la visitante y en ese contexto, redondear un primer tiempo para el "bostezo" general.

Ya en el complemento y de manera inexplicable, Morón retrocedería unos metros en el campo de juego y abandonaría la insinuación de dominio, esbozada sin éxito en buena parte del primer tiempo, para cederle el control del balón y el terreno a un local, con apenas un puñado de ideas, pero con la ambición que el Gallo dejaría "olvidada" en el vestuario, tras el entretiempo.

Y de a poco, Estudiantes de Río Cuarto se iría animando y llevándole peligro al arco de Rojas, a la postre, casi lo único rescatable de otra actuación individual y colectiva preocupante.

Primero con un desborde de Ignacio Abraham, el lateral zurdo local, de un segundo tiempo fundamental para el "León del Imperio", cuyo remate seco y fuerte, resultaría bien rechazado por Rojas y en el rebote, hasta pareció penal de Nicolás Henry en perjuicio de Francisco Romero, otro de los destacados en un complemento, donde las ganas de Estudiantes bastarían para marcar claras diferencias con un Morón ausente sin aviso.

Más tarde, otro remate desde afuera del mismo Abraham, pegaría en el poste derecho del arco de Rojas y en un "blooper" afortunado para el "1" visitante, el rebote daría en su espalda y luego en el travesaño, permitiéndole a Rojas recomponerse y rechazar con el pie, desde el piso, ante la pasividad de sus compañeros de defensa.

Y cuando parecía que el partido se encaminaba a un cero a cero que "castigaba" al local y "calificaba" al visitante, al Gallo se le terminaría la "fortuna" en la noche de Río Cuarto, cuando el lateral diestro y otro de los buenos valores de Estudiantes, Valentín Fenoglio, ensayara un centro desde la derecha, que de manera increíble, encontraría a toda la defensa de Morón, "corrida" hacia su izquierda, tanto es así que Francisco Romero aparecería solo y por sorpresa, por el segundo palo, para poner de cabeza el 1 a 0, a los 40 minutos del segundo tiempo.

Como respuesta, el Gallo apenas contestaría con un buen remate desde lejos de Gastón González, rechazado por encima del travesaño, y por si fuera poco, en el segundo minuto agregado, una "pifia" de Facundo López, en el cierre de una pelota alta y al fondo, le permitiría al ingresado Tomas González, lucirse con una gran definición sobre el cuerpo de un Rojas adelantado, para "clavarla" entre el poste izquierdo y el travesaño y sellar el 2 a 0 de Estudiantes, en Río Cuarto.

Sin tiempo para más, ni ideas o siquiera rebeldía para intentar algo distinto, el pitazo final encontraría a los jugadores del Gallo con la "cabeza gacha", símbolo inequívoco de un Morón impotente en lo individual y confundido en lo colectivo.

"Desmoronados".


@elgallogustavo.



       📸: Deportivo Morón.


domingo, 14 de abril de 2024

Hizo "agua"...

En una jornada para un rápido olvido, Morón nunca pudo “hacer pie” frente a uno de los máximos candidatos al ascenso, y no sólo por la incesante lluvia y el consecuente barro de una noche impiadosa de tormenta, sino por la jerarquía individual y colectiva que impondría durante los 90’, un Colón de Santa Fe que resolvería el pleito, en apenas un tiempo, para luego administrar ventaja y juego, por momentos, casi a voluntad.

Con el regreso de Rodrigo Arciero a la banda derecha de la defensa, en reemplazo del suspendido Facundo López, expulsado hace una semana en Isidro Casanova, el equipo de Fabián Nardozza jamás encontró el rumbo de un desafío complicado desde el a priori, pero que se iría haciendo aún más “cuesta arriba”, con el correr de los minutos, en un campo de juego imposible por las condiciones climáticas y un rival también, paulatinamente imposible, pero por las condiciones de sus nombres propios.

Así las cosas, mientras el barro y la lluvia conspiraban contra la posibilidad que los de “mejor pie” del local, pudiesen hacerse del balón para intentar progresar desde el juego asociado, obligando a Morón a cambiar su “libreto”, por un estilo más directo, de menos traslado y más pelotazos, la mayor parte del tiempo sin destino cierto, el “Sabalero”, desde la categoría de Sebastián Prediger para hacerse dueño del mediocampo, bien secundado por Alexis Sabella y Federico Joudan, comenzaría a encontrar los mejores sectores para “lastimar” al Gallo, en especial, por la franja derecha de su ataque, a espaldas de Nicolás Henry y el cierre forzado de Agustín Gómez.

Y precisamente en ese “hueco”, tras un par de intentos previos (con una gran atajada de Juan Martín Rojas), Colón hallaría la primera ventaja, a los 20’ de juego, en una acción muy similar al gol del empate de Almirante Brown, la fecha pasada: Henry que rechaza de cabeza y queda adelantado, lo que posibilita la habilitación de Jourdan por derecha, con destino a un solitario Braian Guille (intratable e incontenible durante toda la destemplada noche del Oeste), que aprovecharía el “señuelo” que el propio Jourdan ensayaría con su diagonal hacia el centro, para atraer la atención de los centrales del Gallo y permitir que Guille llegase casi debajo del arco, sólo perseguido por Juan Manuel Olivares, desde atrás y con temor de cruzarlo y cometerle penal, para que el “falso 9” de Colón (a la postre, el mejor del partido y de una visita con varios puntos altos), para definir entre las piernas de Rojas, en su intento de “achique”.

Si el desarrollo del encuentro ya le resultaba esquivo a Morón en el 0 a 0, con los problemas de siempre en el fondo, sin poder dominar la pelota en el medio y con envíos frontales sin destino en ofensiva, en ventaja la visita iría ganando en confianza y asentándose mejor que Morón en su propio campo de juego, por cuanto no seria de extrañar que llegara al 2 a 0, a los 43’ del primer tiempo, luego de un desborde por izquierda, el posterior centro que no podría ser rechazado en el área del Gallo, “pifia” mediante, para que Ignacio Lagos aprovechara tantas ventajas juntas, para llevarse la pelota y someter por segunda vez a Rojas, con un remate potente y alto, contra el poste de mano diestra del arquero de Morón.

Mientras tanto, la única que generaría el local en aquella primera etapa, sería un cabezazo de Gonzalo Berterame (bien contenido por Manuel Vicentini),  ingresando al área, como siempre en diagonal, tras un centro desde la izquierda de Nicolás Henry.

Ya en el complemento, bajo una “cortina” de agua y un terreno decididamente intransitable, Colón manejaría terreno y balón, por momentos casi a voluntad, con chances claras para aumentar la cuenta, un par de ellas resueltas “in extremis” por Juan Martín Rojas.

Recién en el último cuarto de hora, cuando las reservas físicas visitantes parecieron comenzar a escasear, Morón pudo llevar algo de peligro a un muy cómodo Vicentini, más a fuerza de voluntad que de lucidez ofensiva.

Entre la impiadosa lluvia, el barro y la impotencia local, el partido se extinguiría con el triunfo 2 a 0 del “Sabalero”, que bien pudo ser incluso más amplio, por la jerarquía individual y colectiva de un Colón, que resultó demasiado para las limitaciones de Morón, que ante uno de los grandes candidatos “hizo agua” y no dio la medida.

Ahora, a visitar Río Cuarto.

 

@elgallogustavo.




domingo, 7 de abril de 2024

Era "Fragata" hundida y Morón le perdonó la vida

Morón hizo (casi) todo para volverae de Casanova con los tres puntos, pero debió conformarse con un empate a uno, refrendable en la previa, pero con gusto a poco, por cómo se dio el trámite del partido.

Y es que el Gallo fue más que Almirante, en el global de los 90', fue protagonista y superó en el juego al local, que no tuvo otra opción que jugar de contragolpe, aún frente a su gente, y cuando Morón se quedó con un jugador de menos, a falta de quince minutos para el cierre del encuentro, aún así el equipo de Nardozza no se vio desbordado por un modesto Brown, pudiendo incluso llevarse el partido, en los pies de Gonzalo Berterame, el mejor de la cancha y autor de la apertura del marcador, en el epílogo de la primera parte.

Con los retornos desde el minuto cero, tanto de Ezequiel Rescaldani como de Santiago Sala, en reemplazo de Matías Romero y Jonathan Cañete, respecto del once de inicio frente a Atlanta, desde el pitazo inicial de Yamil Possi, Morón se plantó en terreno rival y poco le importó el escenario adverso, ya que asumió el protagonismo casi exclusivo del encuentro, con el buen andar de sus medios, tanto de Gastón González como de Juan Manuel Olivares, sumados a un Julián Vitale cada vez más asentado como único volante central y el gran momento de Berterame, que volvería a anotarse en el marcador, por segundo cotejo consecutivo, importante en el retroceso defensivo y preponderante en cada diagonal en el áerea contraria.

Sin pasar zozobras en defensa, aunque sin inquietar tampoco en el arco de enfrente, el Gallo parecía encaminarse a un cero a cero parcial, con buenas sensaciones, pese al domino territorial y de balón no traducido en situaciones de riesgo, hasta que a los 45 de la etapa inicial, González cediera a Nicolás Henry por izquierda y del centro largo y profundo al segundo palo, emergiera Gonzalo Berterame para empujarla de "pecho" al gol y a pesar de la escasez de ocasiones de gol, "premiar" el protagonismo y el andar más sólido del Deportivo Morón en Isidro Casanova.

Y habría tiempo para más, en el agregado, con una patada de expulsión de Facundo Miño, el primer marcador central local, en perjuicio de Rescaldani, que Yamil Possi no se animó a sancionar con la severidad que requería el golpe artero, "maquillando" la sanción con una amarllla, que terminaría por perjudicar a Morón, máxime teniendo en cuenta la diferencia de "vara" aplicada en el complemento, con la roja a Facundo López.

Así como Morón "pegó" al final del primer tiempo, en una de las escasas acciones bien hilvanada por Almirante en todo el partido, casi desde el vestuario el local hallaría un empate impensado, a partir de una gran pelota "filtrada" por Santiago Gauna, entre un adelantado Henry y un Agustín Gómez que no llegaría al cierre, para que el resiliente Brian Fernández, mano a mano con Juan Martín Rojas, la impulse con clase a la red, para convertir su primer gol desde septiembre de 2023, jugando para el Morelia de México y desde 2022 en nuestro medio... Justo frente a nosotros, a los seis minutos del segundo tiempo y en otra falla compartida y costosa de la defensa visitante.

Daba la sensación que, de no haber permitido ese desliz evitable de poner a Brian Fernández, con todos sus problemas personales, pero también con su enorme jerarquía a cuestas, de cara a Rojas, casi en la primera acción sería del complemento, Almirante podría haber intentado toda la tarde sin ideas. Era cuestión de no equivocarse en defensa y Morón una vez se equivocó y permitió que el mejor de Almirante lo aprovechase.

Con el empate en uno y el apoyo de su gente, "La Fragata" se envalentonó y tomó los hilos del encuentro, buscando un triunfo que cortara con 14 años sin festejos ante el Gallito, protagonismo que profundizaría con torpeza y sin argumentos futbolísticos, en los últimos quince de juego, cuando Yamil Possi se volviera a equivocar feo en perjuicio de Morón, con la expulsión por doble amonestación de Facundo López, cuando la primera amarilla ni siquiera había sido infracción.

Sin embargo y pese al jugador de menos, el equipo de Fabián Nardozza no perdería la línea y bien pudo ganarlo en una contra, que encontró una vez más a Gonzalo Berterame frente a Ramiro Martínez, arquero local, pero esta vez se impondria en el duelo personal, el "Mono" y capitán del elenco de Isidro Casanova.

Empató Morón ante Almirante y sumó en un escenario siempre difícil, aunque dado el desarrollo de los 90 y pico, el punto resultara con sabor a poco.

En la goleada ante Atlanta y el 1 a 1 en Casanova, Morón mostró otro semblante individual y colectivo, que ahora deberá ratificarlo nada menos que ante Colón, uno de los líderes y máximos candidatos al ascenso.

Era "Fragata" hundida y Morón le perdonó la vida.


@elgallogustavo.


       📸: Eduardo Fabián Acuña.


lunes, 1 de abril de 2024

Hasta siempre, "Polaco"...

En la mañana de este lunes 1° de abril, se conoció la triste noticia de la desaparición física del "Polaco", Alejandro Estanislao Semenewicz, uno de los mayores emblemas y mejores defensores en la historia futbolística del Deportivo Morón.

A los 74 años, mientras trabajaba siempre ligado al fútbol (en este caso, en la captación de jóvenes talentos en Independiente), la muerte sorprendió tempranamente a aquél que consiguiera el ascenso a Primera con el Gallo, con tan sólo 19 años, en 1968 (había debutado un año antes), para luego de convertirse en ídolo de Morón, en el 70' emigrar a Independiente de Avellaneda, consiguiendo nada menos que cuatro copas Libertadores consecutivas (del 72' al 75') y tres Interamericanas.

También fue uno de nuestros "embajadores" futboleros que llegó a la Selección Nacional, debutando con la "celeste y blanca" en el día de su cumpleaños, el 1° de junio de 1972, frente a Chile en Santiago.

Más tarde, el fútbol llevaría a Alejandro Semenewicz a Colombia, más precisamente a Atlético Nacional, para luego regresar a nuestro país y desempeñarse en Cipolletti de Río Negro,  Platense y cerrar el círculo, nuevamente en el Deportivo Morón, donde se retiraría en 1982, tras 120 partidos con la casaca del Gallito (en dos ciclos, 1967/1969 y 1981/82), con un gol y muchísima gloria.

Hasta siempre, "Polaco".


@elgallogustavo.



Domingo de Pascuas, "resurrección" del Gallo

Y en pleno domingo de Pascuas, la "resurrección" fue del Gallo, que goleó con autoridad 3 a 0, nada menos que a su histórica "bestia negra", Atlanta y recuperó la confianza y la sonrisa, luego de semanas difíciles para el plantel y el cuerpo técnico.

Morón "pegó" en los momentos justos, al inicio de cada tiempo y luego administró la diferencia con inteligencia, quedándose con tres puntos vitales, no sólo para la tabla de posiciones, que lo reubica en zona de clasificación al torneo Reducido, sino y fundamentalmente, para reivindicarse ante su público y cambiar la pálida imagen de los últimos dos partidos.

Y es que el Gallito encontró la primera diferencia en el "amanecer" del partido, luego de un tiro de esquina desde la izquierda, rechazado a medias por el "resbalón" de un defensor "Bohemio", para que el balón le quedara a Gonzalo Berterame (a la postre, la figura del encuentro), cuya excursión rumbo al área fuera detenida con una torpe infracción por Ivo Costantino, el "gigante" delantero centro visitante, que alguna vez se "rumoreara" como refuerzo del equipo de Nardozza.

Luego de un par de minutos de reclamos infundados, por parte del banco de Atlanta, la categoría de Gaston González marcaría la diferencia en el "cara a cara" con Bruno Galván, para poner la pelota alta y en el centro del arco, lejos del alcance del "1" ex Morón, para que la noche empiece a "amigarse" con el irregular andar del Gallo, a los 5 minutos de iniciado el juego.

Tras la temprana apertura del marcador, Morón volvería a cometer el mismo error que ante San Telmo, cediéndole a la visita terreno y balón, sufriendo con algunos envíos áreos al área de Juan Martín Rojas, en especial desde el sector izquierdo, con un Federico Bisansz indescifrable para los defensores locales.

Sin embargo y más allá de algunas zozobras en la "cancha de arriba", la defensa del Gallito no pasaría grandes apuros, con Brian Machuca como lateral diestro (en lugar de Rodrigo Arciero), un gran partido de Facundo López como primer marcador central (en el podio de los mejores de la noche), con Agustín Gómez y Nicolás Henry (otro de buen rendimiento, hasta que sus recurrentes problemas físicos le dijeran "basta") por el andarivel zurdo.

En el mediocampo, Julián Vitale, en su mejor partido desde su arribo, reemplazaría a Pablo Ferreira como volante central, con Berterame a la derecha y Juan Manuel Olivares y Gastón González, ambos de buen partido, alternándose entre externos por izquierda o internos un poquito más adelantados.

Destacable lo de Olivares que, con un desgarro frente a Deportivo Madryn, hace escasos quince días, apuraría los tiempos naturales de su recuperación para cumplir con su técnico y amigo, y devolverle la confianza dentro de la cancha, con gambeta, despliegue y panorama para marcar la diferencia.

En ofensiva, aún sin Ezequiel Rescaldani, Matías Romero volvería a calzarse la "9", con Jonathan Cañete partiendo unos metros más atrás, generando con los medios de buen pie, algunos encuentros interesantes, a uno o dos toques, algo que no se veía en el equipo desde las jornadas iniciales del torneo.

Salvo un cabezazo de pique al piso de Bisanz, ingresando por el segundo palo, Morón se iría al descanso en ventaja y sin sofocones importantes, ganando en confianza en lo individual y colectivo, con el correr de los minutos en aquella etapa inicial, pese al repetido mal estado del terreno del Nuevo Francisco Urbano, que no colabora para nada, con el juego asociado que plantea Fabián Nardozza y su cuerpo técnico.

Ya en el complemento y cuando recién ambos equipos se estaban "acomodando", un "rodeo" de Gonzalo Berterame para dejar fuera de acción a su marcador, haciendo "equilibrio" sobre la línea de banda derecha, habilitaría a Machuca en ofensiva, para prolongar dentro del área a Santiago Sala (una vez más, de muy buen ingreso, en el entrenamiento y por Cañete) y de cuyo centro bajo y "envenenado", Matías Romero la empujara al gol por el segundo palo, para el 2 a 0 de Morón a los 4' de reiniciado el pleito.

En Morón, el 2 a 0 al inicio de la segunda mitad, refundaría en una invalorable cuota de tranquilidad para seguir manejando los tiempos del partido, mientras que en Atlanta operaría el lógico efecto adverso, desdibujando paulatina y definitivamente, a un "Bohemio" sin ideas y desconocido para lo que estamos acostumbrados a "padecer" en cada enfrentamiento, a lo largo de la historia.

De hecho, las jugadas más peligrosas de Atlanta, nacerían de malos rechazos locales, como el cabezazo de Agustín Gómez que obligaría a Rojas a sacarla del ángulo o la "pifia" de Pablo Cáceres que se iría rozando la base del poste derecho.

Como contrapartida, el ingresado Agustín Curruhinca dilapidaría una contra inmejorable, escapando en velocidad y en solitario, rumbo al mano a mano con Galván, pero entendemos que un mal pique, en el control final, le simplificaría las cosas al hoy "1" visitante, para llegar antes y abortar lo que indefectiblemente era gol de Morón.

Hasta que en el segundo minuto agregado, otro contragolpe con superioridad numérica, permitiría que Santiago Sala enfrente a Bruno Galván y con varias opciones de pase por derecha, decidiera jugarse la individual, clavando un golazo contra el parante más lejano del arco visitante, para delirio dentro y fuera de la cancha, consumado el 3 a 0.

En domingo de Pascuas, la "resurrección" fue del Gallo.".

"La casa está en orden". Y ahora llega Almirante.


@elgallogustavo.



      📸: Deportivo Morón.