Si existe una característica
distintiva, entre tantas de las positivas que caracterizaran a este Morón de
Walter Nicolás Otta, es que, cuando este equipo se halla en “vena”, y se siente
seguro de sí mismo y consolidado en sus convicciones futbolísticas, suelen
convertir en simple lo difícil, tal y como ocurriera en la noche del martes, en
el Nuevo Francisco Urbano, por la duodécima fecha de la Primera “B”, donde
redujera paulatinamente a la mínima expresión futbolera, a un conjunto de la
UAI Urquiza que por nombres y actualidad, debió oponerle mayor resistencia a un
Gallo que lo terminaría venciendo sin atenuantes, y hasta haciéndole “precio”
en la “chapa” final del encuentro.
En efecto, el Deportivo Morón
estiraría a ocho la racha sin derrotas, con seis victorias y dos empates, obteniendo
además su cuarto triunfo en fila de local, para acercarse a cuatro puntos del
único líder, Atlanta, con un partido menos, puesto que el “Bohemio” aún debe
quedar libre, obligación del fixture que el Gallito ya cumplimentara.
Luego de la copiosa lluvia caída
en la madrugada y mañana del propio martes 1° de noviembre, y en un campo de
juego rapidito pero en inmejorables condiciones, de entrada nomás, y como es ya
otra de sus sanas costumbres, el Deportivo Morón saldría desde los vestuarios a
imponer condiciones y demostrar su apetito insaciable por el protagonismo y la
búsqueda del arco rival, aunque sin descuidar a una visita con jugadores
interesantes y de buen pie, como Isaak Suárez, y la peligrosidad inoxidable de
Facundo Diz en los metros finales.
Cuando el partido transcurría
fundamentalmente el mitad de cancha, con un leve predominio de Morón, fruto de
su búsqueda permanente, el once de Otta alcanzaría la tranquilidad necesaria de
la primera ventaja, a los ’18 de la etapa inicial, luego que Javier Rossi, más “Bicho”
que nunca, propiciara todas las condiciones requeridas para que el defensor de
turno se lo “llevara puesto” en el área y Eduardo Gutiérrez sancionara un razonable
penal, que el derechazo seco e inapelable de Emmanuel Giménez (una de las
figuras del partido), arriba, fuerte y bien lejos de las manos de Pietrobono,
le otorgaran el uno a cero parcial al Gallo.
Antes del cierre de la primera
etapa, y tras una contra letal de Morón, luego de un “susto” en las
inmediaciones de Milton Alvarez, Rodrigo Díaz combinaría con Damián Akerman,
para que de regreso al “Rengo”, éste ensayara una habilitación fenomenal a
Javier Rossi por el sector izquierdo, cuyo centro hallaría el anticipo goleador
de Damián, cuyo remate primero al travesaño e impulsado por la espalda
involuntaria del arquero visitante, le daría al Gallo la tranquilidad suficiente
del 2 a 0, a los ’44 del primer tiempo, y el grito 149 (quinto en el
campeonato) de un monstruo sagrado del gol como Akerman, para el cual ya se han
agotado los adjetivos calificativos y las muestras de agradecimiento eterno.
El complemento prácticamente estaría
de más, más allá de las intenciones ofensivas por reducir la diferencia, del
equipo de Roberto Marcos Saporiti, y hasta del penal bien cobrado y malogrado
por Facundo Diz, a quince del final del partido, porque este Morón que estando
en “vena” y seguro de sí mismo y de sus convicciones futbolísticas, volvería a
convertir en simple lo difícil, venciendo con total autoridad y justicia a una
buena medida como la UAI Urquiza, a quien habría de controlar y dominar casi a
voluntad, durante los segundos ’45 de partido.
Ganó Morón y se prende, como la
llama de la ilusión de todo el Oeste.
@elgallogustavo.
Foto: gentileza, Prensa Deportivo Morón.
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