domingo, 1 de agosto de 2021

Lo justificó en el juego, lo sostuvo en Bruno Galván

Debieron pasar casi 51 años, desde el martes 3 de noviembre de 1970, para que el Deportivo Morón volviera a vencer a una de sus mayores "bestias negras" futbolísticas, como lo fue siempre Ferro Carril Oeste, para sumar su segunda "alegría" en el historial entre ambos, y por supuesto, el primer "halago" histórico en el Nuevo Francisco Urbano, ya que el anterior y primer triunfo, había tenido lugar en el "viejo" Francisco Urbano, más de medio siglo mediante.

Por si fuera poco, esta victoria demorada, esperada y realmente histórica, sirvió para prolongar la racha positiva retomada hace exactamente una semana, en el mismo escenario, con el contundente 3 a 0 a All Boys, y con tres nuevos puntos, sumar 30 en el actual Torneo de la Primera Nacional, y "meterse de lleno" en zona de Reducido, accediendo a la tercera colocación dentro de la Zona "B", a cinco unidades del líder, Güemes de Santiago del Estero y a dos de su escolta, Barracas Central.

Con la figura excluyente de Bruno Galván, que cada vez que lo "llamaran" a intervenir, lo haría de manera formidable y decisiva, Morón ganó con justicia, su segundo partido en el historial frente a los de Caballito, aunque ello pareciera un contrasentido.

Y es que el equipo de Lucas Bovaglio mereció la victoria por la mínima, porque "pegó primero", antes de los '10 de iniciado el juego y manejó el partido en la mayor parte del tiempo, con buen y atildado trato del balón, aunque sin la profundidad de otras tardes, ya que más allá de la "palomita" goleadora de Alan Schönfeld, a los '9, tras el buen centro desde la izquierda de Leonel Bontempo (que, entre ambos y en el orden de mención, podrían completar el "podio" imaginario de los más destacados de un Morón parejo y compacto en todas sus líneas), el Gallo no generó otras situaciones de riesgo frente al arco visitante, pese a dominar a su rival por amplios pasajes, en especial, durante los primeros '45.

Y es precisamente allí donde se puede comprender la relación entre un Morón que justificó el triunfo y sin embargo, tuvo en su arquero a la gran figura del encuentro, ya que en las pocas que tuvo que intervenir (porque en líneas generales, Morón no "sufrió" el partido en defensa, más allá de los minutos finales, por la necesidad lógica de "Oeste" de ir a buscar el empate), el retornado Bruno Galván respondió de manera magistral, en particular, en tres jugadas puntuales, dos en la primera mitad y la restante en el complemento, cuando no quedaba demasiado en el reloj de Yamil Possi.

Es así que, promediando el primer tiempo, y cuando el cotejo era todo de Morón, ya en ventaja y con la sensación de poder ampliar el marcador cuando se lo propusiera, Brian Fernández, el "verdugo" de este mismo equipo en la primera rueda, en esta oportunidad, muy bien controlado por toda la defensa, pero en particular, por Braian Molina, el "10" de Ferro sacaría un "conejo de la galera", fiel a su jerarquía, y en la única en que podría "ganarle" a su marcador, ensayaría un remate desde lejos, que tenía destino de red, de no mediar la notable reacción de Galván, para retroceder y mandar la pelota sobre el travesaño.

Un rato más tarde, casi en el epílogo de la primera mitad, luego de un tiro de esquina desde la derecha de la ofensiva visitante, Germán Rivero la bajaría (con la mano), para dejársela "servida", a escasos metros y de frente al arco local, al ingresado Gonzalo Rodríguez, cuyo remate bajo y junto al poste izquierdo parecía encaminarse al empate (injusto) de "Oeste", pero Bruno Galván a puro "reflejo" y repentización, con la "punta" de su botín zurdo, la desviaría a un nuevo córner, en una acción (y reacción) francamente impresionante.

Ya sobre el cierre del partido, cuando Morón controlaba a su rival, pero había cedido la tenencia del balón, más por la presión desordenada de su rival, que por decisión táctica, de un remate defectuoso de otro ingresado, Franco Toloza, el rebote afortunado le quedaría dentro del área, nuevamente a Brian Fernández, "suerte" que se le terminaría a la visita, en las seguras manos de Galván, autor de otra atajada determinante, para rechazar al tiro de esquina, otro envío que parecía tener destino de red.

En el medio, hubo un partido en cuyo desarrollo, Morón se impuso en la mayor parte del mismo, con una muy buena primera mitad, regresando a aquél juego asociado y de buen trato del balón, evidenciado en varios partidos del actual campeonato, no siempre con los mejores resultados finales, debido a la falta de contundencia que esta vez, en la tarde del Nuevo Francisco Urbano, supo conseguir en su primera llegada a fondo, con el centro zurdo de Leonel Bontempo y la "palomita" goleadora de Alan Schönfeld, a los '9 de iniciado el pleito.

Superior en varios pasajes del encuentro, con mucho más fútbol que una visita que demostrara voluntad, pero nada de ideas, el Morón de Lucas Bovaglio justificó el triunfo en el "balance" de los '90, pese a no generar situaciones de riesgo ante Marcelo Miño, arquero del "Verde", más allá del gol, y de "someter" a su rival por "prepotencia" de buen fútbol, a excepción de los minutos finales del complemento y el adicional de siete minutos concedido por Yamil Possi, consecuencia de la agresión de Brian Fernández contra Braian Molina, no vista por el árbitro del encuentro, que sacó del partido al central local lesionado y debió ser roja directa para el enganche de la visita, en un partido "caliente", que por varios pasajes transitara por la "cornisa" del "desborde".

Ganó Morón, y pudo sumar su segundo triunfo ante Ferro, tras casi 51 años de espera, en un partido histórico, que además lo consolidó en puestos de Reducido, "soñando" fecha a fecha con cosas importantes.

Lo mereció, porque fue mejor que su rival. Y cuando no lo fue, o su oponente lo complicó, en contadas pero peligrosas ocasiones, allí emergió la figura del encuentro, Bruno Galván, para asegurar que los tres puntos se quedaran en "casa".

Lo justificó en el juego y lo sostuvo en Bruno Galván.


@elgallogustavo.



                          📸: Deportivo Morón.

3 comentarios:

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  3. 51 años, toda una vida. Por suerte tiene a Galvan y mantuvo el arco en cero. Ahora viene lo más difícil, mantenerse en esa posición. Soñar no cuesta nada. Vamos Gallo!!! 🐓

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