Morón logró un triunfazo agónico, con un "frentazo" inapelable de Ivo Costantino (el noveno en la temporada), cumpliendo una vez más con la nunca escrita, pero inexorablemente "ley del ex", para desatar el delirio en el Oeste, dentro y fuera de la cancha e invertir la carga de la "presión" futbolera: ahora, el obligado a ganar, ante su gente, es Atlanta, mientras que al Gallo le alcanza con el empate, cuando definan la serie de cuartos del Reducido, en Villa Crespo, dentro de 15 días.
En un partido complicado y con protagonismo repartido, tal vez Morón mereció irse al descanso en ventaja, convirtiendo a Francisco Rago, arquero del "Bohemio", hasta allí en la figura del partido, con tres salvadas decisivas frente a Fabricio Sanguinetti (en un mano a mano), Yair González (rechazando al tiro de esquina, un tiro libre que tenía destino de red) y Juan Manuel Cabrera, con una volea imperfecta, pero sin embargo, conseguiría el justificado triunfo, en el segundo minuto agregado, en una complemento donde Julio Salvá se destacaría con un par de intervenciones determinantes, ante Jorge Valdés Chamorro y el ingresado Lautaro Fedele.
Así las cosas, en un desarrollo cambiante y luchado, en la primera mitad, Atlanta manejaría mejor el balón, obligando al Gallo a recurrir al pelotazo largo, algo que complicaría a una defensa visitante que mostraría flaquezas, la mayoría evidenciadas por el buen y sacrificado partido de Ivo Costantino, en el podio de los mejores, junto al referido Julio Salvá y (cuándo no...) al infatigable y seguro Juan Manuel Cabrera.
Pese al dominio "Bohemio" de referencia, más allá de algún remate desde afuera del "8" de Atlanta, Valdés Chamorro, junto a alguna acción desequilibrante de Nicolás Medina, el "11" e intratable delantero visitante, las mejores oportunidades las generaría Morón, con la habilitación de cabeza de Costantino, que Sanguinetti ganaría en velocidad a su marcador y, cara a cara con Rago, pero con el perfil cambiado, igual eligiría definir de zurda, facilitando el buen "achique" del golero, o el tiro libre de Yair González, tras una infracción sobre el propio Costantino, que el "10" del Gallito la impulsara contra el "caño" izquierdo y sólo el "atajadón" de Rago, amortiguando incluso el pique previo casi sobre el cuerpo, impedirían la apertura del marcador del Gallito.
Ya en el segundo tiempo, los roles se invertirían y sería Morón quien ostentaría un mayor monopolio de la pelota, pero paradójicamente, Atlanta convertiría a Salvá en figura, con dos atajadas decisivas, una abajo, tras un nuevo remate desde afuera de Valdés Chamorro (ya había probado con peligro, en los primeros 45', con el balón rozando la base del poste izquierdo) y la otra arriba, luego de la entrada por derecha y el remate que buscaba red, del ingresado Fedele, para mantener en partido a un equipo de Otta, que dominaba las acciones, pero estaba impreciso y no lograba volver a inquietar el arco de Rago.
En el último cuarto de hora del encuentro, Atlanta decidió desde su técnico cuidar el cero, que le aseguraba la ventaja deportiva del empate, en el pleito de vuelta, de local, a la vez que el Gallo, con más actitud que fútbol, comenzaría a apretar a la visita contra su arco, generando un centro pasado, que le quedaría para el zurdazo goleador a Joaquín Livera, pero el envío "estallaría" en el pecho de Caín Fara (el primer marcador central "Bohemio" y otro de los destacados de la visita) o el tiro de esquina de Gastón González, que Cabrera se la llevaría por delante, razón por la cual no podría darle mejor destino a su cabezazo, desde una posición inmejorable.
Y cuando el partido se extinguía, Ivo Costantino lucharía un balón sobre la línea final, ganándole de "guapo" y "pillo" el tiro de esquina a su marcador, que en los pies de Yair González y desde la derecha, permitiría que el mismo Costantino se saque de encima el "agarrón" de Nicolás Previtali, el "5" de Atlanta, para clavar un cabezazo hermoso, a media altura, sobre el poste derecho de Rago, bien esquinado y lejos de su alcance.
Corría el segundo minuto agregado por un regular Fabrizio Llobet, árbitro del encuentro, y Morón encontraba en la agonía de la tarde de domingo, "Día de la Madre", el desahogo de un triunfo necesario, que lo justificó en las oportunidades, durante el primer tiempo, y en el complemento, por la voluntad, la entrega y la vocación de ir siempre en su búsqueda.
Ahora la "presión" se la trasladó al "Bohemio", que tiene la obligación de ganar para seguir en competencia. Mientras tanto, al Gallito le alcanza con el empate para alcanzar las semis.
Triunfazo en el epílogo y la ilusión se "muda' a Villa Crespo.
#VamosGallo
@elgallogustavo
📸: Eduardo Fabián Acuña.
Estamos muy bien, espero que chiqui mafia no meta la mano..
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