lunes, 17 de febrero de 2025

"Bienvenidos al tren"...

En el regreso oficial de Walter Otta, al Nuevo Francisco Urbano, nuevamente a cargo del banco del Gallo, Morón consiguió una justificada, laboriosa y convincente victoria, la primera del campeonato, frente a un duro Central Norte de Salta, por la segunda fecha del "extra large" torneo de la Primera Nacional.

Ratificando los alentadores indicadores de la jornada inicial, en el empate a uno, con "sabor a poco", frente a Almirante Brown en Isidro Casanova, el Morón de Otta justificó el triunfo en la etapa complementaria, luego de un "trabajoso" y parejo primer tiempo (a la inversa de lo ocurrido hace una semana, en el "Fragata Presidente Sarmiento", donde la mejor versión del Gallo se viese en la etapa inicial), confirmando la idea de juego que el cuerpo técnico pretende de este equipo, pero además, agregándole un "componente" necesario e inexistente en la pobre temporada 2024: el desequilibrio individual, sumado al buen manejo del balón y las interesantes "sociedades" colectivas, que permitieran a Morón, casi en el epílogo de la primera mitad, conseguir "destrabar" y empezar a ganar un partido parejo y disputado, frente a un duro Central Norte de Salta, merced a la jerarquía individual de sus protagonistas.

Con los ingresos de Franco Lorenzón, el autor del gol el Casanova, por el lesionado Matías Cortave, del retornado Santiago Kubiszyn por Matías Ballini (también con alguna "nana" muscular, propia de estos primeros partidos) y el uruguayo Fabricio Sanguinetti en lugar del suspendido Jonathan Berón (expulsado ante Almirante), Morón no vio resentirse su fisonomía de equipo, dominando el balón y prevaleciendo en las acciones, ante un aguerrido y batallador Central Norte, un "Cuervo" salteño con Emmanuel Giménez como "estandarte" en su mediocampo, tan vigente como aquél campeón 2017 con la casaca del Gallito.

Dentro de una primera etapa sin emociones, ni sobresaltos para Julio Salvá, Morón hilvanaría las mejores opciones, sin demasiada profundidad, hasta que a los 39' de la etapa de inicio, Fabricio Sanguinetti desbordara por la banda izquierda y con un buen centro, a media altura y al segundo palo, permitiese la llegada goleadora de Yair González, a quien el Nuevo Francisco Urbano parece sentarle bien y en especial, en el arco que da espaldas a la parcialidad local, para empujarla al gol y poner arriba a Morón, cuando el trámite del partido se había tornado tan parejo como complejo.

Ya en el complemento, con la tranquilidad de la diferencia parcial, Morón cedió por momentos la tenencia del balón, para que la necesidad de la visita le abriera espacios al contragolpe letal, con Mariano Bíttolo, capitán y cada partido más preponderante para el conjunto, bien acompañado por "los González", el mencionado Yair y Gastón, la presencia siempre inquietante de un Costantino que obliga y desgasta a sus rivales, más el "picante" y la velocidad de Sanguinetti.

Como contrapartida, Central Norte recién a los 35' del complemento arrimaría algo de peligro, a una sólida defensa local, con laterales seguros en la marca y dispuestos siempre a sumarse en ataque por sorpresa (con un mejor partido de Juan Manuel Cabrera, por derecha, a la inversa de lo sucedido en Casanova, con un mejor rendimiento de Joaquín Livera por la banda opuesta) y dos zagueros sin fisuras, efectivos tanto de arriba como de abajo, con un rendidor Lorenzón y un buen partido de Nahuel Zárate, más la tranquilidad que genera Julio Salvá en el arco, de escaso trabajo en la calurosa tarde del Oeste.

Con el paso de los minutos, y pese a que la visita podía manejar la pelota, pero no generar peligro, el resultado "corto" imponía el "refresco" de protagonistas desde el banco de los suplentes, para reemplazar a jugadores progresivamente extenuados como Bíttolo, Yair y Gastón González, Costantino y Sanguinetti, aciertos tácticos del cuerpo técnico, visto los rendimientos determinantes para el resultado final del encuentro, de Thiago Lauro, Emiliano Franco, los debutantes Renzo Reynaga y Facundo Báez, más el regreso de Franco Disanto, todos recambios oportunos y decisivos.

Salvo un remate desde afuera de Santiago Rinaudo, el "7" de la visita, Central Norte no conseguiría transformar sus ganas en acciones de riesgo frente al arco de Salvá, mientras cada contragolpe comenzaba a desmoronar las últimas defensas salteñas, como en aquella jugada individual de Reynaga, que tras eliminar con un "caño" a su marcador, rematase con violencia al palo diestro de Alan Gonzalez, el arquero del "Cuervo", evitando con una gran atajada, lo que hubiese significado un auténtico golazo, para una gran presentación del ex Estudiantes de Río Cuarto.

Cuando el partido parecía extinguirse con la ventaja mínima para el Gallo, el pibe de Argentinos Juniors, Facundo Báez, armaría un auténtico "jugadón", desde la banda izquierda del ataque, con un hermoso regate y "recorte" hacia el centro, "bicicleta" incluida, para buscar el espacio y rematar al arco, de cuyo rebote Emiliano Franco, en posición de centrodelantero, habría de capturarlo para impulsar el balón y definir el pleito, en el primer minuto de tiempo agregado, por un correcto arbitraje de Lucas Cavallero (en su "primera vez" con el Gallito).

Y hasta hubo tiempo para alguna contra más, hasta que el pitazo final sentenció la suerte de unos y otros, desatando la algarabía de la multitud de Morón, "rompiéndose" la palmas de las manos en los aplausos, en dirección al campo de juego, pero con la mirada y el corazón puestos en el banco de los suplentes.

Ganó Morón, su primer partido en el torneo, en el regreso oficial de Walter Otta al Nuevo Francisco Urbano, una vez más, como técnico del Gallo.

Y la ilusión, cada semana, se confirma y consolida un poquito más.

Hay cuerpo técnico, hay equipo y sobra hinchada. 

"Bienvenidos al tren", de una esperanza, llamada Deportivo Morón.


@elgallogustavo.



       📸: Eduardo Fabián Acuña.


lunes, 10 de febrero de 2025

"Punto" de partida

Auspicioso y prometedor debut del Gallo en la temporada 2025, tras la enorme decepción de la campaña pasada.

En el esperado regreso oficial de Walter Nicolás Otta y su cuerpo técnico, luego de casi siete años de melancólica y añorada ausencia en el banco de los suplentes, Morón se llevó un punto con "sabor a poco" de su "clásica" visita a Isidro Casanova, en una primera fecha "heavy", para poner a prueba un equipo "nuevo" casi por completo.

En efecto, del once inicial, sólo Gastón González "sobrevivió" al "apocalipsis" futbolero de un magro 2024 y sin embargo, el Gallo mostró un funcionamiento que ilusiona, con las previsiones lógicas de un debut absoluto, en especial durante la primera etapa, donde marcara la diferencia mínima en el resultado, que desde lo colectivo e individual en muchos de sus nuevos protagonistas, implicaría una ventaja más amplia, frente a un Almirante de Fabián Nardozza, "reducido" a la mínima expresión por la visita y frente a su gente.

Con el retorno de Julio Salvá, en el arco, una línea de fondo totalmente remozada, con Juan Manuel Cabrera como lateral diestro, la vuelta de Matías Cortave y Nahuel Zárate en la zaga, más Joaquín Livera por izquierda; el referido Gastón González sobre la banda diestra, Matías Ballini en el círculo central y Mariano Bíttolo en rol de interno zurdo, sumados a Yair González un poco más adelantado e Ivo Costantino por el centro y Jonathan Berón "obligando" por izquierda, en la ofensiva de Morón, el equipo de Otta rápidamente se impondría en el trámite por mejor manejo de la pelota y juego asociado, mientras el local apostaba a sus individualidades de regreso, como el "Gurí" Diego García en la creación y los centros y el "Pomelo" Santiago Vera en la definición, precisamente la "dupla" que "rescataría" el punto para "La Fragata", en el segundo tiempo.

A los 19 minutos de la etapa inicial, una lesión muscular dejaría prematuramente al Gallo, sin un experimentado en la zaga, como Matías Cortave, ingresando Franco Lorenzón en su reemplazo, un joven marcador central diestro a préstamo de San Lorenzo, que supo tenerlo Walter Otta en Estudiantes de Caseros y en la pasada temporada se destacara en Deportivo Merlo, en la Primera "B" Metropolitana.

Sin demasiadas acciones de riesgo frente a los arcos, Morón tenía mejor manejo del balón y de a poco, comenzaría a "desnudar" las flaquezas defensivas de Almirante, con dos delanteros de características diferentes, pero que obligaban por igual a la defensa local, con buenas presentaciones de Costantino y Berón, bien asistidos por la "sociedad de los González" (Gastón y Yair por derecha) y los buenos encuentros de Livera y Bíttolo por izquierda, este último siempre dando indicaciones y ordenando a sus compañeros dentro del campo de juego.

A los 25' de la etapa inicial, de un tiro de esquina de Livera (el nuevo "dueño" de las "pelotas paradas") desde la izquierda, sobre el segundo palo, Franco Lorenzón se anticiparía con la punta del botín, a su marcador, para silenciar a todo Casanova, con una ventaja que el Gallo merecía, no tanto por lo generado frente al arco contrario, pero sí por lo gestado en todas sus línea, muy superior a un Almirante confundido e impotente.

Incluso, el mismo Joaquín Livera pudo ampliar la diferencia, diez minutos más tarde, con un buen remate desde afuera, que obligara a una mejor reacción del "Mono" Ramiro Martínez, el buen arquero "Mirasol", en dos tiempos.

Ya en el complemento, con otro de los "repetidos" de 2024, Thiago Lauro en reemplazo de Ballini, de correcto partido, Morón apostó a retroceder unos metros y permitir que la necesidad del local le permitiese "liquidarlo" de contra, pero la realidad es que nunca pudo hilvanar un contragolpe capaz de resolver el pleito y mientras mermaban sus reservas físicas y futbolísticas, se "agrandaba" un Almirante que llegaría al empate por imperio de las ganas y no de un mejor juego asociado, más allá del encuentro inconveniente de aquellos dos que no deben "congeniar", porque de la contrario el rival "paga" siempre las consecuencias: centro desde la derecha del "Gurí" García y "Pomelo" Vera que aprovecha la "espalda" de Nahuel Zárate (algo a tener en cuenta y corregir), para poner el 1 a 1, a los 17' del complemento, en casi la única acción colectiva y de riesgo del local, en todo el partido.

De los ingresos posteriores, el uruguayo Fabricio Sanguinetti aportaría "picante" y velocidad a una ofensiva de Morón, ya sin "combustible" (también debutaría Emiliano Franco y regresaría Santiago Kubiszyn) con Costantino (de buen partido) agotado y sin Berón (otro punto alto) en cancha, expulsado por un roce innecesario con Natan Acosta (también con roja, pero en su caso directa), algo que también deberá revisar el joven valor venido de Vélez (y al que Otta también conoce de Caseros), porque va a todas y obliga, pero en ese roce al que no le escapa, por "guapo" y también hábil, se puede "comer" una expulsión evitable, por doble amonestación, como la sancionada por Juan Pafundi, árbitro del cotejo, de muy buena labor.

Empate final a uno, que puede resultar "justo", por una primera etapa favorable a Morón y el complemento a Brown, pero sin embargo, en el "desagregado" fino de cada etapa, lo del Gallo fue mucho mejor que lo de su rival, hasta que se fuera quedando sin "piernas" en el segundo tiempo, para poder sostener ese ritmo y de esa manera, permitir que el local equilibre las acciones con voluntad, arribando a un punto que dejaría más contentos a los "dueños de casa", que a los visitantes.

En el caso del equipo de Walter Otta, lo que resulta auspicioso y prometedor fue su funcionamiento colectivo y varios de sus rendimientos individuales, en un debut absoluto, frente a un rival clásico y en un reducto "chivo".

Punto de partida. Ilusiones renovadas. Parece haber con qué.


@elgallogustavo.



        📸: Eduardo Fabián Acuña.