Este último sábado, apenas
transcurrido el mediodía, el Deportivo Morón afrontaba un viaje riesgoso, tal
vez, de los de mayor complejidad en la previa, por la categoría de su rival y
su racha positiva de seis encuentros, además de los antecedentes de un oponente
siempre difícil, en un reducto históricamente esquivo para el Gallo.
Así las cosas, por la 29° fecha
del torneo de la Primera “B”, el equipo de Walter Nicolás Otta debía revalidar
sus credenciales de único líder del certamen, con la chance adicional y cierta
de estirar la ventaja a nueve puntos, sobre su escolta, Defensores de Belgrano,
visitando en el “Estadio España”, a un Deportivo Español que, duro y bien
trabajado tácticamente como todo conjunto de Eduardo Pizzo, venía de cosechar
nada menos que 16 de los últimos 18 puntos disputados.
Con todos estos antecedentes, el
local se apoderaría del control del balón y el terreno, ni bien iniciado el
cotejo, generando la primera zozobra sobre el arco de Milton Alvarez, apenas a
los cuatro minutos de juego, a partir de un cabezazo mal definido por Cristian
Amarilla, el “once” local, tras un tiro de esquina enviado desde la derecha del
ataque de Morón.
Sin embargo, con el paso de esos
primeros minutos, el líder del campeonato se asentaría mejor en terreno “Gallego”,
para pasar a dominar las acciones y con ellas, las mejores opciones de riesgo,
primero con un tiro libre apenas ancho de Emmanuel Giménez y más tarde, con un
remate formidable de Rodrigo Díaz que, en su espiral descendente sobre el arco,
a poco estuvo de “colarse” entre el esfuerzo del arquero y el travesaño.
Más tarde, superada aquella
primera media hora de buen juego y vocación ofensiva, de ambas partes, el
partido se emparejaría en la zona media, sin preeminencia de ninguno ni
situaciones frente a los arcos, hasta que a cuatro del final del primer tiempo,
Milton Alvarez comenzara a cimentar otra tarde como figura del Gallo, conteniendo
una media vuelta en el área chica, del ex Morón, Federico Turienzo, que
generaría una atajada fenomenal del “uno” del puntero del campeonato, y de cuyo
rebote no supiera sacar provecho el hábil y escurridizo extremo izquierdo “españolista”,
Cristian Amarilla.
Ya en el complemento, y con
Nicolás Minici en cancha, por la lesión de Nicolás Martínez, a los cuatro
minutos de reiniciado, un rechazo largo de Juan Gabriel Ferreira, desde el
borde el área visitante, derivaría en un despeje de cabeza de la defensa de
Español, para que, acto seguido, el “Rengo” Díaz (nuevamente de gran partido,
un peldaño por debajo de Alvarez en el podio imaginario de los mejores del
Gallo en el mediodía del Bajo Flores), anticipara una pelota bárbara ante
Leandro Lugarzo, el dos “Gallego”, y aprovechando la “cortina” generada por la
presencia de Damián Akerman, extendiera el pase en profundidad más allá del
goleador histórico, para habilitar de manera fantástica a Nicolás Ramírez, que
ingresando desde la izquierda y hacia el centro del área, superara en velocidad
a su marca y con un remate bajo y preciso, sobre el palo derecho de Cristian
Correa, le diera el triunfo parcial a Morón.
Con la ventaja consumada, el
equipo de Otta intentaría poner en práctica lo que mejor sabe: defenderse con
la pelota y sin resignar el protagonismo ofensivo, para mantener a su rival lo
más lejos posible de Alvarez, hasta que a los catorce del segundo período, un “encontronazo”
de tantos, como suelen darse entre el delantero que, de espaldas al arco,
pretende controlar una pelota que proviene de alto, y el defensor que de frente
al balón, se lo lleva “puesto” utilizando incluso los brazos (de manera
involuntaria, en el salto), determinara la polémica expulsión de Franco Racca,
quien en consideración de Eduardo Gutiérrez, árbitro del encuentro, habría
tenido la intención de aplicarle un codazo en la cabeza a Amarilla.
Con media hora por delante, el
Deportivo Morón se abroquelaría bien en torno a su siempre segura defensa y, contra
rápida mediante, intentar sorprender a su rival adelantado, en su necesidad de
empatar el encuentro, lo que a punto estuviese de ocurrir, algunos minutos más
tarde, cuando Cristian Correa, el arquero local, le sacara un remate desde
afuera, otra vez a Rodrigo Díaz, que tenía destino inexorable de red.
Ya con Cristian Broggi en el
terreno de juego, en lugar del autor del gol, Nicolás Ramírez, para cubrir el “hueco”
de Racca y más tarde, el de Leandro Guzmán en reemplazo de Gerardo Martínez,
para no cejar en el intento de sorprender de contra y cerrar el partido, el Deportivo
Español sólo preocuparía al Gallo con remates desde afuera del área, algunos de
ellos bien resueltos por Milton Alvarez y otros que se habrían de perder apenas
anchos.
Sin “sufrirlo” demasiado en el
trámite del encuentro y las situaciones frente a su arco, pero sí en la
incertidumbre del resultado, por el jugador de menos, a falta de cinco para el
final del partido, y en momentos que el “Chaco” Guzmán se aprontaba a iniciar
una contra con “olor” a gol, el “dos” de Español, Leandro Lugarzo, habría de
cruzarle cuerpo al volante diestro de Morón, para ganarse la roja del árbitro y
terminar de emparejar las acciones y el “diez contra diez” dentro del campo.
Ya sí, con la tranquilidad del
resultado a su favor y la igualdad de condiciones numéricas, el esfuerzo físico
de los diez jugadores del Gallito en el “Estadio España”, vería cristalizarse
con el pitazo final de Gutiérrez y la sumatoria de tres puntos fundamentales en
su ilusión de 27 años, para alejarse a nueve puntos a Defensores de Belgrano, y
de distanciarse a diez de Riestra, Atlanta, Platense y Almirante Brown, a falta
de nueve partidos para el final del campeonato.
En definitiva, ante un rival de
los más exigentes en la previa y en un reducto históricamente adverso, el
Deportivo Morón reafirmaría las razones de su presente, ganando uno de esos
partidos que marcan la diferencia entre el simple líder y el candidato a cosas
importantes y consolidan horizontes de trascendencia.
A nueve pasos del objetivo
anhelado, el Gallo sueña despierto y en grande. ¡Y está perfecto!.
@elgallogustavo.
Foto: gentileza, Prensa Deportivo Morón.
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