Y una fría tarde de junio, en día de semana, el Gallo volvió a "cacarear" fuerte, y a sumar de a tres, algo que tanto necesitaba, luego de una "sequía" hecha racha, de seis encuentros sin sonrisas, con dos derrotas y cuatro empates.
Y en esa misma tarde de junio, por el recupero de la 16° fecha de la Primera "B", frente al "Gallego", el Morón de Blas Giunta recuperó algo de memoria emotiva y se hizo nuevamente fuerte de local, tras tres cotejos sin alegrías, dos de ellos con derrotas incluidas, como la del último sábado, ante el "Bohemio".
Por si fuera poco, en la referida jornada de miércoles, en el Nuevo Francisco Urbano, el Gallito se reencontró con algo de la contundencia perdida en las últimas fechas, tanto es así que sólo había podido hacer vibrar la "gola" de sus hinchas, en dos de los pasados seis encuentros, convirtiendo nada menos que tres goles, luego de una prolongada espera, más precisamente desde la séptima jornada, ocasión en la que el Deportivo Morón derrotara 3 a 2 a Barracas Central, en el mismo escenario de la víspera.
Y desde lo futbolístico, fundamentalmente, este Morón de Giunta retomó el protagonismo resignado (¿vaya uno a saber bien por qué?...) durante demasiado tiempo y recuperado recién el último sábado, en oportunidad del choque con derrota, injusta pero caída al fin, frente al pragmático Atlanta de "Cacho" Sialle.
También quizá, a expensas de una muy pobre expresión futbolera del Deportivo Español, el esquivo e indescifrable destino lo compensó, con diferencia de escasos días, y el Gallo "ligó" algo de lo mucho que generó y dilapidó, una y otra vez, ante el "Bohemio", como para alcanzar al menos un empate, trajinado y merecido con creces.
Asimismo, y como refiriéramos más arriba, tal vez el Gallito haya comenzado a experimentar la recuperación progresiva de la memoria futbolística, en especial en suelo propio, retrotrayéndonos hacia aquellos encuentros en el Nuevo Francisco Urbano que, lejos, muy lejos de brillar, cuanto menos resultaba capaz de acumular los méritos necesarios para ganar los partidos y, al mismo tiempo, hacía gala de una contundencia importante, en la relación matemática, llegadas-goles.
Y esa quizá haya sido una de la principales razones que cimentaron el 3 a 0 de Morón sobre el "Gallego", a caballo de un equipo que logró capitalizar las pocas opciones de gol generadas (que, en riguroso análisis, no fueron más de tres o cuatro en '90), retomando el camino de la "pelota parada" como argumento válido para, en primera instancia, el "destrabe" de un partido parejo y regular en el trámite y, en segundo término, la consolidación de un resultado positivo, por vía del tiro libre directo, aún sin Gerardo Martínez desde el arranque (luego ingresaría, sin gravitar, en una de sus tardes "grises").
Así las cosas, el Deportivo Morón hallaría su primera ventaja a los '16 del primer tiempo, cuando poco y nada habían hecho ambos contendientes para merecer "algo", merced a un preciso tiro de esquina, ejecutado desde la izquierda por el retornado Adrián Peralta (que reemplazara a un Rodrigo Lemos lesionado), y que sobre el segundo palo, encontrara la cabeza goleadora de Emiliano Mayola, capitán del equipo y flamante papá en las últimas horas.
Menos de veinte minutos más tarde, sobre los '35 de la etapa de inicio, Jonathan Páez recuperaría un balón importante en tres cuartos visitantes, y derribado con falta grosera por Sergio López, el "ocho" "Gallego", generaría un tiro libre desde la derecha, que un inspirado "Kily" Peralta la ubicaría a media altura, bien cerca del poste derecho de Carlos De Maneses y muy lejos del alcance de sus manos, para clavar un auténtico golazo y decorar la mejor actuación del volante externo zurdo, desde su arribo al Gallo, para la presente temporada.
De allí y hasta el final de la etapa, el desarrollo del encuentro ingresaría en una "meseta", por el conformismo de Morón con el 2 a 0 y la falta de fútbol e ideas en la visita para intentar arrimar algo de peligro, a una defensa local que, sinceramente, no sabemos si mejoró sustancialmente su nivel, o si la oposición "española" resultó tan insuficiente que, desde lo práctico dentro de la cancha, y lo "óptico" fuera de ella, habría de potenciar la performance de la última línea del Gallito y disimular sus yerros.
En el "desagregado", podríamos destacar las actuaciones de Carlos Ramos y Emiliano Mayola, ambos muy correctos y seguros, una actuación desigual de Nicolás Gásperi, con alternancia de buenas y malas, pero sin grandes desaciertos y la floja labor (una vez más) de Ariel Otermín, permeable en la marca y lento en los "mano a mano". Por el lado de Sebastián Peratta, tendría un muy buen primer tiempo, con algunas intervenciones importantes, que venían a confirmar su notoria mejoría de los últimos partidos, aunque luego habría de desdibujarse, en el segundo tiempo, con algunas dudas en un par de centro y el regreso de su tendencia a quedarse "parado", en lugar de ir en búsqueda del envío para "atenazarlo".
En el medio, la vuelta de una de las mejores versiones de Federico Domínguez, esta vez, como dueño absoluto del círculo central, quizá por imperio del número "cinco" que llevaría en su espalda, con una dosis mayor de sacrificio y hasta de timming para el quite, clarificando el primer pase ofensivo, en esta oportunidad, jugándola de primera y sin "engolosinarse" con la pelota. A su lado, un Jonathan Páez que comenzaría muy errático (perdiendo algunas pelotas en lugares inadecuados del campo) y que más tarde habría de ir asentándose, hasta encontrar un rendimiento de "aprobado". Por las bandas, al muy buen partido de Peralta (sin dudas, la figura por claridad, mientras le durase la "nafta"), hubo de contraponérsele un "embarullado" Cristian Yassogna, aunque como siempre, erigiéndose en el "abanderado" del sacrificio y el despliegue.
En ofensiva, por su parte, Leonel Altobelli habría de "chocar" demasiado con sus rústicos, aunque ásperos marcadores, desgastándose en roces inconducentes, que destiñeron su desempeño, siempre matizado por una prodigalidad innegociable. A su vez, su compañero desde el inicio, Diego Barrios Suárez ofrecería una imagen bastante mejorada, de lo muy poco ofrecido a la fecha, con algunos buenos arranques y el regreso de esa voluntad y despliegue, tal vez propios de su sangre "guaraní".
Tómese en cuenta que ni siquiera mencionamos la existencia de un segundo tiempo "soporífero" y que acabaría decididamente de más, entre la peligrosa sensación de seguridad (tantas veces padecida, esta misma temporada) y de partido concluido, por parte de Morón, y la incapacidad manifiesta de Español para, siquiera, acercar algo de peligro al arco de Peratta.
Para destacar de esta etapa, el debut en la red del joven punta colombiano, Santiago De Ossa, quien anotaría el tercero en tiempo cumplido, luego de una gran habilitación de un extenuado Domínguez ("taco" incluido de Páez), y una definición fría y eficaz de un oriundo de Medellín que a cada nuevo paso, ilusiona con grandes condiciones técnicas y un temperamento desusado, para un "prospecto" con edad de juvenil.
En definitiva, en una fría tarde de junio, en el Nuevo Francisco Urbano, el Deportivo Morón dio señales de vida y volvió a triunfar, luego de seis "eternas" fechas.
Sin brillar, pero consolidando las muestras de mejora ofrecidas frente a Atlanta, este vez "ligó", tuvo contundencia, minimizó los errores y mereció la victoria y hasta la diferencia.
Ahora, será de tiempo de profundizar la mejoría, ponerla en práctica y medirla, frente a un rival duro y de mayor jerarquía, como lo es el Flandria de Felipe De La Riva, ya el próximo domingo, al mediodía, en el siempre difícil "Carlos V".
Mientras tanto, se volvió al triunfo, que era tan necesario y se ganó sin sobresaltos, ni goles en contra, que no es poca cosa.
Como sea, y ante todo, recuperamos la sonrisa..., sin "chiste" de "Gallegos" mediante.
Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.
Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).
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