domingo, 5 de julio de 2015

"Los hijos de la lágrima"... Un Morón que angustia.

Morón llegó hasta el Parque San Martín, para efrentar a un Deportivo Merlo último en las posiciones, con una racha adversa de cinco partidos sin ganar en el campeonato y con un único antecedente victorioso en su propio reducto, a la largo de la presente temporada, que databa de marzo de este año, frente al también humilde Comunicaciones.

Sin embargo, y como suele suceder desde hace varias campañas, pero con especial énfasis durante el presente y penoso recorrido del Gallo en este 2015, el equipo de Blas Giunta fue finalmente, y al cabo de los '90 más tristes del torneo (dentro de un campeonato colmado de sinsabores y falsas actuaciones), quien dentro de la cancha jugara como el último de la tabla, siendo superado de principio a fin por un "Charro" que, con todo respeto, se sitúa futbolística e institucionalmente, más cerca de un conjunto promedio de la "C", que de cualquier equipo con alguna pretensión mínima de protagonismo, en el marco de la también mediocre Primera "B".

Referirnos a consideraciones tácticas, que intenten explicar desde la lógica futbolera, el por qué de un dos a cero justo y hasta exiguo, de uno de los peores planteles de la categoría, en perjuicio de otro de los más costosos de la divisional, no haría más que redundar en apreciaciones repetidas hasta el hartazgo, durante el presente campeonato, en el cual este Morón "caro pero el peor", demostrara una y otra vez, consumido ya medio torneo, que carece de idea y respuesta futbolística mínima, como para aspirar realmente a algo serio, al tiempo de evidenciar con palmaria contundencia y con el correr de las fechas, una notable y dolorosa tendencia a bajar los brazos con suma facilidad, ante la primera adversidad circunstancial y, en consecuencia, no ser capaz jamás de sobreponerse al rival y las propias limitaciones, para torcer historias como la de esta tarde, en base a actitud colectiva e individual, voluntad de cambio y en particular, vergüenza deportiva.

Morón equipo, dentro de la cancha (cualquier cancha) constituye el claro y lapidario reflejo del desgobierno, la improvisación y la absurda contumacia con la que su dirigencia se manifiesta fuera del terreno de juego, con la previsible y dolorosa consecuencia de un club a la deriva fatalmente, en la peor crisis institucional de los últimos tiempos, que necesariamente se traslada a ambos lados de la línea de cal, con un cuerpo técnico que hace rato no sabe dónde está parado, y un once que deambula perdido en cada escenario, sin idea táctica ni presencia de ánimo, debatiéndose entre sus alarmantes limitaciones y la carga extra-futbolística de hallarse solos, virtualmente abandonados a su suerte, por una dirigencia que además de adeudarles entre tres y cuatro meses, ha optado por desaparecer en el día a día de este "pobre" plantel (por lo paupérrimo de sus condiciones técnicas, pero también por su orfandad como grupo de futbolistas profesionales).

En concreto, y más allá de una nueva derrota del Gallo, la octava en 22 jornadas, por un dos a cero categórico y justificado, frente al débil y conflictuado Deportivo Merlo, último en las posiciones y, por qué no, el peor equipo de la categoría, lo más lamentable de toda esta penosa realidad, lo constituye la amarga sensación de hallarnos en presencia de un conjunto abatido, como se si tratara de las fechas finales de un torneo "perdido" en materia de objetivos, cuando recién comenzamos a transitar la segunda fracción, de un campeonato que, encima, otorga semana a semana renovadas posibilidades de recuperación, dada la naturaleza de uno de los certámenes más mediocres de los últimos años.

Y lo que es aún peor, este Morón sin alma ni convicción, y carente por completo de conducción, dentro y fuera de la cancha, ya no resulta capaz de enojarnos como hinchas, sino que a caballo de su liviandad y ausencia absoluta de la más mínima rebeldía, sólo es responsable de transmitir pena e infinito dolor.

Porque este abatido Deportivo Morón, en definitiva, ya ni siquiera preocupa..., sino que angustia (y mucho), mientras duele en el alma y lastima en el corazón.

Nos ganó Deportivo Merlo, con sus limitaciones y calamidades a cuestas, y sin embargo..., es lo de menos.

Hoy el problema es Morón, inmerso en una larga agonía de 20 fechas dentro de la cancha, y de alrededor de diez meses fuera de ella.

"Desarma y sangra", en un futuro tan incierto que ya ni asusta... ANGUSTIA.


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                         Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).

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