sábado, 11 de mayo de 2024

No para de "superarse"...

Morón jugó otro mal partido, sin ideas, ni fútbol, ni mucho menos profundidad y apenas rescató un empate a cero, en su "reencuentro" futbolero con Gimnasia y Tiro, en el Oeste, un conjunto salteño que mereció mejor suerte y de no mediar su falta de "puntería" frente al arco, sumados a un par de buenas intervenciones de Juan Martín Rojas y un "palo" a favor del Gallo, pudo quedarse con los tres puntos, ante una defensa local que volvió a ser un desconcierto total y que una vez más quedó con uno menos, durante la última y "soporífera" media hora de juego.

Con el ingreso como titular de Emilio Lazza, como segundo marcador central, en lugar del suspendido Facundo López (corriéndose Agustín Gómez como zaguero por derecha) y la oportunidad desde el arranque para Patricio Núñez, por Mauro Schönfeld, para sumarse al medio de "buen pie", de Gastón González y Juan Manuel Olivares, y de esta manera, con Ezequiel Rescaldani más sólo que "Kung Fu", para "lidiar" con la línea de cinco visitante, el planteo confirmó en el campo de juego, las dudas que había despertado en la previa, al conocerse la formación, porque en definitiva, con un volante creativo más, el equipo siguió carente de ideas colectivas y apenas si remató al arco contrario en un par de ocasiones en cada tiempo, en el contexto individual y colectivo de uno de los partidos más pobres en el campeonato, asimilable al también empate en cero con Deportivo Madryn, en el mismo Nuevo Francisco Urbano.

En un primer tiempo flojo y sin emociones, pero que a la luz de lo hecho en el complemento, por lo menos hallaría contados buenos encuentros entre los medios del Gallo, sumado a un cabezazo de Rescaldani, que exigiera al arquero del "Albo" salteño, las chances más claras de gol las tendría la visita, que en cada contragolpe encontraría tantas ventajas juntas y "gratuitas", entre la nula contención en el medio y el retroceso siempre errático de los defensores, que de no mediar, Rojas, su poste izquierdo y en especial, el repetido error en la toma de decisiones de los delanteros de Gimnasia y Tiro, y su escasa "puntería", el "Millonario" salteño debió irse en ventaja al entretiempo.

Ya en el complemento y con la misma tónica en el desarrollo de un partido para el "bostezo", Fabián Nardozza mandaría al campo de juego (en pésimo estado, una vez más, pero eso no justifica la incapacidad para dar dos pases seguidos con acierto) a Santiago Sala, procurando darle un poco más de compañía a Rescaldani y que el "canterano" lograse convertirse en el "revulsivo" ofensivo que Patricio Núñez no supo ni pudo ser, evidentemente de mejor desempeño ingresando desde el banco, que desde el minuto cero.

Sin embargo, la expulsión evitable de Emilio Lazza, a los 16' de la segunda etapa, primero por "agarrarse" en el área contraria con un defensor visitante (demasiado estricto, Juan Pablo Loustau, pero ajustado al reglamento) y apenas unos minutos más tarde, por salir demasiado lejos a anticipar de cabeza e impactar con el brazo a un jugador visitante (falta "pava", pero de sanción irreprochable), otra vez y por segundo partido consecutivo, Morón volvería a quedarse con uno menos y a complicarse sólo, un trámite de partido que ya lo tenía complejo once contra once.

Pese a ello, en los minutos siguiente se vería lo mejor del Gallo en toda la tarde, apretando a su rival contra su arco, sin ideas, pero con vergüenza deportiva, generándole el poco de zozobra que soportara el visitante, en su debut en el Nuevo Francisco Urbano, aunque exponiéndose a contras salteñas, una más clara que la otra, y que a excepción de una notable atajada de Juan Rojas, el visitante se encargara de dilapidar todas y cada una, para fortuna de un Morón que, por si fuera poco, estaba "fundido" físicamente, por correr con diez durante media hora, más el agregado.

El cero a cero sin dudas que "califica" y preocupa en un equipo que, creyendo haberlo visto en su peor versión futbolística, no para de "superarse" semana a semana.


@elgallogustavo.


      📸: Eduardo Fabián Acuña.


sábado, 4 de mayo de 2024

La "modorra" santiagueña, la "sacudió" el protagonista menos pensado

Morón manejaba el trámite del partido, era superior a su rival (en los términos ya conocidos, de un Gallo muchas veces de toque repetido, intrascendente y muy escasa profundidad) y dentro de la "humildad de conjunto", de un encuentro de "vuelo bajo" y sin relieve, merecía un poquito más que el cero a cero, hasta que al regreso del entretiempo y a medida que Mitre demostraba su incapacidad para torcer el rumbo, al igual que sucediera tiempo atrás, en Rafaela (expulsó a Brian Machuca, por una falta inexistente en el complemento, cuando Morón lo ganaba bien y era muy superior), comenzaría el  "unipersonal" de. Alvaro Carranza, el árbitro cordobés en Santiago del Estero.

Primero a los 23 del segundo tiempo, con la expulsión, en este caso irreprochable de Facundo López, que intentando enmendar otro retroceso defensivo inadmisible del equipo de Fabián Nardozza, máxime ante un pelotazo previsible (el único recurso exhibido por los locales durante toda la tarde) desde la mitad de cancha, con destino al único punta en cercanías del área de Morón, el reiterado e inexplicable adelantamiento de sus compañeros de zaga, incluido el propio Lopéz y ya superado en velocidad por Franco Posse (el "9" de Mitre), para buscar el "cara a cara" con Juan Martín Rojas, con más desesperación que "timming", lo cruzaría duro desde atrás, en una acción prometedora de gol. Roja directa (otra más, para un López que juega muchas veces expuesto, por errores propios y ajenos) y el partido que empezaba a complicarse, en este caso por razones reglamentarias valederas.

La segunda expulsión de la tarde santiagueña se prodiciría casi a los 40 minutos del complemento, pero minutos antes, un par de hechos previos podrían encontrar explicaciones posibles, aunque no atendibles ni justificables, al cierre del "unipersonal" arbitral de Carranza.

Así las cosas, a los 11' de la misma etapa complementaria, Matías Romero reemplazaría a un inconexo Mauro Schönfeld y sobre los 33', otro buen ingreso de Patricio Núñez por Ezequiel Rescaldani, (con una sola opción de gol en el primer tiempo y siempre lejos del arco, como en sus peores momentos de la pasada temporada), harian que la supremacía posicional de Morón obtuviera más "picante" en los metros finales locales, tanto es así que en un puñado de acciones bien verticales de Núñez, abierto y "suelto" por la banda diestra, para luego "recortar" hacia el centro, dejaría en posición de gol a varios de sus compañeros, como Gonzalo Berterame y en especial al formoseño Romero, con las dos más claras, una de cabeza bien resuelta por el arquero y la otra ingresando solo por derecha, mal definida, al cuerpo del "1" de Mitre, Luciano Jachfe.

Con ese poquito, más una acción increíble desperdiciada por Juan Manuel Olivares, en la primera parte, un remate desde su propio campo de Gastón González, en el complemento, apenas desviada y aprovechando el adelantamiento del golero, a las cuales podría sumarse una doble acción, con dos potenciales infracciones dentro del área local, una a Romero (no pareció penal) y la segunda a Nicolás Henry (dudosa, pero sin embargo sancionable), y cuando en definitiva, Mitre no daba "señales de vida" y Morón parecía más cerca del triunfo con un jugador menos, a los 39 del segundo tiempo, en una acción sin consecuencia alguna y en "tres cuartos" del terreno local, el árbitro (de frente a la jugada) creyó ver un "codazo" de Matías Romero y dejaba al Gallo con dos menos, a falta de cinco minutos más el agregado.

En rigor de verdad, jugadas como la referida (a veces imprudentes, es muy posible) existen de a decenas en cada partido y salvo intervención de un asistente mejor ubicado (esta fue casi en mitad de cancha) o la asistencia del VAR en Liga Profesional, hay que estar muy convencido para sancionarla con tamaño rigor y sin ningún lugar a dudas. O en el caso de futuros refuerzos, al igual que en el caso de los defensores en el área, los clubes deberán plantearse seriamente contratar futbolistas amputados de sus extremidades superiores, para evitar este tipo de interpretación arbitral, ante un jugador que natural e instintivamente salta de espaldas con el brazo extendido, no sólo para ganar impulso, sino para evitar el golpe artero del defensor que viene de frente.

Como sea, aún con dos jugadores menos, lo de Mitre fue tan, pero tan pobre, que colaboró con un Morón que no debió sufrir en los minutos restantes, más allá de errores propios, como en la expulsión de Facundo López y en los condicionamientos que generan demasiados árbitros, en especial en plazas del interior, tradicionalmente "complejas", como lo es Santiago del Estero y en particupar, el modesto estadio de Mitre, club de fuertes e inocultables vínculos con el poder concentrado de AFA y el Colegio de Árbitros.

En este punto, no equiparemos posibles actos imprudentes propios del juego y la interpretación arbitral, con ser incautos respecto de "aquellos" que se "equivocan" adrede y digitan desde la "rosca" político-futbolera, muy ligadas desde siempre y más desde 2022, en el predio de Ezeiza.

Punto que vale, más como prueba de carácter, que por lo demostrado en el juego. 

En Santiago del Estero, la "modorra" de la tarde la "sacudió" el protagonista menos pensado.


@elgallogustavo.



      📸: Deportivo Morón.