Morón no había jugado bien, había equivocado una vez más los caminos y había carecido de lucidez en la gestación y de profundidad en la definición, pero no merecía perder frente al equipo más mezquino y mañoso de la categoría, como Agropecuario, que se dedicó a hacer tiempo y había encontrado la diferencia a favor, a los '38 del complemento, en su segundo remate al arco en todo el partido, en un off side escandaloso sólo omitido por una terna arbitral vergonzosa.
Hasta que de un tiro de esquina desde la derecha del ataque del Gallo, Yair González capturara un rebote en el área y con un derechazo furibundo, descargando la bronca y la impotencia que generan esos encuentros, en los que los "amigos del poder de AFA" te hacen saber cómo funcionan las cosas, el balón impactara en el poste izquierdo del arco visitante, para el 1 a 1 del Gallo frente a Agropecuario, que le daba un poco más de justicia a un partido de escasa luces, pero indudables intenciones sólo del lado de Morón, a falta de dos minutos para arribar al tiempo reglamentario.
Y es que el equipo de Walter Otta fue más que su rival durante todo el desarrollo, porque fue el único que se propuso como objetivo quedarse con los tres puntos, mientras que la visita sólo apostó y apeló a una variedad inagotable de ardides y malas prácticas futboleras, con tal dejar pasar el tiempo, con la complacencia inocultable de un árbitro, como Juan Pablo Lousteau, que permitió que Agropecuario se sirviera de las peores artimañas para llevarse el punto que vino a buscar desde el arranque y a cualquier precio, y que por minutos no se alzara con el premio mayor, a los '38 del segundo tiempo, luego de un tiro libre desde la izquierda y el remate goleador de Alejandro Gagliardi, claramente en off side, salvo para el árbitro y su asistente.
Con algunos cambios en el once inicial, con el regreso de Leandro Finochietto al arco, en lugar de Julio Salvá, la vuelta "entre algodones" de Iván Vaquero como lateral izquierdo, en lugar de Joaquín Livera (quien lo hiciera de entrada en Jujuy) y el ingreso como titular de Ramiro Fergonzi, por Ivo Costantino, al banco de los suplentes, Morón no hallaría casi nunca los mejores caminos para vulnerar el cerco defensivo de su rival, más allá de un tiro libre de Fabricio Sanguinetti y un cabezazo del mismo, ambos al inicio de cada tiempo, más un remate desde lejos de Emilio Lazza y un ingreso en solitario de Juan Manuel Cabrera, bien anticipado por Germán Salort, el "1" visitante, así y todo mucho más que la mezquindad táctica de Agropecuario, que recién remataría al arco por primera vez, superada la media hora del segundo tiempo.
Pero el partido habría de complicarse un poco más, con la expulsión (correcta) de Lazza, a los 30 minutos del complemento, por doble amonestación, lo cual habría de incentivar a la visita a abandonar su libreto de equipo amarrete y mañero, para animarse a pisar el área de enfrente y casi en la primera acción medianamente seria y de peligro, encontrarse en ventaja, a falta de siete minutos para llegar a los '90, con un gol convalidado de manera inaudita, por un fuera de juego tan evidente como escandaloso.
Por suerte, Morón pudo hallar su premio mínimo, antes del cierre del pleito y hasta pudo ganarlo de arremetida y con uno menos, en los pies de Vaquero, en tiempo cumplido.
El Gallo estiró su racha invicta a doce juegos y se mantiene en una posición expectante, con un partido menos (debe el cotejo de la fecha 20, con Gimnasia de Mendoza, en el Oeste), pese a su bajón de rendimiento, individual y colectivo, y los imponderables de arbitrajes desastrosos que se equivocan siempre para el mismo lado.
De punto (en punto).
@elgallogustavo.