lunes, 7 de noviembre de 2016

PRUEBA DE CARACTER

En una visita siempre de riesgo, ante un equipo que suele reforzarse bien y con intenciones de ascenso, el Deportivo Morón se trajo un punto valioso de su “excursión” a Olavarría y Luna, tras acceder a un empate en uno con Barracas Central, por la decimotercera fecha del torneo de la Primera “B”, reponiéndose de una prematura y hasta polémica desventaja inicial, para luego acceder al empate y en definitiva, quedarse con el “sabor amargo” de aquellos partidos que pudieron haberse ganado, por los méritos acumulados en el terreno de juego, al cabo de los noventa minutos.

De entrada nomás, y sin demasiado tiempo para acomodarse, el encuentro quedaría planteado de manera abierta, casi por momentos “a cara descubierta”, entre dos conjuntos que resultan ambiciosos a la hora de la búsqueda ofensiva y además poseen, en ambos casos, material humano de sobra para buscar el arco contrario y con pelota al piso.

Sin embargo, a escasos diez minutos de comenzado el cotejo, Gonzalo López Aldazábal, el árbitro del encuentro, torcería el desarrollo normal del partido, por entonces levemente favorable al Gallo, en aquellos primeros minutos, sancionando un penal dudoso en favor del “Guapo”, tras advertir, en opinión del mismo, un contacto fugaz y apenas perceptible, entre delantero local y defensor visitante, para permitirle a Juan Martín, desde los doce pasos, dejar sin chances a Milton Alvarez.

Condicionado por el resultado adverso y la sensación de impotencia, ante una decisión desafortunada de López Aldazábal, el once de Walter Nicolás Otta evidenciaría otra muestra de carácter, para robustecer aún más las ilusiones que genera su rendimiento futbolístico, puesto que lejos de “acusar el golpe” y confundir los caminos, por imperio de la sorpresa y el desasosiego, retomaría el sendero de la “pelota al piso”, con Rodrigo Díaz y Gerardo Martínez como abanderados, bien secundados por Matías Pardo, solidario en el retroceso y punzante por las bandas, con un Lillo de crecimiento constante, partido a partido (máxime sin Emmanuel Giménez al lado, ausente por lesión), y la prodigalidad y peligrosidad latente de esos dos puntas de excepción con que cuenta este Morón, como Damián Akerman y Javier Rossi, un “conocido” de la “casa” barranqueña.

Al cabo de un primer tiempo, donde el resultado más ajustado a la realidad imperante, en el “infierno” de Olavarría y Luna, hubiese sido el empate, en el complemento Morón pagaría casi con la misma “moneda”, en la rapidez para igualar el encuentro, cuando a los doce del segundo tiempo, un tiro libre majestuoso, ejecutado desde la izquierda del ataque del Gallo, terminase con la “caricia” goleadora de Gerardo Martínez, para que Elías Gómez, arquero del “Guapo”, la viera pasar sin escalas hacia el fondo de su propio arco.

De allí en adelante, y si hasta ese momento el partido había resultado de trámite abierto y entretenido, con llegadas en ambos arcos y la posibilidad latente del desequilibro por ambos bandos, Morón acumularía los méritos suficientes para llevarse los tres puntos, a partir de algunas situaciones muy claras, en los pies de Akerman, y en especial del “Rengo” Díaz, a pesar que también, y como ocurriese en Berisso, en los minutos finales y el descuento habría de sufrir sobresaltos, en especial, a partir del ingreso de Matías Sproat, por el andarivel zurdo, que encima generaría la expulsión por doble amarilla de Cristian Broggi.

Con el pitazo final de López Aldazábal y la baja en las pulsaciones, el punto ante un muy buen rival, en un reducto pequeño y difícil, comenzaría a adquirir el valor real que encierra, por haberse repuesto de una polémica desventaja y justificar en la “chapa” final, bastante más que el empate, siendo protagonista los ’90, jugando un buen partido y estirando a nueve la racha invicta (seis triunfos y tres igualdades), que por todas estas razones, incluidas las pruebas de carácter, nos mantienen a todos ilusionados y de pleno derecho.


@elgallogustavo.



                                      Foto: gentileza, Prensa Deportivo Morón.



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