lunes, 7 de mayo de 2012

Ganó Morón y es noticia..., ahora a esperar a Acassuso.

Y después de dos intentos fallidos consecutivos, el Gallo volvió a ganar uno de esos partidos que debía ganar. En efecto, en el marco de la 39° fecha del torneo de la primera “B” Metro, temporada 2011/2012, y con los antecedentes recientes y costosos de las derrotas en fila con dos de sus rivales directos en la lucha por zafar de la “promo” que nadie quiere (San Telmo de local y Sportivo Italiano en Ciudad Evita), el Deportivo Morón pudo cortar una racha negativa de ocho encuentros sin alegrías, con el trabajoso triunfo por uno a cero ante el “Cartero”, nuevamente en domingo y por la mañana, en el Francisco Urbano, con un festejado gol del “Melli” Gustavo Britos, a los '12 de la etapa complementaria.

En la previa de este cotejo, el Gallo venía de complicarse la vida solito y solo, en la tabla de los promedios, tras cosechar sólo 3 de las últimas 24 unidades puestas en juego, hasta la victoria ante Comunicaciones, permitiendo que tanto el “Candombero” como el “Accia”, recortaran peligrosamente la distancia que los separaba de Morón, en medio de esta impensada y ajena a toda historia en primera persona, pugna por eludir una incómoda e incierta reválida, producto directo de una de las peores campañas en no menos de dos décadas y media.

Por esa razón y ante la necesidad imperiosa de coagular lo antes posible, una hemorragia que hasta este domingo parecía no tener cura, ni fin ni mucho menos cauterización, el cuerpo técnico del Gallito, encabezado por el “Gato” Norberto Salvador Daniele, decidió poner en marcha un plan de contingencia, ante la alarmante falta de respuestas de un equipo que, salvo las conocidas y varias veces repetidas excepciones a esta preocupante regla, deambulaba desalmado por los campos de juego, resignado desde el vamos a perder ante cualquier oponente de turno: desde el sábado pasado y hasta el venidero miércoles 9 de mayo, fecha de disputa del cotejo aplazado ante el Acassuso de Oscar “Cachín” Blanco, nada menos que uno de los principales hacedores y futbolísticamente responsable de la conformación del actual paupérrimo plantel, el mismo quedaría concentrado en el predio del Sindicato Argentino de Televisión (SAT), en la localidad de La Reja, en el Partido de Moreno, a la espera que la unión haga la fuerza y que de pura vergüenza deportiva se lograsen los seis puntos en discusión, en el término de las 72 horas más determinantes en la historia reciente de Morón, para comenzar a olvidar sin contratiempos este penoso campeonato y dedicarse a prefigurar con cotidiana tranquilidad, la génesis de un plantel 2012/2013 que nos deposite nuevamente en la lucha por los puestos de vanguardia y nos devuelva al rol de protagonistas, más acorde al prestigio y la tradición de una institución desacostrumbrada a luchar por sobrevivir en la categoría.

Y bien parece que, por lo menos en un cincuenta por ciento, la decisión de juntar al grupo para retemplar el espíritu de conjunto y apelar a la mística necesaria a la hora de enfrentar verdaderas finales, ha rendido sus frutos, ya que el mismo equipo sin fútbol y desordenado de siempre, supo recuperar por lo menos el ánimo evidenciado ante “Telmo”, para alzarse con un triunfo luchado y trabajado hasta el quinto minuto de descuento, ante un Comunicaciones con enormes limitaciones y debilidades y que, sin embargo, para este presente incierto del equipo y el campeonato, podía representar una oposición insalvable que nos colocara sin dudas al borde del precipicio.

En un primer tiempo chato, mal jugado y bastante aburrido, quien más necesitaba, menos podía (Morón) y quien más hubiera podido, menos quería ( Comunicaciones). En ese contexto para el bostezo, de no ser por el lógico nerviosismo que invadía al Urbano, el partido podría haber prescindido tranquilamente de aquellos primeros '45, en los cuales la visita manejaría mejor la pelota, a partir de imponerse fácilmente en el mediocampo, predominio que se diluía cuanto más se acercaba a Migliardi. Del lado del Gallo, y puesto por la fuerza a jugar de contra, pudo notarse una defensa un tanto más sólida, que la pobre imagen dejada ante el “Accia”, aunque evidenciando los endémicos problemas de una zona central del terreno que no logra triunfar en ninguna lucha por el dominio del espacio y mucho menos en el rubro generación de juego. Adelante, dos “llaneros solitarios”, como el “Melli” Britos y Damián Akerman, poco serían capaces de generar ante la ausencia de una adecuada asistencia en progresión ofensiva, más que alguna guapeada del goleador histórico o un mano a mano de Britos, bien conjurado por el arquero de “Comu”.

En el complemento, Daniele modificaría la estructura, reemplazando la lentitud exacerbante de Manuel Rodas por la liviandad de Sergio Viturro, que lejos de asociarse con un ausente Gerardo Martínez, iría más de punta, pero con el desorden conceptual de este equipo a cuestas: en lugar de colocarse en la función lógica de asistidor de los delanteros, en forma de habilitaciones en profundidad o centros, el volante del Gallo pretendería vestirse de extremo, obligando a Damián Akerman a abandonar su “lugar en el mundo”, en el centro del área chica ajena, para correrse hacia las bandas para ejecutar los envios aéreos.

Y aún así, sin fútbol pero con la actitud que brillara por su ausencia ante Italiano, el Gallo comenzaría a inclinar el campo hacia el arco que da a la tribuna visitante, beneficiado por el amarretismo de un “Cartero” que se sentía cómodo y seguro en defensa y que apostaba un pleno a su carta ofensiva más inquietante: Pablo “Colo” Vaccaría, un viejo conocido de la casa, junto a Homero Sartori, lateral derecho del conjunto de Agronomía.

De tanto ir con vergüenza y empujado por su gente, el Deportivo Morón hallaría el gol en una jugada más que fortuita, cuando Cristian Ortíz enviara un centro con destino a perderse lejos del arco de Juan Manuel De la Fuente, y que sin embargo, encontrara en su camino la pierna providencial y salvadora de Gustavo Britos (la figura de la cancha), para cambiarle el rumbo a una pelota perdida e impulsarla hasta el fondo del arco, con un arquero visitante desairado y jugado hacia el lado contrario.

De allí en adelante y hasta el pitazo final de otro árbitro impresentable, como lo es Martín Gonaldi, el Gallito debería pasar un par de sofocones, algunos bien controlados por un capitán “Chiche” que desde hace rato ha agotado el diccionario de adjetivos, y que en la única que no pudo contener supo contar con la complicidad del travesaño, ante el cabezazo en goleadora soledad del nueve visitante, Roberto Moreira Aldana.

Ahora será el turno de completar la faena, con el cincuenta por ciento restante, el próximo miércoles 9 del corriente, cuando el Deportivo Morón recupere su partido aplazado frente a Acassuso, correspondiente a la fecha 35° del torneo de la “B” Metropolitana, temporada 2011/2012, desde las 15.30 y en el mismo escenario, para alcanzar lo que nunca durante la presente campaña (es decir, ganar dos partidos seguidos) y cosechar los tres puntos faltantes que le den la tranquilidad futbolística y espiritual necesarias, para zafar por completo de cualquier compromiso con una reválida y de paso, encarar el tramo final de este obra maestra del terror, dividida en 42 eternos capítulos, que invariablemente irá destinada a engrosar las páginas más pobres en materia de estadística y a buscar un piadoso asilo en un rápido olvido de nuestra compartida memoria colectiva.


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