domingo, 15 de febrero de 2015

"Desamorado" San Valentín: debut, decepción y después...

Demasiada espera y expectativa previa, para tan poco...

En una hermosa tarde de "San Valentín", en el Nuevo Francisco Urbano, el Gallo y el "Charro" demostraron muy poco "amor" por el balón y debutaron en el campeonato de Primera "B" 2015, con una igualdad en uno tan pobre y deslucida, que tras la lectura de la presente crónica, resulta terapéuticamente indispensable, comenzar a olvidar rápidamente sus decepcionantes alternativas.

Con un once de inicio en cancha, muy similar al de la última cita oficial en el Nuevo Urbano, allá por noviembre del año pasado, frente a Sportivo Italiano, por la jornada de cierre del anterior torneo, el resultado no podía resultar muy diferente al paupérrimo "espectáculo" soportado en aquella tarde, consabidas las limitaciones de un Morón sin variantes, ni volumen de juego, fundamentalmente en ofensiva.

Bajo las premisas fundacionales de Blas Armando Giunta, de priorizar el cero en el arco propio y el orden táctico en todas sus líneas, el Deportivo Morón volvería a caer en su propia "trampa" sistémica, puesto que, errores individuales al margen, en lo colectivo, el equipo repetiría una actuación apocada y contenida desde lo estratégico, con jugadores limitados a defender, sin importar el sector de la cancha, y obligados sólo a salirse momentáneamente del "libreto" en desventaja, por imperio de la búsqueda del empate.

El primer tiempo, sencillamente, habría de transformarse con el correr de los minutos, en un auténtico "bodrio" (y que nadie se ofenda con la verdad, por favor). Sin zozobras en el fondo, producto de una visita que sólo opondría un punta definido, el Gallo jamás encontraría los caminos que conducían al arco defendido por Rodrigo Llinás, tanto es así que apenas un remate desde afuera del área, de Leonel Altobelli, y un tiro libre malogrado por Cristian Yassogna, desde buena posición, resultarían las aproximaciones más serias de un Morón, que extrañaría demasiado la cuota de fútbol de Gerardo Martínez, y que comenzaría a mirar "de reojo", a los refuerzos sentados entre los suplentes, en especial a los ofensivos, como el retornado, Diego Alfonso Barrios Suárez.

Sin claridad alguna en el medio, ni desbordes por la puntas, el equipo de Giunta se vería obligado a recurrir (y abusar) del pelotazo frontal, en la búsqueda de un Leonel Altobelli que gana en velocidad, pero pierde en función de pivot, de espaldas al arco, y de un Cristian Yassogna que continúa partiendo desde muy atrás, esterilizando su faz ofensiva y obligándolo a correr mucho, aunque de manera francamente improductiva.

Así las cosas, con dos puntas asistidores, pero jamás referencias de área, aquellos pelotazos desde el fondo, parecían buscar a la sombra omnipresente de un "9" histórico, hoy a cientos de kilómetros de distancia del Oeste, dentro de un Morón casi idéntico al del torneo pasado, aunque, claro está, sin Damián Akerman preocupando a los defensas rivales.

En el complemento, y al cabo de una jugada intrascendente, en su primera llegada con peligro hasta el arco de Sebastián Peratta, un "Pablito" Rodríguez que siempre nos complica con la camiseta del "Charro", habría de quedar mano a mano con el golero del Gallito, forzando una atajada monumental del "Flaco", de cuyo rebote el mismo enganche del "Depo" habría de tener revancha, en este caso abortada sobre la línea, por Emiliano Mayola (a la postre y como el torneo pasado, lo más regular de Morón, junto a Rodrigo Lemos), para que en definitiva y en una tercera instancia, el balón quedase "mansito" a disposición de Leandro Rodríguez y "la Bomba", el ex Morón..., la mandara "a guardar" para la ventaja inicial de la visita... Sisi..., ya lo sabemos..., cosa de NO creer.

Con la desventaja parcial, el Deportivo Morón debería abandonar todas sus contenciones tácticas y sus paradojas estratégicas, para lanzarse en procura de un empate que, por fortuna, llegaría a los pocos minutos y merced a la incursión ofensiva del "delantero" más punzante y desequilibrante del Gallo: Rodrigo Lemos, el lateral derecho del conjunto de Blas Giunta.

En efecto, tal como sucediera durante el pasado torneo, otra "patriada" en ataque del uruguayo, finalizaría con otro penal a favor del Gallito, gracias al atrevimiento ofensivo de Lemos, como a sus innegables dotes teatrales y condiciones innatas para la interpretación dramática. Penal abonado por Pablo Giménez, árbitro del encuentro, y Damián Toledo que lo cambiaría por gol, para desatar el primer grito del campeonato.

De allí en adelante, y a partir de los ingresos de Diego Barrios Suárez, Lucas Nanía y el joven, Junior Mendieta, se verían los pocos y mejores minutos de "adrenalina" de un opaco Morón, lapso durante el cual contaría con dos chances claras para ganar el partido, una en los pies de Altobelli, salvada en la línea por Cristian Biglia, y la restante desde un "zapatazo" a distancia de Yassogna, desviado al córner, no sin esfuerzo, por Rodrigo Llinás.

Y sin embargo, cuando todo hacía preveer la posibilidad de quedarse con los primeros tres puntos, a pesar de la limitaciones y confusiones propias, una vez más, y como también ocurriese en el pasado reciente, Morón no sería capaz de sacar debido provecho, de una circunstancia favorable de juego, como lo es la superioridad numérica, durante poco menos de media hora de juego.

Tras la expulsión de Biglia, en la visita, por doble amarilla, el Gallito jamás volvería a generar una sola ocasión manifiesta de gol, a pesar de los arranques de un sorprendente, Junior Mendieta, quien ofrecería una imagen de inicio saludable, con pincelazos de habilidad y sobre todo, de desfachatez para encarar con decisión al arco rival; así como de un Barrios Suárez activo y movedizo, con las virtudes conocidas de siempre, aunque demasiado solo en los metros finales del campo, para bajarle pelotas a aquella "sombra" omnipresente del pasado, con Altobelli en otra "sintonía" y Yassogna absolutamente desgastado de prodigarse en vano.

Con el pitazo final de Pablo Giménez, un tibio aplauso de cierre del público del Deportivo Morón, sintetizaría la decepción ante un rendimiento para el olvido, aunque con la renovación implícita de un "crédito" abierto, por tratarse de una primera fecha.

En definitiva, y con mucho por corregir en adelante, un dato objetivo de la realidad, en principio desfavorable, puede obrar a favor de la esperanza en un futuro mejor: de aquí en más, y que nadie se ofenda, por favor..., resultará realmente difícil, igualar e incluso "superar" tal producción, para jugar aún peor que lo hecho en esta "desamorada" tarde de "San Valentín", en el Nuevo Francisco Urbano.

Confiamos en ese futuro mejor, Morón. Y en que esta historia de 42 episodios, recién comienza.

Ahora vamos con fe, por el capítulo dos.



Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario