jueves, 9 de julio de 2015

Ganó Morón y eso es lo importante... (en lo futbolístico).

¿Ud. qué opina, amigo lector?: si la "realidad" que nos toca vivir bordea lo "pésimo", y uno al reflejarla en el ejercicio de la función, intenta hacerlo sin "filtros" y con la crudeza del caso..., ¿se convierte automáticamente en un "pesimista", o es por el contrario, un simple "realista"?.

Decimos esto, porque en los últimos días, y a consecuencia de algunas de nuestras opiniones, vertidas semana a semana, tanto en este blog, como en su página "hermana" de Facebook, hemos sido apostrofados (siempre de manera gentil, consideración que agradecemos), en un par de ocasiones, sobre una eventual tendencia al "negativismo" discursivo, instándonos a la utilización de un mayor "positivismo", quizá en la búsqueda de una suerte de "acción-efecto", donde la "buena onda" revierta las penurias de aquellas situaciones complejas y muchas veces tristes, con que la realidad nos "recibe" diariamente, con respecto al acontecer cotidiano del Deportivo Morón.

En este punto, consideramos oportuno subrayar, que todas las opiniones publicadas desde este espacio, nunca se han referido ni lo harán jamás, sólo y estrictamente a la realidad meramente futbolística del equipo y que, de este modo, siempre e invariablemente remitirán a la situación institucional circunstancial, en el intento de no perder de vista, algo que creemos fundamental: comprender que actualidad futbolística y realidad institucional nunca constituirán compartimentos estancos y que, en definitiva, la primera será siempre la consecuencia primaria, lógica y necesaria de la segunda..., tanto sea para bien, como para mal.

Aclarado lo cual, realmente sólo podemos abogar por un futuro mejor y más saludable en dichos ámbitos, tal cual lo hacemos en el fuero íntimo, en nuestro rol de socios e hinchas. Pero, al mismo tiempo, desde este espacio y en el ejercicio de la función, entendemos por auténtica convicción, que no podemos "disimular" la realidad que hoy nos toca afrontar como club, solamente para tornar más "agradable" la lectura y "amigable" el desarrollo de la información (con opinión, porque siempre se trata de "editoriales") y de los hechos objetivos de la realidad del Deportivo Morón. Sin perder tampoco de vista, como necesaria definición preliminar, que los únicos "objetivos" en esta historia, son y serán los propios "hechos", puesto que nuestra "mirada" de los mismos, al igual que las opiniones de cualquiera de Uds., amigos lectores, siempre estarán teñidos de la más elemental "subjetividad" humana, en tanto "sujetos"..., sea desde la óptica periodística, como desde el "prisma" de la filosofía y hasta de la psicología moderna.

Y porque además, en múltiples ocasiones, el "positivismo" mal entendido o directamente inducido o propiciado como sistema, suele encubrir el intento inadmisible de disimular u ocultar la realidad, en tanto despreciable método de acción del que jamás seremos parte, por dura, dolorosa o penosa que resulte la incontrastable realidad.

¿Y qué tendrá que ver toda esta digresión personal y editorial, con el comentario de la vuelta al triunfo del Gallo, por 2 a 0, frente a la UAI Urquiza en el Nuevo Francisco Urbano?..., quizá absolutamente nada o tal vez sí (y mucho), puesto que la realidad es una sola, dentro y fuera de la cancha, se gane o se pierda, y es probable que se comprenda mejor, cuando al hecho futbolístico lo observemos como el reflejo y la consecuencia del accionar institucional.

Desde lo estrictamente futbolero, Morón volvió a sumar de a tres, lo cual se imponía como premisa fundamental al enfrentar al "Furgón" de Villa Lynch, mostrando individual y colectivamente algunas mejorías (respecto del "punto muerto" ofrecido en la derrota precedente con Deportivo Merlo), y que sin brillo alguno, pero con justicia y hasta cierta suficiencia en el juego, lo catapultaran a un triunfo laborioso y merecido, que lo vuelve a emparentar con aquellos partidos merituables de fechas pasadas, aún en la victoria (Español, Flandria) como en la circunstancial derrota (Atlanta, Brown de Adrogué).

Sin perder de vista el rival, puesto que se trata de uno de los equipos más flojos del torneo, que desde hoy suma siete partidos sin ganar, sin embargo, el Morón de Blas Giunta logró plasmar en el campo de juego, aquello que lejos estuviera de ofrecer hace una semana, frente a otro de los más débiles de la categoría, en el Parque San Martín: esto es, marcar las diferencias individuales y de conjunto, mínimas y necesarias, para ganar el encuentro en la red y justificarlo en el desarrollo.

El Gallo no jugó bien, pero eso no es lo importante, dentro de una categoría donde ningún conjunto lo hace, a excepción de Brown de Adrogué, en el primer tercio del actual campeonato. Pero sin embargo, sí lo ganó bien (sin sobrarle demasiado), a partir de una imagen más compacta en todas sus líneas, desde el arquero y una línea defensiva sin errores ni distracciones, un mediocampo sin fútbol pero "metedor" y una ofensiva que pudo volver a "facturar", luego de tres partidos sin "gritos", con el esperado regreso del "goleador" y la confirmación del "tapado".

En efecto, el equipo de Blas Giunta alcanzaría los merecimientos necesarios para imponerse a la UAI Urquiza, en un partido chato y bastante mal jugado, pero con el justificativo de un terreno intratable y realmente impresentable, a partir de la sobria y correcta labor de Carlos Morel, devenido en titular por el alejamiento de Sebastián Peratta, el buen y atento funcionamiento de una defensa (esta vez) sin fisuras determinantes para el resultado (ayudada, sin dudas, por una ofensiva rival liviana e improductiva), un mediocampo que careció de tenencia (propiedad mayoritaria de los medios del rival), pero lo equilibraría con prodigalidad y despliegue, y una delantera que recuperaría a Leonel Altobelli (autor del segundo gol, el octavo en la temporada) y confirmaría las condiciones de Junior Leandro Mendieta, sin dudas la figura excluyente del partido, desequilibrante por velocidad en el mano a mano, y generador de innumerables infracciones cerca del área visitante, además de convertirse en un interesante asistidor, como en el centro milimétrico para la apertura del marcador de Cristian Yassogna (incansable como siempre y con mayor contacto con el área adversaria, para volver a marcar su quinto "grito" en la campaña).

Para destacar, ampliando el "destaque" individual, podemos mencionar el retorno al buen trabajo de la zaga central, en particular de Nicolás Gásperi (sobrio, seguro y sin complicaciones, además de repeler cada envío aéreo, principal argumento ofensivo rival), la recuperación de Cristian Broggi (tanto de lateral derecho, como cuando le tocara actuar de doble Vinco, ante el reemplazo de Mauro Montenegro), la mejor versión de Cristian Lillo, autor de un formidable anticipo para la corrida goleadora de Altobelli, el referido Montenegro en su regreso a la consideración del DT, tras hallarse hasta hace días en el listado de "prescindibles" y las ganas y condiciones confirmadas fecha tras fecha, de una juvenil dupla ofensiva, de promisorio futuro y proyección: Kevin López Arroyo y Santiago De Ossa.

En definitiva, el Gallo necesitaba volver a ganar de manera imperiosa y lo hizo..., que no es poco..., marcando las distancias en el desarrollo y el arco contrario, como para merecer el triunfo necesario y, en particular, en el segundo tiempo, controlar el partido sin sobresaltos.

Entre el "pesimismo" y el "realismo", a la hora del análisis..., ganó Morón y eso es lo más importante (en lo futbolístico) .


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.



                         Foto: gentileza, Osvaldo Abades (h).

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