domingo, 29 de abril de 2018

Indiferencia electoral, nueva directiva y desafíos renovados

Este sábado 28 de abril, entre las 7 y las 17 hs. (en rigor de verdad, cierta demora obligó a iniciar el acto comicial alrededor de las 8), se desarrollaron las elecciones para renovación adelantada de autoridades en el Deportivo Morón, que al ofrecer una única alianza electoral de tres agrupaciones, de las cuatro actualmente en vigencia en la institución, constituiría en rigor una suerte de plebiscito, que consagraría como presidente, por un nuevo período de dos años, al actual titular del club, Alberto Rubén Meyer.

Con una baja participación societaria, tal vez producto de las inclemencias climáticas, sumadas a que dichos comicios se desarrollaren en sábado, en lugar de un domingo, como es de uso y costumbre habitual en nuestra y todas las instituciones, o quizá, como producto de la única "oferta" electoral, que atraería a votar a quienes naturalmente apoyan la continuidad de Meyer y, por el contrario, vacían de contenido la participación de quienes no avalan su gestión o mantienen diferencias con la misma, sólo 325 socios de los 3499 habilitados por padrón para votar, se trasladaron al Nuevo Francisco Urbano para sufragar, con 301 votos a favor de la única opción electoral (nucleada bajo el "paraguas" de la agrupación "Nuevo Gallo"), 21 en blanco (junto a los 301 favorables a la nueva comisión, constituyen los votos "positivos" del "prebiscito" reelectoral) y tres nulos.

Con el éxito futbolístico como mejor "carta de presentación" de la gestión que debió cesar a principios de junio de este año (triunfó en las elecciones del 5 de junio de 2016 y asumió tres días después, es decir, el 8 de junio del mismo año) y consensuó con las tres agrupaciones restantes el adelantamiento de las elecciones de este sábado, lo que generara razonables dudas sobre la legalidad y legitimidad del acto eleccionario, máxime al decidir la no convocatoria de respetados y reconocidos socios, como el caso del ingeniero Edgardo Walter Rodríguez, habitual responsable de las "comisiones electorales" en la mayoría de los últimos actos comiciales y, seguramente, uno de los consocios más idóneo y que más sabe en materia de Estatuto, sino el que más, en esta ocasión el reelecto presidente Alberto Meyer decidió su no concurso en el armado de la "ingeniería electoral", lo que en definitiva, iría en detrimento de la salubridad y legitimidad de una renovación de autoridades que entre muchos sectores, en convocatoria, tiempos, plazos y modos, no respondería a los preceptos estatutarios en esa materia.

Más allá de lo formal (con todo lo que ello conlleva de importancia y gravedad institucional), la nueva Comisión Directiva que asumirá en los próximos días, contará con desafíos trascendentes para el futuro institucional, como una deuda que iría en aumento durante los (casi) dos años de la gestión cesante antes de tiempo, o por lo menos que no disminuyera en ese mismo lapso, de las acreencias reales con que se topare la comisión saliente, y que poco tiene que ver con la deuda que fuera rubricada aquél 8 de junio de 2016, durante el acto de traspaso de mando de Pablo Sauro a Alberto Meyer, con algo más de tres millones refrendados por acta constitutiva, producto de aquellos pocos pasivos que pudieran respaldarse con documentos al momento de la firma, y que meses después, constituyeran sólo la "punta del iceberg" de una deuda mucho más grande, y que lejos de ser saneada o disminuida, vería incrementarse en la última gestión de Alberto Meyer, buena parte de ella, contraída con el reelecto presidente y que debiera ser aprobada por sus ex pares de comisión, en los meses anteriores al adelantamiento de las elecciones de la víspera.

Así las cosas, otro desafío que deberá afrontar la nueva Comisión Directiva, será la de procurar consensos y entendimientos diarios hacia adentro, luego de una última experiencia dirigencial que fracasara en ese aspecto, por el "doble juego" de un presidente que pecara de un personalismo desmedido y una errática tendencia a "premiar" la obsecuencia y despreciar la crítica interna o las voces disidentes, y al mismo tiempo, de compañeros de gestión (no todos, por supuesto, pero en su mayoría) que no estuvieran a la altura de la circunstancias y que lejos de fomentar la unión de conjunto, generaran roces, intrigas "palaciegas" y divisiones (por meros posicionamientos o pequeños y mezquinos espacios de poder), dentro de un grupo que jamás lograra consolidar un espíritu de "cuerpo", ni muchos menos un proyecto en común. Lo que, en definitiva, nos habla de un estilo y modo determinados y nada casuales de "conducción".

Fracaso colectivo innegable y hasta previsible, que incluyera a casi todas las áreas, salvo un par de excepciones, y que, claro está, alcanza en la consideración particular de cada lector, a quien suscribe, que como algunos sabrán formara parte de la anterior CD, hasta que las propias internas decidieran (en ausencia) el apartamiento inconsulto e intempestivo como jefe de prensa (por resistir el "avance" interno, también sobre prensa, del grupo "Pinar de Rocha", a través del "mascarón de proa" de un pseudo departamento de Marketing, encargado a un "buffetero" y representante del empresario de la "noche") y, ante ello, un día después, la renuncia indeclinable como secretario de actas.

Puesto que de la ineptitud y la inoperancia es factible volver, pero de la "mala leche", los intereses personales creados (sin importar los del club), la "rosca" cobarde y subterránea, así como de la operación política artera y por la espalda, nunca y bajo ninguna circunstancia. En pocas palabras: la traición no tiene retorno ni la tendrá jamás.

En definitiva, con mejor calidad dirigencial y material humano, por lo menos desde el a priori, este sábado 28 de abril tuvieron lugar, con un bajo nivel de participación societaria, las cuestionadas y cuestionables elecciones para renovación de autoridades en el Club Deportivo Morón, que en presencia de una única opción electoral, ante el acuerdo alcanzado y la alianza electoral sellada entre tres de las cuatro agrupaciones vigentes en la actualidad, dicho adelantado prebiscito extendiera la presidencia de Alberto Rubén Meyer, cuanto menos, por dos años más.

La nueva Comisión Directiva:

Presidente: Alberto Meyer
Vicepresidente 1°: Roque Labbozzetta
Vicepresidente 2°: Juan Carlos Pini
Secretario: Fidel Mannise
Prosecretario: Enzo Forti
Secretario de Actas: Luciano Guaglianone
Tesorero: Germán Rivadeneira
Protesorera: Roxana Bárzola

Vocal Titular 1°: Oscar Richelet
Vocal Titular 2°: Manuel Aguirre
Vocal Titular 3°: Aníbal Labbozzetta
Vocal Titular 4°: Carlos Rodríguez
Vocal Titular 5°: Gastón Peppa
Vocal Titular 6°: Alejandro Lamónica
Vocal Titular 7°: Javier Zuleta

Vocal Suplente 1°: Ariel Remolina
Vocal Suplente 2°: Fabian Kaplan
Vocal Suplente 3°: Julio Mancilla
Vocal Suplente 4°: Luis Hernández
Vocal Suplente 5°: Claudio Capurro
Vocal Suplente 6°: Pablo Labbozzetta

Comisión Fiscalizadora:

Revisor de Cuentas Titular 1°: Daniel Messina
Revisor de Cuentas Titular 2°: Daniel Castillo
Revisor de Cuentas Titular 3°: Fernando Bellido
Revisor de Cuentas Suplente 1°: Jorge Prado
Revisor de Cuentas Suplente 2°: Esteban Salinas



@elgallogustavo.



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