Nos estamos suicidando…Pasó Platense, pasó otra nueva
derrota, para redondear un escuálido punto de nueve jugados (mérito exclusivo
de las manos “milagreras” de Alejandro “Chiche” Migliardi) y el equipo volvió a
repetir una actuación paupérrima, con alguna mejoría transitoria a partir del
ingreso del repatriado Gerardo Daniel Martínez.
Nos estamos suicidando…, si es que creemos objetiva y
sinceramente que este actual proceso es pasajero y se puede revertir, cuando en
‘270 de fútbol (???), en la presente temporada 2013/2014 de la “B” Metro, el
equipo no ha siquiera evidenciado funcionamiento, ideas y temperamento.
Nos estamos suicidando…, si volvemos a confundir obcecación
con convicción y pretendemos prolongar partido a partido, el crédito a un
técnico que fuera innecesaria e injustamente expuesto, con tal de absorber la
presión asfixiante de una coyuntura más que crítica, especulando con la
“espalda ancha” de otro ídolo del club, aún a riesgo de ensombrecer su bien
ganado idilio histórico con la gente.
Nos estamos suicidando…, si de manera contumaz, volvemos a
despreciar nuestra historia y a nuestros próceres, inmolándolos en la picota de
un descenso que ya se fagocitó a otros ídolos y referentes de sentimiento, para
que sean vilipendiados en una plaza pública, con tal de resumir en su
“ajusticiamiento”, varias puteadas propias y muchas ajenas, expiando culpas
personales (las menos) y de terceros (las que vienen de larga data).
Nos estamos suicidando…, cuando las ratificaciones se
convierten en sentencias cortoplacistas, en lugar de genuinas demostraciones de
confianza, y al mismo tiempo, las decisiones crudas pero necesarias se demoran,
en momentos en que el tiempo, más que un aliado, se transforma en un silente y
paciente sicario de ilusiones colectivas.
Nos estamos suicidando…, cuando demostramos una negación
casi absoluta de una verdad a gritos, o cuanto menos, damos claras muestras de
autismo o ensimismamiento patológico de poder, colegiando las responsabilidades
ante la crisis, pero no así las decisiones fundamentales que podrían salvarnos
del desastre.
Nos estamos suicidando…, si proponemos como un valor
destacado a la tozudez, en tiempos en que se impone un sentido absolutamente
inverso, de imprescindible apertura y consulta a todos los actores y sectores,
con conocimiento y derecho adquirido en tantos años de pasión/sufrimiento;
puesto que del “Titanic” todos se acuerdan por su naufragio, más nadie recuerda
el apellido del capitán que, pudiendo corregir el rumbo a tiempo, optó por
mantener el camino del siniestro, incapaz de percibir tamaño iceberg, hasta el
preciso instante de la mortal colisión.
Porque, es cierto…, hubo también un encuentro en el que
Morón volvió a caer, esta vez por uno a cero, ante Platense en el “Ciudad de
Vicente López”. Con otra pálida actuación individual y colectiva, salvo por el
regreso en buen nivel, de ese talento emotivamente intempestivo, llamado Gerardo
Martínez y algunas facetas interesantes de Hernán Parentini como volante
central y de Mariano Barbieri por el carril zurdo, más el aporte siempre
presente de un “Chiche” Migliardi acostumbrado a lidiar con una defensa más
peligrosa que los puntas rivales y con compañeros cuya indolencia ya roza lo irrespetuoso, como la liviandad con la que se desplaza por el terreno, Esteban Alberto González, con una indolencia intolerable en un conjunto que partido tras partido, ve recortadas drásticamente sus chances de mantener la categoría.
¿Pero a quién puede importarle las consideraciones tácticas de una nueva derrota (la segunda, en tres fechas), sin goles a favor al cabo de ´270 efectivos de juego, cuando... NOS ESTAMOS SUICIDANDO?.
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