Auspicioso y prometedor debut del Gallo en la temporada 2025, tras la enorme decepción de la campaña pasada.
En el esperado regreso oficial de Walter Nicolás Otta y su cuerpo técnico, luego de casi siete años de melancólica y añorada ausencia en el banco de los suplentes, Morón se llevó un punto con "sabor a poco" de su "clásica" visita a Isidro Casanova, en una primera fecha "heavy", para poner a prueba un equipo "nuevo" casi por completo.
En efecto, del once inicial, sólo Gastón González "sobrevivió" al "apocalipsis" futbolero de un magro 2024 y sin embargo, el Gallo mostró un funcionamiento que ilusiona, con las previsiones lógicas de un debut absoluto, en especial durante la primera etapa, donde marcara la diferencia mínima en el resultado, que desde lo colectivo e individual en muchos de sus nuevos protagonistas, implicaría una ventaja más amplia, frente a un Almirante de Fabián Nardozza, "reducido" a la mínima expresión por la visita y frente a su gente.
Con el retorno de Julio Salvá, en el arco, una línea de fondo totalmente remozada, con Juan Manuel Cabrera como lateral diestro, la vuelta de Matías Cortave y Nahuel Zárate en la zaga, más Joaquín Livera por izquierda; el referido Gastón González sobre la banda diestra, Matías Ballini en el círculo central y Mariano Bíttolo en rol de interno zurdo, sumados a Yair González un poco más adelantado e Ivo Costantino por el centro y Jonathan Berón "obligando" por izquierda, en la ofensiva de Morón, el equipo de Otta rápidamente se impondría en el trámite por mejor manejo de la pelota y juego asociado, mientras el local apostaba a sus individualidades de regreso, como el "Gurí" Diego García en la creación y los centros y el "Pomelo" Santiago Vera en la definición, precisamente la "dupla" que "rescataría" el punto para "La Fragata", en el segundo tiempo.
A los 19 minutos de la etapa inicial, una lesión muscular dejaría prematuramente al Gallo, sin un experimentado en la zaga, como Matías Cortave, ingresando Franco Lorenzón en su reemplazo, un joven marcador central diestro a préstamo de San Lorenzo, que supo tenerlo Walter Otta en Estudiantes de Caseros y en la pasada temporada se destacara en Deportivo Merlo, en la Primera "B" Metropolitana.
Sin demasiadas acciones de riesgo frente a los arcos, Morón tenía mejor manejo del balón y de a poco, comenzaría a "desnudar" las flaquezas defensivas de Almirante, con dos delanteros de características diferentes, pero que obligaban por igual a la defensa local, con buenas presentaciones de Costantino y Berón, bien asistidos por la "sociedad de los González" (Gastón y Yair por derecha) y los buenos encuentros de Livera y Bíttolo por izquierda, este último siempre dando indicaciones y ordenando a sus compañeros dentro del campo de juego.
A los 25' de la etapa inicial, de un tiro de esquina de Livera (el nuevo "dueño" de las "pelotas paradas") desde la izquierda, sobre el segundo palo, Franco Lorenzón se anticiparía con la punta del botín, a su marcador, para silenciar a todo Casanova, con una ventaja que el Gallo merecía, no tanto por lo generado frente al arco contrario, pero sí por lo gestado en todas sus línea, muy superior a un Almirante confundido e impotente.
Incluso, el mismo Joaquín Livera pudo ampliar la diferencia, diez minutos más tarde, con un buen remate desde afuera, que obligara a una mejor reacción del "Mono" Ramiro Martínez, el buen arquero "Mirasol", en dos tiempos.
Ya en el complemento, con otro de los "repetidos" de 2024, Thiago Lauro en reemplazo de Ballini, de correcto partido, Morón apostó a retroceder unos metros y permitir que la necesidad del local le permitiese "liquidarlo" de contra, pero la realidad es que nunca pudo hilvanar un contragolpe capaz de resolver el pleito y mientras mermaban sus reservas físicas y futbolísticas, se "agrandaba" un Almirante que llegaría al empate por imperio de las ganas y no de un mejor juego asociado, más allá del encuentro inconveniente de aquellos dos que no deben "congeniar", porque de la contrario el rival "paga" siempre las consecuencias: centro desde la derecha del "Gurí" García y "Pomelo" Vera que aprovecha la "espalda" de Nahuel Zárate (algo a tener en cuenta y corregir), para poner el 1 a 1, a los 17' del complemento, en casi la única acción colectiva y de riesgo del local, en todo el partido.
De los ingresos posteriores, el uruguayo Fabricio Sanguinetti aportaría "picante" y velocidad a una ofensiva de Morón, ya sin "combustible" (también debutaría Emiliano Franco y regresaría Santiago Kubiszyn) con Costantino (de buen partido) agotado y sin Berón (otro punto alto) en cancha, expulsado por un roce innecesario con Natan Acosta (también con roja, pero en su caso directa), algo que también deberá revisar el joven valor venido de Vélez (y al que Otta también conoce de Caseros), porque va a todas y obliga, pero en ese roce al que no le escapa, por "guapo" y también hábil, se puede "comer" una expulsión evitable, por doble amonestación, como la sancionada por Juan Pafundi, árbitro del cotejo, de muy buena labor.
Empate final a uno, que puede resultar "justo", por una primera etapa favorable a Morón y el complemento a Brown, pero sin embargo, en el "desagregado" fino de cada etapa, lo del Gallo fue mucho mejor que lo de su rival, hasta que se fuera quedando sin "piernas" en el segundo tiempo, para poder sostener ese ritmo y de esa manera, permitir que el local equilibre las acciones con voluntad, arribando a un punto que dejaría más contentos a los "dueños de casa", que a los visitantes.
En el caso del equipo de Walter Otta, lo que resulta auspicioso y prometedor fue su funcionamiento colectivo y varios de sus rendimientos individuales, en un debut absoluto, frente a un rival clásico y en un reducto "chivo".
Punto de partida. Ilusiones renovadas. Parece haber con qué.
@elgallogustavo.
📸: Eduardo Fabián Acuña.
Se nota que hay una idea, el equipo está prolijo, cuando tomemos mas ritmo Morón va aser un gran eqipo.
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