Y subsidiariamente, en múltiples ocasiones, esa "jornada fatídica", en la que el equipo merma y la "taba cae de culo", suele darse frente al adversario menos pensado, aquél que dentro de la medianía hacia abajo del torneo de la "B" Metro, en lo apriorístico asomaba de los más accesibles, en comparación con el líder de la categoría o los rivales clásicos de siempre, "víctimas" hilvanadas en esta seguidilla de once partidos sin derrotas, que no lograría llegar a conformar una "docena" de actuaciones sin caídas.
Y, en efecto, es precisamente eso lo que sucedería en esta ventosa mañana de domingo, donde el Deportivo Morón se toparía con su rendimiento más deslucido, desde el inicio de su racha invicta, allá lejos y hace tiempo, frente a la UAI Urquiza, también en el Nuevo Francisco Urbano, para hallar su "dique de contención", nada menos que en el humilde Fénix, visitante poco "ilustre" que poco haría por merecer el triunfo, pero que sabría capitalizar un error grosero en defensa y luego defenderlo, para alzarse con una victoria tan impensada como inmerecida, dentro de un muy pobre partido que, de no mediar el "regalo" en la última línea del Gallo, hubiese desencadenado invariablemente, en un pálido y previsible empate en cero.
Es que, hasta los '28 del primer tiempo, en que Nicolás Gásperi protagonizaría la jugada "bisagra" del cotejo, nada había ocurrido en el Oeste, como para justificar la ventaja parcial de alguno de los "contendientes", dentro de un trámite muy luchado y bastante mal jugado, donde la visita habría de poblar "generosamente" el sector medio, con tal de cortar los ya conocidos circuitos futbolísticos del Gallo, con algunas "persecuciones" individuales, en perjuicio de Federico Domínguez y Adrián Peralta, precisamente los encargados de dotar de juego al once de Blas Armando Giunta.
Por desgracia, en aquél minuto fatídico del primer tiempo, el "2" del Gallito, paradójicamente uno de los puntos más altos y regulares del equipo, durante la ahora extinta racha invicta, tal vez en un exceso de confianza o sencillamente en una acción desafortunada, habría de intentar salir jugando corto, en un sector "sensible" de la última línea, para luego de un envío errático, dejársela "servida" en el pecho al centrodelantero visitante, a las puertas del área grande, "obsequio" y desatención de otro partido (y hasta de otro "momento", de este mismo equipo, y esta misma defensa), que Andrés Vombergar -quien sufriría un traumatismo de cráneo- no habría de desaprovechar, rematando cruzado y preciso al gol, ante la salida presurosa y sorprendida de Carlos Morel, que en definitiva, nada podría hacer para evitar la insospechada apertura del marcador.
De allí en más, Morón se debatiría con sus propias limitaciones y falta de ideas, dentro de su "tarde negra", en lo individual y colectivo, en procura de un empate que jamás llegaría, en buena medida por obra de la falta de profundidad que lo viene acompañando desde hace rato, y que la dosis de gol en "pelota parada", aportada desde los defensas y mediocampistas, hubo de disimular en muchos encuentros, durante los casi tres meses sin reveses, desde aquél triunfo frente a la UAI Urquiza, en el propio Nuevo Francisco Urbano, hasta nuestros días.
Es que, más allá de algunos intentos desde afuera del área, a cargo de Cristian Yassogna (uno de ellos, con rebote en el vértice derecho del travesaño incluido), y una "arremetida" increíble de Emiliano Mayola, que durante los minutos finales terminaría acompañando en ataque a los puntas del Gallo (por ese entonces, con cuatro delanteros en cancha, sumados a Yassogna y Diego Barrios Suárez, los ingresos de Kevin López y Santiago De Ossa), a la sazón, de los mejores rendimientos individuales, dentro de una mañana "colectiva" para el olvido, el equipo de Blas Giunta jamás hallaría los caminos para arribar a un empate, justificado en el demérito y la falta de ambición ajenas, más que en las ausentes virtudes de un Morón que faltó a la "cita", frente al humilde "Cuervo".
Quizás, el próximo miércoles a la tarde, en Ciudad Evita, cuando el Deportivo Morón tenga la chance de una rápida revancha, frente al complicado con el descenso, Sportivo Italiano, los regresos de Junior Mendieta y Leonel Altobelli (además de Ariel Otermín, para suplir la baja obligada de Mayola), puedan devolverle a este Gallo, la cuota de desequilibrio ofensivo y contundencia en los últimos metros, de los cuales careciera por completo en la ventosa mañana del Oeste, y le impidieran, en definitiva, salvar al menos un punto, justificado en su jerarquía individual y colectiva, respecto de su ocacional adversario, sin dudas uno de los más modestos de la categoría, beneficiado por una falla garrafal, dentro del "paso en falso" de un equipo en alza.
"Todo concluye al fin, nada puede escapar"..., ni siquiera el invicto del Gallo.
A "barajar", dar de nuevo y comenzar una nueva racha, precisamente frente al "Accia".
Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.
Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).
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