martes, 1 de mayo de 2012

"Choriceada familiar", para demostrar que el Gallo está vivo y de pie...

En un soleado y muy agradable mediodía del Trabajador y en el recuperado microestadio “Rafael Grosso”, ahora con una nueva y rara fisonomía, sin aros ni tablero de básquet y a cielo totalmente abierto, desde que aquella cruel mueca del destino, del último miércoles 4 de abril, encarnada en un impiadoso y destructivo tornado, nos trocara el viejo “Grosso” de indoor a outdoor (en términos de disciplinas atléticas), en una suerte de doloroso y sorpresivo adelanto de la demolición programada para mediados del año próximo, según los plazos de obra originales en el marco de la construcción del nuevo estadio, en los terrenos de la ex “Textil Castelar”, tuvo lugar con gran éxito la denominada “Choriceada familiar del Deportivo Morón”, con el objeto de recaudar los fondos necesarios para colaborar con las grandes erogaciones que han demandado y seguirán demandando las tareas de reconstrucción de nuestro siniestrado microestadio.

Con la presencia del intendente del Municipio de Morón, Lucas Ghi, quien finalizara la jornada felizmente ataviado con una casaca oficial del Gallo, obsequio de la Comisión Directiva, en la persona de su presidente, Diego Spina, y con la significativa asistencia de casi 600 socios e hinchas del Deportivo Morón, que dejaran una no menos importante recaudación superior a los $ 30 mil, quienes enbanderados, solos, en pareja o en familia disfrutaron de una hermosa y muy bien organizada fiesta, matizada por muy buenos grupos de rock y folklore, sabrosos choripanes y patys, y abundante gaseosas, café y ricas tortas, simpre con la colaboración fiel y desinteresada de los voluntariosos y trabajadores miembros de las distintas peñas y agrupaciones que tanto hacen en el día a día por la institución.

Con el broche final del sorteo de importantes premios, desde camisetas oficiales y demás merchandising del club, hasta un metegol y un par de LCD's, cuyos afortunados ganadores, si no vinieron en auto, debieron seguramente contratar un remís, para realizar uno de los regresos más felices a casa. Asimismo, en una Juan José Valle cortada al tránsito, entre Avenida Rivadavia y Almirante Brown, los más chicos pudieron disfrutar a placer de peloteros y juegos inflables.

En una nueva muestra de la convocatoria increíble de nuestra gente, única en su tipo, el Deportivo Morón revivió una gran jornada de fiesta, en el emblemático escenario de un “Rafael Grosso” distinto a la vista, pero gratamente recuperado al fin, como para demostrarnos y demostrarles a todos, incluida a la propia naturaleza y sus dolorosos y caprichosos poderes destructivos, que el Gallo y su maravilloso Pueblo están nuevamente de pie y más vivos y con más fuerza que nunca.


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