lunes, 15 de junio de 2015

Tras siete meses de "ausencia", el Gallo cantó fuera de "casa"... Al fin!!.

Y una tarde cualquiera, más precisamente un domingo de tantos al mediodía, el Gallo volvió a ganar de visitante. Al cabo de más de siete meses, desde aquél lejano ocho de noviembre de 2014, en que el Deportivo Morón derrotaba por la mínima a la UAI Urquiza, en Villa Lynch (con gol de Mariano Martínez, de penal), el Gallito acumulaba nueve encuentros sin sonrisas, fuera de los límites del Nuevo Francisco Urbano, o diez cotejos en total, si contabilizamos además, el partido de arranque de temporada, por "Copa Argentina", frente a Acassuso, en Vicente López.

Y encima volvió a convertir por duplicado, para derrotar por dos a cero a Flandria, para revertir una racha negativa de sólo dos tantos, en nada menos que seis partidos, hasta el encuentro del pasado miércoles frente al "Gallego", a partir del cual, los números comenzarían a sumarse en "positivo", con cinco goles en los últimos dos partidos, desde ese momento en adelante.

Por si fuera poco, Morón hilvanó su segunda victoria de manera consecutiva, por primera vez en el campeonato, y nada menos que frente al "Canario" de Felipe De La Riva, un conjunto de interesante campaña y rendimiento, a pesar de la austeridad de números y nombres, con un sólo antecedente negativo en Jáuregui (sólo había caído ante Platense, hasta este domingo) y muy pocos goles en contra (quince, incluidos los dos del Gallo, que contrastan con los ventitres sufridos por el equipo de Blas Giunta, a pesar de sumar asimismo, su segundo encuentro con el arco "invicto"), triunfo que se potencia en un escenario tan históricamente complicado, como casi siempre en mal estado, tal cual lo constituye el viejo y tradicional "Carlos V".

Aunque, fundamentalmente, y más allá de las estadísticas y los "récords" batidos (de los buenos y los no tanto), desde lo futbolístico, el Deportivo Morón volvió a justificar su victoria final, con un merecido e interesante rendimiento de conjunto, profundizando las señales positivas evidenciadas desde el cotejo frente a Atlanta (aún en la derrota), a partir de la consolidación de una propuesta táctica más ambiciosa y ofensiva, en la que los propios protagonistas parecen más cómodos y convencidos con dicha idea, además de algunos "regresos" saludables, en términos de mejoras individuales, y una sensación palpable de mayores niveles de equilibrio, seguridad y orden, en materia colectiva.

De hecho, si hubiera que destacar una figura principal, tras el triunfo ante Flandria, sin dudas que deberíamos subrayar la labor del equipo en su conjunto, más allá que en el desagregado de las actuaciones individuales, haya habido también puntos altos en todas las líneas.

En defensa, por ejemplo, se vislumbra claramente lo bien que le ha hecho a la vulnerable última línea del Gallo, la inclusión de Carlos Ramos por el lateral derecho, quien con su orden táctico y sus condiciones de marcador de punta "natural", tanto en avance como en retroceso, evidentemente han contribuido a equilibrar la labor defensiva en su conjunto, y hasta podría decirse que han permitido potenciar las virtudes individuales de sus compañeros, tal el caso de Nicolás Gásperi, a quien se lo nota más solvente, seguro y ordenado, sabiendo que no será necesario salir a cortar hacia el lateral, para tapar los huecos que ayer dejaban la proyecciones asimétricas de Rodrigo Lemos (rápido y punzante para subir, pero lento y descuidado a la hora del regreso).

En el mediocampo, Blas Giunta parece haber hallado el mejor doble cinco disponible, por lo menos hasta la recuperación definitiva de Damián Toledo, con un Jonathan Páez que no luce, pero crece partido a partido, muy de a poquito y en silencio, pero de manera continua, al igual que lo está haciendo el propio equipo en su conjunto, casi como si se tratase de su paradigma de avance y mejoría dentro de la cancha.

A su lado, sin dudas que habremos de encontrarnos con la figura individual más preponderante de los últimos encuentros, tal el caso de Federico Domínguez, "afincado" definitivamente como "amo y señor" del círculo central, para cortar los circuitos futbolísticos rivales y, al mismo tiempo, erigirse en la primera opción ofensiva de pase, por despliegue, criterio con la pelota y panorama. Quizá, finalmente, y luego de tantos "ruegos", el cuerpo técnico del Gallo se haya convencido que el mejor "lugar en el mundo" para potenciar las virtudes técnicas innegables de Domínguez, es efectivamente el centro del campo, y por ninguna razón, la banda izquierda de la línea de volantes.

Claro que, nobleza obliga, debemos concederle al entrenador, en este punto, que muchas veces ha tenido que recurrir al propio Federico Domínguez, para cumplimentar el rol de carrilero zurdo, en ausencia de un volante de características naturales en esa zona, déficit que parece comenzar a subsanarse con la esperada aparición de Adrián "Kily" Peralta en escena, quien desde su regreso al primer equipo, frente a Deportivo Español, parece haber "recobrado la memoria" y recuperado el nivel que supo tener, convirtiendo sendos goles de tiro libre, en las últimas dos fechas, además de empezar a devolver en rendimientos, la deuda de expectativas que su llegada generara en el cuerpo técnico y los propios hinchas.

Finalmente, en ofensiva, ese "gladiador" que tiene el Gallo de punta, llamado Leonel Altobelli, parece haber dejado de ser (siempre por "fuerza mayor") el "Llanero Solitario" de este equipo, para hallar un poco de compañía en Diego Barrios Suárez (de lento peregrinaje hacia su mejor nivel futbolístico, a caballo de su paulatina mejoría física) y del mismo juvenil colombiano, Santiago De Ossa, quien cada vez que ingresa desequilibra por velovidad y desenfado, aprovechándose del cansancio acumulado de sus rivales de turno.

Como sea, con los goles de Adrián Peralta, de tiro libre (con un poco de "complicidad" de Leonardo Griffo, pero sin desmerecer en nada, su segundo tanto consecutivo y de gran factura), y del referido Leonel Altobelli, luego del centro de Yassogna y la asistencia de cabeza de Barrios Suárez, este retemplado Morón de Blas Armando Giunta supo cimentar un triunfo importante, en un terreno siempre difícil, en base a su oportunismo y contundencia para, a partir de allí, controlar de principio a fin el desarrollo del encuentro, sin pasar sobresalto alguno en defensa,(más allá de la siempre atenta y correcta respuesta de Sebastián Peratta, a cada centro e intento rival, en otro de los esperados "regresos" individuales, a los que hacíamos referencia antes).

En definitiva, el Gallo se despojó de ese auténtico "karma", que le significaba sumar de a tres, fuera de casa y, tras dos victorias eslabonadas, en menos de una semana, comienza a observar con renovado optimismo, una tabla de posiciones que ya hoy lo tiene de vuelta en puestos de "Reducido".

"Despacito y por las piedras", y sin volverse loco ni exagerar la cuenta, este equipo que comienza a asemejarse al primer Morón de Giunta, en el actual ciclo, cuando sólido y ordenado en todas sus líneas, aguardaba pacientemente el acierto ofensivo, para cerrarse atrás y liquidar de contra cada encuentro, en este punto y tras dos triunfos, nos permite concluir que la actual mejora no es casualidad y que podríamos hallarnos en presencia de una "tendencia" progresiva.

Van dos..., y ahora vamos por el tercero en "fila". Colegiales, en otro domingo al mediodía, y en "Día del Padre".


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                        Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).

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