domingo, 15 de noviembre de 2015

Y quién te dice, Gallito...

Y en la última "bola" del encuentro, tras un envío aéreo desde la izquierda (el recurso predilecto de la visita, para poner en aprietos a una insegura última línea del Gallo), Juan Manuel García habría de ingresar libre de marcas, por el segundo palo, para "romperle" el arco a Carlos Morel y concretar el gol del campeonato de Brown de Adrogué, en el cuarto minuto de descuento de un empate en uno, que a esa altura parecía inamovible.

Sin demasiado tiempo reglamentario para más, el pitazo final de Lucas Di Bastiano desataría el festejo emocionado, aunque medido del "Tricolor", que se encontraba con el segundo ascenso a la "B" Nacional, en algo más de tres años, consumada la igualdad en cero entre Defensores de Belgrano y Estudiantes de Caseros.

Por el lado del Gallo, las noticias procedentes desde Olavarría y Luna, entre un "Camionero" y Riestra que se "mataron a goles" (con un resultado de 5 a 4, nada menos, en favor del primero), lo obligaban a ganar su encuentro, en los '30 minutos de cierre del campeonato, para conseguir el quinto lugar en las posiciones finales y, con él, asegurar la localía en el cotejo de cuartos del Reducido, frente al propio Barracas, cosa que finalmente ocurrirá el próximo miércoles, aunque a la inversa (luego de terminar sextos), en el "Claudio 'Chiqui' Tapia".

De entre esas imágenes del final, nuevamente "convidados de piedra" en festejo ajeno, aunque esta vez en propia "casa" (por vez primera en nuestra historia, tanto en el "viejo" como en el Nuevo Francisco Urbano), debemos extraer sin dudas, el gesto de hidalguía deportiva de nosotros mismos, al reconocer con el aplauso sostenido y sincero, los merecimientos del nuevo campeón de la categoría, pero también al mejor equipo de la temporada y, en particular, al técnico más respetado, humilde y de perfil extra bajo de la "B" Metro, como Pablo Vicó, ejemplo de trabajo fecundo y silencioso, sin estridencias ni declaraciones grandilocuentes, pero de inocultable eficacia en materia de resultados, en proyectos futbolísticos serios y a largo plazo.

Desusado y gratificante aplauso espontáneo y compartido, que fuera retribuido con inteligencia y moderación, desde el campeón, abreviando los festejos dentro del campo de juego, para extenderlos y desatarlos en la privacidad del vestuario visitante, sin dejar de mencionar el buen gesto de eximir con buen tino, al público del Gallo, del "trago amargo" de asistir a una vuelta olímpica extraña y a todas luces evitable.

En el caso del Deportivo Morón, debemos coincidir en que el quinto puesto, con ventaja de localía incluida, seguramente no habría de resignarse en este encuentro (de los "perdibles", en la previa, aún en el Oeste, dada la categoría relativa del rival y la urgencia de sus aspiraciones de ascenso en la fecha), sino más bien y por ejemplo, en la igualdad también en descuento, frente a Comunicaciones, o en el empate ante Flandria, ambos registrados en el Nuevo Francisco Urbano y con supremacía numérica, hallándose en ventaja parcial.

Del partido en sí, por estas horas poco menos que una anécdota, podría resumirse en que, un Morón nuevamente vulnerable e inseguro en defensa, habría de hallarse en temprana desventaja, casi desde el mismo vestuario (por el gol de Guillermo Pfund, a los '4 del primer tiempo), del cual resultaría capaz de reponerse, merecimientos mediante, con el tanto de Adrián Maximiliano Peralta (figura destacada del Gallo, un escalón por encima de Emiliano Mayola, Mauro Montenegro y Carlos Ramos), sobre los '16 de la etapa de inicio, para luego de un buen final de medio tiempo, replegarse demasiado en el complemento, permitiendo que la necesidades de campeonato del "Tricolor" le dominaran el escenario de las acciones y las intenciones, hasta llegar al cuarto minuto adicionado y el desnivel definitivo y festejado en Adrogué y el "Lorenzo Arandilla".

A partir de este momento, y más allá de todos los contratiempos institucionales de la hora, este grupo de jugadores, sumados al cuerpo técnico, tendrán la chance de ingresar en la historia grande del Gallo, jugándose su suerte y el balance final de una prolongada y complicada temporada, dentro y fuera de la cancha, cuando este miércoles, en Olavarría y Luna, den formal inicio a un derrotero futbolístico en el Reducido, ante Barracas Central (al que vencieran dos veces en el torneo, de local y visitante), y que a pesar de sus inocultables déficits y limitaciones, tanto individuales como colevtivas, sin embargo puede depositarlos (y por extensión, a todos nosotros), en una algarabía parecida a la observada este sábado, desde afuera, con algo de nostalgia repetida y mucho de "sana" envidia.

Once contra once, en noventa minutos, y en el marco de un campeonato tan discreto e irregular como el que ayer tocara a su fin, sin dudas que todo es posible.

Entre la esperanza y la realidad, ahí vamos..., optimistas por necesidad vital y en defensa propia.

Sólo resta que la dirigencia cumpla sus promesas del "estribo".

Y quién te dice, Gallito...


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                         Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).

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