domingo, 26 de julio de 2015

A los "tumbos"...

A los "tumbos"..., así es el andar de este Morón de Blas Armando Giunta, en el actual torneo de la "B" Metro, con una actuación para ilusionarse (no demasiado, pero sí lo necesario y suficiente), otra para decepcionarse (y feo...) y unas cuantas más donde la anomia y el interrogante dominan la escena y las sensaciones post partido.

A los "tumbos"..., así se manifiesta también este equipo dentro de la cancha, local o visitante, sin hallar a la fecha (y ya superamos la 27°), ni el equilibrio, ni la identidad imprescindibles para aspirar seriamente a un objetivo trascendente... Diga Ud. (y al mismo tiempo "agradezca", amigo lector), que el presente campeonato de la categoría resulta tan mediocre y parejo (siempre hacia "abajo"), que con una cuota de orden y una "pizca" de oportunismo y contundencia, cualquier conjunto "medio pelo" es capaz de tener aspiraciones de ascenso.

Y Morón sin dudas que constituye uno de ellos, a pesar de no sumar de a tres en las últimas tres fechas y de apenas convertir un gol en igual lapso, tríada de unidades que hoy lo posicionan octavo, es decir, en zona de clasificación al Reducido, habiendo "protagonizado" este último domingo, un auténtico "bodrio" futbolístico, en "complicidad" con su partenaire visitante, el siempre complicado y, sin embargo, limitado de "limitación insalvable", Acassuso de Walter Otta.

Ocurre que, en el empate cero a cero "co-estelarizado" con el "Quemero", habría de reflejarse la máxima boxística, de "cuando uno no quiere, dos no pueden" (recordada en alguna otra ocasión, durante la presente temporada), a partir de un Acassuso que jamás "quiso", más que el punto que por "reglamento" vino a buscar al Oeste, desde el minuto cero y un Gallo absolutamente impotente que nunca "pudo", ni mucho menos "supo" cómo, a pesar de merecer un poco más, en el balance general de los '90, más por voluntad, actitudes e intenciones de búsqueda, que por "realizaciones" o aciertos individuales y colectivos en el intransitable terreno del Nuevo Francisco Urbano, en su cumpleaños número dos como nueva "casa" del Deportivo Morón.

Así las cosas, y dentro de la auténtica "obra maestra del terror", plasmada para el aburrimiento y desencanto generalizado, del público presente en el estadio, Morón podría haberse alzado con los tres puntos, ante esta pobre actualidad de "Ssuso", de haber contado con una cuota mínima de fútbol y de desequilibrio y contundencia en los últimos metros, como para ser capaz de concretar en el arco rival, algo de lo muy poquito generado para preocupación de Julio Salvá (golero visitante), siempre desde los pies y las intenciones solitarias de Junior Mendieta.

Pero, como venimos advirtiendo desde hace unas cuantas fechas a esta parte, este Morón de Blas Armando Giunta carece fatalmente de fútbol en su línea media y, lo que es aún peor, de gol en las redes contrarias, algo que se refleja con claridad en sus últimos números, en presencia de un equipo que, si bien acumula ya cinco sin perder (con dos triunfos iniciales y luego, tres empates en fila), al mismo tiempo, este domingo habría de sumar su segunda igualdad consecutiva y en cero en el Nuevo Francisco Urbano (la anterior, ante Estudiantes de Caseros, esto es, cuanto menos, uno de los equipos que pelean "arriba), con un solo tanto anotado, en la jornada pasada, en cancha de Riestra, en los preexistentes '270 de juego efectivo.

Por desgracia, y luego de penar durante buena parte de este mismo torneo, por una defensa insegura y vulnerable, frente a casi todas las ofensivas rivales, constituyendo a la del Gallo, en una de las vallas más vencidas del campeonato, en los últimos tiempos la misma ha encontrado el equilibro y la estabilidad tantas veces deseada, a partir de una notable mejora en lo individual y también lo colectivo, con un Carlos Morel que cambiara dudas por seguridad desde los tres palos, una zaga de centrales compacta y sin fisuras, y dos laterales que hallaron a sus "legítimos dueños", en especial la banda derecha, con el asentamiento en su perfil natural, del juvenil y regular andar de Cristian Broggi.

Como contrapartida, la ofensiva de este equipo, que había sido capaz de erigirse en una de las delanteras más efectivas del certamen, hoy constituye la cara opuesta de la última línea, con una involución notable en su rendimiento y, por lógica consecuencia, en sus números contemporáneos, y eso que en la actualidad y desde lo táctico, ya no podemos responsabilizar de esta magro desenvolvimiento, al propio cuerpo técnico, cuando el 4-4-1-1 es un recuerdo y la soledad "formal" de Leonel Altobelli también, debiendo hallarse las razones en el opaco presente del propio ex "Llanero solitario" y en las actualidades divergentes de sus compañeros de ataque, pero fundamentalmente, en la "desconexión" de unos puntas del Gallo que lejos de procurar "sociedades", han de regirse por arrestos individuales e intenciones "espasmódicas", sin "sistema" alguno.

Claro que, en defensa de los extremos ofensivos del Gallito, debemos reconocer que este Morón de Blas Giunta, tiene una generación de fútbol cuantificada en números negativos, toda vez que la generación de juego se reduce, en la práctica, al aporte que pudiera realizar Adrián "Kily" Peralta, hoy fuera del once por lesión y, fundamentalmente, a partir de lo que pueda aportar Federico Domínguez, uno de los pocos capaces de comprender que este juego colectivo, requiere de pelota al piso y la conjunción con otros compañeros, los cuales necesitan de un pase a los pies y, de ser posible, con la suficiente ventaja en relación a la marca de sus rivales... Claro que, para que ello ocurra de manera efectiva, el propio Domínguez debería partir en su recorrido desde el centro del campo, casi en posición de "5", y no precisamente, desde las restricciones territoriales y posicionales del carril izquierdo del mediocampo..., algo que, en lo personal, seremos capaces de insistir y repetir hasta el cansancio, aunque el cuerpo técnico no coincida jamás con nosotros (cosa que, no está obligado en absoluto, dicho sea de paso).

Y es que el cero a cero de Morón y Acassuso, en el Nuevo Francisco Urbano, habría de resultar tan, pero tan mal jugado, intrascendente en acciones de riesgo y anodino en general, que nos permite buscar razones más allá de lo circunstancial, para comprender y explicar la actualidad de un equipo seguro en defensa, atento y efectivo en la contención en el medio, pero al mismo tiempo, incapaz de generar si quiera un poco de fútbol y, más allá de las búsquedas y las saludables intenciones, notablemente impotente a la hora de provocar desequilibrio en el área contraria.

Párrafo aparte para un vergonzoso arbitraje de Gonzalo López Aldazábal, quien facilitaría con su permisividad, la sistematización tácticas del juego brusco y la pérdida deliberada de tiempo en la visita, además de evidenciar una inclinación manifiesta en beneficio de Acassuso, ante cada acción de juego "dividida".

En definitiva, nada nuevo con López Aldazábal, y menos cuando se trata de enfrentar al "Quemero", y que aún así, no tendría una incidencia decisiva en el resultado final de un muy pobre encuentro, más allá de alguna jugada dudosa puntual que, quizás (y sólo quizás), con otro árbitro y ante cualquier otro rival, muy posiblemente hubiese terminado con la sanción de un penal favorable al Gallo.

A los "tumbos" andamos y, pese a ello, el equipo de Giunta se "sostiene" en zona de Reducido.

Cero a cero "soporífero" con "Ssuso" y...

... A los "tumbos".


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.


                          Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).

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