En el segundo minuto de
descuento, y luego de un centro desde la izquierda, enviado por Guillermo
Sánchez, un pique antojadizo y afortunado, que elevaría el balón mucho más allá
del alcance lógico de Nicolás Minici, le dejaría la pelota servida en el pecho
a Diego Dorregaray, para una vez dominado el balón y encarados los últimos
metros del área chica del Gallo, doblegar a Milton Alvarez (nuevamente de gran
partido, con un par de intervenciones determinantes, para sostener el cero
hasta el tiempo agregado), con un remate preciso, rasante y cruzado sobre el
palo derecho del “uno” del Gallo.
De esta manera, y con este gol
casi imprevisto, en la agonía del partido, el equipo de Fernando Ruiz se
alzaría con un triunfo impensado, sólo segundos antes, a poco del cierre de un
partido chato y mal jugado por ambos, que parecía encaminarse
irremediablemente, a un inexorable y justificado empate en cero, que calificaba
de la forma más meridiana, un pobre partido entre el líder del torneo y uno de
sus escoltas, por la 22° fecha del torneo de la Primera “B”.
Antes de ese fatídico segundo
minuto de descuento, de los tres agregados por Gastón Meineri, árbitro del
encuentro, hubo un cotejo que tuvo al mejor Morón por apenas un cuarto de hora,
hasta que la lesión de Javier Rossi obligara a Walter Otta a variar el esquema
táctico pensado y ensayado en la corta semana, desde el triunfo del pasado
viernes, antes Estudiantes de Buenos Aires, en el Nuevo Francisco Urbano, punto
de inflexión a partir del cual, al Deportivo Morón le resultaría cada vez más
difícil volver a hallar el “norte” del desarrollo, perdiendo la tenencia del
balón y con ella, permitiendo el adelantamiento y presión de un Atlanta,
limitado al ensayo repetido de “pelotazos”, en procura de su “faro” ofensivo,
Leonardo Ramos.
Durante ese lapso, el Gallo
evidenciaría rastros de las razones futbolísticas que lo han llevado a liderar
el campeonato, con la buena gestión de Nicolás Ramírez apostado sobre la franja
izquierda, para intentar desequilibrar con su gambeta en velocidad y habilitar
a los dos puntas definidos en la oportunidad por Walter Otta, con Javier “Bicho”
Rossi y Damián Emilio Akerman, juntos y desde el inicio.
Sin embargo y como quedara dicho,
el imponderable de la lesión de Rossi, determinaría cambios nominales y
posicionales que cambiarían el esquema pensado y diseñado por el cuerpo técnico
del Gallo, desconcierto que aprovecharía el “Bohemio” para “copar” el
mediocampo y comenzar a dominar el balón, aunque sin generar real peligro sobre
el arco de Milton Alvarez, y cuando pudo lograrlo, merced a algún desborde del
mismo Dorregaray (autor del agónico gol) o de los laterales de Atlanta,
emergería la figura repetida de Alvarez para sostener el cero, sumado a otro
muy interesante partido de Franco Racca, lamentablemente opacado por su
expulsión por doble amarilla, en el tercer minuto de descuento, cuando Morón era
todo desconcierto y estupor por el punto que se le habría de escurrir en la
última jugada del encuentro.
Así las cosas, el Deportivo Morón
regresaría de su excursión por el “León Kolbowski” de Villa Crespo, con una
derrota posible en la previa, por la exigencia del rival y la historia “negra”
de un Atlanta y un escenario estadísticamente esquivos, resignando ante el “Bohemio”
su racha invicta de dieciocho cotejos, aunque no la punta del torneo, que a
pesar de la caía resulta patrimonio exclusivo del Gallo, con una unidad por
encima de su vencedor del martes por la noche.
Ahora, a cambiar rápidamente el “chip”
y a pensar en Comunicaciones, otro de los animadores del certamen, que llega en
alza y distante apenas cuatro puntos del Gallito, examen complicado para los
dirigidos por Otta, y a la vez, una buena medida para auscultar la incidencia
de la derrota con Atlanta y la capacidad de recuperación del único líder del
torneo.
“Un tropezón no es caída”, y “a
golpes se hacen los hombres”, solían decir nuestros abuelos…, aunque para “golpes”,
en la noche de Villa Crespo, hayan estado los recibidos por la delegación
dirigencial del Gallo que, artera, cobarde y con el “permiso” inocultable de
una inacción policial vergonzosa, resultara agredida por un grupo de quince
delincuentes, con la camiseta de Atlanta, que por fortuna no tuvieran un arma
de fuego o, de lo contrario, la presente crónica tendría ribetes de tragedia.
Vergonzante “zona liberada”, de
un operativo policial paupérrimo y cómplice, cuyo accionar indignante y
desaprensivo, permitiera el ataque incalificable a nuestros dirigentes y
miembros de prensa oficial que, sólo por fortuna, entre golpes, “cascotazos”
(al presidente de la institución, Alberto Meyer, habrían de arrojarle un
adoquín, ante la mirada impávida de los uniformados, distantes a sólo diez
metros del hecho) y agresiones de todo tipo y calibre, pudieran finalmente retirarse
de regreso a casa, con vida y sin lesiones graves o de consideración.
Por eso, cuando escuchamos a
funcionarios de organismos de seguridad deportiva, que deambulan en “giras
mediáticas”, dando cátedra sobre soluciones “mágicas” que permitan el regreso
del público visitante, o dirigentes de entidades de nuestro fútbol, que se “rasgan
las vestiduras” públicamente al referirse al “flagelo” de la violencia en el
fútbol, deberíamos recordarles que unos, tendrían que inicialmente cumplir su
función específica de prevención y control en los espectáculos deportivos, a
fin de garantizar la protección de los asistentes a los mismos, y los otros, “comenzar
por casa” y cuidar a las delegaciones visitantes, velando por la integridad
física de cada uno sus integrantes, de la misma forma que lo hacemos en nuestra
institución, ante cada comitiva que nos visita en el Nuevo Francisco Urbano.
Porque, tanto unos como otros, en
la noche de Villa Crespo, “brillaron olímpicamente por su ausencia", dejando
librados a dirigentes y prensa oficial de Deportivo Morón, a su entera “suerte”,
abandonados a que la mera fortuna, como finalmente ocurriera, permitiese que
hoy pudieran contarlo, como otra “anécdota” amarga de este fútbol nuestro,
enfermo de irracionalidad y violencia, por inacción y desidia de quienes deben
protegernos y velar por nosotros y, sin embargo, se dedican a declamar hacia
afuera, mientras se hacen los “distraídos” hacia adentro.
Borrón y cuenta nueva. A ganarle
a “Comu”, que seguimos punteros… y vivos.
@elgallogustavo.
Foto: gentileza, Prensa Deportivo Morón.
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