miércoles, 20 de enero de 2016

"Austeridad, orden y crecimiento", las premisas de un Alberto Meyer, de regreso al "ruedo".

"La institución fue sometida al desencuentro de dos listas, que realmente nunca más debería pasar en nuestro club, porque somos pocos los dirigentes que seguimos vigentes y referentes y con experiencia de gestión. Y separarnos siempre ha resultado costoso, y ese costo siempre lo paga la institución. Y Morón pagó ese costo con una división, allá luego de la gestión de (Jorge) Ruiz, que para juntarnos tuvimos que aceptar la llegada de una línea política a la institución", rememora Alberto Rubén Meyer, presidente del Deportivo Morón durante ocho años, y nuevamente candidato a dirigir los destinos del Gallo, tal vez en su hora más crítica en las últimas décadas.

Con su impronta de eficiente administrador y cultor del orden institucional como punto de partida del crecimiento, desarrollo y proyección deportivo y societario, Alberto Meyer reseña las razones de aquella lista de "unidad" impuesta desde el ejecutivo comunal saliente, que esfumara los límites de "Morón Municipio" y "Morón Institución", en el marco de un proyecto inconcluso y que, a la luz de los hechos y los años, poco tendría que ver con los verdaderos intereses del sueño compartido de Pagano, Ferrante, Urbano, Machado Ramos, Capurro y tantos otros: "siempre fui enemigo de la politización del club, pero realmente pensamos que ese acuerdo era lo mejor y al final fuimos víctimas de las consecuencias que nosotros mismos creamos. Porque si hubiésemos tirado todos para el mismo lado, hoy el club estaría manejado por gente del Deportivo Morón".

"Lamentablemente el club se convirtió en un búnker político. Se que estaban llenos de buenas intenciones, las que no puedo cuestionar porque fui vicepresidente de esa lista de unidad, pero la idea original fue tergiversada de tal manera, hasta convertir al club en lo que es hoy, que dista mucho de una institución deportiva y de fútbol, saneada, seria y previsible".

"El club ya no resiste más divisiones" (asevera Alberto Meyer, en base a las experiencias de aquella "unidad" forzosa, devenida del poder político de turno), y más allá que podamos ir por caminos y listas diferentes, me comprometo y los invito, gane quien gane las elecciones, a estar juntos, porque hoy ya no hay candidatos foráneos, y todos los aspirantes a la presidencia son del 'riñón' de Morón".

"Una de nuestras ideas es darle mucho ímpetu al manejo de las demás actividades, porque el club no es solamente fútbol. El fútbol es la actividad principal, original y fundacional de la institución, pero no la única", advierte Meyer, quien sin embargo recuerda que "siempre peleé ascensos, nunca tuve la desgracia de pelear un descenso".

"También me comprometo e invito a los demás candidatos, de aquí y hasta las elecciones, a procurar la puesta en vigencia del nuevo estatuto que se aprobó durante mi último mandato, ya que el mismo contempla la posibilidad de conducir el club durante tres años, y donde la minoría tiene participación en la comisión directiva. Y en una verdadera democracia, si no hablamos todos, si no estamos todos de acuerdo, es muy difícil llevar adelante una institución tan grande como el Deportivo Morón".

"Claro que, para poner efectivamente en vigencia el nuevo estatuto, hacen falta los últimos balances y hace falta un impulso jurídico que se debe dar, con la puesta en marcha del orden institucional, del que hoy carecemos por completo en nuestro club".

Sobre el futuro más próximo y los desafíos por venir, en caso de ser elegido para un quinto mandato, Alberto Rubén Meyer asegura que "me preocupa no saber dónde estamos parados, me preocupa no tener la 'foto' de hoy... ¿Cómo puedo pensar qué voy a hacer en el futuro, si al momento de hacernos cargo de la conducción del club, si es que tenemos el honor de ser elegidos, no podemos preveer cuál será la 'foto' ni el escenario que habremos de encontrarnos al momento de asumir?. Hoy nadie sabe cómo estamos, no ha habido una sola asamblea explicativa sobre la marcha y la realidad del club. En mi caso, tuve muchas asignaturas pendientes, pero procuré siempre mantener mucha comunicación con el socio. Pero resulta que hoy no sabemos nada, porque nadie explica nada, ni convoca a asamblea alguna".

"Se ha dilapidado mucho dinero en estos años. Y no digo malversado, pero sí mal invertido. Por eso es que nuestras premisas serán, primero la austeridad y el orden, porque el orden y la prolijidad serán la base del crecimiento y el desarrollo posteriores. Pero el desarrollo no sólo del fútbol, sino de todas las actividades del club, como las actividades culturales o las tareas que realizan los vitalicios, porque todos son partícipes del club".

"Para ello, quiero mejorar el área de cultura, la biblioteca y me interesa incorporar a los chicos con capacidades diferentes".

"No queremos impunidad (enfatiza Alberto Meyer, sobre el "día después" de la asunción), queremos rendición de cuentas y que cada uno se haga cargo de lo que hizo con la institución. El socio necesita saber qué se hizo con los dineros del club".

"Nunca fui invitado por ningún miembro de la comisión actual a ninguna reunión. Parecíamos 'Montescos' y 'Capuletos"..., porque siempre se privilegiaron los personalismos, por sobre las necesidades de la institución".

"Tengo una idea, un concepto, un criterio de club, que no se si otros lo tienen. Me baso en la austeridad, el orden y el crecimiento, que serán las tres premisas de gestión si me toca volver a presidir el Deportivo Morón".

Sobre las razones que lo impulsaran a las duras lides de la contienda electoral en el club, Meyer afirma: "me mueve el clamor popular, el cariño y el apoyo de mucha gente. Podría haberme quedado en casa, haciendo lo mío, que la pasaba muy bien... Pero lo quiero mucho al club, para dejarlo solo en esta hora tan crítica de su historia".

"No me voy a bajar y la lista la voy a hacer yo... Quiero que lo sepan todos".

"Invito a los demás candidatos para que juntos pidamos y exijamos un balance, mediante una asamblea donde se transparente el patrimonio actual del club, sus deudas, estado contable, cheques girados y demás compromisos asumidos por la actual gestión".

"Hoy por hoy, el club está devaluado, muy devaluado. Nosotros decíamos tal día y hora se pagaban los sueldos al plantel, y ese día, en ese horario, se abonaban efectivamente los haberes de los jugadores".

"Nunca tuve un jugador mío. Cuando llegué al club, había miembros de comisión directiva que eran dueños de jugadores..., yo no entendía eso. Si querés tener la representación de algún jugador, no seas dirigente. Yo fui enemigo de todo eso, nunca me gustó".

"Yo quiero lo que hago, y amo al Deportivo Morón. Y no quiero politizar jamás al club, como nunca lo politicé en los ocho años en que fui presidente de la institución".

"Pensé que al tomarse licencia Diego Spina, se iban a adelantar las elecciones, previa convocatoria a los candidatos, a fin de informarnos sobre la situación real del club. Pero lamentamente eso no ocurrió y hoy se está pretendiendo 'apagar el incendio con nafta'. Se que se ha arrimado gente para colaborar, aunque en lo personal disiento totalmente con ellos, porque me parece que no corresponde en este momento. Si están postulándose para manejar el club, creo que deberían mantenerse imparciales y no participar de la actual gestión".

"Mi decisión es no bajarme..., sólo Dios me convencería de lo contrario".

Tras un prolongado silencio, Alberto Rubén Meyer muestra sus "credenciales" y está de regreso, de cara a las elecciones de mayo venidero.

Sin "rodeos", como buen hombre de "campo".

Contra todo y a pesar de algunos..., aunque "vengan degollando".

De regreso al "ruedo".



Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.




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