domingo, 11 de febrero de 2018

A"FERRO" EL PUNTO

En un partido discreto y de tono menor, donde la lucha reemplazó al buen juego, el Deportivo Morón conservó la solidez defensiva que exhibiera una semana atrás en Adrogué, para finalizar nuevamente con el arco propio en cero, aunque como contrapartida, no pudo hallar los caminos ofensivos que le permitieran vulnerar a una defensa visitante ordenada, y en definitiva, marcar la diferencia mínima necesaria para quedarse con los tres puntos, en el reencuentro ante su gente, frente a un Ferro Carril Oeste conocedor de la categoría, y que puesto a aprovechar los espacios de contra, tampoco habría de generar desequilibrios significativos a la última línea del Gallo.

Como suele ocurrir a menudo, en esta oportunidad, el cero a cero final entre Morón y los de Caballito califica con precisión meridiana un encuentro que por escasos momentos despertara de la monotonía a los hinchas presentes en el Nuevo Francisco Urbano, casi siempre por virtudes individuales, puesto que se verían pocas acciones colectivas hilvanadas, más allá de los primeros minutos de juego, donde la iniciativa local y la presión alta sobre la salida de la defensa de Ferro, le permitiera al Deportivo Morón controlar la acciones, aunque sin generar situaciones de gol manifiestas, más allá de algunas aproximaciones peligrosas, con Leandro "Chaco" Guzmán como principal intérprete y a la postre, figura del Gallo y del encuentro.

En efecto, en los primeros '20 de juego, en el "reencuentro" del Gallo y "Oeste", luego de 15 años sin verse las caras en un partido oficial, el equipo de Walter Otta dominaría las acciones casi a voluntad, aunque carente de profundidad en los últimos metros, mientras que la visita se dedicaría a abroquelarse con orden y paciencia en su mitad del campo, a la espera de ajustar las marcas y emparejar las acciones para poder a salir a "pelear" el desarrollo unos metros más arriba.

Cosa que lograría recién a los '25 de aquella primera etapa, cuando la presión inicial del Gallo comenzara a perder continuidad y efectividad, momento a partir del cual el elenco de Alejandro Orfila se adelantara en el campo, aprovechando el condicionamiento en la marca, de un Emiliano Méndez mal amonestado por Diego Ceballos (ni siquiera fue infracción, la acción por la que el árbitro del cotejo le mostrara la amarilla al "cinco" local) y la preocupación que Tomás Asprea, el "once" de Ferro, comenzaba a generar sobre ambos flancos de la defensa de Morón.

Por si fuera poco, sumados a los contados encuentros con profundidad y acierto, entre los que más saben con la pelota, la táctica del "Chano" Orfila comprometería las escaladas ofensivas de Maximiliano Paredes, una de las "herramientas" de ataque predilectas en los últimos tiempos, controlado todo el tiempo por Braian Alvarez, el "siete" rival, "estacionado" de manera permanente como contención de Paredes, con el Gallo en posesión del balón, y decidido a mandarse al ataque, a la hora de la recuperación visitante.

Extinguida la primera etapa, con buenas intenciones del Deportivo Morón y sin sobresaltos en su última línea, pero asimismo carente de profundidad como para destacar alguna opción real de peligro, ante el arco de Andrés Bailo, arquero de Ferro, sin embargo, el visitante se retiraría dejando una mejor imagen final de conjunto, por el dominio territorial y la mejor circulación de pelota exhibido en el tramo de cierre de aquellos '45 iniciales.

El complemento ilusionó a los presentes, cuanto menos durante el primer cuarto de hora, cuando el Deportvo Morón contara con las acciones más claras de gol, generadas una detrás de la otra, entre los '3 y los '7 del segundo tiempo, en el primero de los casos, luego de un tiro de esquina ejecutado por Rodrigo Díaz y anticipado de cabeza por un (nuevamente) solitario Javier Rossi, cuyo cabezazo amortiguado a medias por la salida del arquero, determinaría que la pelota se elevase y cayera casi sobre la línea de gol, para ser rechazada por Osvaldo Barsottini, con el arco desguarnecido. En la segunda acción, sólo cuatro minutos más tarde, una pelota recuperada por Mauricio Alonso, otra vez de buen partido y muy participativo, tanto en defensa como en ataque, generaría una punzante llegada en velocidad del uruguayo, quien habilitaría por izquierda a Rodrigo Díaz, para que el "Rengo" utilizando "tres dedos" para evitar el cierre de Bailo, la enviara "besando" la base del poste izquierdo de la valla visitante, en la acción más clara del Gallo en todo el encuentro.

Con el correr de los minutos y del mismo modo que sucediera en la primera etapa, superado el primer cuarto de hora del complemento, Ferro Carril Oeste volvería a ajustar las marcas y a adelantarse unos metros en el terreno, a partir del buen manejo de Facundo Affranchino por el centro y los desequilibrios que tanto los mencionados Asprea como Alvarez, volverían a generar sobre ambas puntas.

De los '30 del segundo tiempo en adelante, la visita evidenciaría mayor justeza en los pases y la mejor circulación de balón referida, para aprovechando los espacios que comenzaba a dejar un Morón decidido a buscar la acción que le diese el gol del triunfo, aunque sin desordenarse en ningún momento, el "Verde" de Caballito hilvanaría un par de contras peligrosas, como aquella que finalizaría con un remate apenas ancho de Tomás Asprea ('30), cuando por el centro contaba con compañeros para la descarga, o el remate bajo, rasante y "envenenado" de Roberto Moreira Aldana ('42), el centrodelantero de Ferro, contenido por un atento Milton Alvarez, que siempre responde cuando lo llaman.

Si hasta la jugada final del partido sería de la visita, con el derechazo "mordido" de Gabriel Díaz, el volante central de "Oeste", a la salida de un tiro de esquina, en el último de los tres minutos agregados por un errático Diego Ceballos, que alternaría buenas y malas, y en algunas ocasiones, no valoraría de la misma manera y rigor, acciones similares de juego, en especial a la hora de sancionar las infracciones.

En definitiva, y como suele rezar una vieja máxima futbolera: "partido que no se puede ganar, tampoco se debe perder". Pues eso mismo es lo que hiciera el Gallito, sumando un punto más a su "matemática" semanal para conservar la categoría, dentro de un desarrollo en el cual por momentos impuso condiciones, aunque con escasa profundidad, y por otros fuera sorprendido por su rival, aunque tampoco la "sufriera" demasiado en su última línea.

Con la preocupación por la salida prematura por lesión, de Sebastián Martínez Aguirre, hasta allí nuevamente de buena actuación, ahora será tiempo de pensar en Independiente Rivadavia de Mendoza (el próximo viernes por la noche, en el "Bautista Gargantini"), para consolidar la solidez defensiva evidenciada en los dos primeros partidos del año, ambos con el arco en cero, y en contrapartida, revisando las razones que también al cabo de dos encuentros, han llevado a este equipo a generar poco y nada ante el arco rival.

19 de 32. Es es lo más importante.


@elgallogustavo.




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