martes, 15 de marzo de 2016

Lo que dejó una Asamblea..., con dos años de atraso.

El último domingo 13 del corriente, debajo de la "Platea Oficial Filiberto Ferrante", más precisamente, en la antesala del vestuario local, del Nuevo Francisco Urbano, tuvo lugar la Asamblea General Extraordinaria de Socios, convocada por la comisión directiva del Deportivo Morón, para repasar la actualidad económica e institucional del club, además de reseñar el estado de situación de las obras correspondientes a la segunda etapa de construcción del nuevo estadio, pero fundamentalmente, para someter a la consideración de los presentes, la adecuación de las cuotas societarias, en sus diferentes categorías.

Buena noticia en sí misma, teniendo en cuenta que la última Asamblea databa de dos años atrás a esta parte (si no nos traiciona la memoria, desde febrero de 2014), sin dudas demasiado tiempo de "silencio" oficial formal, en atención a la significación e importancia institucional de este tipo de ámbitos de participación societaria (tal vez la más determinante para la vida y funcionamiento del club, luego de la elección de sus autoridades), la misma habría de dar comienzo en su segundo llamado, apenas pasadas las 10, con la escasa asistencia de 167 socios activos.

Por espacio de casi tres horas, la directiva encabezada por el presidente en ejercicio, Pablo Sauro, se abocaría a realizar un racconto pormenorizado de los ingresos y egresos que registra el club, además de sus deudas corrientes y pagos efectuados, fundamentalmente desde diciembre a nuestros días, es decir, en coincidencia con el pedido de licencia del aún presidente (en receso), Diego Spina, y de conformidad a la línea argumental que ha venido sosteniendo el post-spinismo, desde el alejamiento del ahora concejal y en particular, a partir de su increscente nivel de descrédito público, tanto dentro como fuera del Deportivo Morón.

En sintonía con el sesgo de "administración nueva", que ha impulsado la comisión directiva "sin Spina", en su intento de despegarse y diferenciarse del presidente en uso de licencia, para evitar como "bajada" argumental pública, ser señalados como la continuidad de la misma gestión deplorable del otrora asesor de la ex AFSCA, cosa que constituye una verdad electoral e histórica incuestionable, Sauro habría de resaltar los números de la "pesada herencia" recibida ("heredada", en rigor de verdad, de sí mismos, porque el actual presidente en funciones, aún constituye desde lo formal, el vice primero de la misma gestión que se pretende desconocer ) y las acciones emprendidas para la "recuperación" económico-financiera del club, en apenas un trimestre, desde los últimos tiempos de "Spina" (así, a secas, en boca del presidente en funciones), discusivamente lejanos de aquellas épocas de "empatía" personal y política, en que el entonces presidente "todo poderoso", era sencillamente... "Diego".

Con una multiplicidad de cifras sin documentación respaldatoria, en ausencia de los correspondientes balances a la vista del socio (de acuerdo a lo comprometido en la ocasión, listos para su aprobación en Asamblea Ordinaria, recién dentro de un mes, cuando se halle finalizado uno de los dos en mora), Pablo Sauro anunciaría la existencia de una deuda por todo concepto, a diciembre/enero, de 8.220.000 pesos, a mitad de camino entre las estimaciones de "Spina" (ya sin nombre de pila), que jamás reconociera más de 4 millones y los 10 millones proyectados del entonces tesorero, Claudio Bertolé, quien se reconociera en otro tramo de la Asamblea, ha tenido que rubricar un par de cheques, luego de su dimisión mediante carta documento, para acelerar tiempos y evitar los "trastornos" del cambio de titularidad de firma, en la entidad bancaria donde el club posee radicada su cuenta.

Ante dicho cuadro de situación, el presidente en funciones anunciaría ingresos por valor de 7.300.000 pesos (entre cesión de derechos de jugadores, ingresos extra de sponsors y un préstamo de AFA para levantar inhibiciones, de 890 mil), lo cual habría reducido la deuda corriente actual, a 1.440.000 pesos (monto que incluye lo adeudado a Blas Giunta y los integrantes del anterior plantel que no inhibieron, así como los 700 mil pesos del reclamo de la empresa de seguridad, en instancia pre-judicial).

En la "balanza" de ingresos y egresos, Pablo Sauro reconocería un déficit operativo mensual, de 200 ó 250 mil pesos (dos millones y medio anuales, en proyección), producto de ingresos que oscilan 1.600.000 pesos y egresos situados en 1.800.000 pesos, gastos que incluyen la refinanciación de la deuda con AySA, de $ 273.000, en cuotas de 30 mil mensuales, así como el costo del actual plantel y cuerpo técnico, esto es, $ 670.000 más 100 mil pesos/mes).

Sin embargo, y más allá de todos estos números reseñados que, insistimos, debieron haber haber sido sustentados y corroborados públicamente, acompañados de los balances correspondientes, Sauro no admitió la existencia de juicio alguno en contra del club, versión oficial que habría de contraponerse con los dichos de un socio presente en la Asamblea, quien aseguró datos fehacientes sobre la existencia de tres juicios a la institución, uno de ellos por $ 670 mil, proporcionando además, las sedes judiciales en que se hallan radicadas y sustanciadas las demandas y sus respectivas actuaciones (dos juzgados laborales y el restante, comercial).

Asimismo, otro punto no debidamente aclarado en la Asamblea, resultaría el momento en que otro socio, preguntara por la recaudación del último cotejo frente a Atlanta, y su relación con el total de público asistente al encuentro, ante lo cual el presidente en ejercicio aportara la cifra de $ 370 mil en boleterías y 7 mil personas en cancha, que en presencia de un bono obligatorio de $70, tanto para socios como público en general, revelan un importante "faltante" de 120.000 pesos. Vuelto a requerir por el mismo socio, sobre las razones de lo ocurrido, Sauro habría de admitir: "que nos están robando, aunque no sabemos quién".

Sobre la segunda etapa de las obras, Pablo Sauro comentaría las reuniones ya mantenida con los diferentes "actores", y adelantaría un cónclave de todas las partes, para la semana próxima, además de trasladar el "compromiso" de la empresa, de entregar esta etapa, no más allá del venidero 5 de abril del corriente. Asimismo, aseguró que llegado ese momento, se realizará una inspección de obra y que, la aprobación y conformidad de la misma, se realizará previa consulta a los socios en reunión informativa.

Minutos más tarde, hablaría Juan Carlos Nigrele, en representación de la Comisión Ad Hoc, quien dejaría en clara evidencia, cómo la desidia e informalidad administrativa, han lesionado gravemente el patrimonio común del club: en efecto, el Deportivo Morón ha perdido el derecho de adquirir, algo así como 800 mil dólares, de parte de la empresa constructora y el grupo inversor, como producto de los 2 mil dólares diarios de multa, por cada día de demora en la entrega de la segunda etapa de obra, desde el 31 de mayo de 2015 a esta parte. Y decimos que lo ha "perdido", porque para la empresa "Bautec", la segunda etapa de obra aún no ha dado inicio legalmente, puesto que para que ello ocurra, primero deberían haberse escriturado tres parcelas, condición legal sine qua non para que el club pueda reclamar los correspondientes resarcimientos económicos (los "famosos" dos mil dólares diarios, desde hace más de nueve meses), en caso de incumplimiento o tardanza en su entrega efectiva.

Por desgracia, el club no estuvo en condiciones de escriturar aquellas parcelas, que le hubiesen otorgado el derecho de reclamar los resarcimientos económicos que le correspondían, de acuerdo al contrato de fideicomiso, ya que jamás inició el trámite para solicitar la eximición del impuesto a las ganancias, por las mismas razones legales que, en otro orden, aún le impiden poner en práctica, por ejemplo, el nuevo Estatuto, aprobado hace casi siete años: la falta de balances contables y la "flojedad de papeles" en materia de personería jurídica.

En definitiva, y como quedara expuesto con claridad en la Asamblea, el desorden y la impericia administrativa que ha caracterizado al Deportivo Morón, desde hace un buen tiempo, le ha significado al patrimonio institucional un perjuicio enorme, como grande resulta también el "limbo" formal en el que hoy se desarrolla el club, con un presidente en uso de licencia, pero que sin embargo, formal y legalmente "convoca" con su firma, a la propia Asamblea Extraordinaria del último domingo 13 de marzo.

Por último, pero no por ello menos importante, consterna y genera verguenza ajena, el penoso comunicado de prensa del club, sobre la misma Asamblea, el cual de manera tendenciosa y reñida con la ética profesional más elemental, pretende utilizar las herramientas comunicacionales de la institución, con fines groseramente oportunistas y electorales, cuando refleja como único diálogo, al cabo de tres horas de cónclave, la respuesta destemplada de un presidente honorario, a otro ex presidente, casualmente..., contrincante del oficialismo en las próximas elecciones, aún sin fecha ni convocatoria formal. Mismo presidente honorario que, minutos después y sin sonrojarse, le aconsejaría al presidente en ejercicio, vender (o incluso "rematar) el predio de Pontevedra, "porque da pérdidas".

Entre números sin respaldo contable disponible, vaguedades varias y la sensación de una desprolijidad administrativa inquietante, habría de pasar la primera Asamblea de socios, en más de dos años, con poco de Asamblea propiamente dicha (más allá del aumento en la cuota) y demasiado de acto de campaña proselitista.

Qué lástima... Esperamos tanto!.


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.


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