sábado, 24 de agosto de 2019

Fue triunfo y festejo, en la jugada menos pensada

El debut con "clásico" empate a cero, del último lunes en el "República de Mataderos", había dejado en el "haber", la satisfacción de haber superado una exigente prueba de carácter, ante una primera fecha, nada menos que enfrentando al rival de toda la vida, a "domicilio", y en el "debe" la convicción de un equipo demasiado "largo", con un Kevin Gissi aislado de sus compañeros (no por decisión propia, claro está) y sin volumen de juego.

Por eso, valorando el punto conseguido legítimamente ante Nueva Chicago, en la previa, el cotejo ante Guillermo Brown de Puerto Madryn, ofrecía a priori la posibilidad de comenzar a "saldar" esa "deuda" futbolística inicial, y a partir de esa mejora, sumar el primer triunfo en el campeonato.

Sin embargo, una vez concluido el partido en el Nuevo Francisco Urbano, de este sábado por la tarde, frente a los de Puerto Madryn, la alegría por la obtención de la primera victoria en el torneo, consumado el uno a cero con el festejado tanto de Esteban Ciaccheri, tal vez pasaría a un segundo plano la realidad de un equipo que, salvo los primeros '25 de la etapa inicial, no tuvo un convincente desempeño colectivo, y que volvería a dejar como "cuenta pendiente" la cuestión futbolística, aunque con el alivio de continuar en la búsqueda de una mejor "imagen", desde la tranquilidad de los buenos resultados, tras sumar cuatro de seis posibles, al cabo de la segunda fecha de la Primera Nacional.

En efecto, el comienzo del encuentro resultaría auspicioso para los dirigidos por Arnaldo Sialle, a partir de buenas asociaciones, en especial por el sector izquierdo, con Nicolás Ramírez como "abanderado" del desequilibrio y la búsqueda ofensiva, bien secundado por Mauricio Alonso y Fabricio Alvarenga, quienes habrían de alternar las bandas, para complicar la marca personal de los defensores visitantes.

Así las cosas, Morón sólo demoraría un par de minutos para imponer "condiciones", a partir de su solidez defensiva y la clara intención de manejar terreno y balón desde sus medios, para abastecer a una ofensiva que tiene en sus extremos, la razón de ser de sus ambiciones en ataque.

Y sería en ese lapso, donde el Gallo contaría con las mejores chances para ponerse en ventaja, en dos o tres ocasiones manifiestas de gol, pero la falta de puntería frente a César Taborda, arquero visitante, lo privarían de sacar un ventaja merecida, ante un Brown de Puerto Madryn que sólo había insinuado en el arco de Julio Salvá, desde la altura de sus puntas y sus defensores, en alguna pelota detenida.

Inexplicablemente (por lo menos para nosotros), desde la media hora del primer tiempo, Morón se "olvidaría" de aquellas "sociedades" futboleras que tanto le habían rendido en el comienzo del partido, permitiendo que la visita encontrase algunos "huecos" entre la línea de medios y la defensa local, para empezar a preocupar con pelotazos y algunas jugadas bien hilvanadas, con Facundo Soloa por izquierda, pese a llevar la camiseta "8" y Mateo Ramírez por derecha, a pesar de su dorsal "10", este último, interesante jugador, que empezaría a hacerse dueño de las acciones, en la medida que Morón fuera cayendo en una confusión tan repentina como creciente.

El cierre de la etapa inicial, revelaría a un Morón en franco "retroceso", metafórico y literal, replegándose un par de metros y con algún que otro "sofocón" en el área propia (situación impensada, sólo algunos minutos atrás, en los que la visita deambulaba por el "Carlos Castellón"), como aquella jugada de riesgo, con doble rebote incluido, que al igual que sucediera en Mataderos, tuviera en Nicolás Martínez, primero y Julio Salvá, luego, como los protagonistas para evitar la caída del arco del Gallo.

Si el final del primer tiempo había dejado una imagen de paridad, con mejor dominio del balón y del terrero de Brown de Madryn, el comienzo del segundo tiempo profundizaría esa sensación, con un Morón que, a excepción de algunos minutos iniciales, donde intentaría presionar a su rival bien arriba, con el paso de los minutos, "apagado" el Ramírez de Morón, se "encendería" el "Ramirez" de Madryn, para manejar los "hilos" de su equipo y el trámite del complemento, mientras el local "jugaba" a lo que proponía el sureño visitante.

Las dudas de Morón, ahora también en defensa, aumentarían las convicciones de Brown de Madryn, que comenzaría a preocupar a la última línea del Gallito, con la altura de Joel Martínez, el "11" y la ductilidad de Julián Bonetto, el "7", tanto es así que hasta conseguirían abrir el marcador, con una jugada anulada por off side, por un pésimo Andrés Gareano, árbitro del encuentro que dejaría pegar mucho, en especial a la visita y resultaría otro "exponente" de la "escuela" de los "saca partidos", del mismo "gremio" que Fabricio Llobet, el "pito" frente a Chicago.

Con un trámite cada vez más complicado y un Morón "ausente" si aviso, "Cacho" Sialle probaría con Damián Akerman en lugar de Kevin Gissi, otra vez, demasiado solo y aislado de sus compañeros, intentando jugar lejos del área, "presa" fácil de las rusticidades defensivas visitantes, permitidas durante toda la tarde por el árbitro del encuentro. 

Algunos minutos más tarde, y cuando el reloj comenzaba a apurar a un Morón inconexo, ansioso y por momentos acelerado (es decir, sin la pausa de quien debiera generar fútbol), Sialle ensayaría con Diego Tonetto por Fabricio Alvarenga y un ratito después, con Esteban Ciaccheri en lugar de Mauricio Alonso, un último cambio que daría los "frutos" deseados", tan sólo segundos mediante.

Porque a los '36 del complemento, y cuando el empate en cero empezaba a convertirse en una posibilidad con "sabor a poco" para Morón, un tiro desde la esquina izquierda, en los pies de Lucas Pérez Godoy, bien cerrado sobre el segundo palo, rebotaría en la espalda de Guillermo Ferracuti, lateral zurdo visitante, impulsado el balón, de manera involuntaria con destino al arco propio, autogol que evitaría Cesar Taborda, aunque lo que no podría impedir el arquero de Brown, es que su propio rechazo le cayera a Esteban Ciaccheri, que con el pecho la empujaría al gol, en una acción tan poco clara, como todo el segundo tiempo del equipo.

De esta manera, casi impensada, el Gallo se ponía en ventaja, a poco del final, tal vez justificado en la voluntad y la búsqueda, y en aquellos '25 primeros minutos de partido, que luego no pudiera sostener y permitiese que la visita, que había llegado al Oeste, a "ver qué pasaba", se animara a soñar con algo más que el empate, y casi en un "blooper", sobre el epílogo, se volvieran a Madryn con las manos vacías.

Ganó Morón y eso es lo más importante, porque el alivio que generan los resultados positivos, posibilitan la búsqueda de la mejora de errores y déficit, con un trabajo en la semana más tranquilo y optimista.

Aún en deuda con su funcionamiento, pero con el "guiño" de los resultados, el Deportivo Morón deberá viajar a Mar del Plata, este jueves 29, desde las 19:15, para enfrentar a Alvarado, otro "Toro" en el camino del Gallo.

A jugar (y mejorar) en "rodeo" ajeno, para volverse "Feliz" al Oeste.



@elgallogustavo.



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