Ya
definitivamente tranquilos (tras semanas de mucha angustia e injusto
sufrimiento), con la permanencia de la categoría consumada... ESTE
PLANTEL HA SIDO UN VERDADERA VERGUENZA PARA LA HISTORIA DE NUESTRA
INSTITUCION Y LE HAN FALTADO EL RESPETO -de manera recurrente- a la confianza y las expectativas de la FIEL Y GLORIOSA GENTE DEL
GALLO (claro está, con la excepciones conocidas por todos, como nuestros
emblemas y referentes, los chicos del club y algún que
otro de los "refuerzos", de los contados que estuvieran a la altura de
las circunstancias y los desafíos de defender esta camiseta, que NO es para
cualquiera y "pesa" más que unas cuantas).
Del mismo modo, resultaría dable y saludable esperar que tampoco se recurriese en este momento, a la “chicana” retórica o bien al atajo mental, de pretender una vez más “tapar el sol con el dedo índice”, en el intento por justificar semejante bochorno mal avenido e indisimulable, mediante el ardid de inocultable imbecilidad manifiesta, al afirmar que “cuanto menos se cumplió el OBJETIVO”. Puesto que una cosa es “cumplimentar un objetivo” trazado a principios de temporada y al que se accede por legítimo mérito deportivo”, y otra muy distinta el “zafar con los pantalones en la mano”, “pinchando” la pelota durante los últimos minutos del encuentro decisivo, contra el banderín del córner rival, sin ambición alguna ni mucho menos dignidad; en la patética y penosa espera del silbato final de Ignacio Lupani -árbitro del cotejo-, quien habría de “hacer” por la salvación definitiva del Gallo, bastante más que varios de los propios protagonistas que, en teoría, debieron defender nuestra divisa durante demasiadas jornadas de sufrimiento e infamia, a contramano de lo prometido en la previa y de lo invertido en un plantel, que debimos haber pagado por lo que “realmente valía” y en lo sucesivo, proceder a vender por lo que “nos hicieron creer que constituía su valor relativo” (con el fin de evitar suavizar las pérdidas de, sin lugar a dudas, el mayor “buzón”/engaño de los últimos años, en la relación costo-resultado).
En consecuencia, hagamos votos para que la dirigencia del Deportivo Morón, demuestre la suficiente sensatez, madurez y grandeza como para aprender de los "horrores" cometidos esta temporada, a fin de evitar la repetición del "calvario" soportado hasta el último minuto del descuento, de un partido jugado frente a la 4º división de un equipo ya descendido..., y que, como dirían muchas de nuestras sabias abuelas: "zapatero a tus zapatos"..., y que en la venidera campaña 2014/2015, el "Tano" Salvador Pasini pueda pensar y formar SU equipo, para que todos lo demás, se dediquen única y exclusivamente a cerrar las negociaciones económicas y rubricar los respectivos lazos contractuales.
FINAL DE LA PESADILLA... NADA PARA FESTEJAR Y MUCHISIMO PARA REFLEXIONAR Y SOLUCIONAR EN LO INMEDIATO.
A recuperar las horas mal dormidas, las comidas mal digeridas, el humor y la sonrisa habituales, así como la tranquilidad en nuestros trabajos, estudios y vidas personales y familiares. A respirar hondo, recuperar el aire y tomar un copa, sólo para aventar definitivamente los fantasmas, de la peor y más tortuosa temporada desde que tenemos uso de razón y el corazón de Gallos.
Y AGUANTE MORON, CARAJO!!...
HAGAN LIO (ya pueden dejar de rezar...).
Del partido en sí mismo, resulta preferible no abundar en
detalles que intuimos redundantes, tras una paupérrima temporada en que hemos
recurrido a auténticos “ríos de tinta”, en los intentos (no siempre felices y
eficaces) de esclarecer errores conceptuales y de procedimiento que, al
principio, ya sea al influjo de las bondades de un “relato” hasta allí
consistente o por tratarse de la inmunidad pública que muchas veces otorga la
idolatría, nos valieran innumerables agravios gratuitos y descalificaciones dolorosas
e innecesarias.
Lo real, es que este domingo 25 de mayo, en Jáuregui, hubo de escribirse
una de las páginas más tristes y oprobiosas en la rica y maltratada historia
del Gallo, donde un equipo desangelado y cobarde sólo fuera capaz de ser
coherente con la patética imagen devuelta desvergonzadamente, durante no menos
de una treintena de fechas del torneo que felizmente (para nuestra salud y
nuestra alma) tocara a su piadoso fin: esto es, haberse manifestado (porque lo
que demostraron, difícilmente pueda ser considerado “jugar”) con el mismo grado
de insultante liviandad e indignidad, de principio a final.
Y que, por favor, no afloren a esta hora, las excusas
inadmisibles sobre deudas salariales para con los protagonistas, ya que si bien
todo trabajador merece y le asiste el legítimo el derecho de cobrar en tiempo y
forma sus emolumentos (más allá de consideraciones personales sobre
rendimientos y actitudes dentro del campo de juego), también resulta no menos
cierto que la dignidad nada tiene que ver con el dinero, ya que de lo
contrario, estaría hablando muy, pero muy mal, de los valores humanos y preceptos
laborales de aquellos profesionales que han tenido el privilegio de vestir
nuestra casaca y, sin embargo, jamás se dieran cuenta de dónde se hallaban.
Del mismo modo, resultaría dable y saludable esperar que tampoco se recurriese en este momento, a la “chicana” retórica o bien al atajo mental, de pretender una vez más “tapar el sol con el dedo índice”, en el intento por justificar semejante bochorno mal avenido e indisimulable, mediante el ardid de inocultable imbecilidad manifiesta, al afirmar que “cuanto menos se cumplió el OBJETIVO”. Puesto que una cosa es “cumplimentar un objetivo” trazado a principios de temporada y al que se accede por legítimo mérito deportivo”, y otra muy distinta el “zafar con los pantalones en la mano”, “pinchando” la pelota durante los últimos minutos del encuentro decisivo, contra el banderín del córner rival, sin ambición alguna ni mucho menos dignidad; en la patética y penosa espera del silbato final de Ignacio Lupani -árbitro del cotejo-, quien habría de “hacer” por la salvación definitiva del Gallo, bastante más que varios de los propios protagonistas que, en teoría, debieron defender nuestra divisa durante demasiadas jornadas de sufrimiento e infamia, a contramano de lo prometido en la previa y de lo invertido en un plantel, que debimos haber pagado por lo que “realmente valía” y en lo sucesivo, proceder a vender por lo que “nos hicieron creer que constituía su valor relativo” (con el fin de evitar suavizar las pérdidas de, sin lugar a dudas, el mayor “buzón”/engaño de los últimos años, en la relación costo-resultado).
En este punto, será tarea de la actual dirigencia y su
continuidad en varios de los próximos directivos, elaborar presupuestos más
sensatos y ajustados a la realidad del club, la categoría y hasta nuestra
sociedad, procurando optimizar cada centavo invertido en futuros contratos
profesionales, para equilibrar los cuentas internas y abonar de acuerdo a las
posibilidades, más que a las necesidades. Al mismo tiempo de evitar la
repetición de inadmisibles renovaciones como las registradas a principios de
temporada, sumadas luego (con las nefastas consecuencias del caso, que nos
llevaran a este punto de crisis futbolística tan abisal como evitable), a la
incorporación de pseudo valores justipreciados en sólo un par de partidos
–precisamente frente a nosotros, en otras campañas- o arribados por
recomendaciones poco felices y pergaminos tan sepias como foto de daguerrotipo,
para conformar un plantel desbalanceado en lo deportivo e hipertrofiado en lo
económico, sólo sostenido desde lo dialéctico por la soberbia y la falta de
autocrítica de aquellos que los seleccionaran y aprobaran sin conocerlos (detrás
de un escritorio del Nuevo Francisco Urbano), como responsables directos y
primigenios de este repetido y rotundo FRACASO.
Claro que, previamente y para
ello, deberían abandonar la práctica activa del “no hacerse cargo” y
subsidiariamente, de la compulsión a diferir de manera retroactiva, los
“horrores” actuales, justificándolos, responsabilizándolos y disculpándolos a
partir de los “horrores” pasados. Por citar sólo un ejemplo, “recitado” casi como “caballito de batalla”
argumental, durante las últimas semanas, los 35 míseros puntos de la temporada
2011/2012 (con tres veces menos del presupuesto actual y jugadores acordes a
esos montos, casi de primera “C”), sin lugar a dudas que resultaron
responsabilidad de la "gestión Ruiz", que casi nos llevara a la ruina
en muchos aspectos, no sólo en el futbolístico. Sin embargo, las 47 y 56
unidades de las dos últimas campañas subsiguientes, constituyen la responsabilidad
exclusiva e inequívoca de la actual gestión de Diego Spina.
Por lo tanto, tengamos cuidado
que, muchas veces, el “tren de la buena fortuna” suele pasar una sola vez, y no
sea cosa que por necedad y falta de autocrítica, nos volvamos a equivocar por
tercera vez consecutiva y la debacle ya sea inevitable. En este aspecto y de
cara a la próxima temporada, en los promedios, arrancamos distantes 29 puntos
de Colegiales (virtualmente descendido), pero once por encima de Dálmine, con
lo cual el "colchón" de puntos para la venidera campaña, convengamos
que no viene tan "mullido" como muchos podrían suponer. Entonces y hablando
en buen romance, sería altamente recomendable dejar definitivamente de hacer
“macanas” en la toma de decisiones y en el manejo del fútbol profesional, ya
que esta venidera temporada, seguramente será la última oportunidad que nos dispensará
un (hasta hoy) piadoso destino... Salvo que, en lugar de mejorar y subsanar los
errores, optemos por profundizar la política oficial de la culpabilidad
diferida con retroactividad, y en el futuro inmediato, vayamos aún más atrás en
procura de disculpar nuestros yerros, y en definitiva, responsabilicemos por
los mismos, directamente a los Pagano, Urbano, Ferrante, Machado Ramos y
Capurro.
En consecuencia, hagamos votos para que la dirigencia del Deportivo Morón, demuestre la suficiente sensatez, madurez y grandeza como para aprender de los "horrores" cometidos esta temporada, a fin de evitar la repetición del "calvario" soportado hasta el último minuto del descuento, de un partido jugado frente a la 4º división de un equipo ya descendido..., y que, como dirían muchas de nuestras sabias abuelas: "zapatero a tus zapatos"..., y que en la venidera campaña 2014/2015, el "Tano" Salvador Pasini pueda pensar y formar SU equipo, para que todos lo demás, se dediquen única y exclusivamente a cerrar las negociaciones económicas y rubricar los respectivos lazos contractuales.
FINAL DE LA PESADILLA... NADA PARA FESTEJAR Y MUCHISIMO PARA REFLEXIONAR Y SOLUCIONAR EN LO INMEDIATO.
A recuperar las horas mal dormidas, las comidas mal digeridas, el humor y la sonrisa habituales, así como la tranquilidad en nuestros trabajos, estudios y vidas personales y familiares. A respirar hondo, recuperar el aire y tomar un copa, sólo para aventar definitivamente los fantasmas, de la peor y más tortuosa temporada desde que tenemos uso de razón y el corazón de Gallos.
Y AGUANTE MORON, CARAJO!!...
HAGAN LIO (ya pueden dejar de rezar...).
Che por que tanta indignación? Este plantel hizo 10 puntos mas que la temporada pasada, y 20 mas que la anterior!
ResponderEliminar... Con tres veces más el presupuesto de la 2012/2013 (47 puntos) y cinco veces mayor al de la 2011/2012 (35 unidades). Y terminó apretado contra el córner, durante los últimos minutos del encuentro decisivo, frente a la 4º división de un equipo ya descendido, en una de las imágenes más indignas y patéticas, desde que tenemos uso de razón y el corazón de Gallos. Vos que pensás, Fede?... Saludos.
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