miércoles, 20 de noviembre de 2019

Morón recuperó la "memoria" y Akerman hizo feliz al Oeste

Y una noche el Deportivo Morón recuperó la "memoria"... No sólo porque volvió al triunfo, luego de tres derrotas consecutivas, sino también porque recuperó varios de los argumentos y virtudes que lo erigieran en una equipo sólido, compacto y hasta incómodo para sus ocasionales rivales, hasta que desde la tarde de Turdera a esta parte, o tal vez incluso un poco antes, extraviara la "brújula" futbolística, para convertirse en un conjunto previsible, vulnerable y repetido en errores y desatenciones.

En una de las "paradas" más "bravas" que pudiese ofrecer este parejo y competitivo Torneo de Primera Nacional, en su Zona 1, el equipo de "Cacho" Sialle se impondría merecidamente al cómodo y convincente líder del grupo, Atlanta, un "Bohemio" que, por si fuera poco, implica todo un "karma" en la historia del Gallo, con muchas y dolorosas derrotas, en contraposición a un puñado de alegrías, como la de esta noche, en el Nuevo Francisco Urbano.

Para completar la vivencia de una de esas jornadas "angeladas" para el Deportivo Morón, la victoria vendría de la "mano" de un nuevo gol, el primero en el actual torneo, pero el 159 en su impresionante estadística personal en el Deportivo Morón, de ese auténtico "tótem" viviente para el Gallo, llamado Damián Emilio Akerman, que con tan sólo 24 minutos en cancha, tras su ingreso al comienzo del complemento, debido a la lesión de Ezequiel  D'Angelo, haría "explotar" las gargantas de los hinchas de Morón, una vez más, con ese "olfato" goleador, para estar donde debe estar el "9" (o el "18", en este caso), y transformar en "porotos", lo que hasta allí era un triunfo por "puntos", de un Gallito que generó más que la sumatoria de los tres partidos con derrota precedentes, pero reiterando las consabidas falencias para "facturar" diferencias en el arco contrario.

Desde el comienzo, un Morón con Francisco Oliver (en lugar del suspendido, Emiliano Mayola) y Ezequiel D'Angelo, haciendo ambos su debut como titulares, con la vuelta de Lucas Pérez Godoy, de muy buen partido, y la mejor actuación de Kevin Gissi desde que llegara a la institución, tal vez "tonificado" por su gol frente a Independiente Rivadavia, en Mendoza, evidenciaría la reivindicación de valores tácticos importantes, "extraviados" en los últimos tres partidos: orden e intensidad en toda la cancha, presión alta para provocar el error rival y permitir la recuperación cerca de la última línea contraria y una afán ofensivo ausente "sin aviso" en los cotejos previos, que volvería a colocar al Gallo como protagonista, buscando el desequilibrio por las bandas, como es habitual, pero también desde la habilidad compartida de Nicolás Ramírez y Ezequiel D'Angelo, sumados a la sana intención de buscar el remate desde afuera o el centro al área, en definitiva, procurando "terminar" las jugadas, algo tan obvio como infrecuente en los encuentros anteriores.

Del otro lado, un Atlanta tal vez más consistente desde las individualidades, y con la saludable intención de buscar el arco de Julio Salvá, como premisa insistente, en especial, a partir de las subidas reiteradas de sus laterales, también le daría al local la ocasión de "explotar" las "espaldas" de ambos marcadores de punta, algo que podrían en práctica con acierto, tanto Fabricio Alvarenga como Nicolás Ramírez, hasta que en el caso de "Nico", un tremendo golpe en la cintura, obligase al cambio prematuro del "10" del Gallito, por Lucas Chacana.

Con un par de buenas chances para abrir el marcador, en los primeros minutos, comenzando por un tiro libre del propio Nicolás Ramírez, que se perdería apenas por encima del travesaño de Juan Rago, un Morón renovado y auspiciosamente asfixiante en la salida y protagonista, se convertiría en "dueño" de balón y el terreno, como no ocurría desde hacía dos o tres partidos, salvo ya estando en desventaja, pero sin perder de vista la peligrosidad del "Animal", Luis López, en las pelotas paradas, y los desbordes de Fabricio Pedrozo por izquierda y las diagonales permanentes de Walter Mazzantti por derecha.

Cuando el partido había caído en una "meseta", a los '32 del primer tiempo, una acción imprudente de Jorge Valdez Chamorro, el "8" de Atlanta, dejaría a la visita con diez, debido a su correcta expulsión por agresión, en perjuicio de Nicolás Martínez, acción que determinaría un doble beneficio para Morón: profundizar su dominio, a partir del hombre de más, pero en especial, la decisión táctica de Alejandro Orfila, entrenador visitante, de suplir la ausencia de Valdez Chamorro, con el ingreso de Nicolás Talpone, excluyendo para ello, a Walter Mazzantti, sin lugar a dudas, el hombre más peligroso y desequilibrante de la visita.

Antes del final de la primera etapa, en un cabezazo en el área, la cara de Ezequiel D'Angelo impactaría con la "humanidad" de un defensor, lo que podría en duda la continuidad del "11" del Gallo, en el complemento, algo que se confirmaría con el ingreso de Damián Akerman, al comienzo del segundo tiempo, ante una posible fractura de tabique nasal del ex enganche de "Telmo".

En los segundos '45, Morón no lograría imponer la misma intensidad de la etapa de inicio, en buena medida, por la destacable intención de la visita, de defenderse siempre con la pelota, con el buen manejo de Joaquín Ochoa, más tarde reemplazado por Enzo Trinidad, el hábil enganche procedente de Tristán Suárez, pero fundamentalmente, por la saludable intención de seguir buscando el arco de Julio Salvá, con el argumento repetido y eficiente del adelantamiento de los laterales, que originaría un par de "revolcones" del "1" del Gallo, y destacaría la gran tarea de Valentín Perales en el fondo, bien acompañado por Francisco Oliver, por el medio, y de Matías Cortave (de interesante partido) y Nicolás Martínez por los laterales.

Cuando Morón no lograba sacar provecho del jugador de más, una "trepada" ofensiva de Matías Cortave, se prolongaría en una gran taco de Lucas Pérez Godoy, para habilitar en ofensiva a Lucas Chacana, que tras dejar a su marca en el camino e ingresar el área visitante, sobre el vértice izquierdo, ensayaría un centro que superaría la línea de Kevin Gissi, controlado al límite del penal por los centrales, pero por el medio, se reencontraría con el goleador "eterno", que la empujaría al gol, para golpearse el pecho, como en aquella tarde de abril, ante Los Andes, en el mismo escenario, al tiempo de poder leerse en sus labios, la palabra "yo", en un mensaje tan explícito como contundente, para más de uno, de ambos lados de la línea de cal.

Con la ventaja parcial, y el hombre de más, "Cacho" Sialle enviaría al campo de juego a Cristian Lillo, para colaborar en la recuperación y "morder" en el medio, en lugar de Matías Nizzo, mientras su rival se arriesgaba a jugar los últimos '20 con línea de tres, lo que implicaba una verdadera "invitación" a definir el "pleito" de contra.

Sin embargo, Morón no lograría defenderse a partir de la tenencia del balón, en buen medida, por las ganas y el mérito ajeno, de un muy buen equipo, no por casualidad líder de la zona, contando con algunas chances inmejorables para "clavar" el segundo, en réplicas con mayoría numérica, pero mal resultas por la velocidad y desequilibrio de Fabricio Alvarenga, no siempre acompañados de las mejores decisiones en los últimos metros de la cancha.

Como en Morón, "si no se sufre, no vale", en el quinto minuto de descuento, en el última "bola" de la noche, un centro al área chica del Gallo, despeinaría el "copete" rubio de Luis López, que por suerte no alcanzaría a conectar el envío, ante una defensa estática y un Salvá fuera de "foco", que poco hubiera podido hacer, en otras circunstancias.

Con el "corazón en la boca" y las "pulsaciones a mil", el pitazo final de un correcto Héctor Paletta, le devolvería la sonrisa a Morón, que en una calurosa noche de noviembre, en el Nuevo Francisco Urbano, recuperara la "memoria", y no solamente por volver al triunfo, luego de tres derrotas consecutivas, sino por volver a confiar en aquellos argumentos futbolísticos, que tan buenos dividendos le dieran a principios de temporada.

Y en definitiva, fiel a su estilo "histórico", el Gallo bajó al puntero y regresó a zona de "Copa Argentina", soñando con un mejor final de primera rueda, con próxima "escala" ante Ferro, en Caballito, y un cierre frente a Estudiantes de Río Cuarto, en el Nuevo Francisco Urbano.

Volvió Morón. Volvió Akerman, En definitiva, sinónimos de la misma conjunción para la alegría de todo el Oeste.



@elgallogustavo.



2 comentarios:

  1. Como decía Bianchi una victoria llama a otra victoria. Ojalá sea el inicio de una buena racha a favor.

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  2. Hoy no estoy de acuerdo.Atlanta jugó 55' con 10 y además sacó a su ancho de espadas no se porqué
    Nuestro Gallo puso en cancha x 1a vez juntos los únicos 3 que saben que la pelota es redonda.Ademas corrió mucho y con eso dificultó la tarea de un buen equipo como el bohemio.Gissi es "horrible" lo salva su gran voluntad
    No tenemos mediocampo de quite y tampoco juega. Párrafo aparte para Akerman quien con sus años y limitaciones fisicas es el mejor delantero. Conclusión: seguimos sin jugar a nada con mas voluntad

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