Al término del primer tiempo, Morón se imponía 1 a 0 en Río Cuarto y accedía a la primera posición en la tabla, junto a Almirante Brown, que por entonces igualaba con Defensores en el Bajo Núñez.
Sin embargo, en el complemento, el Gallo equivocaría todos los caminos y dejaría de hacer lo que mejor le sale: defenderse con la pelota y buscar definir el partido de contra, para refugiarse demasiado cerca de su última línea, hacer todo el tiempo posible desde su arquero y resignar cualquier pretensión ofensiva, incluso antes de quedarse con un hombre de menos, tanto es así que en el segundo tiempo, Morón no registraría llegadas de riesgo sobre el arco de Estudiantes de Río Cuarto.
Con la vuelta de Nicolás Henry, en lugar de Facundo Leiva, la ausencia obligada de Damián Adín (que ante Defensores llegara al límite de tarjetas amarillas) reemplazado por Pablo Calderón y el regreso, tras su desgarro, de Brian Orosco por Santiago Kubiszyn, Morón se mostraría contundente en los primeros 45', llegando en tres ocasiones y conviertiendo el gol de la ventaja inicial, a los 26' de la primera etapa, luego de una buena recuperación en tres cuartos y una mejor habilitación de Orosco, para que dentro del área, Leo Ramos vuelva al gol tras largo tiempo, definiendo con jerarquía, de derecha y de "cachetada", para superar el achique del arquero y poner en ventaja a la visita, que justificaría la diferencia por su inteligencia y profundidad, más que por su mejor juego.
Antes de eso, un remate de Henry, pisando el área, se perdería apenas sobre el travesaño y un cabezazo de Calderón, sobre el segundo palo, se escaparía apenas ancho por el poste opuesto, luego de un tiro de esquina de Santiago Coronel.
Estudiantes de Río Cuarto, como contrapartida, sólo acercaría algo de peligro con pelotas paradas y centros cruzados, que en un puñado de ocasiones generarían un par de respuestas para el aplauso de Bruno Galván, principal sostén de la victoria parcial de Morón, al término de un primer tiempo sin brillantez, pero trabajado con criterio y definido con contundencia.
Ya en el complemento, de manera inexplicable, el equipo de Fabián Nardozza dejaría de hacer lo que mejor sabe, que es manejar la pelota lejos de su arco y buscar defjnir el pleito de contra, para dejarse "arriar" contra Galván, por un local con muchas ganas y coraje, pero casi sin ideas, que el propio Morón dejara "agrandar", cedièndole balón y terreno para que probase una y otra vez, con envíos aéreos, a una defensa visitante que no se caracteriza por su solvencia ante los intentos en la "cancha de arriba".
Cuando Morón parecía empezar a aquietar a su rival, dos jugadas terminarían por desencadenar el desenlace posterior: primero, una mano inexistente cobrada por Emanuel Ejarque, cuando Gonzalo Berterame emprendía un contrataque con "aroma" a segundo gol y sobre los 20' de la etapa final, el "manotazo" innecesario de Leo Ramos, que determinaría su segunda amarilla y con ella su lógica expulsión.
Apenas seis minutos más tarde, de un centro desde la izquierda y un rechazo defectuoso, Gastón Arturia vencería la resistencia de Bruno Galván, con un remate fuerte y contra el palo derecho del "1" de Morón, para igualar la cuenta y darle un empuje extra, a un Estudiantes "agrandado" por su público, los fallos de un Ejarque localista y fundamentalmente, un visitante que resignaría por completo su esencia y se limitaría a "aguantar" el partido cerca su defensa.
Como era de esperar, a falta de diez minutos para el final, Luis Silba cambiaría por gol, un penal a pedido del local y del árbitro del encuentro, por una mano evitable de Kubiszyn, con un remate seco y pegado al poste diestro de Galván, que adivinó la intención, pero no pudo meter el "puñetazo" que desviara el destino de red del remate.
Entre multiplicidad de tarjetas amarillas y quejas dentro y fuera de la cancha, Morón se iría de Río Cuarto con las "manos vacías", por cambiar su "libreto" habitual, de búsqueda permanente y en cualquier escenario, para adoptar el camino de hacer tiempo y "regalar" la iniciativa, el terreno y la pelota a su rival, algo que no siente y que jamás le generara dividendos en las 30 fechas precedentes.
A cinco de Almirante, con otros tantos partidos por delante, el Gallo se quedó sin margen de error para seguir en la lucha por el primer puesto, con All Boys en el horizonte más cercano.
En Córdoba, Morón renegó de su esencia, lo pagó caro y perdió una gran oportunidad.
A recuperar la memoria con el "Albo".
@elgallogustavo.
Por mas que la AFAna le den todo a almiranta lo vamos a alcanzar, quedan 15 puntos, vamos Gallo!!!
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