lunes, 31 de marzo de 2025

Triunfo agónico y desahogo

En un partido malo, aburrido y con un pésimo arbitraje de Felipe Viola, el Gallo consiguió lo más importante: volver a ganar, por segunda vez en el campeonato, ante un Defensores de Belgrano, siempre complicado, dentro de la cancha y en las oficinas de AFA.

Con la única modificación obligada del ingreso de Renzo Reynaga, en lugar del suspendido Ivo Costantino, el Gallo antes del primer cuarto de hora de partido, perdería también a un referente, como Julio Salvá, con una molestia muscular en su muslo (al parecer el aductor) derecho, provocando el debut de Leandro Finochietto, el arquero que viniera de Argentinos Juniors, al igual que Juan Manuel Cabrera, Yair González y Facundo Báez, todos ellos desde el inicio.

En un encuentro deslucido y sin emociones, donde el campo de juego no ayudaría a los protagonistas, pero estos tampoco se ayudarían a sí mismos, el "Dragón" de Carlos Mayor se acomodaría mejor a un terreno que conspira contra cualquier intento de jugar decorosamente al fútbol, mientras el Gallo una vez más, se veía superado en el mediocampo, pese a la presencia ya confirmada como titular de Matías Ballini, acompañado por Pablo Ferreira, de flojo presente desde su regreso de Serbia.

Pese a dicha preeminencia en el manejo del balón, Defensores de Belgrano jamás inquietaría al debutante Finochietto, y las únicas acciones de peligro, dentro de un paupérrimo primer tiempo, estarían dadas por un remate desviado de Gastón González, ingresando desde la izquierda y hacia adentro, luego de una recuperación en tres cuartos, para el remate alto y desviado del "8" del Gallo y la más clara, casi en el final de la primera etapa, a la salida de un tiro de esquina desde la derecha y el centro de Yair González, el cabezazo con destino de gol de Matías Ballini, que providencialmente encontraría la cabeza salvadora de Agustín Massaccesi, para enviarla por encima del travesaño.

Sin embargo, la única "emoción" de una primera etapa para el "bostezo", de ambos lados, la aportaría un protagonista inesperado: Felipe Viola, de pésimo arbitraje, expulsaría por doble amonestación a Facundo Báez, a los 43 minutos de la etapa de inicio, luego de una entrada fuerte e innecesaria contra un defensor visitante. 

En rigor de verdad, la roja a Báez, quizá exagerada en la rigurosidad reglamentaria, no habría estado tan mal, de no mediar el antecedente del "Topo" Ezequiel Aguirre, el "inoxidable" siete "bravo" de "Defe", que amonestado en los primeros minutos y en una acción posterior muy similar a la de Báez, con una entrada excesivamente fuerte en perjuicio de Yair González, debió ser también expulsado por el árbitro del partido, quince minutos antes que le señalara el camino anticipado de las duchas, al "10" de Morón, claro que ahí debió recordar la relación entre el presidente de Defensores y el de AFA, compañeros en el fútbol y el directorio de la CEAMSE, para sostener una interpretación diferente ante una misma clase de jugada.

Con la bronca a cuestas de un jugador de menos, una vez más, y sin el "Topo" Aguirre para disputar el complemento, Defensores aprovechó la superioridad numérica para volver a manejar la pelota y el trámite del partido, aunque sin generar una sola acción de peligro frente al arco de Finochietto, más allá de un cabezazo solo y a las manos del arquero, del ingresado Enzo González, en clara posición adelantada, que el línea en sintonía con el árbitro principal, nunca se daría por aludido.

A los 12 minutos del complemento, y con otra fortísima entrada de Agustín Massaccesi, el primer marcador central visitante, la cara no le daría para volver a hacerse el desentendido a Viola, como en el primer tiempo con Aguirre, y no le quedaría otra que expulsar por doble amarilla al zaguero de Defensores, equiparando la desventaja numérica sobrellevada por Morón hasta ese momento.

Y pese al mal juego y las escasas ideas, allí el equipo de Walter Otta retemplaría su ánimo para ir en búsqueda de un triunfo demasiado necesario, que por cómo se vislumbraba el final del encuentro, sólo podía producirse por un error no forzado o una acción virtuosa de alguno de los protagonistas (más allá de un remate desde afuera del área, que se perdería cerca del palo derecho, de Matías Ballini, quien más cerca estuviese de marcar el desnivel para el Gallito).

Y por fortuna, Morón tendría de su lado a un "lagunero", pero talentoso Yair González, que habría de darle a Morón ese desahogo tan imprescindible como el oxígeno que respiramos.

Y es que sobre los 38' del segundo tiempo, Iván Vaquero "agarraría la lanza" y previa "pared" con Mariano Bíttolo, llegaría al fondo y mandaría un centro que ni Jonathan Berón, ni Emiliano Franco (otros dos venidos desde el banco) lograrían empujar al gol, hasta que Juan Manuel Cabrera la recuperase casi en el borde del área grande y de espaldas al arco, habilitase el ingreso por derecha de Yair González, que con un derechazo "tres dedos" a los "Chelo" Delgado, la colocara sobre el poste diestro del arco de "Defe", dejando sin reacción a Alejandro Medina, golero de la visita, para el delirio de todo Morón, dentro y fuera del terreno de juego.

Sin demasiado tiempo para más, ni menos ideas de juego, por ambos lados, Morón se quedaría con tres puntos fundamentales para sumar en la tabla y en la cuestión anímica, más allá de haber jugado quizá su peor partido, en un terreno que no ayuda en absoluto y con un arbitraje que "pintaba" para escándalo.

El Gallo volvió al triunfo y ese es el único balance positivo.

Siempre es más sencillo trabajar en mejorar los errores, durante la semana, a partir de una victoria.

Con muchísimo por mejorar, Morón se regaló una sonrisa y "apagó" el "fuego" de un más que discreto "Dragón" del Bajo Núñez.

Ahora espera un desafío diferente, con "El León del Imperio", en el siempre esquivo reducto del Estudiantes cordobés.

Da la sensación que, si el equipo de Walter Otta ajusta algunas "clavijas" y minimiza los errores evitables, como tantas expulsiones infantiles, por el estado de su campo de juego, es posible que se sienta mejor y rinda más de visitante, que de local.

Veremos si se confirma, el domingo en Río Cuarto.


@elgallogustavo.



      📸: Eduardo Fabián Acuña.


lunes, 24 de marzo de 2025

Otro clásico con "sabor a poco"

Al igual que frente a Almirante Brown, en Isidro Casanova, el Gallo tuvo todo para quedarse con el clásico de visitante, en este caso, en San Martín y frente a Chacarita, pero una vez más volvió a pagar un alto costo por errores puntuales, que lo privaron de volver a sumar de a tres, para un equipo que apenas pudo ganar un sólo encuentro en siete presentaciones.

Y es que, luego de quince minutos iniciales en los que el "Funebrero" se impuso en el mediocampo y prevaleció en el juego, sorprendiendo a un Morón que no "hacia pie" y tuviese que soportar un primer cuarto de hora de asedio local, con más empuje que fútbol y sin generar situaciones claras de gol, tanto es así que la única neta, en esa primera porción de clásico favorable a Chacarita, estuvo en los pies de Rivero, el "9" local que no pudo darle con fuerza y el balón quedó mansamente en manos de Julio Salvá.

Con el regreso de Juan Manuel Cabrera en el lateral derecho, luego de purgar la fecha de suspensión, por su expulsión ante Agropecuario, en lugar de Matías Cortave y los cambios tácticos de Matías Ballini en el círculo central, por Mariano Bíttolo, Gastón González por la derecha, en reemplazo de Emiliano Franco y Facundo Báez, por primera vez de entrada en lugar de Jonathan Berón, con Pablo Ferreira con la "11", dando una mano en el mediocampo, en ese cuarto de hora inicial no pudo manejar la pelota, ni siquiera recuperarla en los rebotes o "segundas jugadas", permitiendo que el local "apretase" al Gallo en su campo, pero como quedara dicho, sin profundidad ni lucidez individual o colectiva para desnivelar.

Superado ese segmento, Morón se asentó mejor en el campo de juego, equilibrando las acciones y con el pasar de los minutos, adelantándose unos metros para ejercer la presión más cerca del área local, comenzando a desnudar las flaquezas de la última línea "Funebrera".

En ese interín, Yair González armaría una gran contra, dejando en el camino a un par de rivales y definiendo bien frente al arquero, que respondería mejor ante el remate de zurda esquinado rumbo al primer palo, en una acción que, a primera vista, podría haber determinado la habilitación a Ivo Costantino que ingresaba sólo por la izquierda, pero en virtud a la muy buena acción individual del ex Chacarita, no implica objeciones ni reproches, puesto que no fue gol, únicamente por la enorme atajada de Nicolás Avellaneda.

Y ya cuando el primer tiempo se extinguía, con un Morón claramente superior a su rival, una habilitación de Costantino, despejada a medias en primera instancia, terminaría en el intento de Yair González de hacerse lugar en el área para sacar el remate al gol, y la clara infracción del lateral zurdo, Agustín Quiroga, para el penal bien sancionado por un siempre flojo Fabricio Llobet.

Claro que, el árbitro del partido debería haber amonestado al referido Quiroga y con ese segundo "cartón" amarillo, expulsar al jugador "Funebrero", pero habiendo ya sancionado el penal a favor de Morón, era claro que no iba a dejar a "Chaca" con una menos.... No le pidamos demasiado a esta clase de árbitros siempre localistas y "saca partidos".

Gastón González se haría cargo del tiro desde los doce pasos y con un derechazo suave y con su clase habitual, la mandaría al fondo de la red, junto al poste derecho del arquero, para poner a Morón 1 a 0, a los 40 minutos del primer tiempo.

Y hasta hubo tiempo para más, luego que otro desborde de Facundo Báez, de muy buena primera mitad, partiendo desde la izquierda del ataque visitante, generara una pared entre el propio Báez y el autor del gol, Gastón González, que intuimos decidió rematar incómodo al arco, a las manos del arquero, ante la falta de espacio para devolver el último pase a Báez, que ya se "regodeaba" con la posibilidad del segundo tanto, ingresando solo por el flanco zurdo de una defensa local "aturdida" desde el desnivel del equipo de Walter Otta.

En el complemento, todo estaba dado para que Morón lo controle, o bien con la tenencia del balón o bien de contra, pero cuando poco y nada había pasado en la segunda etapa, una acción infantil comenzaría a complicarle los planes y seguramente, lo hablado por el cuerpo técnico en el entretiempo: Ivo Costantino, que había sido amonestado en el final de la primera etapa, iría en procura de apretar la salida rival, derribando a González Errecalde en una acción innecesaria y evitable. Conclusión, previa confusión inicial de un mal árbitro como Fabricio Llobet, que primero amonestó a Gastón González (igualito a Costantino!), hasta que el "rugir" de todo el estadio, dentro y fuera de la cancha, lo harían volver sobre su errática decisión y terminar sacándole la segunda tarjeta amarilla a Costantino, quien dejaría al Gallo con uno menos, apenas a los ocho minutos del segundo tiempo, cuando lo ganaba bien por la mínima.

Y como le suele pasar a este equipo, de aquella acción absurda de Costantino, a los 13' del complemento, Chacarita llegaría al empate, de la misma manera en la que había complicado a Morón hasta ese momento y en definitiva, de igual modo a como viene sufriendo los goles en contra desde el mismo inicio del actual torneo: centro cruzado desde la derecha del ataque local (sector en el que, ni Joaquín Livera, ni Iván Vaquero en los últimos dos partidos, han podido darle solidez al lateral zurdo de la defensa), para que Rodrigo Salinas, "emparejado" con Juan Manuel Cabrera (a quien le saca una cabeza de diferencia), la impulsare lejos del guante diestro de Salvá, para el festejado empate de Chacarita, que once contra once no había generado casi riesgo en el arco de Morón.

Con mucho partido por delante y un jugador de más, el "Funebrero" se envalentonó y pretendió buscar el triunfo ante su gente, pero salvo alguna acción esporádica y puntual (hubo sí, una acción imprudente el ingresado Emilio Lazza, que bien Llobet pudo sancionar con penal para "Chaca"), el equipo del "Vasco" Juan Manuel Azconzábal nunca pudo poner en real peligro a Salvá.

Sin embargo, en los minutos finales y de contra, un par de "horrores" defensivos de la última línea local, pudieron darle una nueva ventaja y tal vez el triunfo final al Gallo, ambas mal definidas por los ingresados Jonathan Berón y Santiago Kubiszyn, el primero con un remate ancho sobre el poste izquierdo, ingresando solo por la derecha del área grande y el segundo, cara a cara con el arquero, luego de una falla garrafal de la defensa sobre la banda zurda y una definición demasiado displicente (ante el correcto achique del arquero), en un clásico de visitante y casi en tiempo cumplido.

Sin tiempo para más, y al cabo de un partido vibrante, caliente y cambiante, Morón una vez más se quedó con ese regusto a poco, que lo viene acompañando en las últimas fechas, tanto de local como de visitante.

Y es que Morón tuvo todo para llevarse los tres puntos de la "casa" de Chacarita, pero pese a sobreponerse a sus malos momentos en el desarrollo del partido y sacar provecho de los buenos, una vez más los errores puntuales de algunos protagonistas, su falta de contundencia y el problema recurrente de los centros cruzados, máxime desde su flanco izquierdo, lo obligaron a conformarse nuevamente con sumar de a uno.

Ahora viene Defensores de Belgrano, en el Nuevo Francisco Urbano y la necesidad de sumar la segunda victoria en el campeonato, se agiganta y condiciona.

Para ganar, más los partidos clásicos, no hay que cometer errores infantiles o querer definir como Messi.

El fútbol es y será siempre cosa de protagonistas inteligentes y eficaces.

Dejemos de regalar puntos.


@elgallogustavo.



      📸: Deportivo Morón.


domingo, 16 de marzo de 2025

En deuda, pero con crédito abierto

Y en una reedición de una (mala) costumbre de los últimos tiempos, San Telmo amargó a Morón en el final del partido, no para ganárselo como en las últimas dos visitas, pero sí para empatárselo, cuando el Gallo parecía tener los tres puntos en el "buche".

En efecto, sin jugar bien, con un primer tiempo en el que fue netamente superior a su rival y sin embargo, pese a crear las situaciones no pudo ponerse en ventaja y un complemento diametralmente opuesto, con un San Telmo dominador de la pelota y el desarrollo, el equipo de Walter Otta se puso en ventaja, promediando la segunda etapa y cuando parecía cuestión de esperar y "matar" de contra, la visita tomó aún mayor impulso y en definitiva, se llevó un premio justo (por lo hecho en el complemento), a falta de cinco minutos de cumplirse el tiempo reglamentario.

Con la baja obligada de Juan Manuel Cabrera, en el lateral derecho, expulsado en la derrota en Carlos Casares y sustituido por el regreso de Matías Cortave (desgarrado a los 20' del debut, en Isidro Casanova y frente a Almirante), Franco Lorenzón se correría a la banda diestra, para que Cortave y Nahuel Zárate conformen la zaga central, con la novedad táctica del ingreso de Iván Vaquero, como marcador lateral zurdo, reemplazo de Joaquín Livera, al banco de los suplentes, todo ello, sumado a la aparición desde el arranque de Emiliano Franco, un ex San Telmo, por Gastón González, quien luego ingresaría para poner en ventaja al Gallo.

Así las cosas, en la primera etapa, Morón impondría condiciones y de a poco iría inclinando la "balanza" a su favor, ante un "Candombero" dirigido por César Monasterio, al que le costaría "hacer pie" en los 45' iniciales, más allá de generar dos o tres situaciones de peligro frente al arco de Julio Salvá, algo que adelantaría las permeabilidades de una defensa local, que no se mostró nada sólida, en particular ante los centros cruzados, al igual que en los cotejos anteriores, incluida la derrota precedente ante Agropecuario.

Pese a ello, en ese primer tiempo favorable al Gallito, los de Walter Otta tendrían un cabezazo en el palo de Ivo Costantino (tras un buen tiro libre desde la izquierda, a cargo de Jonathan Berón), un remate desde afuera y en el rebote, otro ingresando al área grande, apenas ancho sobre el segundo palo, ambos a cargo de Yair González (una vez más, el más "vertical" y punzante de Morón) y otro intento desde fuera del área grande, de Pablo Ferreira, apenas "rasguñado" sobre el travesaño por Joaquín Enrico, el "1" de la Isla Maciel, muy seguro en sus intervenciones y hasta allí, el principal responsable del 0 a 0 parcial, al término de la etapa de inicio.

Ya en el complemento, Monasterio haría unos retoques tácticos en el mediocampo y al igual que ante Agropecuario, en Carlos Casares, Morón no volvería a ser el mismo del primer tiempo, pese a ponerse en ventaja, a los 25 minutos, luego de una pelota peleada y recuperada por Yair González, para que el "7" del Gallito envíe un centro pasado, casi al punto del penal, para que Gastón González, (ingresado por Mariano Bíttolo), sin parar la pelota, tomándola de volea, impidiendo el tiempo necesario para la cobertura de la marca o un mejor posicionamiento del arquero, la mandara a media altura, con potencia, cerca del poste izquierdo visitante, para el 1 a 0 de Morón, merecido por lo hecho en la primera parte, pero no por lo flojo de los 45' finales.

Con lo mucho que le cuesta a este equipo hacer un gol (en un momentáneo "deja vu" del torneo pasado), todo hacía suponer que Morón seguiría peleando el partido en el medio, para aprovechar alguna contra y definir el pleito, algo parecido a lo que sucediera en su única victoria, a la fecha, en el presente torneo, frente a Central Norte, también en el Nuevo Francisco Urbano.

Sin embargo, mitad por inercia propia y mitad por el empuje de un San Telmo que empezó a "llevárselo por delante", con decisión, pero también con fútbol, Morón defendería cerca de su área, algo que aprovecharía la visita, además del ingreso del "17" de "Telmo", Nahuel Curcio, quien terminaría por resultar un gran acierto de César Monasterio, puesto que jugando de la izquierda hacia el centro, de la ofensiva visitante, complicaría a Franco Lorenzón y primero, generaría una enorme atajada de Salvá, para enviar su remate por encima del travesaño, y a los 40' del segundo tiempo, un centro preciso, pese a la marca y el escaso "recorrido" de su pierna diestra, para ponérsela encima de la cabeza a Iñaki Larthirigoyen, que anticipándose a un agotado y "acalambrado" Iván Vaquero (que hacia tiempo que no jugaba 90' y en un equipo ya sin cambios), alcanzaría apenas a "peinarla" sobre el poste izquierdo, lo suficiente para alejarla de las manos de Julio Salvá y colocar el 1 a 1 definitivo, enmudeciendo una vez más, como en las últimas visitas "Candomberas", a un Gallo que estaba sufriendo esa clase de centros cruzados, pero que sin embargo, parecía empezar a disfrutar de su segundo triunfo en la temporada.

Sin embargo, en un segundo tiempo en el que generaría poco y nada (más allá de otro buen remate desde afuera de Berón, previo al gol de Gastón González), la suerte le resultaría esquiva en la última acción del tiempo agregado por un correcto Pablo Giménez, cuando de un pelota "guapeada" por Fabricio Sanguinetti (en lugar de Franco) entre los centrales, en la puerta del área grande, le cedería el pase por derecha al ingresado Facundo Báez (por un lesionado Yair González) y su remate "bombeado" rumbo al poste diestro del arquero, con destino irremediable de gol, daría en el travesaño, para que las ilusiones de volver a sumar de a tres, de un Morón al que le viene "costando" el campeonato, se terminaran por diluir con el pitazo final de Giménez.

Con mucho por mejorar, pero también mucho torneo por recorrer, sólo queda trabajar como hasta ahora, para que el arco rival se abra con mayor facilidad, por virtudes propias (y si es posible de los delanteros) y la defensa propia resulte inexpugnable para las ambiciones ajenas.

Lo pudo y no lo supo ganar. Como frente a Gimnasia de Jujuy, en el mismo escenario. Y mereció mejor fortuna, al igual que en sus dos derrotas, ante Gimnasia de Mendoza y Agropecuario.

Ahora hay que visitar San Martín, para enfrentar a Chacarita, el próximo domingo por la tarde.

Una ocasión y un partido ideal para empezar a consolidar lo propio, asignatura todavía pendiente.

En deuda, pero con crédito abierto.


@elgallogustavo.



     📸: Eduardo Fabián Acuña.


lunes, 10 de marzo de 2025

La "soja" no es para el Gallo...

Un viejo axioma futbolero, sentencia que: "los goles que no se festejan en el arco contrario, se sufren en valla propia", y es precisamente lo que sucedió en Carlos Casares, con la segunda derrota al hilo del Gallo, de visitante, frente a un modesto Agropecuario Argentino.

Repitiendo el once de inicio que provenía de empatar en cero con Gimnasia de Jujuy, en el Nuevo Francisco Urbano, Morón tuvo las chances y pudo ponerse en ventaja en la primera mitad, pero entre la falta de puntería propia y las virtudes del arquero local (el "bueno" de Germán Salort), en las dos o tres que fueron al arco, Morón desperdició una vez más, su mejor momento en el partido, permitiendo que un limitado conjunto "Sojero", en complicidad con un "permisivo" arbitraje de Nahuel Viñas, se impusiera en el complemento y se quedara con los tres puntos, de otro partido en el que Morón (por lo hecho en los primeros 45') mereció mejor suerte, pero en el fútbol no se toman en cuenta los merecimientos, sino que se define por goles y contundencia frente al arco rival.

En efecto, en un primer tiempo no bien jugado, pero entretenido, por la permeabilidad de dos defensas poco sólidas, luego de unos 15' iniciales en los que a Morón le costara hacer pie, en un terreno "pesado", propio de las lluvias de los días previos y el "capricho" ya conocido, de un rival sin infraestructura, ni hinchas, no sponsors, ni localía y solamente sostenido por el "berretín" financiero del "rey la soja" e hincha de Racing, y la influencia económica de su SAD de hecho en la AFA y el Colegio de Arbitros, en el desagregado de los 45' iniciales, el equipo de Walter Otta tuvo las mejores opciones, a partir de los centros desde la derecha de Yair González o las acciones individuales de Jonathan Berón, de la izquierda hacia el centro, con dos chances claras en los pies del ex Vélez, una "peinada" de Franco Lorenzón (que se cansó de ganar de cabeza en el área local) y un gol anulado a Ivo Costantino, a instancias del juez asistente, por una presunta posición adelantada.

En contrapartida, lo más peligroso de Agropecuario siempre estuvo por las bandas, con los centros cruzados desde la derecha, a cargo de Alejandro "Loco" Melo y el peligro latente de Brian Blando por la banda opuesta, que ya en la primera etapa condicionaría con la primera amarilla, a su marcador, Juan Manuel Cabrera (así y todo, con sus limitaciones a cuestas, más atento y seguro en la marca que se compañero por izquierda, Joaquín Livera).

Ya en el complemento, a los 3 minutos de reiniciado el juego, otro centro "venenoso" al área del Gallo, encontraría una vez más a Livera por detrás de su marca, provocando la reacción tardía que, en territorio de Grobocopatel, le permitiría al árbitro del encuentro, cobrar penal en favor de Agropecuario, de mejor rendimiento, en buena medida, a partir de las "versiones mejoradas" del experimentado interno diestro, Juan Ignacio Sills, del habilidoso enganche David Gallardo y de uno que siempre nos complica (con cualquier camiseta), o por lo menos, si no convierte, se transforma en figura ante Morón: el "inoxidable" Alejandro Gagliardi.

Sumado a una mayor solidez en defensa, en especial de Milton Leyendeker en la zaga, aquél de la patada "criminal" a Exequiel Zeballos de Boca, por "Copa Argentina", en agosto de 2022, que le fracturara el tobillo derecho a los 25' de juego y tuviese que purgar una sanción de ocho fechas, mientras el "Changuito" debió  afrontar una operación, ocho meses de recuperación y quizá, hasta hoy, no volver a ser el mismo que deslumbrara con su velocidad y gambeta, desde su debut en primera.

Cosas del destino, tras la extensa y poco usual sanción disciplinaria, Milton Leyendeker estaría disponible recién en la última fecha de la temporada 2022, precisamente frente a Deportivo Morón, en Carlos Casares, en un empate cero a cero (con la expulsión de Leonel Bontempo en la primera etapa), que impediría que el Gallo obtuviese una mejor posición final y con ello, por ejemplo, un cruce de local en el Reducido de ese torneo, debiendo ir a ganar a Mendoza, frente a Gimnasia y Esgrima (con igualdad a uno y eliminación, no sin polémicas arbitrales, como cada pleito en ese escenario).

De regreso a la actualidad, un minuto más tarde de la sanción del penal, Brian Blando, el más destacado del local y del partido, junto a Alejandro Melo, sentenció el uno a cero (a la postre definitivo), definiendo con precisión, alto y al medio del arco, aprovechando que Julio Salvá se había jugado sobre el poste diestro.

Tras el uno a cero local, conseguido con poco y nada, luego de un primer tiempo favorable a Morón, "Agro" podría haber aprovechado el "golpe" que significó el resultado en contra, en el equipo de Otta, que nunca logró sobreponerse a la desventaja, sin generar jugadas claras de gol, como en la primera mitad, máxime a partir de la expulsión de Cabrera, por doble amarilla, con un Gallo descompensado en defensa, a falta de quince minutos para el final del partido.

Pese a los cambios propuestos desde el banco, Morón no pudo en ningún momento poner en aprietos al seguro golero local, incluso a pesar de contar con la chance malograda de un nuevo penal, en favor de Agropecuario, mal ejecutado por el "Loco" Melo, a los 23' del segundo tiempo, que podría haber retemplado el ánimo visitante y si embargo no lo pudo sacar jamás del letargo, la confusión y la falta de ideas del complemento.

En rigor de verdad, en el cuarto de hora final del encuentro, Morón la "sacó barata", porque además del penal malogrado por Melo, con un Morón "regalado" en defensa, cansado e impotente, el "Sojero" tuvo el 2 a 0, primero en los pies del lateral, Danilo Ruiz Díaz, que mano a mano con Salvá, definió al primer palo y el "1" visitante salvó el gol con el pie y en el agregado, el ingresado Facundo Sánchez, llegando sólo por la derecha, cruzó el remate al poste más lejano, apenas desviado.

En definitiva, en otro partido "cerrado" y parejo, al igual que frente a Gimnasia en Mendoza y su homónimo jujeño en el Oeste, Morón volvió a pagar caro su falta de contundencia en el arco rival, desaprovechando su "momento" en el partido y permitiendo una vez más, que un rival limitado "facture" con oportunismo y eficacia, para quedarse con tres puntos, que en el global de los 90', parecen un "premio" excesivo a las escasas virtudes demostradas en el terreno de juego.

Morón necesita volver al triunfo, de eso no quedan dudas, pero para ello es imprescindible que las que genera, o por lo menos alguna de ellas, vayan adentro.

De lo contrario todo será muy cuesta arriba.

Queda mucho campeonato por transitar y muchos aspectos por mejorar, como quedara dicho, la contundencia en el arco rival, pero también la escasa presencia en el círculo central y las permisibilidades concedidas desde los laterales, en particular, el izquierdo.

Ahora viene San Telmo, con César Monasterio.

Que no se repita el "Candombe" ajeno, como en las últimas visitas al Nuevo Francisco Urbano.


@elgallogustavo.



     📸: Eduardo Fabián Acuña.


lunes, 3 de marzo de 2025

Con la "pólvora mojada"...

El Gallo dejó pasar una buena oportunidad para volver a sumar de a tres y apenas igualó en cero con Gimnasia y Esgrima de Jujuy, en el Oeste, en un partido de trámite cerrado y condicionado por las inclemencias climáticas, a las que se sumaría una terna arbitral de mal desempeño y decisiones discutibles, para ambos conjuntos.

Con el regreso de Pablo Ferreira a la titularidad, en el círculo central, tras su paso por el fútbol serbio y el cambio táctico de Jonathan Berón desde el inicio, en lugar de Fabricio Sanguinetti, al banco, respecto del once que comenzara el juego en Mendoza, desde el pitazo inicial, Felipe Viola, árbitro del encuentro, revelaría sus intenciones de no pasar inadvertido en la inclemente noche del Nuevo Francisco Urbano: antes del minuto de juego, allá por los quince segundos (?), amonestaría a Berón por un "planchado" (algo que ya advertimos desde la fecha inicial, con su expulsión en Isidro Casanova, para un jugador que no le escapa al "roce" y es vehemente, pero juega al límite de la tarjeta, en muchas de sus intervenciones) y apenas cuatro minutos más tarde, el mismo cartón amarillo por otra entrada fuerte, en este caso para Hugo Soria, el volante central de la visita.

Sin emociones frente a los arcos, con el campeón de 2017, Milton Álvarez "custodiando" los tres palos de la valla Jujeña, en esa primera etapa, en que los protagonistas luchaban entre sí y compartían además una "batalla" perdida contra los elementos (el agua, el barro y la lluvia), apenas pudo contabilizarse un remate de Ivo Costantino desviado (en una cancha que invitaba a probar desde afuera y lo hicieron muy poco), tras una buena cesión de Mariano Bíttolo y en el arco de enfrente, una jugada clara de gol, malograda frente a Julio Salvá, por el mediocampista diestro del "Lobo" jujeño, Santiago Camacho.

En el complemento, sin Walter Otta en el banco local, expulsado por Felipe Viola, por dirigirse en términos descomedidos al cuarto árbitro, de acuerdo a la explicación que el mismo Viola le daría al entrenador del Gallo, cansado de que todas las pelotas "divididas" las cobrase en favor de la visita, Morón intentó sobreponerse a los "caprichos" de la naturaleza y avisó con un buen remate de Yair González, bien conjurado por Milton Álvarez.

Sobre los 18' del segundo tiempo, sobrevendría una doble jugada que podría haber modificado el rumbo del partido, más dentro de un trámite tan parejo y cerrado, primero con un cabezazo con destino irremediable de red, una vez más de Yair González, que sólo un arquero como Milton Álvarez podría contener y en la acción siguiente, mientras la pelota volvía al área visitante en forma de centro, Nicolás Dematei, un "abonado" al juego físico, siempre al filo del reglamento, forcejearía con Ivo Costantino, cayendo al piso los dos, para que Felipe Viola, sin dudarlo, marcase penal para Morón, en una jugada que sinceramente no pareció en absoluto infracción del "Vikingo", a quien tal vez le pasaron "factura" (al fin...) por tantos otros penales e infracciones disimuladas por infinidad de árbitros, en una cantidad incontable de partidos, con varias camisetas.

Expulsión "cantada" del propio Dematei, un par de minutos después, quien se lo quería "comer" al árbitro del encuentro, al igual que varios otros de sus compañeros, casi cinco minutos después, recién pudo finalmente ejecutarse el tiro desde los once metros, que con una carrera corta, de apenas un par de pasos, fiel a su estilo y abriendo el botín diestro para "llenarse" el empeine de pelota, Gastón González estrellaría el balón contra el poste zurdo de Álvarez, que adivinaría la intención, aunque sin llegar a intervenir, ante el remate a media altura y bien esquinado, pero que saldría despedido con potencia hacia el aérea grande, "atragantando" el grito de gol, bajo una lluvia incesante e impiadosa.

De allí y hasta el final, con un jugador más, durante alrededor de 25 minutos, Morón que aprovechó el mayor resto físico, ante un rival que tuvo que replegarse y prodigarse el doble, cuando las piernas ya "pesaban" para todos los protagonistas, mereció quedarse con la victoria, pero como en Mendoza, en las que generó no tuvo contundencia o se encontró con Milton Álvarez, a la postre, el más destacado de un encuentro deslucido por los condicionantes climatológicos.

Sin jugar bien, el equipo de Otta justificó llevarse algo más que un punto, frente a un rival amarrete, con una defensa sólida y uno de los mejores arqueros de la categoría.

Pero habrá que empezar a "meterla", porque la "tabla moral" de los merecimientos se extinguió hace ya mucho tiempo, junto con aquella gran revista deportiva, llamada "Sólo Fútbol".

El viernes por la tarde, en Carlos Casares, es una buena oportunidad para sacarse la "mufa" y amargar al "Sojero".

A afinar la puntería.


@elgallogustavo.



       📸: Deportivo Morón.


lunes, 24 de febrero de 2025

Paso en falso

Morón no "hizo pie" en Mendoza y una vez más, se volvió con las manos vacías, de una provincia hermosa para visitar, pero esquiva para jugar al fútbol.

Con el único antecedente de aquél triunfo en 2018, también con Walter Otta como técnico, frente a Independiente Rivadavia, con gol de Nicolás Ramírez, el Gallo no había podido ganar en todos los cotejos precedentes, en la provincia del buen sol y mejor vino, incluido el duelo semifinal por "Copa Argentina", edición 2017, frente a River Plate y en el "Malvinas Argentinas", casualmente con Julio Salvá en el arco del Gallito.

En los pleitos personales con Gimnasia y Esgrima, Morón jamás había podido derrotar al "Lobo" mendocino, con cuatro empates y tres derrotas, que ahora suman cuatro, tras el 0-1 del último domingo.

Repitiendo el once de inicio, que derrotara a Central Norte de Salta, en el Nuevo Francisco Urbano, pero con la vuelta de Jonathan Berón en el banco de los suplentes, tras cumplir la fecha de suspensión, por su expulsión en la primera fecha, frente a Almirante en Isidro Casanova, Morón "regaló" un tiempo, puesto que estuvo prácticamente "ausente" durante los primeros 45 minutos del cotejo ante Gimnasia y Esgrima, algo que aprovecharía el local para sacar la ventaja inicial, que a la postre la daría los tres puntos en juego, con demasiado poco.

En una primera mitad donde Morón se mostraría inconexo y errático, con el correr de los minutos, el "Lobo" mendocino sacaría provecho de la "ausencia sin aviso" de su rival, para manejar el trámite del partido y en base a centros cruzados, complicar a una defensa visitante que no se mostraría firme, sin presencia ni quite en el medio y escasa profundidad en ofensiva, a excepción de Yair González, el único "punzante" y presente en la calurosa noche de Mendoza.

Tras la casi convalidación de un "gol", que hubiese resultado escandaloso, luego de un tiro libre desde lejos, que se le "escurre" por debajo del cuerpo a Salvá y con reflejos, logra detener la pelota antes que siquiera se sitúe sobre la línea de gol, el juez asistente, que ya había omitido un off side evidente de un delantero local, correría rumbo al centro del campo para convalidar el gol que nunca fue, ni por confusión, hasta que el árbitro del partido, ante los reclamos enloquecidos de los jugadores y el banco Morón, se tomara su tiempo y decidiera no confirmarlo, en una acción que confirmara las sospechas siempre subyacentes en ese escenario, puesto que si no lo anuló en primera instancia, es porque no lo vio y se apoyó en su lamentable juez asistente, y de haber sido así, no habría razones para anularlo, unos minutos más tarde, a instancias vaya a saber de quién. O lo habría visto y "si pasaba, pasaba"?... En fin!...

Lo cierto es que, tan sólo un rato más tarde, a los 25' de la etapa inicial, un centro casi desde mitad de cancha, desde el sector derecho del ataque local, permitiría que Facundo Lencioni, de lo mejor exhibido por el local, se filtrara entre los centrales de Morón (en una acción muy similar al gol del empate de Almirante Brown, en el debut), para que de primera y con una gran definición, dejara sin chances a Salvá, impulsando el balón al fondo de la red, sobre el poste derecho, para el 1 a 0, hasta allí merecido de Gimnasia y Esgrima de Mendoza.

Con la diferencia en el "bolsillo", el "Lobo" cedería el trámite del partido y permitiría que Morón asuma el protagonismo, con un par de acciones de peligro, siempre en los pies de Yair González, la primera en una llegada a fondo, sobre la banda izquierda, definida con imprecisión frente al arquero y en la más clara del partido, "recortando" hacia el centro y luego de sacarse de encima a dos rivales, meter un zurdazo letal que tenía destino de red y merecía ser gol, por la excelente acción individual, pero el palo diestro del arco local, le negaría el empate a un Morón que por entonces, sólo por empuje e individuales como Yair González, no hubiese estado tan mal irse al descanso con el uno a uno, pese a un sofocón, en el agregado del primer tiempo, una vez más, con otro centro y un cabezazo de Diego Mondino, apenas sobre el travesaño.

Ya en el complemento, con Jonathan Berón en cancha, en lugar de un apático Fabricio Sanguinetti, el Gallo se mostraría más "picante" en ofensiva, aunque en esta oportunidad, Ivo Costantino no tendría un buen partido, bien absorbido por la marca de los centrales mendocinos.

En un trámite anodino, cortado y sin emociones, a la medida de la escasa diferencia local, Morón no sufriría en su área, pero tampoco generaría demasiado en la ultimos metros del local, hasta que los ingresos de Facundo Báez, Renzo Reynaga y Emiliano Franco le dieran otro "oxígeno" a la visita y en el cuarto de hora final encontrase las opciones más claras del complemento, como en aquél tiro de esquina desde la izquierda, que primera encontrase la cabeza de Franco y una notable reacción de Lautaro Petruchi, arquero de Gimnasia y en el rebote, una media vuelta del mismo Emiliano Franco, que se iría apenas ancha sobre el poste izquierdo.

El "pitazo" final de Álvaro Carranza, siempre de "dudoso" arbitraje, resultaría un premio a la efectividad del "Lobo" mendocino, que dentro de un trámite pobre y anodino, supo usufructuar su tiempo (el primero) y convertir una de las tres o cuatro ocasiones que generara al cabo de los 90', a la inversa de Morón, que a igual cantidad de ocasiones de gol, no pudo concretar ninguna, en los pocos lapsos en que pudo imponer su juego al de su rival.

Mendoza, hermoso destino argentino para veranear, pero no para jugar al fútbol profesional.

El Gallo, nuevamente no "hizo pie" en la "tierra del sol y el buen vino" y una vez más, se volvió al Oeste con la manos vacías.

A aprender de los errores y las enseñanzas de la derrota, para recibir a los Jujeños, la próxima semana.

En Mendoza, Morón no pudo con la "historia". Aunque tampoco colaboró su flojo desempeño.

Un paso en falso.


@elgallogustavo.



       📸: Deportivo Morón.




lunes, 17 de febrero de 2025

"Bienvenidos al tren"...

En el regreso oficial de Walter Otta, al Nuevo Francisco Urbano, nuevamente a cargo del banco del Gallo, Morón consiguió una justificada, laboriosa y convincente victoria, la primera del campeonato, frente a un duro Central Norte de Salta, por la segunda fecha del "extra large" torneo de la Primera Nacional.

Ratificando los alentadores indicadores de la jornada inicial, en el empate a uno, con "sabor a poco", frente a Almirante Brown en Isidro Casanova, el Morón de Otta justificó el triunfo en la etapa complementaria, luego de un "trabajoso" y parejo primer tiempo (a la inversa de lo ocurrido hace una semana, en el "Fragata Presidente Sarmiento", donde la mejor versión del Gallo se viese en la etapa inicial), confirmando la idea de juego que el cuerpo técnico pretende de este equipo, pero además, agregándole un "componente" necesario e inexistente en la pobre temporada 2024: el desequilibrio individual, sumado al buen manejo del balón y las interesantes "sociedades" colectivas, que permitieran a Morón, casi en el epílogo de la primera mitad, conseguir "destrabar" y empezar a ganar un partido parejo y disputado, frente a un duro Central Norte de Salta, merced a la jerarquía individual de sus protagonistas.

Con los ingresos de Franco Lorenzón, el autor del gol el Casanova, por el lesionado Matías Cortave, del retornado Santiago Kubiszyn por Matías Ballini (también con alguna "nana" muscular, propia de estos primeros partidos) y el uruguayo Fabricio Sanguinetti en lugar del suspendido Jonathan Berón (expulsado ante Almirante), Morón no vio resentirse su fisonomía de equipo, dominando el balón y prevaleciendo en las acciones, ante un aguerrido y batallador Central Norte, un "Cuervo" salteño con Emmanuel Giménez como "estandarte" en su mediocampo, tan vigente como aquél campeón 2017 con la casaca del Gallito.

Dentro de una primera etapa sin emociones, ni sobresaltos para Julio Salvá, Morón hilvanaría las mejores opciones, sin demasiada profundidad, hasta que a los 39' de la etapa de inicio, Fabricio Sanguinetti desbordara por la banda izquierda y con un buen centro, a media altura y al segundo palo, permitiese la llegada goleadora de Yair González, a quien el Nuevo Francisco Urbano parece sentarle bien y en especial, en el arco que da espaldas a la parcialidad local, para empujarla al gol y poner arriba a Morón, cuando el trámite del partido se había tornado tan parejo como complejo.

Ya en el complemento, con la tranquilidad de la diferencia parcial, Morón cedió por momentos la tenencia del balón, para que la necesidad de la visita le abriera espacios al contragolpe letal, con Mariano Bíttolo, capitán y cada partido más preponderante para el conjunto, bien acompañado por "los González", el mencionado Yair y Gastón, la presencia siempre inquietante de un Costantino que obliga y desgasta a sus rivales, más el "picante" y la velocidad de Sanguinetti.

Como contrapartida, Central Norte recién a los 35' del complemento arrimaría algo de peligro, a una sólida defensa local, con laterales seguros en la marca y dispuestos siempre a sumarse en ataque por sorpresa (con un mejor partido de Juan Manuel Cabrera, por derecha, a la inversa de lo sucedido en Casanova, con un mejor rendimiento de Joaquín Livera por la banda opuesta) y dos zagueros sin fisuras, efectivos tanto de arriba como de abajo, con un rendidor Lorenzón y un buen partido de Nahuel Zárate, más la tranquilidad que genera Julio Salvá en el arco, de escaso trabajo en la calurosa tarde del Oeste.

Con el paso de los minutos, y pese a que la visita podía manejar la pelota, pero no generar peligro, el resultado "corto" imponía el "refresco" de protagonistas desde el banco de los suplentes, para reemplazar a jugadores progresivamente extenuados como Bíttolo, Yair y Gastón González, Costantino y Sanguinetti, aciertos tácticos del cuerpo técnico, visto los rendimientos determinantes para el resultado final del encuentro, de Thiago Lauro, Emiliano Franco, los debutantes Renzo Reynaga y Facundo Báez, más el regreso de Franco Disanto, todos recambios oportunos y decisivos.

Salvo un remate desde afuera de Santiago Rinaudo, el "7" de la visita, Central Norte no conseguiría transformar sus ganas en acciones de riesgo frente al arco de Salvá, mientras cada contragolpe comenzaba a desmoronar las últimas defensas salteñas, como en aquella jugada individual de Reynaga, que tras eliminar con un "caño" a su marcador, rematase con violencia al palo diestro de Alan Gonzalez, el arquero del "Cuervo", evitando con una gran atajada, lo que hubiese significado un auténtico golazo, para una gran presentación del ex Estudiantes de Río Cuarto.

Cuando el partido parecía extinguirse con la ventaja mínima para el Gallo, el pibe de Argentinos Juniors, Facundo Báez, armaría un auténtico "jugadón", desde la banda izquierda del ataque, con un hermoso regate y "recorte" hacia el centro, "bicicleta" incluida, para buscar el espacio y rematar al arco, de cuyo rebote Emiliano Franco, en posición de centrodelantero, habría de capturarlo para impulsar el balón y definir el pleito, en el primer minuto de tiempo agregado, por un correcto arbitraje de Lucas Cavallero (en su "primera vez" con el Gallito).

Y hasta hubo tiempo para alguna contra más, hasta que el pitazo final sentenció la suerte de unos y otros, desatando la algarabía de la multitud de Morón, "rompiéndose" la palmas de las manos en los aplausos, en dirección al campo de juego, pero con la mirada y el corazón puestos en el banco de los suplentes.

Ganó Morón, su primer partido en el torneo, en el regreso oficial de Walter Otta al Nuevo Francisco Urbano, una vez más, como técnico del Gallo.

Y la ilusión, cada semana, se confirma y consolida un poquito más.

Hay cuerpo técnico, hay equipo y sobra hinchada. 

"Bienvenidos al tren", de una esperanza, llamada Deportivo Morón.


@elgallogustavo.



       📸: Eduardo Fabián Acuña.