lunes, 10 de marzo de 2025

La "soja" no es para el Gallo...

Un viejo axioma futbolero, sentencia que: "los goles que no se festejan en el arco contrario, se sufren en valla propia", y es precisamente lo que sucedió en Carlos Casares, con la segunda derrota al hilo del Gallo, de visitante, frente a un modesto Agropecuario Argentino.

Repitiendo el once de inicio que provenía de empatar en cero con Gimnasia de Jujuy, en el Nuevo Francisco Urbano, Morón tuvo las chances y pudo ponerse en ventaja en la primera mitad, pero entre la falta de puntería propia y las virtudes del arquero local (el "bueno" de Germán Salort), en las dos o tres que fueron al arco, Morón desperdició una vez más, su mejor momento en el partido, permitiendo que un limitado conjunto "Sojero", en complicidad con un "permisivo" arbitraje de Nahuel Viñas, se impusiera en el complemento y se quedara con los tres puntos, de otro partido en el que Morón (por lo hecho en los primeros 45') mereció mejor suerte, pero en el fútbol no se toman en cuenta los merecimientos, sino que se define por goles y contundencia frente al arco rival.

En efecto, en un primer tiempo no bien jugado, pero entretenido, por la permeabilidad de dos defensas poco sólidas, luego de unos 15' iniciales en los que a Morón le costara hacer pie, en un terreno "pesado", propio de las lluvias de los días previos y el "capricho" ya conocido, de un rival sin infraestructura, ni hinchas, no sponsors, ni localía y solamente sostenido por el "berretín" financiero del "rey la soja" e hincha de Racing, y la influencia económica de su SAD de hecho en la AFA y el Colegio de Arbitros, en el desagregado de los 45' iniciales, el equipo de Walter Otta tuvo las mejores opciones, a partir de los centros desde la derecha de Yair González o las acciones individuales de Jonathan Berón, de la izquierda hacia el centro, con dos chances claras en los pies del ex Vélez, una "peinada" de Franco Lorenzón (que se cansó de ganar de cabeza en el área local) y un gol anulado a Ivo Costantino, a instancias del juez asistente, por una presunta posición adelantada.

En contrapartida, lo más peligroso de Agropecuario siempre estuvo por las bandas, con los centros cruzados desde la derecha, a cargo de Alejandro "Loco" Melo y el peligro latente de Brian Blando por la banda opuesta, que ya en la primera etapa condicionaría con la primera amarilla, a su marcador, Juan Manuel Cabrera (así y todo, con sus limitaciones a cuestas, más atento y seguro en la marca que se compañero por izquierda, Joaquín Livera).

Ya en el complemento, a los 3 minutos de reiniciado el juego, otro centro "venenoso" al área del Gallo, encontraría una vez más a Livera por detrás de su marca, provocando la reacción tardía que, en territorio de Grobocopatel, le permitiría al árbitro del encuentro, cobrar penal en favor de Agropecuario, de mejor rendimiento, en buena medida, a partir de las "versiones mejoradas" del experimentado interno diestro, Juan Ignacio Sills, del habilidoso enganche David Gallardo y de uno que siempre nos complica (con cualquier camiseta), o por lo menos, si no convierte, se transforma en figura ante Morón: el "inoxidable" Alejandro Gagliardi.

Sumado a una mayor solidez en defensa, en especial de Milton Leyendeker en la zaga, aquél de la patada "criminal" a Exequiel Zeballos de Boca, por "Copa Argentina", en agosto de 2022, que le fracturara el tobillo derecho a los 25' de juego y tuviese que purgar una sanción de ocho fechas, mientras el "Changuito" debió  afrontar una operación, ocho meses de recuperación y quizá, hasta hoy, no volver a ser el mismo que deslumbrara con su velocidad y gambeta, desde su debut en primera.

Cosas del destino, tras la extensa y poco usual sanción disciplinaria, Milton Leyendeker estaría disponible recién en la última fecha de la temporada 2022, precisamente frente a Deportivo Morón, en Carlos Casares, en un empate cero a cero (con la expulsión de Leonel Bontempo en la primera etapa), que impediría que el Gallo obtuviese una mejor posición final y con ello, por ejemplo, un cruce de local en el Reducido de ese torneo, debiendo ir a ganar a Mendoza, frente a Gimnasia y Esgrima (con igualdad a uno y eliminación, no sin polémicas arbitrales, como cada pleito en ese escenario).

De regreso a la actualidad, un minuto más tarde de la sanción del penal, Brian Blando, el más destacado del local y del partido, junto a Alejandro Melo, sentenció el uno a cero (a la postre definitivo), definiendo con precisión, alto y al medio del arco, aprovechando que Julio Salvá se había jugado sobre el poste diestro.

Tras el uno a cero local, conseguido con poco y nada, luego de un primer tiempo favorable a Morón, "Agro" podría haber aprovechado el "golpe" que significó el resultado en contra, en el equipo de Otta, que nunca logró sobreponerse a la desventaja, sin generar jugadas claras de gol, como en la primera mitad, máxime a partir de la expulsión de Cabrera, por doble amarilla, con un Gallo descompensado en defensa, a falta de quince minutos para el final del partido.

Pese a los cambios propuestos desde el banco, Morón no pudo en ningún momento poner en aprietos al seguro golero local, incluso a pesar de contar con la chance malograda de un nuevo penal, en favor de Agropecuario, mal ejecutado por el "Loco" Melo, a los 23' del segundo tiempo, que podría haber retemplado el ánimo visitante y si embargo no lo pudo sacar jamás del letargo, la confusión y la falta de ideas del complemento.

En rigor de verdad, en el cuarto de hora final del encuentro, Morón la "sacó barata", porque además del penal malogrado por Melo, con un Morón "regalado" en defensa, cansado e impotente, el "Sojero" tuvo el 2 a 0, primero en los pies del lateral, Danilo Ruiz Díaz, que mano a mano con Salvá, definió al primer palo y el "1" visitante salvó el gol con el pie y en el agregado, el ingresado Facundo Sánchez, llegando sólo por la derecha, cruzó el remate al poste más lejano, apenas desviado.

En definitiva, en otro partido "cerrado" y parejo, al igual que frente a Gimnasia en Mendoza y su homónimo jujeño en el Oeste, Morón volvió a pagar caro su falta de contundencia en el arco rival, desaprovechando su "momento" en el partido y permitiendo una vez más, que un rival limitado "facture" con oportunismo y eficacia, para quedarse con tres puntos, que en el global de los 90', parecen un "premio" excesivo a las escasas virtudes demostradas en el terreno de juego.

Morón necesita volver al triunfo, de eso no quedan dudas, pero para ello es imprescindible que las que genera, o por lo menos alguna de ellas, vayan adentro.

De lo contrario todo será muy cuesta arriba.

Queda mucho campeonato por transitar y muchos aspectos por mejorar, como quedara dicho, la contundencia en el arco rival, pero también la escasa presencia en el círculo central y las permisibilidades concedidas desde los laterales, en particular, el izquierdo.

Ahora viene San Telmo, con César Monasterio.

Que no se repita el "Candombe" ajeno, como en las últimas visitas al Nuevo Francisco Urbano.


@elgallogustavo.



     📸: Eduardo Fabián Acuña.


lunes, 3 de marzo de 2025

Con la "pólvora mojada"...

El Gallo dejó pasar una buena oportunidad para volver a sumar de a tres y apenas igualó en cero con Gimnasia y Esgrima de Jujuy, en el Oeste, en un partido de trámite cerrado y condicionado por las inclemencias climáticas, a las que se sumaría una terna arbitral de mal desempeño y decisiones discutibles, para ambos conjuntos.

Con el regreso de Pablo Ferreira a la titularidad, en el círculo central, tras su paso por el fútbol serbio y el cambio táctico de Jonathan Berón desde el inicio, en lugar de Fabricio Sanguinetti, al banco, respecto del once que comenzara el juego en Mendoza, desde el pitazo inicial, Felipe Viola, árbitro del encuentro, revelaría sus intenciones de no pasar inadvertido en la inclemente noche del Nuevo Francisco Urbano: antes del minuto de juego, allá por los quince segundos (?), amonestaría a Berón por un "planchado" (algo que ya advertimos desde la fecha inicial, con su expulsión en Isidro Casanova, para un jugador que no le escapa al "roce" y es vehemente, pero juega al límite de la tarjeta, en muchas de sus intervenciones) y apenas cuatro minutos más tarde, el mismo cartón amarillo por otra entrada fuerte, en este caso para Hugo Soria, el volante central de la visita.

Sin emociones frente a los arcos, con el campeón de 2017, Milton Álvarez "custodiando" los tres palos de la valla Jujeña, en esa primera etapa, en que los protagonistas luchaban entre sí y compartían además una "batalla" perdida contra los elementos (el agua, el barro y la lluvia), apenas pudo contabilizarse un remate de Ivo Costantino desviado (en una cancha que invitaba a probar desde afuera y lo hicieron muy poco), tras una buena cesión de Mariano Bíttolo y en el arco de enfrente, una jugada clara de gol, malograda frente a Julio Salvá, por el mediocampista diestro del "Lobo" jujeño, Santiago Camacho.

En el complemento, sin Walter Otta en el banco local, expulsado por Felipe Viola, por dirigirse en términos descomedidos al cuarto árbitro, de acuerdo a la explicación que el mismo Viola le daría al entrenador del Gallo, cansado de que todas las pelotas "divididas" las cobrase en favor de la visita, Morón intentó sobreponerse a los "caprichos" de la naturaleza y avisó con un buen remate de Yair González, bien conjurado por Milton Álvarez.

Sobre los 18' del segundo tiempo, sobrevendría una doble jugada que podría haber modificado el rumbo del partido, más dentro de un trámite tan parejo y cerrado, primero con un cabezazo con destino irremediable de red, una vez más de Yair González, que sólo un arquero como Milton Álvarez podría contener y en la acción siguiente, mientras la pelota volvía al área visitante en forma de centro, Nicolás Dematei, un "abonado" al juego físico, siempre al filo del reglamento, forcejearía con Ivo Costantino, cayendo al piso los dos, para que Felipe Viola, sin dudarlo, marcase penal para Morón, en una jugada que sinceramente no pareció en absoluto infracción del "Vikingo", a quien tal vez le pasaron "factura" (al fin...) por tantos otros penales e infracciones disimuladas por infinidad de árbitros, en una cantidad incontable de partidos, con varias camisetas.

Expulsión "cantada" del propio Dematei, un par de minutos después, quien se lo quería "comer" al árbitro del encuentro, al igual que varios otros de sus compañeros, casi cinco minutos después, recién pudo finalmente ejecutarse el tiro desde los once metros, que con una carrera corta, de apenas un par de pasos, fiel a su estilo y abriendo el botín diestro para "llenarse" el empeine de pelota, Gastón González estrellaría el balón contra el poste zurdo de Álvarez, que adivinaría la intención, aunque sin llegar a intervenir, ante el remate a media altura y bien esquinado, pero que saldría despedido con potencia hacia el aérea grande, "atragantando" el grito de gol, bajo una lluvia incesante e impiadosa.

De allí y hasta el final, con un jugador más, durante alrededor de 25 minutos, Morón que aprovechó el mayor resto físico, ante un rival que tuvo que replegarse y prodigarse el doble, cuando las piernas ya "pesaban" para todos los protagonistas, mereció quedarse con la victoria, pero como en Mendoza, en las que generó no tuvo contundencia o se encontró con Milton Álvarez, a la postre, el más destacado de un encuentro deslucido por los condicionantes climatológicos.

Sin jugar bien, el equipo de Otta justificó llevarse algo más que un punto, frente a un rival amarrete, con una defensa sólida y uno de los mejores arqueros de la categoría.

Pero habrá que empezar a "meterla", porque la "tabla moral" de los merecimientos se extinguió hace ya mucho tiempo, junto con aquella gran revista deportiva, llamada "Sólo Fútbol".

El viernes por la tarde, en Carlos Casares, es una buena oportunidad para sacarse la "mufa" y amargar al "Sojero".

A afinar la puntería.


@elgallogustavo.



       📸: Deportivo Morón.