domingo, 29 de noviembre de 2015

"No me pidan que cabecee"...

Concluida la primera final del Reducido de la "B", en el "Tres de Febrero" de Villa Raffo, frente a un Almagro que no deja de sorprender, que resultó mucho más que Deportivo Morón durante los '90, que aprovechó cada distracción y cada facilidad que le otorgara el Gallo (de regreso a su peor versión, en el momento menos pensado), y que en definitiva tuvo todo el fútbol que le faltó a Morón y justificó en el desarrollo y el resultado la lacerante y lapidaria diferencia de un contundente y merecido 4 a 0, que futbolísticamente nos exime de mayores análisis..., en esta oportunidad, y si los amigos lectores lo aceptan, comprenden y consienten, seremos más breves que nunca, en un comentario que seguramente poco ha de aportar, que la pena recurrente nos impide explayarnos demasiado y que damos por descontado que a poco menos que a nadie realmente interesará leer.

Por ello, y en los márgenes de las consideraciones estrictamente futbolísticas, las que creemos que, por estas horas de pesar poco importan, más allá de las ya aludidas, sobre los méritos irrefutables del triunfador y las enormes diferencias entre uno y otro finalista, que quedaran claramente plasmadas en la impensada goleada de un "Tricolor" que, salvo un "milagro" deportivo, parece haber sentenciado tempranamente la suerte de la final y con ella, la de un ascenso otra vez esquivo, resulta cada vez más evidente que Dios o la "buena estrella", hace rato que se han olvidado de nosotros, para ingnorarnos por completo en este tipo de instancias.

Y conste que, cuando hablamos de "nosotros", lo hacemos con ajustada referencia sólo a los socios e hinchas, porque dirigencialmente hemos "colaborado" inestimablemente con infinidad de errores y horrores repetidos, durante el último cuarto de siglo, para hacernos "merecedores" de este continuo y permanente desaire del "destino", como para que inequívocamente, bajo cualquier circunstancia y a través de los años, la "fortuna" resulte siempre ajena, esquiva y elusiva.

Quizás, y sólo quizás, recién cuando finalmente logremos enderezar el rumbo definitivo de nuestro averiado "navío" directivo, casi siempre al "garete", tal vez Dios, "la buena estrella", el "destino" o la "fortuna" nos vuelvan a tomar en cuenta, a la hora de los "premios" (porque en materia de "castigos", creemos haber tenido suficientes), en el momento preciso en que los logros futbolísticos vayan de la mano y resulten consecuencia necesaria y directa, de proyectos de trabajo serios, profesionales, responsables, sapientes y prolongados en el tiempo y no, como ahora, de azarosos y circunstanciales aciertos espamódicos y de momento.

Porque, en definitiva, los éxitos deportivos duraderos y permanentes, tanto como los logros institucionales trascendentes, devienen invariablemente de clubes serios, previsibles y ordenados... Sin "magia" posible, más que "casualidades" temporarias o "plenos" afortunados, de muy corto aliento y más efímero efecto.

En este punto, y prescindentes de la suerte final de un ascenso que, si bien aún mediante '90 de juego, parece racional e irremediablemente inclinado hacia el lado del "culo", en nuestro constante y frustrante juego de la "taba" con el universo deportivo, resulta más que justo e imprescindible el agradecimiento y reconocimiento sincero a este grupo de jugadores, por habernos permitido acceder a estas instancias decisivas (luego de casi una década) y regalarnos aunque sea por un momento, el "renacimiento" de una esperanza y el "resurgimiento" de una ilusión extraviadas en la memoria y que, a decir verdad, parecían irremediablente "dormidas" en nuestro inconsciente individual y colectivo, luego de tanto, y tanto, pero tanto tiempo mediante..., máxime en el contexto cuasi amateur de una institución virtualmente a la deriva, que "duele" por todos lados y "desarma y sangra" en manejos improvisados, negligentes y que, por momentos, generan "verguenza" propia.

Tal vez los "milagros" futbolísticos existan y Dios, "la buena estrella", el "destino" o la "fortuna", se apiaden de todos nosotros y nos reivindiquen en una semana, para retemplar el alma de hincha, de tanta y tanta herida mal avenida y reiterada con cruel ensañamiento, en un auténtico acto de justicia "divina" o de simple "carambola" del destino universal, en tanto desagravio largamente merecido para este "doliente" y lastimado corazón de Gallo, en permanente estado de indefensión grave y en "carne viva", y que sin embargo y a pesar de todo, permanecerá siempre irredento, noble y gallardo, inflando mucho más el pecho (aún con lágrimas en los ojos) en la caída, con la dignidad y el sentimiento únicos, que sólo nosotros, los socios e hinchas, resultamos capaces de comprender, compartir y saber de qué se trata..., en la sangre, en los huesos, en la piel y en el alma.

Aunque, aun así, llegado ese hipotético y "milagroso" caso de "restitución" divina, lo único que habremos de modificar en el presente comentario, será seguramente el estado de ánimo al momento de escribirlo, al trocar esta nueva pena en "balsámica" alegría.

Ya que, por lo demás, las verdaderas razones de 25 años de amarguras repetidas y desiluciones acumuladas, resultarán invariablemente las mismas, más allá de la "carambola" fortuita o el "guiño" cómplice de un áspero destino que, ojalá..., por una p... vez nos haga cambiar de opinión y pensar que, finalmente, Dios "existe" para el Deportivo Morón.

... A pesar de nosotros mismos (como errática institución).

Hoy no estoy para nadie... "No me pidan que cabecee".



Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Morón - Almagro, "episodio uno"... Tres de cuatro.

Dicen que, desde el martes último, en el Bajo Belgrano..., ven un gallo y lloran...

Más allá de los comentarios y los rezongos públicos de algunos protagonistas, Morón se trajo en la semana, del "Juan Pasquale", un triunfazo épico para clasificar a las finales del Reducido, donde deberá enfrentar a doble partido, con definición en el Nuevo Francisco Urbano, a Almagro, aquél de los 12 partidos sin victorias, a comienzos de campeonato y que, una vez clasificado al G8 de la "B" Metro, se "cargara" sorpresivamente a Atlanta, en Villa Crespo y más tarde a su clásico de barrio, Estudiantes de Buenos Aires, en una semi que habría de concluirse en el Tribunal de Disciplina de AFA, dados los incidentes protagonizados por la popular del "Pincha".

Mientras en el Oeste la ansiedad es un fenómeno colectivo y la ilusión de ascenso una imploración compartida, este sábado a partir de las 17.35, el sorprendente grupo de "gladiadores" de Blas Armando Giunta comenzarán a jugarse su suerte, en la primera de las finales por el segundo pasaje a la "B" Nacional (el primero, recordemos, quedó en manos de Brown de Adrogué), cuando visiten al propio "Tricolor" de Villa Raffo, en el "Estadio Tres de Febrero", con el arbitraje de Alejandro Castro (otro árbitro del "Nacional", al igual que Héctor Paletta, quien dirigiera de manera irreprochable ante Defensores de Belgrano), y la televisación en vivo de TyC Sports, así como de "Pacífico TV Morón", a través de su canal de YouTube.

Para dicho trascendental encuentro, el primero de los dos "peldaños" que separan al Gallo de una vuelta olímpica soñada y demorada un cuarto de siglo, el cuerpo técnico de Morón repetirá equipo y banco de suplentes, respecto del 2-1 al "Dragón", en semifinales, mientras agotan las horas que median hasta que comience a rodar la pelota, alojados en el "Howard Johnson" de Luján (desde el jueves en la tarde-noche), virtual "refugio" de concentración y al mismo tiempo cábala, para los "Camboyanos" de Blas Giunta, desde el inicio del actual Reducido de la Primera "B".

En consecuencia, los once del Deportivo Morón que intentarán traerse un buen resultado de José Ingenieros, para afrontar con algo más de tranquilidad la revancha en el Nuevo Francisco Urbano, el próximo sábado 5 de diciembre, a las 17.35: Carlos David Morel; Cristian Jesús Broggi, Nicolás Miguel Gásperi (cuatro amarillas), Jonathan Emiliano Iván Mayola (capitán), Ariel Otermín; Cristian Román Yassogna, Damián Ezequiel Toledo, Mauro Emiliano Montenegro, Adrián Maximiliano Peralta (cuatro amonestaciones); Víctor Leonel Altobelli (cuatro amarillas), Junior Leandro Mendieta.

Completan el listado de concentrados, uno de los cuales deberá observar esta primera final desde afuera: Lisandro Daniel Mendoza, Carlos Alberto Ramos, Maximiliano Ezequiel Jerez, Cristian Damián Lillo, Lucas Sebastián Nanía, Matías Pardo, Imanol Varela y Santiago De Ossa Tobón.

Si dicen que en el Bajo Belgrano, desde el último martes..., ven un gallo y lloran... Que a partir de este sábado y el próximo, en Villa Raffo, el mismo gallito resulte sinónimo de fiesta inolvidable en todo el Oeste.

Tres de cuatro... Y que de este "sueño" nada ni nadie nos "despierte".

Sólo falta un "suspiro"... El último, el definitivo, dividido en dos "capítulos".

Morón - Almagro, "episodio uno".


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                          Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).

miércoles, 25 de noviembre de 2015

A '180 del sueño que nos desvela... Dos de cuatro.

Para ser descarnadamente sinceros, con nosotros mismos y con Uds., amigos lectores, en momentos como éste, resulta realmente complicado dividir la emoción y el sentimiento puro, del análisis periodístico, como para intentar mantener la mínima compostura profesional, a la misma hora que el corazón de hincha desborda y nos lleva por caminos de ilusión y festejo.

Porque si bien, es imprescindible mantener la mesura, puesto que aún no se ha logrado nada, como en el caso de todos Uds., amigos lectores, hoy tenemos más ganas de "revolear" los papeles y salir a gritar a voz en cuello, que de analizar las razones futbolísticas de un triunfazo, que nos deja a las puertas de un ascenso demorado durante más de 25 años, y de una vuelta olímpica "soñada" despierta, tantas (pero tantas) veces, como días acumulan los almanaques desde 1990 a esta parte.

Y es que, como también suele ocurrir en materia de "destino" y, por qué no, hasta de designios divinos insondables e inexplicables, tal vez la temporada menos pensada, con el plantel más humilde y en medio de la situación institucional más desfavorable, los "planetas" hayan de alinearse de una vez por todas, para que podamos liberar tanta amargura y frustración repetidas y contenida, y accedamos finalmente a esa gran alegría que tanto (pero tanto) nos merecemos.

Morón volvió a regalarnos otra actuación para el "encuadre" en la retina de hincha, no tanto por sus argumentos futbolísticos (que también los tuvo), sino por otra muestra concluyente de fortaleza, actitud y personalidad de equipo admirable, capaz de hacerse fuerte en las difíciles, y en el contexto más desfavorable, y que, lejos de desconcentrarlos o desanimarlos, los ha unido y robustecido en lo individual y colectivo, por imperio de una dignidad, una hombría de bien y un solidaridad de conjunto, que pareciera hacerlos "invencibles" dentro y fuera de la cancha.

Ya que en otra demostración de carácter, y ante el Defensores poco lucido, pero efectivo de Rodolfo Della Pica, que liderara la última temporada de la "B" Metro, durante buena parte de su desarrollo y hasta las fechas de clausura de su calendario, el Gallo pudo doblegar con justicia por dos a uno, a un equipo complicadísimo en lo táctico, para acceder por mérito propio a la finalísima del Reducido por el segundo ascenso a la "B" Nacional 2016 y, al mismo tiempo, desde lo estrictamente estadístico, abortarle un invicto de ocho encuentros consecutivos y de nada menos que 38 partidos en su "fortaleza" particular del "Juan Pasquale", reducto donde no conocía la derrota desde marzo de 2014, frente a Barracas Central, incluyendo en dicho lapso, su derrotero completo y fugaz por la primera "C", luego de su descenso en la misma temporada.

Sin dejar de mencionar que, asimismo, habría de convertirse también en el único equipo capaz de anotarle dos goles en la actual campaña, al "monolítico" conjunto del Bajo, en su pequeña "fortaleza", donde Albano Anconetani, el "inoxidable" golero del "Dragón", finalizaría las 42 jornadas del campeonato pasado, ostentando junto a su sólida defensa, la "chapa" de equipo menos goleado de la temporada 2015.

Tal vez, Blas Armando Giunta haya sido capaz de transmitirle a sus dirigidos, aquella mística inolvidable de los '80, cuando el actual técnico del Gallo vestía la "5" de San Lorenzo de Almagro, y hoy este grupo de notables batalladores con la camiseta de Morón, se hayan erigido en la reencarnación y versión moderna y del fútbol de ascenso, de los "Camboyanos" azulgranas, famosos por suplir a base de un enorme corazón y amor propio, sus limitaciones y las falencias reiteradas de una economía "sanlorencista" en tiempos de grave crisis.

Por las razones que fueran, y en la templada noche de martes del Bajo Belgrano, el Gallo habría de demostrar bien temprano en el encuentro, al igual que una semana antes, ante Barracas de visitante, que no estaba dispuesto a oficiar de simple "partenaire" de "Defe", y que ni siquiera pretendía exponer su ilusión del pasaje a la final, mediante la "lotería" de una posible definición por penales.

Bajo esa idea, y a los '7 de comenzado el encuentro, la primera de las tantas y tan productivas corridas de Leonel Altobelli (que afortunadamente para la "causa" del Gallo, volvió a ser el mismo de sus mejores jornadas, precisamente en estas instancias decisivas), Luciano Goux, una abonado al juego brusco con mala intención, habría de aplicarle un codazo descalificar al propio delantero de Morón, lo que originaría la roja directa del central local, a instancias del juez asistente, en una sanción más que correcta de Héctor Paletta, a pesar de las airados e infundados reclamos de todo Defensores de Belgrano, que a nada de comenzado ya comenzaba a condicionarse solo.

Con la ventaja númerica, los de Giunta empezarían a sentirse más protagonistas del partido, tanto que a los '23 del primer tiempo y luego de un tiro libre desde la derecha, ejecutado por Cristian Yassogna, y rechazado por la defensa local, el rebote recaería en Ariel Otermín, en tres cuartos, que vistiéndose de Juan Román Riquelme, por un puñado de segundos, ensayara un pase "en cortada" sorpresivo y punzante dentro del área grande para Emiliano Mayola, quien a su vez se despacharía con un centro largo y preciso hacia el flanco opuesto, para que finalmente Cristian Yassogna definiera con una formidable volea de derecha y le "rompiese" el arco a Anconetani.

Como el "depredador" que huele sangre en su presa y va por más, pocos minutos más tarde, sobre los '35 de esa primera etapa, Mauro Montenegro habría de poner nuevamente a correr "mano a mano" a Leonel Altobelli, quien ingresando al área grande sería derribado claramente con falta, por Miguel Barbieri, para que otra vez Paletta, a instancias de su línea, sancionase el penal para el Gallo, convertido sin titubeos por el mismo Altobelli, luego de varios minutos de demora, por un Defensores desesperado y fuera de sí, que comenzaría a endilgarle a árbitro y juez asistente, las razones de una derrota cimentada en virtudes ajenas y deméritos propios, pero sin injerencia alguna de la terna arbitral, de muy buen desempeño.

Claro que, cuando se trata de Morón, sabemos perfectamente que, si no se sufre, no vale... Y tan sólo un minuto más tarde del segundo gol del Gallo, que parecía ya lapidario, y en la única falla defensiva de la visita en todo el partido, Damián Toledo perdería de vista en la marca a Miguel Barbieri y, ante el quedo en la salida de Carlos Morel, cabecearía solito y solo al descuento, luego de un preciso centro de Fernando Enrique.

Ya en el complemento, y a pesar de no poder sacar demasiado provecho del hombre de más, por la ausencia de control y dominio de balón en el medio (en ese aspecto, hubo de notarse la ausencia repetida de Federico Domínguez), el Gallo no habría de soportar sofocones de consideración en su defensa, gracias a una actuación descomunal de los cuatro del fondo, pero en especial de Nicolás Gásperi y Emiliano Mayola, quienes habrían de lidiar en cada centro y cada intento de pelota parada, con la "fuerza aérea" de "Defe", capitaneada por Lucas Buono, el mismo Barbieri y más tarde, también Gonzalo Gil.

Sin demasiada profunfidad para la contra, salvo por un mano a mano de Yassogna (la figura de Morón y de la cancha), bien contenido por Anconetani, aunque desde ángulo muy sesgado, las pocas expectativas locales habrían de diluirse allá por los '39 del segundo tiempo, cuando Fernando Enrique cruzara a destiempo y desde atrás al incansable Montenegro, para dejar a su equipo con nueve y permitirle al Gallo un cierre de partido más apacible, ahora sí con el manejo de la pelota, a partir del buen ingreso de Lucas Nanía.

Con el pitazo final del árbitro se desataría el festejo merecido de los once "gladiadores" del Gallito, mientras la locura invadía a los futbolistas locales, quienes incluido el expulsado Goux, intentarían agredir al árbitro del encuentro, cosa que en definitiva hubo lamentablemente de concretarse, en otro acto de barbarie de los tantos a los que nos ha acostumbrado nuestro fútbol, agravado en ese caso, por tratarse de alguno de los propios protagonistas, quienes sin dudas deberían dar el ejemplo contrario.

En definitiva, con mucha personalidad, corazón e inteligencia, el Deportivo Morón se metió de pleno derecho en la final del Reducido, en la cual podrá definir de local ante Almagro, en el Nuevo Francisco Urbano y ante su gente.

Amigos lectores, sabrán comprender..., pues hicimos cuanto pudimos. En ese delicado límite entre el análisis profesional y el sentimiento de hincha..., hoy sin dudas nos dejamos llevar por este último.

A 180 minutos del sueño que nos desvela desde hace casi 26 años.

Dos de cuatro... Y que se venga Almagro.


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                         Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).

lunes, 23 de noviembre de 2015

A extinguir el "fuego" del "Dragón"... Dos de cuatro.

Tras la justificada y convincente actuación con triunfo, frente a Barracas Central, en Olavarría y Luna, por los cuartos de final del Reducido, resulta imposible para todo el "Mundo Morón", comenzar a ilusionarse con un ascenso, hoy distante a sólo tres partidos, contabilizando el cotejo único de semifinal y los dos encuentros decisivos por una hipotética (y muy anhelada) final.

Por lo pronto, y con el envión anímico de un 2-0 merecido en el resultado y el desarrollo, ante el "Camionero", ahora el equipo de Blas Armando Giunta deberá superar otro desafío importante, cuando este martes, desde las 21.05, visite a Defensores de Belgrano en el "Juan Pasquale", con el arbitraje de Héctor Paletta (árbitro de la "B" Nacional, ante las quejas de varios clubes por los "pitos" de la categoría) y la televisación en vivo, tanto de TyC Sports como de "Pacífico TV Morón" (a través de su canal de YouTube), en '90 de una cerrada y complicada semifinal, con definición desde el punto del penal, en caso de igualdad en el tiempo reglamentario.

Con respecto al equipo que visitará al "Dragón", por un lugar en la gran ginal del Reducido, ante el vencedor del clásico de Tres de Febrero, entre Estudiantes de Buenos Aires y Almagro, en el "Estadio Ciudad de Caseros", a las 17.05, también con TV en directo de TyC, el Gallo no presentará modificaciones, en comparación con el once de inicio en el "Claudio 'Chiqui' Tapia. Esto es: Carlos David Morel; Cristian Jesús Broggi, Nicolás Miguel Gásperi (cuatro amarillas), Jonathan Emiliano Iván Mayola (capitán), Ariel Otermín; Cristian Román Yassogna, Damián Ezequiel Toledo, Mauro Emiliano Montenegro, Adrián Maximiliano Peralta (cuatro amonestaciones); Junior Leandro Mendieta, Víctor Leonel Altobelli (cuatro amarillas).

Completan el listado de concentrados, por segunda semana consecutiva, en el "Howard Johnson" de Luján: Lisandro Daniel Mendoza, Carlos Alberto Ramos, Maximiliano Ezequiel Jerez, Cristian Damián Lillo, Lucas Sebastián Nanía, Matías Pardo, Imanol Varela y Santiago De Ossa Tobón, uno de los cuales quedará marginado del banco de los suplentes.

A extinguir el "fuego" del "Dragón", con los "espolones" del Gallo.

Y por el "boleto" a la final, de un ascenso que desvela a todo el Oeste, desde hace un cuarto de siglo.

Dos de cuatro.


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                          Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).

jueves, 19 de noviembre de 2015

Uno de cuatro... Que pase el que sigue.

Evidentemente, este Barracas Central (sea con la dirección técnica de Norberto Salvador "Gato" Daniele o últimamente, con su sucesor, Marcelo Barrera), de interesantes individualidades, juego atildado y buen manejo del balón, le sienta realmente bien a este Deportivo Morón, que no sólo lo derrotara las tres veces que lo enfrentara en 2015 (dos veces de visitante y la restante de local), sino que además lo superara claramente en todas las oportunidades, jugando de los partidos más sólidos que registrara durante la presente temporada.

Porque este Morón de post-temporada, inmerso en múltiples problemas económicos, sacó a relucir una vez más, aquellas virtudes de conjunto que lo llevaran a hilvanar una serie inédita (por lo menos, en la última década) de once encuentros invicto, haciéndose fuerte en un reducto difícil, de dimensiones reducidas, y ante un rival que terminara mejor la fase regular del torneo de la Primera "B", tanto que fuera capaz de arrebatarle al propio Deportivo Morón, el quinto puesto en la tabla final, en la última fecha y con ella, asegurarse una localía inicial en el Reducido que, a la luz de los hechos, de poco le serviría frente a una visita sólida, solidaria y contundente en los momentos justos.

Y porque este Morón de final de ciclo 2015, muchas veces criticado y hasta minimizado en sus capacidades futbolísticas, por los vaivenes de rendimiento propios de un campeonato extenuante de 42 jornadas, supo dar una nueva muestra de carácter (como tantas otras veces durante el pasado torneo), y trocar la amargura y bronca extra-futbolera, ante tanto incumplimiento salarial, manoseo y falsas promesas presidenciales, en fortaleza y comunión de conjunto dentro de la cancha, para regalarse una alegría merecida e inmensa hacia dentro del propio grupo y sus seres queridos, demostrando una vez más y en una instancia decisiva, la dignidad, nobleza y profesionalidad que caracterizara a este plantel y cuerpo técnico, respetuosos como pocos en el pasado reciente, de la "pesada" camiseta que defienden y de las numerosas "almas" que sueñan junto a ellos, con un ascenso demorado un cuarto de siglo.

Del partido en sí, y antes del primer minuto de juego, el equipo de Blas Armando Giunta dejaría rápidamente en claro, con un puñado de toques y la primera llegada de peligro, a través de Cristian Yassogna, que este Morón de los contratiempos económicos y la orfandad dirigencial, llegaba hasta Olavarría y Luna para calzarse la "pilcha" de protagonistas y despejar de "cuajo", cualquier fantasía posible en la previa, sobre alguna derrota "honrosa", de visitante, con tal de "cumplir" formalmente y "apurar" la despedida definitiva de la temporada y un último año "traumático" en la institución.

Con un parejo rendimiento colectivo, pero con algunos puntos sobresalientes, como el partido enorme de Mauro Montenegro (partícipe de los recuperos, en ambas jugadas de gol del Gallo), de su compañero del "doble cinco" Damián Toledo, así como de toda la última línea defensiva, en especial de un Nicolás Gásperi impasable y que le tocaría "bailar con la más fea" (la marca de Víctor Piriz Alvez y Abel Soriano, anulando por completo a ambos, en "sociedad" con el siempre sobrio "capitán" Mayola), así como de Cristian Broggi, responsable de clausurar las hábiles y punzantes intenciones de Leandro Puig y Alfredo Abalos, sin olvidarnos de la saludable recuperación de Leonel Altobelli (quien se "amigara" con su juego y el arco de enfrente) y la progresiva vuelta a su nivel de Junior Mendieta, autor de un formidable gol de cabeza (el segundo con la camiseta de Morón), luego de un interesante encuentro ofensivo, con el propio Altobelli.

En efecto, sobre los '33 de la etapa inicial y cuando el Gallo había ejercido la supremacía territorial y dispuesto de las chances de gol más claras, un quite de Mauro Montenegro (una de tantas y tan buenas intervenciones individuales, de la figura visitante y del partido) en "tres cuartos", habría de prolongarse en Cristian Broggi quien, acertado en la marca y lúcido en el primer pase ofensivo, habilitaría en profundidad para la corrida por derecha de Leonel Altobelli, que tras ganar en velocidad y potencia ensayaría un centro milimétrico, para propiciar la merecida apertura del marcador, merced a un "testazo" violento y direccionado, del menos pensado en el juego aéreo: el chajariense Mendieta.

Durante los minutos posteriores a la primera diferencia y el final del período, el equipo de Giunta estaría mucho más cerca de ampliar la justa ventaja inicial, que el "Camionero" de acercarse al empate, a pesar del buen partido del "inoxidable" Lucas Mareque, eje del juego atildado y del control del esférico en el medio, "marca registrada" de un muy interesante Barracas, reducido a su mínima expresión por mérito táctico del Gallito.

Ya en el complemento, el partido se haría interesante y de ida y vuelta, con aproximaciones cada vez más profundas sobre el arco de Carlos Morel y contras punzantes y en superioridad númerica, aunque no siempre bien resueltas por los delanteros del Deportivo Morón.

De los '25 en adelante, las urgencias del "Camionero", combinadas con un excesivo retroceso de los de Giunta, inclinarían la cancha sobre los últimos metros de la visita, que sin embargo contaría con esa cuota mínima de suerte necesaria, ante un formidable remate desde afuera, de Alfredo Abalos, que con Morel "fuera de combate", reventaría su palo izquierdo para perderse por el fondo de la cancha, a los '33 del segundo tiempo.

Cinco minutos más tarde y cuando los corazones de los hinchas del Gallo, de a poco salían de una súbita fibrilación, Leonel Altobelli habría de jugársela solo, ante una defensa adelantada y desesperada, para una vez dentro del área, enganchar hacia su mejor perfil y ser derribado (con falta?). Penal sancionado por Pablo Dóvalo y ejecución exitosa del propio Altobelli, con un remate fuerte, seco y alto, bien lejos de la resistencia de Elías Gómez, para el lapidario dos a cero, a los '40 del complemento.

Sin tiempo para más, con la clasificación a semis "en el bolsillo" y el pitazo final de Dóvalo, el Gallo además se aseguraba su participación en la "Copa Argentina 2016", de formato más reducido y con sólo cinco plazas para la "B" Metro, desde los 32avos. de final, a partir de los cuatro semifinalistas del actual Reducido y el último campeón de la categoría, Brown de Adrogué.

Evidentemente, este Barracas Central de la temporada 2015, le sienta muy bien a este Deportivo Morón que, una vez más y como tantas veces a lo largo del extenuante campeonato de la "B", se "hiciera cargo" de su prueba de carácter, algo que debiera (y mereciera) ser imitado y acompañado en idéntica medida, desde la dirigencia.

Uno de cuatro... Que pase el que sigue (Defensores de Belgrano, en el "Juan Pasquale", el martes a las 21.05, televisado).


N. de R.: Este jueves 19 de noviembre, luego del entrenamiento matutino, en el estadio, el plantel percibió de parte del presidente, el equivalente aproximado a un mes de sueldos atrasados (600 mil pesos), con lo cual, a la fecha, la deuda se sitúa en cuatro meses, promedio (julio, agosto, septiembre y octubre).


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.


                         Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).

martes, 17 de noviembre de 2015

Crucemos los dedos...

Tras la agónica derrota en la última fecha del campeonato, que propiciara el ascenso de Brown de Adrogué, a la "B" Nacional, el Gallo enfrenta el tramo decisivo de la post-temporada, que cuatro partidos mediante, podría depositarlo en la categoría inmediata superior, casi dieciseis años más tarde.

Habiendo resignado la posibilidad de la única ventaja deportiva posible durante el Reducido, como lo constituye la localía, el equipo de Blas Armando Giunta comenzará a desandar su recorrido de regreso al "Nacional" (Dios así lo quiera y los protagonistas lo permitan), cuando este miércoles a las 17, visite a Barracas Central en el "Claudio 'Chiqui' Tapia" de Olavarría y Luna, con el arbitraje de Pablo Dóvalo y la televisación en vivo de "Pacífico TV Morón", a través de su canal exclusivo de YouTube.

Con tres regresos, respecto del once de inicio ante el campeón de la categoría, Brown de Adrogué, el Gallo registrará las necesarias vueltas de Cristian Broggi en defensa, como de Damián Toledo en el medio, y de Junior Leandro Mendieta en ofensiva, quienes reingresarán en reemplazo de Carlos Ramos, Cristian Lillo y Diego Barrios Suárez, respectivamente.

De esta manera, los once del Deportivo Morón que intentarán clasificar a semifinales del torneo Reducido de la Primera "B", para lo cual deberán vencer al "Camionero" en los '90 o bien, en caso de empate al cabo del tiempo reglamentario, por la vía de los remates desde el punto del penal: Carlos David Morel; Cristian Jesús Broggi, Nicolás Miguel Gásperi, Jonathan Emiliano Iván Mayola (capitán), Ariel Otermín; Cristian Román Yassogna, Damián Ezequiel Toledo, Mauro Emiliano Montenegro, Adrián Maximiliano Peralta (cuatro amarillas); Junior Leandro Mendieta, Víctor Leonel Altobelli (cuatro amonestaciones).

Completan el listado de concentrados (sí, leyó bien..., "concentrados", luego de un largo tiempo), para lo cual hubieron de viajar al "Howard Johnson" de Luján, este martes por la mañana y luego del último entrenamiento (breve, por las inclemencias climáticas), quedaran alojados allí, a la espera del cotejo de cuartos de final, frente a Barracas Central: Lisandro Daniel Mendoza, Carlos Alberto Ramos, Rodrigo Nahuel Lemos Argañaraz, Leonardo Martín Celín, Federico Domínguez, Matías Pardo, Santiago De Ossa Tobón y Diego Alfonso Barrios Suárez (uno de los cuales quedará marginado del banco de los suplentes).

A cuatro partidos del sueño más recurrente de los hinchas del Gallo, durante el último cuarto de siglo, en Olavarría y Luna, este plantel y cuerpo técnico tendrán la posibilidad de comenzar a escribir sus nombres, en letra de molde, dentro de la rica y gloriosa historia del Deportivo Morón.

Eso sí, plantel y cuerpo técnico deberán afrontar esta instancia decisiva para los socios e hinchas y la institución en general, por ellos mismos y sus familias, y por respeto a su profesión y a la camiseta que representan, a pesar de haber asistido a un nuevo acto de mendacidad del presidente, quien ni siquiera ha sido capaz de honrar su palabra empeñada y saldar la deuda de casi cinco meses (junio, julio, agosto, septiembre y desde el 20 del corriente, también octubre), de acuerdo a lo prometido en la previa del cotejo frente al "Camionero" (sólo se les acercaron 100 mil pesos, a repartir, el lunes último, de una deuda superior a los tres millones de pesos).

Tan cerca y, a la vez, tan lejos, no podemos ser otra cosa más que optimistas, por necesidad vital y en defensa propia.

Crucemos los dedos...


N. de R.: Al cierre de la presente y luego de la cena, el presidente se llegó hasta Luján, no con dinero, sino con documentos (cheques) con destino al plantel que se hallaba concentrado y aguardando noticias durante toda la jornada, aunque en una cifra muy inferior a la comprometida, lo cual fuera rechazado por el conjunto de los profesionales del Gallo.


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                          Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).

domingo, 15 de noviembre de 2015

Y quién te dice, Gallito...

Y en la última "bola" del encuentro, tras un envío aéreo desde la izquierda (el recurso predilecto de la visita, para poner en aprietos a una insegura última línea del Gallo), Juan Manuel García habría de ingresar libre de marcas, por el segundo palo, para "romperle" el arco a Carlos Morel y concretar el gol del campeonato de Brown de Adrogué, en el cuarto minuto de descuento de un empate en uno, que a esa altura parecía inamovible.

Sin demasiado tiempo reglamentario para más, el pitazo final de Lucas Di Bastiano desataría el festejo emocionado, aunque medido del "Tricolor", que se encontraba con el segundo ascenso a la "B" Nacional, en algo más de tres años, consumada la igualdad en cero entre Defensores de Belgrano y Estudiantes de Caseros.

Por el lado del Gallo, las noticias procedentes desde Olavarría y Luna, entre un "Camionero" y Riestra que se "mataron a goles" (con un resultado de 5 a 4, nada menos, en favor del primero), lo obligaban a ganar su encuentro, en los '30 minutos de cierre del campeonato, para conseguir el quinto lugar en las posiciones finales y, con él, asegurar la localía en el cotejo de cuartos del Reducido, frente al propio Barracas, cosa que finalmente ocurrirá el próximo miércoles, aunque a la inversa (luego de terminar sextos), en el "Claudio 'Chiqui' Tapia".

De entre esas imágenes del final, nuevamente "convidados de piedra" en festejo ajeno, aunque esta vez en propia "casa" (por vez primera en nuestra historia, tanto en el "viejo" como en el Nuevo Francisco Urbano), debemos extraer sin dudas, el gesto de hidalguía deportiva de nosotros mismos, al reconocer con el aplauso sostenido y sincero, los merecimientos del nuevo campeón de la categoría, pero también al mejor equipo de la temporada y, en particular, al técnico más respetado, humilde y de perfil extra bajo de la "B" Metro, como Pablo Vicó, ejemplo de trabajo fecundo y silencioso, sin estridencias ni declaraciones grandilocuentes, pero de inocultable eficacia en materia de resultados, en proyectos futbolísticos serios y a largo plazo.

Desusado y gratificante aplauso espontáneo y compartido, que fuera retribuido con inteligencia y moderación, desde el campeón, abreviando los festejos dentro del campo de juego, para extenderlos y desatarlos en la privacidad del vestuario visitante, sin dejar de mencionar el buen gesto de eximir con buen tino, al público del Gallo, del "trago amargo" de asistir a una vuelta olímpica extraña y a todas luces evitable.

En el caso del Deportivo Morón, debemos coincidir en que el quinto puesto, con ventaja de localía incluida, seguramente no habría de resignarse en este encuentro (de los "perdibles", en la previa, aún en el Oeste, dada la categoría relativa del rival y la urgencia de sus aspiraciones de ascenso en la fecha), sino más bien y por ejemplo, en la igualdad también en descuento, frente a Comunicaciones, o en el empate ante Flandria, ambos registrados en el Nuevo Francisco Urbano y con supremacía numérica, hallándose en ventaja parcial.

Del partido en sí, por estas horas poco menos que una anécdota, podría resumirse en que, un Morón nuevamente vulnerable e inseguro en defensa, habría de hallarse en temprana desventaja, casi desde el mismo vestuario (por el gol de Guillermo Pfund, a los '4 del primer tiempo), del cual resultaría capaz de reponerse, merecimientos mediante, con el tanto de Adrián Maximiliano Peralta (figura destacada del Gallo, un escalón por encima de Emiliano Mayola, Mauro Montenegro y Carlos Ramos), sobre los '16 de la etapa de inicio, para luego de un buen final de medio tiempo, replegarse demasiado en el complemento, permitiendo que la necesidades de campeonato del "Tricolor" le dominaran el escenario de las acciones y las intenciones, hasta llegar al cuarto minuto adicionado y el desnivel definitivo y festejado en Adrogué y el "Lorenzo Arandilla".

A partir de este momento, y más allá de todos los contratiempos institucionales de la hora, este grupo de jugadores, sumados al cuerpo técnico, tendrán la chance de ingresar en la historia grande del Gallo, jugándose su suerte y el balance final de una prolongada y complicada temporada, dentro y fuera de la cancha, cuando este miércoles, en Olavarría y Luna, den formal inicio a un derrotero futbolístico en el Reducido, ante Barracas Central (al que vencieran dos veces en el torneo, de local y visitante), y que a pesar de sus inocultables déficits y limitaciones, tanto individuales como colevtivas, sin embargo puede depositarlos (y por extensión, a todos nosotros), en una algarabía parecida a la observada este sábado, desde afuera, con algo de nostalgia repetida y mucho de "sana" envidia.

Once contra once, en noventa minutos, y en el marco de un campeonato tan discreto e irregular como el que ayer tocara a su fin, sin dudas que todo es posible.

Entre la esperanza y la realidad, ahí vamos..., optimistas por necesidad vital y en defensa propia.

Sólo resta que la dirigencia cumpla sus promesas del "estribo".

Y quién te dice, Gallito...


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                         Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).

viernes, 13 de noviembre de 2015

"Juez y parte", a cinco partidos del SUEÑO.

Luego del importante y necesario triunfo en Mundo, ante un complicado y necesitado Colegiales, el Gallo finalmente aseguró su clasificación al Reducido, y ahora será "juez y parte" en la definición del campeonato de la Primera "B", cuando este sábado a partir de las 17.30, reciba en el Nuevo Francisco Urbano, la visita de Brown de Adrogué, uno de los tres aspirantes al título, junto al líder, Estudiantes de Buenos Aires y a Defensores de Belgrano.

Sin espacio para relajarse, ni resguardar a sus titulares, el equipo de Blas Giunta procurará volver a sumar de a tres, en la 42° y última fecha de la temporada 2015, para consolidar su actual quinto lugar en las posiciones, sin depender de otros resultados, ubicación final que le permitirá gozar de la ventaja deportiva de la localía, en su primer partido del petit torneo por el segundo ascenso, y NO así la de acceder también a semifinales con sólo un empate, de acuerdo a una modificación al reglamento del campeonato, emitida 22 días más tarde de la publicación oficial del mismo (es decir, el 25 de febrero del corriente), y que pasara virtualmente inadvertida para todos los protagonistas principales e involucrados secundarios, incluidos nosotros mismos, los periodistas..., mea culpa profesional mediante.

Respecto del equipo que se despedirá de la fase regular del torneo, ante el Tricolor de Adrogué, que intentará dar la primera vuelta olímpica que registre el Nuevo Francisco Urbano (de hecho, en el viejo estadio, tampoco nadie lo hizo, a lo largo de su rica y gloriosa historia), el Deportivo Morón presentará dos cambios obligados, con relación al once de inicio frente a "Cole", dadas las ausencias de Cristian Broggi, quien llegara a la quinta amarilla, y de Damián Toledo, expulsado en Munro y sancionado con una fecha, los cuales serán reemplazados con dos regresos, tales las vueltas de Nicolás Gásperi en defensa, y de Cristian Lillo en el medio, luego de cumplir su jornada de suspensión por su expulsión con Flandria.

En definitiva, los once del Gallo que serán "juez y parte" en esta última fecha, el sábado desde las 17.30, con el arbitraje de Lucas Di Bastiano y la televisación en vivo de TyC Sports y "Pacífico TV Morón" (a través de su canal de YouTube), serán: Carlos David Morel; Carlos Alberto Ramos, Nicolás Miguel Gásperi, Jonathan Emiliano Iván Mayola (capitán), Ariel Otermín; Cristian Román Yassogna, Cristian Damián Lillo, Mauro Emiliano Montenegro, Adrián Maximiliano Peralta (cuatro amonestaciones); Víctor Leonel Altobelli (cuatro amarillas), Diego Alfonso Barrios Suárez.

Completarán el banco de suplentes, quienes habrán de reunirse en el estadio, una hora antes de la hora de comienzo del partido: Lisandro Daniel Mendoza, Maximiliano Ezequiel Jerez, Leonardo Martín Celín, Matías Pardo, Santiago De Ossa Tobón, Kevin López Arroyo y Junior Leandro Mendieta.

Mientras algunos socios e hinchas pensaron en realizar aportes monetarios voluntarios, para intentar "aliviar" una situación económica tan grave como indigna, para los integrantes del plantel profesional y la propia institución, en ausencia de soluciones "efectivas" de la dirigencia, en lo futbolístico, los protagonistas se abstraen de los problemas cotidianos, para comenzar a transitar un derrotero que podría depositarlos en la "gloria" deportiva del ascenso, a pesar del "infierno" repetido del día a día, en un club salvado de la deriva, por la voluntad y el tesón de unos cuantos.

Unos y otros, sin dudas, se merecen una alegría. Como los verdaderos hinchas quienes, desde hace más de 25 años, fantasean despiertos con una postergada vuelta olímpica.

A cinco partidos del SUEÑO.



Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                          Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).

domingo, 8 de noviembre de 2015

Ganó Morón y canceló su "deuda interna", dentro de la cancha. Ahora le toca a la dirigencia...

Ya desde el análisis previo, podía intuírse la importancia preponderante de la visita de Morón a Munro, no sólo desde lo formal y elemental, es decir, para intentar "abrochar" (de una buena vez), esa clasificación definitiva al Reducido, que parecía tan esquiva y que se había negado por errores propios, en dos oportunidades inmejorables, ante Comunicaciones, primero, y Flandria, más tarde, ambos en el Oeste y con trámites de partido casi "calcados", a pedir de las necesidades del Gallo.

Del mismo modo, también asomaba como una "prueba de carácter" tal vez decisiva, por múltiples razones futbolísticas y del "afuera", teniendo en cuenta, por una parte, el bajón pronunciado que evidenció el equipo de Blas Giunta, desde el final de aquella serie invicta de once encuentros consecutivos, dudas reflotadas en los últimos siete partidos (de los cuales, había ganado sólo uno y en tiempo cumplido, frente a Almagro) y que habrían de ponerse a prueba, nada menos que en un reducto históricamente incómodo, potenciado además por las urgencias matemáticas de un Colegiales, "trabado" en lucha centésima a centésima, en procura de mantener la categoría.

Por otra parte, y hacia ambos lados de la línea de cal, seguramente este plantel necesitaba reivindicarse y demostrar una vez más, como tantas veces a lo largo del presente año, que los eventuales triunfos, empates y derrotas, así como los vaivenes de rendimiento durante el campeonato, nada tuvieron que ver con el estado de crisis económico-financiera que atraviesa la institución y que, por estos últimos tiempos, hubo de agravarse de manera injustificable, con demasiadas "falsas promesas" y muy pocas evidencias "contantes y sonantes", del pago de cuatro meses y medio de sueldos atrasados.

Y sin embargo, en el cotejo más "chivo" de los últimos cuatro o cinco disputados, y en presencia del estado de orfandad dirigencial más grande, en materia de soluciones "efectivas", el equipo de Blas Armando Giunta sacó a relucir un "orgullo" de conjunto, con mucho de dignidad compartida y nobleza profesional y deportiva, para doblegar con justicia a un rival complicadísimo y en una situación futbolística límite, para sellar su clasificación al venidero Reducido y mantenerse "aferrado" a ese quinto puesto que, en cuartos de final del petit torneo por el segundo ascenso, implica la ventaja deportiva de jugar frente a su público (y NO así la de acceder también a semifinales, con sólo un empate, de acuerdo a una modificación al reglamento del torneo, emitida 22 días más tarde de su publicación oficial, y que pasara inadvertida para todos los protagonistas e involucrados, incluidos los propios periodistas... Mea culpa mediante).

Porque Morón fue elaborando de a poco, un triunfo tan importante como merecido, ante un Colegiales que por imperio de sus necesidades extremas y las facilidades conocidas de un terreno de juego diminuto, sólo pudo "arrinconar" al Gallito por escasos minutos, al comienzo de ambas etapas, para luego verse dominado en territorio y juego, por una visita ordenada, compacta y sólida desde su defensa.

En efecto, y contrariamente a lo ocurrido en partidos anteriores, el Gallo volvería a exhibir una última línea prácticamente infranqueable, con un gran rendimiento de los cuatro "del fondo", pero en particular de sus laterales, destacándose la saludable vuelta de Carlos Ramos por derecha, y fundamentalmente, otra actuación sobresaliente de Cristian Broggi, que aún con el perfil cambiado, se ha convertido en un valor insustituible y versátil, para el esquema defensivo de Giunta.

Mientras tanto, en el mediocampo, el regreso de Damián Toledo (expulsado en el descuento, por doble amonestación) a su posición original, como "patrón" del círculo central, le devolvería a Deportivo Morón ese control y predominio del sector, que había perdido notoriamente desde el encuentro con Fénix, en adelante, bien secundado por Mauro Montenegro, de importante despliegue y relevancia en los relevos, sumados al sacrificio y prodigalidad de siempre, de Cristian Yassogna, autor del gol del triunfo, a los '37 del primer tiempo, ingresando por sorpresa, por el segundo palo de una defensa "Tricolor", "entretenida y encandilada" por la jugada previa al centro, gestada por Leonel Altobelli, sobre el lateral izquierdo.

Con un Carlos Morel inseguro en los primeros envíos aéreos, y más tarde consolidado para "repeler" cualquier "fuego" adversario (salvo en una, en el segundo tiempo, que contaría con la "ayuda" inestimable del poste izquierdo), en ofensiva, con una mínima recuperación de Leonel Altobelli alcanzaría para mantener "ocupados y preocupados" a los defensores locales, con la buena noticia extra del regreso de Junior Leandro Mendieta, durante algunos minutos del complemento, aunque visiblemente disminuido, tras su lesión ligamentaria de rodilla.

En definitiva, y con el pitazo final de un correcto Martín Gonaldi, y la victoria final de Morón por uno a cero, frente a Colegiales en Munro, el Gallo dentro de la cancha "sacaría pecho", haciéndose cargo de su "deuda interna", en su "prueba de fuego" futbolística.

Ahora resta que, en la semana venidera, la dirigencia "recoja el guante" y se haga cargo efectivamente de la suya (de su "prueba de fuego" dirigencial), para cancelar también su "deuda institucional" con el plantel y cuerpo técnico.

Mezcla de obligación laboral, sin dudas..., pero también de justo reconocimiento.

Y no más excusas.


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                         Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).

sábado, 7 de noviembre de 2015

Entre licencias y "falsas promesas", el Gallo se juega su "suerte" en Mundo.

Tras una semana "movida", dentro del "Mundo Morón", con la confirmación de la licencia que habrá de tomarse el presidente de la institución, Diego Spina, tras la disputa del inminente torneo Reducido, el plantel y cuerpo técnico del Gallo afrontan los últimos dos compromisos de la fase regular del campeonato de la Primera "B", en medio de una de las crisis económico-financieras más profundas (sinó la más profunda de todas), desde la asunción de la actual comisión directiva, hace ya un año y medio.

Con nuevas promesas de pago incumplidas, para un plantel que registra un atraso salarial intolerable de cuatro meses y medio, y un Giunta y colaboradores que no cobran sus haberes desde hace dos meses y medio, además de un cuerpo médico cuyo último pago tuviese lugar hace diez meses y un club de fútbol profesional nuevamente sin kinesiólogos (los últimos, que habían arribado hace tres meses, jamás cobraron un peso y, lógicamente, también decidieron abandonar la institución), en lo deportivo, sin embargo, el equipo se halla a las puertas de asegurar su clasificación al Reducido, para lo cual deberá "rescatar" un punto de su peligrosa excursión a Munro, para visitar a un Colegiales urgido por sumar para zafar del descenso y, de paso, objetivo de máxima cumplimentado, también clasificar al petit torneo por el segundo ascenso y pegar un auténtico "batacazo".

Con relación al equipo que enfrentará al "Tricolor", este domingo desde las 11, con el arbitraje de Martín Gonaldi y la televisación en vivo de "Pacífico TV Morón" (a través de su canal de YouTube), Blas Armando Giunta dispondrá de dos cambios, ambos obligados, dadas las bajas de Cristian Lillo (expulsado en la igualdad ante Flandria y suspendido provisionalmente por el Tribunal de Disciplina) y de Federico Domínguez, marginado del once de inicio por una molestia muscular en la zona del pubis, quienes serán reemplazados por Carlos Ramos en defensa y Mauro Montenegro en el medio, registrándose asimismo, la variante posicional del regreso al círculo central de Damián Toledo (relegando inexplicablemente al banco, otra vez, a Nicolás Gásperi, quien junto al capitán Mayola, han constituido sin dudas, la mejor dupla central que pudo exhibir el Gallo, durante buena parte de la presente temporada).

En consecuencia, los titulares del Deportivo Morón que deberán afrontar una verdadera "prueba de fuego", procurando "abrochar" su clasificación definitiva, frente a Colegiales y sus urgencias, serán: Carlos David Morel; Carlos Alberto Ramos, Ariel Otermín, Jonathan Emiliano Iván Mayola (capitán), Cristian Jesús Broggi (cuatro amarillas); Cristian Román Yassogna, Damián Ezequiel Toledo, Mauro Emiliano Montenegro, Adrián Maximiliano Peralta (cuatro amonestaciones); Víctor Leonel Altobelli (cuatro amarillas), Diego Alfonso Barrios Suárez.

Completarán el listado de convocados, quienes pese a la promesa realizada por el presidente Diego Spina, a Blas Giunta, a posteriori del uno a uno ante el "Canario", no habrán de concentrar y se juntarán por la mañana, desde las 9, para desayunar en el estadio y luego partir rumbo a Munro: Lisandro Daniel Mendoza, Nicolás Miguel Gásperi, Maximiliano Jerez, Leonardo Martín Celín, Matías Pardo, Santiago De Ossa Tobón, Kevin López Arroyo y la vuelta de Junior Leandro Mendieta, uno de los cuales quedará marginado del banco de los suplentes,

Entre licencias presidenciales y "falsas promesas" (de pago, nuevamente incumplidas), este Morón en crisis se juega su "suerte", en Munro, ante un Colegiales necesitado de puntos.

Una auténtica "prueba de carácter", sin dudas, tanto dentro como fuera de la cancha.

Porque la "esperanza", en definitiva, será siempre lo último que de pierda... Aunque la "realidad" se empecine en desbaratarla.


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                         Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).

martes, 3 de noviembre de 2015

Sobre la licencia de Diego Spina, a su cargo de presidente.

Según fuentes oficiales y calificadas del propio club, luego de la probable participación del primer equipo en el torneo Reducido 2015 de la Primera "B" (clasificación que, matemáticamente, aún no se ha concretado, aunque se halla muy próxima), el presidente de la institución, Diego Spina, solicitará una licencia en su cargo, asumiendo en su lugar, de forma interina, el vicepresidente primero, Pablo Sauro.

Las razones que impulsaron a Diego Spina, a tomar la decisión de alejarse formalmente del Deportivo Morón, están fundadas en la incompatibilidad de funciones que habrá de registrar, como concejal electo por la futura oposición distrital (dada la derrota electoral del actual oficialismo comunal, durante las elecciones generales del último domingo 25 de octubre, y cuya intendencia cambiará de signo político, a partir del próximo 10 de diciembre), y sus responsabilidades como máxima autoridad del Club Deportivo Morón.

En ese marco, habrá que descartar también su pre-candidatura (anunciada públicamente, tiempo atrás), a un tercer período consecutivo como presidente del club, lo cual no implica necesariamente, que miembros de la actual conducción institucional no hayan de hacerlo, definición que, por estas horas, ha de quedar supeditada a futuras evaluaciones internas del propio oficialismo.

Algo que sí, se apresuran a subrayar con marcado énfasis, desde las mismas fuentes oficiales y calificadas de la propia institución, es que más allá de la inminente licencia del presidente Diego Spina, luego de la muy probable participación del primer equipo en el próximo torneo Reducido de la categoría (dentro de cuya Mesa Directiva, Spina reviste funciones de tesorero de la misma), no existe posibilidad de adelantamiento alguno de las elecciones para la renovación de autoridades institucionales, cuyos comicios se hallan pautados para mayo del año venidero, garantizándose la continuidad de la actual gestión hasta el final de su vigente mandato.


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                         Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).

lunes, 2 de noviembre de 2015

Así es muy difícil...

Ante la existencia de cualquier acto que revista interés público y, por ende, periodístico, resulta indudable y necesaria la concurrencia de dos tipos diferentes de enfoques, a la hora del análisis: por un lado, tendremos el hecho objetivo de la realidad, o el acto de interés público-periodístico en sí mismo, y por el otro, el "desagregado" analítico de las posibles razones, alcances y consecuencias del mismo, siempre desde la subjetividad humana inevitable de quien lo realiza.

De esta manera y sin ánimo de "clase magistral" alguna (aclaración ociosa y sin embargo válida, en presencia siempre de algunos "espíritus" susceptibles, más allá de los amigos lectores), el hecho objetivo de la realidad, dirá escuetamente que, este lunes por la tarde, en el Nuevo Francisco Urbano, el Deportivo Morón volvió a fallar en su intento de asegurarse su clasificación al torneo Reducido y, al mismo tiempo, hubo de defraudar una vez más las expectativas de su gente, tras empatar uno a uno con Flandria.

A pesar de haber tenido todo a su merced, en cierto momento del encuentro, para asegurarse los tres puntos en juego, como la ventaja a su favor (incluso sin merecerla, hasta ese momento, en el trámite del partido), y hasta contar con un jugador de más en el terreno, como para manejar los tiempos y especular con el nerviosismo rival, de no mediar otra vez (como la última vez en el Oeste, frente a Comunicaciones) una distracción colectiva inadmisible y terminar cediendo nuevamente dos puntos imprescindibles ante el "Canario", que lo hubiesen "metido de lleno" en la lucha por el segundo ascenso, a falta de dos fechas, y a pesar de haber jugado un muy pobre cotejo, ante un rival que hace ya largo tiempo que no pelea nada en el campeonato, a diferencia de Colegiales (descenso) y Brown de Adrogué (ascenso directo), nuestros dos próximos rivales antes del cierre.

Al mismo tiempo, la misma crónica superficial del empate con sabor a derrota, frente a los de Jáuregui, tampoco debería obviar la preocupación ante la repetición de otra actuación para un rápido y piadoso olvido, con rendimientos decepcionantes en todas sus líneas, en lo individual y colectivo, al punto de propiciar el dominio territorial y en el juego, de un equipo francamente limitado como el "Canario", y que sin embargo, habría de dominar al Gallo y generar los mejores "encuentros" y mejores desequilibrios, en especial durante el primer tiempo, y más aún, con un hombre menos, siempre se "sentiría" capaz (y lo transmitiría con claridad al "afuera") y con mejores armas para intentar ganar el partido.

Claro que, ese "rápido y piadoso olvido" del que hablábamos líneas arribas, hoy resulta imposible de aplicar en la práctica, para retemplar momentáneamente el ánimo del atribulado hincha del Gallito, que por estos días se plantea con amarga insistencia, si será por injusto designio divino u obra de algún karma antipático y repetido, que ante todo final de campeonato el rendimiento del equipo habrá de volver a "deshilacharse" inexorablemente, fecha tras fecha, hasta llegar a una eventual clasificación con posibilidades reales de ascenso, franca y decididamente "reducidas" al mínimo.

Y es allí, puntualmente, donde el relevo del hecho objetivo de la realidad, debe dar necesario paso a un tipo de análisis más pormenorizado, capaz de "bucear" un poco más allá de las "apariencias", e indagar en las posibles razones de un bajón notoriamente pronunciado, a falta de tan poco para alcanzar el ansiado primer objetivo de conjunto.

En este punto, resulta imposible de soslayar, la prevalencia y persistencia a lo largo del tiempo, de un elemento sustancial a la hora de un análisis "completo": y es aquél que, devenido del más elemental sentido común, advierte que resultará siempre complicado, por no decir imposible, pretender de manera sensata, que un grupo de "trabajadores" del gremio del futbolista, puedan acceder a logros trascendentes en su trabajo, mientras se le adeuden cuatro meses completos de sueldo.

Y no precisamente, por las razones que más de uno intuirá, en su enojo o desconfianza del momento, propia de poner en "tela de juicio" la honorabilidad y hombría de bien de un grupo de jugadores profesionales, que de haber querido "ir a menos" por la falta alarmante y repetida de pago, podrían haberlo hecho en cualquier otro momento, e incluso durante la totalidad del actual torneo, considerando que jamás, en toda la actual temporada, ese mismo conjunto de trabajadores del fútbol, hubieron de cobrar tan sólo un mes de sueldo, en su totalidad y en efectivo.

Por el contrario, en todo este proceso traumático de "empleo", poco feliz y por momentos hasta "tortuoso" para los involucrados y sus familias, en medio de una relación de confianza mutua desgastada y virtualmente fracturada por un incumplimiento reiterado hasta el hartazgo, este plantel ha visto pasar un auténtico "festival" de valores monetarios aplazados a futuro (llámese, cheques con fecha de pago diferida, algunos a varios meses mediante), así como la reiteración sistémica de promesas de pago, tan inciertas como el futuro global de la actual deuda.

Y sin embargo, en ese mismo lapso, y mientras muchos integrantes de este plantel, en absoluto silencio y apostando siempre al diálogo de partes (más allá de una única jornada de "huelga", en todo un año), han soportado infinidad de complicaciones domésticas, y han tenido que recurrir a familiares o amigos para cancelar obligaciones económicas elementales (e incluso a "usureros" particulares, con tal de "hacerse de efectivo fresco", mediante la entrega de cheques posdatados, a cambio de una "comisión" igualmente usuraria), han sido los responsables dentro de la cancha, de sostener un invicto de once partidos, como hacía una década no se registraba en el club, además de ganar clásicos y justificar muchos triunfos, más allá de sus limitaciones, dejando al equipo a las puertas de un quinto puesto, en claras muestras de profesionalismo, respeto por la institución y genuina nobleza.

Como sea, y más allá de exigencias futbolísticas puntuales, potenciadas por más de veinticinco años de frustraciones compartidas, entre las decepciones lógicas y repetidas del hincha, se "filtran" razones humanas de innegable influencia negativa, pero por obra del desgaste acumulado y la desmotivación deportiva y jamás por "malas artes".

Es decir, la sutil y trascendente diferencia, entre un simple empate con sabor a derrota con Flandria, y la relación de confianza mutua quebrada, dentro de un vínculo laboral lamentable, que por muchos momentos, tuvo más de "engaño" repetido que de "compromiso" asumido.

Y así es muy difícil.


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                        Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).


A asegurar la clasificación, frente al "Canario", en "duelo de aves".

Tras quince días sin fútbol, luego de las elecciones generales del último 25 de octubre, y de la programación del cotejo frente a Flandria, como cierre de la 40° fecha de la Primera "B", el Gallo regresa a la acción con el recuerdo del duro revés (en el 1-4 del resultado, pero fundamentalmente en el funcionamiento) ante Atlanta, en Villa Crespo, en procura de los tres puntos que lo clasifiquen definitivamente al Reducido y, de paso, le devuelva la "propiedad" exclusiva de un quinto puesto, de importancia vital para la posible definición de la "llave" de cuartos, y que luego de los resultados parciales de esta jornada, se halla momentánea y absolutamente "empardada" con Barracas Central (en puntos, diferencia de gol y hasta en tantos a favor).

Si bien en la última semana de entrenamiento (más precisamente, durante el ensayo de fútbol del viernes), Blas Armando Giunta sorprendiera con un cambio de esquema, con una línea de tres en el fondo (con el capitán, Emiliano Mayola de líbero, y Cristian Broggi y Ariel Otermín como stoppers), con cuatro volantes en el medio (con Damián Toledo y Cristian Lillo, en el "doble cinco"), Federico Domínguez un paso más adelante, "flotando" con mayor libertad, casi en función de enlace, y dos puntas arriba, para conformar un "dibujo" táctico de 3-4-1-2, finalmente el cuerpo técnico se inclinará por el 4-4-2 de costumbre, con Toledo en la zaga y Domínguez en el círculo central.

En cuanto a modificaciones nominales, un solo cambio registrará el equipo, respecto del once de inicio en Villa Crespo, el pasado 18 de octubre, con el ingreso de Adrián Peralta, desde el comienzo, en lugar de Jonatan Páez, quien seguramente ocupará un lugar entre los suplentes. Asimismo, en ofensiva, Diego Barrios Suárez volverá a acompañar a Leonel Altobelli, a pesar de hallarse en duda durante buena parte de la semana previa, a consecuencia de arrastrar una sobrecarga muscular, que sin embargo, no lo marginará del primer equipo.

En consecuencia, los once de Morón que recibirán a Flandria, en el Nuevo Francisco Urbano, este lunes a partir de las 15, con arbitraje de Carlos Stoklas y la televisación en vivo de "Pacífico TV Morón", a través de su canal de YouTube, serán: Carlos David Morel; Cristian Jesús Broggi (cuatro amarillas), Damián Ezequiel Toledo, Jonatan Emiliano Iván Mayola (capitán), Ariel Otermín; Cristian Román Yassogna, Cristian Damián Lillo, Federico Domínguez, Adrián Maximiliano Peralta (cuatro amonestaciones); Víctor Leonel Altobelli, Diego Alfonso Barrios Suárez.

Integrarían el banco de relevos (sin confirmación), completando un listado de convocados que habrán de reunirse en el estadio, a la espera del partido: Lisandro Daniel Mendoza, Carlos Alberto Ramos, Nicolás Miguel Gásperi, Mauro Emiliano Montenegro, Jonatan Páez Carate, Santiago De Ossa Tobón y Kevin López Arroyo.

Al margen, mientras se aguarda por la recuperación de Junior Leandro Mendieta, de su distención ligamentaria de rodilla, de cara al venidero Reducido, en la última semana se produjo una muy buena noticia para el plantel, cuerpo técnico y todo el "Mundo Morón" en general, como lo fue el regreso a los entrenamientos "formales" de Javier Emanuel Pérez, tras superar afortunadamente, su grave lesión de ligamentos cruzados de rodilla derecha (sufrida en el 0-2, ante Deportivo Armenio, en la primera rueda) y su posterior intervención quirúrgica, allá por mayo de este año.

Por la clasificación definitiva al Reducido, en el Nuevo Francisco Urbano, el Deportivo Morón apuesta a asegurar su participación y a recuperar el quinto puesto en "soledad", a tres fechas del cierre del campeonato.

En "duelo de aves", que el Gallo sea más que el "Canario", para que en el Oeste, comience a soñarse exclusivamente y de pleno derecho, con un final de temporada a puro festejo.

Pero primero, lo primero.


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                         Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).