lunes, 1 de septiembre de 2025

7 de 9... Nada mal para una semana

A Morón se le escapó en el final.

Con demasiadas ausencias significativas (Iván Vaquero, Emilio Lazza, Mariano Bíttolo y entre los relevos, Gastón, González, todos por lesiones) y con la sobrecarga de tres partidos en una semana, el Gallo a punto estuvo de sumar nueve de nueve en "casa", pero el desgaste físico, por la acumulación de minutos (en una cancha que aguantó de manera inmejorable, la cantidad de agua caída en las últimas horas), lo privó de volver a sumar de a tres, para quedar a tiro de la punta de la zona, por un error individual y repetido, en el primer minuto agregado, frente al siempre complicado Estudiantes de Caseros.

En rigor de verdad, el empate final a uno está correcto y se corresponde con los expuesto por ambos, al cabo de los 90' de juego, con un Morón que dominó casi todo el primer tiempo y supo ponerse en ventaja, de manera merecida, con un auténtico golazo de toda la cancha, pero desde los 35' de la primera mitad y en especial en el complemento, no pudo intentar aguantar el resultado desde la tenencia del balón o cuanto menos, intentar definir el pleito de contra, ante un "Pincha" de Caseros que lo dominó en toda la segunda etapa y bien pudo empatar el marcador mucho antes, de no mediar el gran partido de Leandro Finochietto.

Así las cosas, mientras el equipo de Walter Otta tuvo "combustible" en el "tanque", se impuso, fue superior y sacó una justificada ventaja frente a un Estudiantes que jamás había inquietado a Finochietto, hasta el cuarto de hora final del primer tiempo, cuando las reservas empezaron a escasear y la visita comenzó a sacar provecho de ese cansancio acumulado, de un Morón que venía de un raid de dos cotejos complicados (ante Chicago y Gimnasia de Mendoza), en una misma semana.

Con la única variante obligada de Santiago Kubiszyn (de muy buen partido), en lugar del lesionado Mariano Bíttolo, que tras cumplir la fecha de suspensión por cinco amarillas, ante el "Lobo" mendocino, en la última práctica previa al cotejo ante el "Pincha", el mejor del torneo sufrió una sobrecarga muscular, el Gallo fue en búsqueda de otro triunfo que lo dejara a tiro de la punta, dominando las acciones, pero sin profundidad, hasta que a los 18' del primer tiempo, de una jugada iniciada en campo propio por Juan Manuel Cabrera, por el flanco derecho, la pelota derivaría al sector opuesto del ataque local, con no menos de diez toques entre Pablo Ferreira (otro en el "podio"), Joaquín Livera, Fabricio Sanguinetti, Santiago Kubiszyn y Yair González, para que el balón volviera a la posición en ofensiva de Cabrera, y el lateral diestro de Morón, en lugar de optar por el envío al área, decidiera tocar al centro, en dirección a Kubiszyn, quien dejaría pasar el balón, para que Yair González la ubicase con categoría y precisión, con cara interna del botín derecho, junto al poste también diestro de un sorprendido Matías Budiño, arquero de la visita. GOLAZO y merecida ventaja de uno a cero.

En los minutos siguientes y hasta la media hora de la etapa inicial, Morón apretaría a Estudiantes contra su arco, con un par de tiros de esquina, como si íntimamente supiera que era momento de sacar la mayor diferencia posible, a sabiendas que difícilmente las "reservas" permitiesen aguantar los 90' más el agregado.

Y así resultaría, porque tras un par de "sustos" en el cierre de la primera parte (la más peligrosa, en un mano a mano desperdiciado por un "viejo conocido", como Gonzalo Berterame), desde el reinicio de las acciones, tras el descanso del entretiempo, los de Caseros se apoderarían por completo de los 45' finales, arribando al merecido empate, recién en el primer minuto agregado al tiempo reglamentario, mitad por la falta de contundencia de sus delanteros, como en otra gran actuación de Leandro Finochietto, la figura de la noche en el Oeste, con tres o cuatro atajadas para el aplauso.

Pero en la menos pensada, en el minuto 46 de '50, una vez más y al igual que frente a Talleres, en la derrota en Remedios de Escalada, Matías Cortave intentaría anticipar un centro y totalmente fuera de timming, no haría otra cosa que "rechazar" hacia adentro del área y habilitar sin proponérselo al ingresado Santiago Briñone, que sólo frente a Finochietto, con un remate "mordido" y contenido a medias por el "1" del Gallito, la pelota ingresaría "pidiendo permiso" al arco local, pese al esfuerzo final de Franco Lorenzón y Cabrera, para el uno a uno irreprochable de la visita, pero doloroso, cuando parecía que los laboriosos tres puntos se quedaban finalmente en esta parte del Oeste.

El pitazo final de Gastón Monsón Brizuela, de buen arbitraje, nuevamente contrario a los pronósticos más agoreros (y no sin razón), terminarían confirmando un reparto de puntos que le permiten a Morón seguir con esperanzas, en un expectante tercer puesto, a cuatro unidades del líder, Gimnasia de Jujuy, a falta del encuentro entre Chicago y su par mendocino, que podrían cambiar la "jefatura" de la zona y alejar al Gallo a un punto más de la cima.

Ahora, a recuperar "soldados" indispensables, porque algunos recambios no están a la altura y a recuperar energías, porque restan cinco fechas y todo aún continúa en juego.

Sin espacio para lamentos, a pensar en el CADU.

#7de9... Nada mal para una semana.


@elgallogustavo.



       📸: Deportivo Morón.


jueves, 28 de agosto de 2025

"Lobo, está?"... Se lo comió un Gallo de riña

Morón ganó "la final del mundo", como la definiera en la previa del encuentro postergado frente a Gimnasia de Mendoza, Walter Otta, en "Corazón de Gallo" y "bajó " al puntero de la zona, para sumar tres puntos y colocarse tercero, a sólo tres unidades de distancia de su vencido, con el sacrificio como premisa y la ilusión como estandarte.

Luego del triunfo en el clásico, también por la mínima, del último fin de semana frente a Chicago, con poco descanso y mucha adrenalina, el Gallo llegaba al encuentro con el "Lobo" mendocino, líder de la Zona "B", en el postergado de la vigésima fecha, con la necesidad imperiosa de sumar de a tres, para recortar distancias con la cima de la tabla y meterse de lleno en la pelea grande por el ascenso directo, a falta de seis jornadas para el cierre de la fase regular de un extenuante torneo de la Primera Nacional.

Así las cosas, en su segundo cotejo consecutivo de local, del raid de tres en fila en el Nuevo Francisco Urbano, Morón dejó hasta la última gota de sudor para vencer a Gimnasia y Esgrima de Mendoza, por primera vez en su historia y por uno a cero, a pesar de la ausencia obligada por suspensión y determinante de Mariano Bíttolo (reemplazado por Emiliano Franco, de buen partido y el "héroe" de la noche del Oeste, por el gol del triunfo), a quien se sumaria el ingreso de Gastón González desde el inicio, en lugar de Juan Manuel Olivares, de excesivo trajín, tras su reciente regreso, luego de su larga convalecencia por una grave lesión ligamentaria en su rodilla.

En los primeros minutos de un partido tenso, por lo mucho en juego, la jerarquía individual del líder zonal impondría sus condiciones en el Nuevo Francisco Urbano, obligando a Morón a replegarse y sufrir el trámite del encuentro, desbordado por los laterales y sometido a un par de zozobras, como en aquella "apilada" de Facundo Lencioni, el hábil "11" de la visita, que de tan zurdo demoraría el remate, en búsqueda de su mejor perfil, permitiendo la cobertura defensiva y el remate desviado sobre el poste izquierdo de Leandro Finochietto.

Sin embargo y cuando el desarrollo le era más adverso al equipo de Walter Otta, de un tiro de esquina desde la izquierda de su ataque, ejecutado por Yair González y desviado de cabeza por un defensor, en primera instancia habría de caerle nuevamente en los pies al "10* del Gallito para habilitar hacia atrás a Joaquín Livera, y el lateral zurdo de Morón, en lo mejor que supo hacer desde su arribo al club, sacaría un centro con "rosca", rumbo al área chica rival y con ventaja para los atacantes, para que en posición de centrodelantero, Emiliano Franco la empujara al gol, ante el delirio de todos, dentro y fuera del campo de juego, para el inesperado 1 a 0 del Gallo, a los 36 minutos de la etapa inicial.

Tras el 1 a 0, el gol aplacaría un poco el ímpetu visitante, a la vez de tranquilizar y ordenar a Morón, yéndose al entretiempo con un ventaja hasta allí inmerecida, pero que justificaría con el correr de los minutos, en el complemento, en base a "overol": sacrificio, solidaridad y despliegue.

Con un par de opciones incluso para ampliar el resultado, a través de un remate a distancia de Pablo Ferreira, en una media vuelta de Ivo Costantino, una inmejorable de Olivares, que habría de resbalarse al momento de sentenciar a Lautaro Petruchi, golero de la visita y una contra de Yair González, con doble remate al arco, el Gallo manejaría los tiempos del partido hasta los '30 de la etapa final, donde entre el cansancio lógico de un Morón que se corrió todo y a todos, y las necesidades del "Lobo" mendocino, le devolverían al líder cuyano el protagonismo de las acciones, convirtiendo en figuras a la última línea local y en especial, a Finochietto, con una atajada fenomenal, tras un tiro de esquina y el cabezazo del ingresado Fermín Antonini, a puro reflejo, para sacarla de entre los "cordones" junto al palo derecho.

El pitazo final de Bruno Amiconi, de correcto arbitraje, al igual que sus asistentes, contra todos los pronósticos, desataría la algarabía dentro y fuera del cada vez más verde césped, de un Morón que "bajó" al líder de la zona, para colocarse tercero con 49 unidades, a tan sólo tres puntos de su vencido en la noche del miércoles.

Ahora, a completar el raid de partidos en "casa", ante otro rival complicado, como Estudiantes de Buenos Aires, el próximo domingo por la noche, para seguir cimentando un estado de ilusión que mantiene en vilo a todo el Oeste.

"Lobo está?"... Se lo comió un Gallo de riña.

#6de9.


@elgallogustavo.



       📸: Eduardo Fabián Acuña.



domingo, 24 de agosto de 2025

"Nos comimos una vaca cruda y nos parece poco..." 🎵

Así como hace una semana, decíamos que Morón había perdido el partido que no debía perder, frente al último, Talleres en Remedios de Escalada, este sábado por la noche, el Gallo ganó el pleito que debía ganar, nada menos que ante Nueva Chicago, en el Nuevo Francisco Urbano.

Luego del cimbronazo inesperado, ante el rival menos pensado, el equipo de Walter Otta tenía la necesidad de recuperarse rápidamente del duro traspié y volver a sumar de a tres, para no perder el "tren" del campeonato, ni complicarse con la clasificación al Reducido, precisamente ante su clásico rival y en "casa", cotejo que siempre involucra un plus emotivo, de envión positivo o negativo, de acuerdo al resultado final.

Y Morón venció sin atenuantes, por segunda vez en el torneo, a un Chicago que prácticamente no lo complicó, pese a no jugar bien, en un partido de pierna fuerte y mucha intensidad, como todo clásico que se precie de tal.

Con las cambios obligados por lesión, de Leandro Finochietto en el arco, por Julio Salvá y de Joaquín Livera como lateral zurdo, en lugar de Emilio Lazza, sumados al regreso de Franco Lorenzón por Matías Cortave, Morón intentó imponer condiciones desde el inicio y asfixió al "Torito" contra su arco, durante los primeros 15' de juego, impidiendo que Chicago pudiese siquiera cruzar la mitad de campo y generando un par de situaciones de riesgo, como aquél remate desde afuera, de Yair González, desviado con esfuerzo por Facundo Ferrero, arquero y capitán de la visita, por arriba del travesaño y un par de minutos más tarde, el mano a mano entre ambos protagonistas, que el "1" de Mataderos le ganara al "10" del Gallito, ingresando al área por izquierda.

Tras ese primer cuarto de hora, Chicago comenzaría a salir del asedio y a equilibrar lentamente las acciones, procurando sorprender con envíos de larga distancia, a una defensa de Morón que no se mostraría segura (en especial por la banda izquierda), mientras que el Gallo apostaría a sumar pases, tal su estilo de siempre, le salgan mejor o peor los intentos.

Más allá de una corrida de Iván Maggi, el "9" de la visita, que sorprendiera mal parada a la última línea de Morón y cara a cara con Finochietto, se encontrara con un rechazo a medias del "1" de Morón, en la noche del sábado, el equipo de Gastón Lotito no complicaría al local en su defensa, pese a contar con un buen partido de Ignacio Rodríguez, el "10" del "Torito", autor del descuento en Mataderos y una vez más, una "pesadilla" para las limitaciones conocidas de Livera.

Ya en el complemento, Morón insistiría con su postura dominante, aunque carente de profundidad, acopiando merecimientos para ponerse en ventaja, más por su predisposición, actitud y búsqueda, que por su lucidez en los metros finales del campo rival, para generar zozobra real en el arco bien defendido por el seguro Ferrero.

Hasta que de tanto ir, con voluntad pero escasas ideas, de un centro desde la izquierda de Mariano Bíttolo, "peinado" por Fabricio Sanguinetti dentro del área, el rechazo de la defensa visitante le quedaría a Juan Manuel Olivares, fuera de la misma, para sacar un remate con efecto y precisión, de empeine diestro, abajo y junto al poste zurdo del arco de Chicago, para poner el 1 a 0 merecido a los '19 del segundo tiempo y hacer delirar a todo el Oeste, y también emocionar con las lágrimas de un "Maravilla" que recién hace pocas fechas volviese al equipo, luego de una larga inactividad de un año, consecuencia de una grave lesión ligamentaria en una de sus rodillas.

De allí y hasta el pitazo final de Felipe Viola, árbitro del partido, de regular desempeño, quedaría tiempo para un gol anulado a Chicago, en el tercer minuto agregado, por una posición adelantada tan fina como polémica.

Morón se recuperó y ganó el partido que debía ganar, nada menos que en el clásico frente a Chicago, en el inicio de un raid de tres encuentros consecutivos de local, con el postergado del miércoles ante el líder, Gimnasia de Mendoza y el choque siempre complicado ante Estudiantes de Buenos Aires, el próximo fin de semana.

"Nos comimos una vaca cruda y nos parece poco"..., diría la Bersuit.

Porque este Gallo va por más.

#3de9.


@elgallogustavo.



       📸: Eduardo Fabián Acuña.


domingo, 17 de agosto de 2025

En la última, perdió con el último

En la última, Morón perdió con el último.

En efecto, en la última "bola", de la tarde en Remedios de Escalada, el Gallo que comenzó ganando, se quedó con las manos vacías frente a Talleres, que lo fue a buscar en el complemento y lo dio vuelta en el agregado, para soñar con permanecer en la categoría.

Una vez más, como otras tantas veces en la historia reciente (y no tanto del Deportivo Morón), se perdió el partido que no debía perderse, por más que dentro de la cancha siempre resultan once contra once y pocas veces importa (o tiene decisiva incidencia) cómo llegan en la previa.

Lo cierto es que Morón cayó en su visita a Escalada, frente al último de su zona, Talleres, que pese a levantar en las últimas fechas, no deja de ser el equipo de peor rendimiento, junto a Defensores Unidos de Zárate, ambos dependiendo de algo más que un "milagro" para no descender a la "B" Metro.

Y por si fuera poco, Morón lo empezó ganando con justicia, a los '33 del primer tiempo, luego de una jugada preparada, del "laboratorio" en la semana de Walter Otta, en la que Juan Manuel Olivares (nuevamente en el once de inicio) amagara con un centro al área, en un tiro libre en tres cuartos rival, y cediera por el centro a Mariano Bíttolo, quien metiera un pase en "cortada" fenomenal para Fabricio Sanguinetti, que en diagonal del centro a la izquierda del área chica, sacara un zurdazo inapelable contra el vértice superior zurdo del arco de Damián Tello, el "1" de Talleres.

En rigor de verdad, dentro de un arbitraje indisimuladamente "localista" de Yamil Possi, quien no tuviera injerencia decisiva en el resultado final del partido, pero que "pitara" todas las "chiquitas" en favor del dueño de casa, en particular durante el segundo tiempo, la posición del uruguayo en el gol del Gallo, desde el ángulo sesgado que ofrecía la televisión por su habitual app, resultó más que fina, y pese a que pareciera partir en la misma línea del último defensor (nobleza obliga, ya que tanta veces nos hemos quejado y con razón, de los "errores" arbitrales en perjuicio de Morón), bien pudo invalidar la acción por posición adelantada, como convalidar el tanto de la ventaja inicial, tal cual lo hiciera.

Tras el uno a cero del Gallito, que guardaba su correlato con el desarrollo del encuentro hasta ese momento, bien pudo aumentar la ventaja el equipo de Otta, que supo manejar los tiempos de aquel primer tiempo y contó con un par de chances para ampliar el marcador, aunque en los instantes finales de la etapa, dejó entrever desacoples defensivos, máxime a partir de la lesión de Emilio Lazza, promediando la primera etapa y su reemplazo por Joaquín Livera, de lo más pobre del equipo, junto a Matías Cortave (reemplazante de Franco Lorenzón), con responsabilidad directa en el tanto del empate local.

Ya en el complemento, el Morón que saldría al campo de juego en Escalada, poco y nada tendría que ver con ese Gallo dominante y en ventaja de los '45 iniciales, resignando protagonismo en beneficio de las necesidades de un Talleres voluntarioso pero limitado, y fundamentalmente, sin la intensidad que lo llevara a ponerse en ventaja y a manejar el trámite, sin ser jamás un dechado de grandes virtudes.

Y así llegaría el empate de Talleres, a los 4 minutos del segundo tiempo, luego de (otra vez, al igual que una semana atrás, en el descuento de Estudiantes de Río Cuarto, en el Oeste), una pelota que nadie pudiese terminar de despejar y la dejaran "viva" en la puerta del área propia, para que una buena asistencia en profundidad con destino a Camilo Viganoni, aprovechando el errático intento de anticipo de Cortave, que no haría otra cosa que dejar solo al "7" local con Julio Salvá, para "puntearla" al gol de la igualdad en Escalada, cuando el partido parecía "a pedir" de Morón, en el entretiempo.

A partir de allí, y como tantas otras veces en la historia reciente (y no tan reciente), el Gallo le daría "vida" a un Talleres que parecía "muerto" (o casi "finado"), durante el primer tiempo, no sólo por la desventaja parcial, sino fundamentalmente dada la ausencia de argumentos futbolísticos para intentar revertir la historia por exclusivo mérito propio y sin "ayuda" ajena.

Y si bien Morón pudo recuperarse con el correr de los minutos e ir en búsqueda de un triunfo necesario para no perder el "tren" del campeonato, generando algunas chances para volver a ponerse en ventaja, también "desnudaría" la endeblez de una defensa, otrora sólida y el punto de partido del buen andar colectivo, con pobres rendimientos de casi toda la defensa, a excepción de Juan Manuel Cabrera y Lazza, mientras estuvo en cancha.

Hasta que Mariano Bíttolo y Pablo Ferreira resultaran reemplazados, ambos al límite de sus posibilidades físicas y resguardados por esa misma razón y en virtud de la seguidilla de futuros compromisos, perdiendo a partir de allí la preeminencia en la zona media y permitiendo que Talleres volviese a sentirse capaz de "lastimar", como lo hiciera en el epílogo del partido.

Y es que, de una pelota que terminaría en gol de Morón, impulsada por Ivo Costantino, pero invalidada por presunta carga contra el arquero local (si se tratase de Gimnasia de Mendoza o de Jujuy, hubiesen sancionado con idéntico criterio?), un mal retroceso de Morón y un pase largo, encontraría a Camilo Viganoni, el autor del empate, con demasiado terreno para correr y mandar el centro, gracias a una sucesión de errores visitantes (el mal cálculo de Franco Vázquez en el cierre por el lateral diestro, Livera que había quedado "anclado" en ofensiva y lejísimo de la jugada, Cortave que "empantanado" en el área chica no llegaría a interceptar el envío, que además superaría a Cabrera, sin relevo alguno a sus espaldas), para que la pelota le quedara en soledad, por el lado opuesto a Leonel Barrios y el "9" local no desperdiciara el "regalo" y la impulsara por debajo del cuerpo de Salvá, para el impensado 2 a 1 de Talleres de Remedios de Escalada, en el tercer minuto agregado de los cinco al tiempo reglamentario.

En definitiva, tres puntos "ganables", más allá que todos los partidos hay que jugarlos y cualquier rival ofrece su resistencia, y que encima se estaban ganando con justicia, al término del primer tiempo, terminaron por convertirse en una derrota dolorosa, que recorta sueños y enciende alarmas de rendimientos individuales que no se hallan a la altura de lo que está en juego.

Ahora llega otro "raid" de tres partidos de local, al igual que al final de la primera rueda, donde el Gallo deberá sumar la mayor cantidad posible de puntos, y si fuera factible los nueve en disputa, para no poner en riesgo su clasificación actual al Reducido y, quien te dice..., volver a ilusionarse con no abandonar la pelea por el primer puesto del grupo.

Por lo pronto, a ganar el duelo con Mataderos, con la plusvalía emocional que conllevan este tipo de partidos clásicos, máxime de local.

Sin margen de error.


@elgallogustavo.



       📸: Deportivo Morón.


domingo, 10 de agosto de 2025

En carrera

Morón necesitaba imperiosamente volver al triunfo, luego de la derrota con polémica ante Chacarita y el empate en cero frente a Defensores de Belgrano, en el Bajo Núñez, y frente a un rival directo como Estudiantes de Río Cuarto, pudo quedarse con tres puntos necesarios, tras un buen primer tiempo, en el que recuperara la memoria de su mejor versión y un complemento donde, una vez más, se complicó solo y debió sufrir hasta el octavo minuto agregado para el grito de desahogo, ante la menor concurrencia de la temporada, en el Nuevo Francisco Urbano, luego de la sanción del estadio, culpa de los imbéciles de siempre, hace quince días.

Con los regresos de Franco Lorenzón, Pablo Ferreira y Fabricio Sanguinetti, en lugar de Matías Cortave, Emiliano Franco y el suspendido Jonathan Berón, tras su expulsión frente al "Dragón", sumados al retorno desde el inicio, luego de largo tiempo, de Juan Manuel Olivares en lugar de Gastón González, este Morón procuró volver a sus propias "fuentes" futboleras y desde el arranque del cotejo ante el "León del Imperio", apretó a su rival bien arriba, complicándolo en su salida, además de retomar el camino que mayor dividendos le redituara en la presente temporada, esto es, la sumatoria de pases con paciencia y criterio, a partir de la recuperación de Ferreira y el fútbol generado por Olivares, de muy buen primer tiempo y hasta que la "nafta" le dijera "basta", en el complemento, devolviéndole al equipo de Walter Otta la cuota imprescindible de toque y juego asociado, ausente sin aviso en los partidos precedentes.

En este recuperado esquema de presión alta y tenencia del balón, la visita sería incapaz de cruzar siquiera la mitad de cancha, no antes de los quince minutos de inicio el pleito, lapso durante el cual, Morón consiguiera la primera ventaja y la justificaría en el desarrollo.

Así las cosas, con un Sanguinetti de regreso y más parecido al punta punzante de varias fechas atrás, de una triangulación entre el "uruguayo", Olivares y Emilio Lazza, el "6" del Gallo sacaría un centro al punto del penal, donde encontraría la cabeza de Ivo Costantino, para impulsarla con parietal diestro al fondo del arco, con apenas seis minutos del primer tiempo.

De allí en adelante, Morón permitiría que la visita se adelante unos metros, procurando volver a "lastimarlo" de contra, algo que a punto estaría de lograrlo, a los '18 de la primera mitad, con una habilitación de cabeza de Costantino (el más destacado, junto a Olivares y Ferreira, que una vez más saliera lesionado), para dejar mano a mano con el arquero a Yair González, cuyo remate ingresando por el sector derecho del área de Estudiantes de Río Cuarto, no terminaría en el 2 a 0 del Gallito, de no mediar una gran atajada de Brian Olivera, el buen arquero de la visita.

Sin sufrir en propia área, los escasos intentos hilvanados por el "León", el equipo de Otta se iría al descanso con una ventaja mínima, pero justa, que puso haber sido más amplia, de no mediar la referida intervención del "1" riocuartense y un par de situaciones similares (ambas también en los pies de Yair González), una finalizada en gol, pero inhabilitadas por el árbitro asistente, por off side tan "finos" como cuestionables.

Ya en el complemento, Morón propuso mantener su protagonismo, para procurar agrandar la diferencia a su favor, pero también evitar cualquier intento de su rival, de adueñarse del trámite del partido, aunque sin generar situaciones de riesgo claras en ambos arcos, más allá de un centro de Olivares desde la derecha, que ni Costantino en el primer palo, ni Franco Vázquez en el segundo, pudiesen impulsarla al fondo de la red.

A los '30 del segundo tiempo y en un contragolpe que dejaría a Sanguinetti de cara al arco visitante, por el centro del área, Sergio Ojeda, el "6" de la visita, derribaría de una manera indisimulable y hasta grotesca a Costantino, pero el árbitro del encuentro, el debutante Julián Jerez y su asistente, con un "delay" de no menos de un minuto, volvería sobre sus pasos de una jugada posterior en terreno de Morón, para sancionar el evidente penal en favor de Morón, pero obviando la segunda amarilla y consecuente expulsión al autor de la infracción.

Un minuto más tarde y con un remate de zurda, potente y preciso, junto al poste diestro de Olivera, que habría de adivinar el palo de manera infructuosa, Ivo Costantino convertía el segundo de la tarde y el séptimo en la campaña, para convertirse en el goleador del Gallo en la temporada, y darle a Morón una diferencia de 2 a 0, que por entonces parecía tranquilizadora.

Sin embargo, en un Gallo que "si no sufre, no vale", apenas dos minutos más tarde, y tras una pelota que ni Franco, ni Gastón González podrían rechazar en la puerta del área, un buen pase en profundidad dejaría al ingresado Javier Ferreira, de cara a Julio Salvá, para cruzársela al palo más lejano y darle una cuota de dramatismo innecesaria, a un partido que ya parecía definido.

Por si fuera poco, los ocho (??!!) minutos agregados le sumarían aún mayor incertidumbre a la justa victoria del Gallito, que habría de salvarse en la última bola del partido, tras el enésimo centro y el remate defectuoso del lateral derecho, Juan Antonini, que recorrería el área chica, sin que ninguno de sus compañeros pudiese corregir la trayectoria, para perderse afortunadamente demasiado cerca del poste diestro de Salvá, en lo que hubiese sido un empate agónico e injusto de Estudiantes de Río Cuarto.

Con el pitazo final de Julián Jerez, de regular desempeño, el desahogo de un Nuevo Francisco Urbano a medias, repercutiría en la despoblada cabecera local, clausurada, insistimos, por los incidentes de los estúpidos de siempre.

Ahora, a visitar a Talleres en Remedios de Escalada y esperar por otro raid de tres partidos de local, frente a Nueva Chicago, el suspendido ante Gimnasia de Mendoza y Estudiantes de Buenos Aires, que bien pueden definir para qué pelea está este equipo, si la mayor por el primer ascenso o la no menos importante por un lugar en el Reducido.

En carrera.


@elgallogustavo.



             📸: Eduardo Fabián Acuña.


martes, 5 de agosto de 2025

A recuperar la "memoria"

Y en el tramo final y decisivo del campeonato, a falta de diez fechas para el cierre de la temporada regular, como en el "Juego de la Oca", Morón retrocede diez casilleros y se autoboicotea, reviviendo errores del pasado reciente, para complicarse solito y solo, partidos ganables, por lo menos, once contra once.

En efecto, el empate en cero frente a Defensores de Belgrano, en el Bajo Núñez, termina dejándonos un regusto a poco, aún sin jugar bien y enmarañados en la misma meseta futbolística que atraviesa este equipo desde hace un par de fechas, pero que de no mediar una vez más, otra expulsión evitable e inexplicable en el cierre de la primera etapa, quizá el resultado final pudiese hacer sido mejor para las aspiraciones de un Morón, cerca de todo desde lo numérico, pero cada fecha más lejos de su mejor versión, aquella que nos llenara de ilusión a todos.

Y es que, ante un "Defe" limitado y con ausencias de peso, como el "Topo" Ezequiel Aguirre, ausente por acumulación de tarjetas, en el regreso de Fabián Nardozza al banco del "Dragón", Morón una vez más no supo sacar rédito de esas ventajas y lo que es peor, sin sufrir el desarrollo, más allá de un par de intervenciones con acierto de Julio Salvá, volvió a condicionarse sólo con la roja directa a Jonathan Berón, a los 40 minutos del primer tiempo, en una acción intrascendente y en el círculo central.

Con algunos cambios en el once inicial, dados los ingresos de Matías Cortave en lugar de Franco Lorenzón (al banco de los suplentes), Franco Vázquez como segundo marcador central, por el lesionado Iván Vaquero (corriéndose Emilio Lazza al lateral izquierdo) y Gastón González en reemplazo del suspendido Santiago Kubiszyn (expulsado frente a Chacarita y sancionado con dos fechas de suspensión), sumado al regreso entre los relevos de Pablo Ferreira, que debería ingresar por Mariano Bíttolo, ante la expulsión de Berón, Walter Otta intentó recomponer un andamiaje de juego que hace fechas no funciona como en sus mejores momentos, pero otra vez no pudo revertir el bajón pronunciado de un Morón sin juego ni profundidad, y que encima se empecina en facilitarle las cosas a su rival de turno, quedándose prematura e infantilmente con uno menos.

En una primera mitad para el "bostezo", el Gallo empezó mejor, y generó un par de aproximaciones, con remates desde afuera del área, de Gastón González, para lentamente ir perdiendo la "batalla del medio" y permitiendo que un muy discreto Defensores, tal vez de los más flojos de los últimos tiempos, terminara la etapa con cierto predominio, a partir del manejo siempre atildado de Emiliano Vecchio, provocándole un par de "revolcones" a Julio Salvá, a la postre y pese a su indisimulable merma física, el jugador más destacado del "Juan Pasquale" (seguido de un buen partido de Yair González, en una noche con "pocas luces" de ambos lados).

Ya en el complemento y al igual que sucediera una semana atrás, en la derrota frente a Chacarita en el Oeste, Morón con diez se mostraría mejor y hasta más ambicioso que con once, sin provocar situaciones claras de gol, en el arco rival, pero tampoco sufriéndolas en el propio, más allá de un tiro de "emboquillada" de un conocido de la "casa", Guillermo Villalba, que confirmara la nominación de Salvá como el mejor de la cancha, en una noche para un rápido y piadoso olvido de ambas partes.

Con el pitazo final de Juan Pafundi, "localista" en todas las divididas y con la colaboración inestimable de Berón, para dejar prontamente a la visita en desventaja numérica, Morón se llevó un punto del Bajo Núñez que lo mantiene en carrera, con un partido pendiente (frente a Gimnasia de Mendoza, a jugarse el próximo miércoles 27 de agosto), a la espera del duelo con un rival directo, como Estudiantes de Río Cuarto, al que deberá vencer en un Nuevo Francisco Urbano a medias y sólo con socios (tras la sanción por los incidentes frente a "Chaca"), para no seguir perdiendo terreno en su objetivo original: la clasificación al Reducido. 

A recuperar la "memoria" futbolera. 

Urgente.


@elgallogustavo.



        📸: Deportivo Morón.


domingo, 27 de julio de 2025

Y un día tocó perder. A no bajar la "cresta".

En una ráfaga de apenas tres minutos, entre los '20 y los '23 del primer tiempo, Chacarita se adelantó 2 a 0, casi sin proponérselo y en sus primeras (y casi únicas) dos llegadas a fondo en todo el encuentro, para desestabilizar a un Morón que no jugaba bien, pero aún así había arribado con mayor peligro al arco visitante, sin efectividad y repitiendo errores de partidos pasados, como por ejemplo, su "mal de expulsiones", muchas de ellas inexplicables, más allá del apuro, la presión del resultado adverso y las pulsaciones desbocadas.

Claro que el resultado habría de destrabarse con un gol que debió ser anulado, por la insoslayable posición adelantada de Misael Jaime, el autor del primer desnivel para "Chaca", cuando una vez más y al igual que frente a Agropecuario, en el mismo Nuevo Francisco Urbano, en la anterior fecha de local, el árbitro y sus asistentes convalidan en la cancha lo inadmisible, pero piden disculpas más tarde, como si la aceptación del error garrafal, determinante para la suerte final del pleito, fuese a compensar de alguna manera el daño infligido con total impunidad y desparpajo, en un acto de pseudo arrepentimiento tardío, fingido y sobreactuado, que comienza a sonar a "tomada de pelo" repetida y establecida como hipócrita estrategia de excusa, desde las oscuras usinas del poder todopoderoso arbitral de AFA.

Hasta allí el legítimo rezongo por las erráticas decisiones externas (si es que pretendemos seguir creyendo en la buena voluntad de la gente), ajenas por completo a la voluntad de cambio de los protagonistas principales dentro de la cancha, que desestabilizan, ponen nervioso y agudizan errores no forzados, hasta que esos mismos factores comienzan a ser responsabilidad de los propios, a partir de actitudes que terminan por empeorar situaciones adversas, como otra expulsión incomprensible, en esta ocasión a cargo de Santiago Kubiszyn, por un "planchazo" innecesario en mitad de cancha, para dejar a Morón con uno menos y 2 a 0 abajo, a los '35 del primer tiempo (roja directa).

En el medio de ambos hechos, el desnivel ilegítimo de Chacarita y la expulsión, el "Funebrero" sacaría veloz y efectivo rédito de un equipo de Walter Otta que se iría virtualmente de partido, a partir del primer gol en posición adelantada, tanto es así que sólo tres minutos después, Mariano Bíttolo (el mejor del Gallo en el campeonato, "entre algodones" desde el partido frente a Colón), perdería una pelota en tres cuartos rival y con un Morón descompensado por completo, una pelota bien manejada de izquierda a derecha, por el propio Jaime, autor del primer tanto y figura de la tarde-noche, habilitaría a su lateral diestro, Juan Cruz González, para que ingresando absolutamente solo, por detrás de una defensa "corrida" hacia el lado del asistidor, definiera como un delantero ante el intento de cobertura de Julio Salvá.

Si Chacarita había sido superior desde el fuerte habitual de Morón, la posesión del balón, casi desde el comienzo del partido, obviamente con la tranquilidad del 2 a 0 a su favor y el jugador de más, comenzaría a manejar los tiempos y a intentar seguir "lastimando" de contra, aunque el equipo de Walter Otta, en cantidad y calidad de llegadas, haya sido superior a su oponente, con no menos de cinco chances claras de gol, sólo en aquella "accidentada" primera mitad, con chances netas en los pies de Iván Vaquero (de regreso al equipo, pero que una vez más saldría con molestias, en el complemento), Ivo Costantino (tras otro desborde de Vaquero), Yair González (al travesaño) y Jonathan Berón (titular, con Fabricio Sanguinetti y Ramiro Fergonzi al banco) con remates francos, pero apenas desviados, ingresando por derecha y un centro pasado de Bíttolo, desde la izquierda, que ni Costantino, ni Lazza pudieran empujarla al gol.

Ya en el segundo tiempo, otro pase magistral de Bíttolo dejaría a Emiliano Franco de cara al descuento, ingresado en diagonal y por sorpresa, pero su remate mordido, ante la salida del arquero, se perdería rozando el poste zurdo del arco de Chacarita.

Contrariando a la lógica y con uno menos, Morón manejaría la pelota más que once contra once, supliendo la ausencia con un enorme sacrificio y despliegue de todo el equipo, sufriendo apenas una solo vez, la contra rival, con un remate también en el amanecer de la etapa final, que se iría pegado al poste izquierdo y más lejano de Salvá.

El ingreso de Juan Manuel Olivares, una vez más, le daría mayor fluidez a la ofensiva del Gallo, que generaría un par de oportunidades más frente al arco visitante, todas mal definidas por un Morón ineficaz en el área rival.

En definitiva, en una ráfaga de tres minutos, con un gol en posición adelantada y un error no forzado en el comienzo del segundo tanto, Chacarita sacaría una diferencia de dos impensada, antes de la primera media hora de juego, que apenas minutos más tarde, una nueva expulsión en Morón le permitía manejar con tranquilidad un trámite hasta allí parejo, con mejor trato de balón de la visita, pero nada que justificara dicha diferencia en el resultado.

Derrota que duele, sin dudas, por el rival y porque el Gallo volvió a cometer errores propios que parecían subsanados, como la reiteración de tarjetas rojas evitables, y también por "salirse de eje" ante el primer impacto negativo, por más que se trate de otra vergonzosa injusticia arbitral (en este caso, perpetrada por Nicolás Lamolina y Walter Ferreyra, asistente uno).

Sin embargo, Morón sigue en carrera y con un partido menos, cayendo por primera vez de local, en lo que va del torneo y tras un invicto de nada menos que trece partidos.

Y un día tocó perder. A no bajar la "cresta".


@elgallogustavo.


       📸: Eduardo Fabián Acuña.